V Domingo de Cuaresma - CICLO B

UNOS GRIEGOS QUIEREN VER A JESÚS

 

I.- INTRODUCCION

 

Unos griegos  que no eran prosélitos  en sentido estricto sino eran gentiles de los llamados “temerosos de Dios”  porque habían abandonado el culto a los ídolos, habían venido el día el día de la Fiesta de Pascua para adorar allí al Dios verdadero  en el “atrio de los gentiles”.

Fueron presentados a Jesús por Andrés y Felipe.

Entendiendo Jesús que en ellos se incoaba la conversión de los gentiles, creyó llegado el momento de:

a)     Anunciar a todos una vez más su muerte violenta.

b)     Como un hecho necesario

c)      Glorificador y

d)     Salvífico

 

II.- JESÚS CONTESTÓ: “HA LLEGADO LA HORA DE QUE SEA GLORIFICADO EL HIJO DEL HOMBRE”

 

La hora es la Hora de su muerte, su muerte es necesaria y fecunda.

“En verdad en verdad os digo, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere queda infecundo; pero si muere da mucho fruto”.

Cristo acepta su muerte para la salvación de todos los hombres.

Ahora mi alma está agitada y ¿qué diré?

PADRE GLORIFICA TU NOMBRE” (con mi glorificación en mi muerte para la salvación de todos los hombres.)

Como dice en la oración sacerdotal (17,12):

 “Padre glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te glorifique a ti y por el poder que les ha dado sobre toda carne, dé vida eterna a los que le has dado

Entonces  vino una voz del cielo que dijo:

LO HE GLORIFICADO Y VOLVERÉ A GLORIFICARLO”.

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

La voz quería decir: “LO HE GLORIFICADO EN LA TRANSFIGURACIÓN Y LO VOLVERÉ A GLORIFICAR AHORA EN SU MUERTE”.

 

III.- LA MUERTE DE CRISTO ES GLORIFICADORA

 

a)     Cristo fue glorificado en su muerte por el Padre

               Al entregar Cristo en su muerte todo su ser al Padre en el Espíritu de amor, el     Padre lo acogió en ese mismo Espíritu y esta acogida fue su glorificación, pues lo resucitó en el poder del Espíritu y lo convirtió en Espíritu vivificante en plenitud al inundar la gloria del Espíritu también su cuerpo, la cual durante su vida estuvo como eclipsada para poder vivir una vida igual que la nuestra.

               La Hora de la Cruz es la hora, en que el tiene que glorificar al Padre por la obediencia suma y en la que el Padre le va a glorificar a él, asumiendo su propia gloria, plenificando su humanidad y haciéndola la fuente del Espíritu para todos los hombres (17, 1-5). 

b)     Esta glorificación de Cristo coincide con la del Padre. Cristo dijo”Padre glorifica tu nombre”

1)     Porque en ella ha resplandecido de forma insuperable

La sabiduría, el poder, la justicia, la santidad, la fidelidad y la bondad del Padre

2)     Porque en Cristo glorificado y por Cristo el nombre del Padre sería manifestado a todas las naciones.

3)     La victoria de Cristo es la victoria del Padre en él y por él.

4)     Porque la gloria de Dios es el hombre viviente y por su muerte Cristo es hecho Espíritu vivificante que da la vida divina a los que creen en él.

La misión más elevada de Cristo es la glorificación infinita de Dios que él ha de realizar en sí mismo y en su cuerpo místico; y la realización de la misma es el punto céntrico en torno al cual se concentra toda su actividad.

    Mediante esta realización logra para los hombres la reconciliación con Dios mediante el perdón del pecado; pero de tal manera que los hombres reconciliados y agraciados han de unirse a él como miembros suyos vivos, en la glorificación de Dios.

     La  glorificación más perfecta de Dios consiste en el sacrificio latréntico de valor infinito, porque el sacrificio latréntico es el sacrificio en su esencia y en su supremo significado.

 

IV.- CRISTO ENUNCIA TRES EFECTOS DE SU MUERTE

 

      IV.1 AHORA ES EL JUICIO DE ESTE MUNDO

             El juicio es aquí un semitismo cuyo sentido es la condenación (Jn 3, 19; 5,29).

             El mundo en San Juan son los hombres, hostiles a Cristo y a la luz de Cristo (Jn 7,7; 8,23, etc). Estos hombres se condenan automáticamente por su postura negativa ante la obra de Cristo acreditada en su resurrección. (Jn 3,19)

             No es Jesús el que pronuncia la sentencia de condenación, es el mismo hombre el que con su opción negativa ante Jesús, pronuncia su propia condenación, al apartarse de la luz de la verdad de Cristo permanece en la tiniebla.

 

I V.2 AHORA EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO VA A SER ECHADO FUERA

El príncipe de este mundo es Satanás, San Pablo lo llama, el dios de este mundo (2 Co 4,4). No se trata de que Satán tenga verdadero dominio natural sobre el mundo…., su dominio es por usurpación, sirviéndose del poder del pecado influye en los hombres para apartarles del Reino de Cristo (Ef 2, 2; 6,11) y los hombres se someten a él. Se le aplica a él lo que es sólo un influjo y sugestión sobre los hombres.

La muerte de Cristo es la victoria sobre el pecado y sobre su consecuencia, el poder del pecado del que se sirve Satán para establecer su imperio tiránico.

Por consiguiente el dominador y jefe de este mundo es echado fuera de su posesión de dominio puesto que ahora si los hombres no quieren no puede el dañarlos.

En este punto la antigua creación ha llegado a su término y ha comenzado una creación nueva en Cristo Jesús, siendo él, el único Señor de la nueva creación.

             Los hombres, si quieren, están ahora más bajo el poder de Cristo que bajo el poder del diablo.    

    IV.3  LA MUERTE DE CRISTO ES SALVÍFICA

a)     CUANDO YO SEA ELEVADO SOBRE LA TIERRA      

“Ser elevado” significa originariamente en el A.T. conferir poder, honor y prestigio y un nuevo status de dominio.

     “Ser elevado” en San Juan adquiere un doble sentido:

1)   “Se refiere a la muerte con que iba a morir”

“Sobre la Tierra” apunta sin duda ninguna a la cruz, a la crucifixión.

2)   Señala además la exaltación celeste: su exaltación al dominio, la entronización solemne a nuevo Señor y donador de vida.

b)     ATRAERÉ A TODOS HACIA MÍ

Expresa que la muerte de Cristo en la cruz es salvífica, pero no porque Dios sea un Dios cruento y justiciero que exige la muerte de su Hijo para otorgar a la humanidad su perdón y su gracia, sino porque Dios glorificando y exaltando a Cristo, Él atraerá hacia sí a todos: judíos y gentiles , que entonces podrán reconocerle por Mesías e Hijo de Dios(Jn 8,20) y los atraerá hacia una adhesión amorosa a él que es la fe, y si aman a Cristo, por la fe y el sacramento de la fe, el bautismo, el Padre los amará, que quiere decir que pondrá en ellos el mismo amor que en su Hijo tiene, el Espíritu Santo, y así unidos a Cristo por su Espíritu participarán de la vida trinitaria de amor en qué consiste la Salvación.

Dios nos ha amado tanto que nos entrega a su Hijo para que unidos a Él por su Espíritu participemos de su vida divina y reconstruyamos nuestra vida humana con una vida nueva en Cristo por su Espíritu.

Atraeré a todos hacia mí” significa también que reunirá a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo judíos y gentiles en una comunidad de salvación, los conducirá a una “comunión de vida con él”.

    Aquí Jesús no explica como su muerte es salvífica porque para ello es necesario hablar de la Resurrección y de la Eucaristía y aquí solo habla de su muerte.

Esto se explicará en la fiesta de la Resurrección y en el día de la Eucaristía que es la actualización del misterio pascual.

    A continuación Jesús se dirige a sus discípulos y les anima a invitarle con su seguimiento hasta la muerte, y a sus seguidores les hace una doble promesa.

1) Donde esté y también estará mi servidor

2) Al que me sirva mi Padre le honrará.

 

V.- JESÚS CONCLUYÓ ESTE EPISODIO DICIENDO:

 

Todavía os queda un poco de luz, caminad mientras tengáis luz antes que os sorprendan las tinieblas, mientras hay luz, creed en la luz, para que seáis hijos de la luz

 

VI.- APLICACIÓN DE ESTE EVANGELIO A NUESTRA VIDA

 

      Por el mundo de hoy, avanzan las tinieblas del ateísmo práctico; Jesús nos dice las palabras con que concluyó este episodio:

      “Todavía os queda un poco de luz; caminad mientras tengáis luz antes que os sorprenda las tinieblas. Mientras hay luz, creed en la luz para convertiros en:

1)     Hijos de la luz

2)     En luz de Cristo para los demás.

Este evangelio nos invita a mostrar a Jesús a los demás como Felipe y Andrés.

Pues igual que aquellos griegos, rogaron a Felipe y Andrés que querían ver a Jesús, también hoy día muchos hombres que buscan a Dios con sincero corazón, se cuestionan donde encontrarlo e intuyendo que Cristo es el camino para ir a Dios, nos están diciendo a los cristianos” MOSTRADNOS A CRISTO”

      Cristo está en su Palabra y en sus sacramentos en especial la Eucaristía pero, para que crean en esto,

 

1)     Hay que dar testimonio de amor amando al prójimo, siendo solidarios con el pobre y el marginado.

 

2)     Perdonando al ofensor siendo así testigos del amor misericordioso de Dios, que te perdonó a ti primero. Es impresionante la dificultad que tenemos en perdonar, para poder perdonar debemos pensar que Dios quiere que nos vayamos asemejando a él en el amor para participar de su vida trinitaria de amor.

      “ASEMEJARNOS A ÉL QUE SIENDO  NOSOTROS PECADORES, NOS    PERDONÓ Y ENVIÓ A SU HIJO UNICO PARA SALVARNOS”.

Cuando se nos presenta una situación en la que tenemos que perdonar, debemos   considerarla como una oportunidad que Dios nos da, para encontrarnos con él a través de los hermanos Y PARA CONVERTIR A UN HERMANO..

 

 

 

 

 

 

VII.- TERMINEMOS CON LA SIGUIENTE ORACIÓN

      

       Bendito seas Padre porque nos enviaste a tu Hijo para vencer la muerte, el pecado y el maligno

  

       Padre Santo atráenos hacia Cristo por el Espíritu de amor.

 

       Crea en nosotros un corazón nuevo para una Alianza nueva.

 

       Renuévanos por dentro con la fuerza del Espíritu Santo para que realizando nuestra vida en el amor nos  convirtamos en hijos de tu luz y seamos la luz del amor de Cristo para los demás y así iluminemos al mundo que, anda en tinieblas porque no cree en el amor.