APARICIÓN A LOS APÓSTOLES
La enseñanza
principal de este evangelio es que el plan de salvación manifestado en las
Escrituras de Israel se cumple en Cristo. El cumplimiento de las Escrituras
en la vida de Jesús es un tema frecuente en San Lucas, pero fue en la aparición
a los discípulos de Emaús, cuando Jesús lo explicó claramente diciéndoles:
“QUE NECIOS Y TORPES SOIS PARA CREER CUANTO DIJERON LOS PROFETAS. ¿NO TENÍA
QUE PADECER ESO EL MESÍAS PARA ENTRAR EN LA GLORIA? Y COMENZANDO POR MOISÉS Y
SIGUIENDO POR LOS PROFETAS, LES EXPLICÓ LO QUE EN TODA LA ESCRITURA SE REFERÍA A
ÉL”
Este mensaje recibido por los discípulos de Emaús debía ser llevado a Jerusalén porque desde allí debía propagarse al mundo entero.
Los
discípulos de Emaús volvieron a Jerusalén y encontraron a los Once con los demás
compañeros que decían:
“Realmente ha resucitado el Señor y se ha a parecido a Simón”.
La primera aparición fue concedida a Simón Pedro (Jn 20, 2) Pedro tiene el encargo de confirmar a sus hermanos. (Luc 22, 32)
La Iglesia se edifica mediante la fe en el Resucitado y ésta se edifica sobre la fe de los apóstoles y se confirma con la aparición del Resucitado a Pedro.
No se edifica sobre otros testimonios aunque los considera fidedignos.
Los discípulos de Emaús contaron a los apóstoles lo que les había sucedido por el Camino y como le habían reconocido al partir el pan.
Mientras hablaban entre ellos se presentó Jesús en medio de sus discípulos y a continuación les mostró los signos de su muerte en la Cruz, para demostrarles:
3.1 Que está vivo; que no es un fantasma para que después puedan ser sus testigos.
3.2 Que el resucitado es el crucificado
3.3 Que el sacrificio de su muerte en cuanto acto de donación de si mismo permanece en él.
Para comprender que son éstas apariciones hay que tener en cuenta que:
- La Resurrección de Cristo no es la reanimación de un cadáver para volver a la vida ordinaria como fue la Resurrección de Lázaro.
- Es la glorificación de Jesús que incluye:
a) La transformación de su cuerpo en un cuerpo espiritual con caracteres distintos de un cuerpo ordinario; no es un organismo anatómico-fisiológico.
b) Incluye también una nueva vida con toda la gloria y el poder propio del Hijo de Dios en su Espíritu que es la Gloria y el poder creador y santificador del Padre que lo constituyó en Espíritu vivificante y Señor del Universo y Señor de la Historia.
Sin embargo el cuerpo de Cristo glorificado tiene caracteres de corporeidad; esto es, confiere a lo que es Cristo glorioso:
1) La actualidad presencial
2) Interna consistencia
3) Expresión de aquello que constitutivamente es.
1.1 A Cristo glorificado, Dios le otorgó el poder de mostrarse vivo.
Jesús “se hizo ver” Se hizo visible tangiblemente cuando quiso, donde quiso y como quiso.
Las apariciones no son una visión subjetiva: fue Él quién se hizo ver, por consiguiente tiene un carácter objetivo real, la mostración de Cristo, que tiene su iniciativa en Él, es él mismo que se hace ver en su condición de cuerpo glorioso.
1.2 Las apariciones no son simples visiones o visualizaciones en las que se ve a Cristo como se ve un objeto cualquiera de este mundo.
Vieron vivo al Señor como una realidad que estaba en el mundo pero que no pertenecía a él y como Dueño y Señor de sus leyes.
Contemplar esa realidad era mucho más y diferente que ver un árbol al borde del camino, contemplar a Jesús resucitado suponía una conmoción profunda, una explosión que hacía saltar todas las vivencias cotidianas.(Guardini 509-510).
1.3 Tampoco es como el reconocimiento de una persona que me encuentro por la calle y digo ¡es fulano!
No le ven la cara, es un conocimiento progresivo
1.4 Las apariciones son actos “reveladores” de Dios
Por eso no lo reconocieron inmediatamente, fue necesaria la Fe que es la respuesta a toda revelación.
Para ello se requiere una transformación personal, obra del Espíritu de Cristo que es el que nos da “Los Ojos de la Fe”.
Las apariciones son actos reveladores de Dios en los que Dios por medio del Espíritu reveló a Jesús como “Señor” y como Aquel en quién está la Salvación.
1.5 De igual manera que los milagros no se hicieron simplemente para demostrar poder sino que estuvieron encuadrados en la misión de perdonar los pecados y de anunciar la llegada del Reino del Amor de Dios, así, también “las apariciones estuvieron encuadradas en la misión que se dio a los apóstoles para propagar el Evangelio.
Incluye las siguientes enseñanzas:
2.1 Cristo entró en el Cenáculo con las puertas cerradas:
a) Porque quiso enseñar a los apóstoles que en adelante no debían pensar que su cuerpo era mortal, sino glorioso.
b) Para demostrar su divinidad.
c) Para demostrar que él pudo salir del sepulcro, de la misma manera que había entrado en el Cenáculo.
A continuación Jesús les dice:
“Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros que todo lo escrito en la Ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos acerca de mí tenía que cumplirse”.
Durante su vida pública, a pesar de las palabras de Jesús alusivas al cumplimiento de las Escrituras en él, los apóstoles no le entendieron (Luc 9,45; 18,34).
Ahora la experiencia pascual de la Resurrección les abre la mente para comprender el sentido de las Escrituras (Hec 3,17; 17-3)
6.1 LA RESURRECCIÓN ES EL SENTIDO DE LA HISTORIA DE ISRAEL
Para comprender el sentido de esta interpretación de la Escritura y aceptarla es necesario que el mismo Jesús pascual nos abra nuestro entendimiento
(Luc 24,45)
Sin esta nueva visión en profundidad, la Biblia de los judíos sigue siendo expresión de un camino particular que Dios ha recorrido con Israel y la simple utopía de un futuro mesiánico (cuando cambie el sentido de las cosas y la historia de los pueblos).
Abrir el entendimiento significa comprender que Abraham, Moisés, David y los profetas, todos los detalles de la historia de Israel reciben un encuadre y un valor en el momento que aparecen como etapas de un camino o momentos de una experiencia que culmina en la pasión, muerte y Resurrección de Cristo.
6.2 LA RESURRECCIÓN TAMBIÉN ES EL SENTIDO DE LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES
Surgieron diversas religiones como una búsqueda, un tanteo del conocimiento de la divinidad.
Por unas vías o por otras van conduciendo al Dios único, a los monoteísmos.
Estos se constituyen mas bien como ramas colaterales (como callejones sin salida) de un tronco de verdad central y fecundo que tiene porvenir histórico.
Este tronco es el monoteísmo de Israel que es un pueblo semita para el cual ser Dios, es ser Dios de alguien; esto es, lo que tuvo porvenir histórico pues desembocó en Cristo.
Dios escoge a este pueblo y hace una alianza con él y lo conduce para preparar la venida de Cristo.
“En el nombre de Cristo resucitado a todos se predicará la conversión y el perdón de los pecados”
Esta conversión consiste en cambiar el modo de vida y en ver en Él por la fe al único Salvador que dios ha puesto para nuestra salvación (Hec 4, 12)
Con la conversión por la fe en este Mesías se recibe la remisión de los pecados y se obtiene la salvación.
JESÚS DEBÍA MORIR PARA RESUCITAR
El saber que debemos morir no da fuerza a nadie, al contrario aún puede hacer más cruel, pero saber que resucitaremos, que todo no termina con la muerte, da fuerza para la lucha.
La lucha que uno tiene que afrontar, más difícil que contra los adversarios visibles, ES LA LUCHA INVISIBLE DENTRO DE NOSOTROS, que es la tentación constante de aceptar el modo de vida por el cual somos seducidos cada día y que podíamos aceptar al parecer con ventaja personal.
En esta lucha
venceremos
porque Dios pone en nosotros el Espíritu Santo de amor que en su Hijo tiene y
Cristo nos alienta diciendo:
“NO TENGAIS MIEDO YO HE VENCIDO AL MUNDO”