Pecado Original |
43.- Empezamos a vivir la vida de la gracia con el sacramento del bautismo.
43,1. Cuando nacemos a la vida natural, nacemos muertos a la vida de la
gracia, porque nacemos con el pecado original . El pecado original se lava con
el bautismo. El bautismo es como un segundo nacimiento: un nacimiento a la vida
sobrenatural.
Dios creó a nuestros primeros padres en estado de gracia. Dios
en señal de su soberanía les dio un mandato para que ellos cumpliéndolo
mostraran su aceptación. Ellos cediendo a la tentación del demonio
desobedecieron . «Puesto que el fin propio del precepto era probar la
obediencia, no podemos medir la gravedad de la culpa por la acción exterior en
que se manifiesta»(546). «El hombre creado por Dios en la justicia, sin embargo, por
instigación del demonio, en el mismo comienzo de la historia, abusó de su
libertad, levantándose contra Dios»(547).
Este
pecado de desobediencia fue el pecado original, llamado así porque fue el primer
pecado que se cometió en la Tierra, en los principios de la humanidad, y es
origen de otros muchos. El pecado original es la raíz de los demás pecados de
los hombres. La realidad del pecado original es dogma de fe(548).
Con
este pecado de desobediencia nuestros primeros padres perdieron la gracia para
ellos y para nosotros sus hijos. Lo mismo que lo pierden todo los hijos del que
se arruina en el juego de la ruleta. Si un monarca concede a una familia un
titulo nobiliario con la condición de que el cabeza de familia no se haga
indigno de semejante gracia, quién puede protestar si después de una ingratitud
de este cabeza de familia, el monarca retira el título a toda la familia? El
Concilio de Trento el más trascendental de toda la Historia de la Iglesia define
como de fe que el pecado original se transmite de generación, por herencia(549).
43,2. Nosotros no somos responsables del pecado original porque no es pecado
personal nuestro ; pero lo heredamos al nacer.
Por eso el pecado original es
llamado "pecado" de manera análoga: es un pecado "contraído", no "cometido"; es
un estado, no un acto .
En virtud de la ley de solidaridad de Adán con toda
la humanidad, por ser su cabeza físico-jurídica , nos priva de los dones
extraordinarios que Dios había concedido en un principio a Adán para que los
comunicara a sus descendientes .
«Del mismo modo que entre Adán y sus
descendientes hubiera existido solidaridad si hubiera sido fiel, del mismo modo
existe también solidaridad en su rebeldía»(550). El gran
desastre del pecado de Adán fue que arrastró consigo a toda la naturaleza humana
. De igual manera que si Adán se hubiese suicidado antes de tener hijos, hubiera
privado de la vida a todo el género humano, así con su pecado nos priva de la
gracia. Fue un suicidio espiritual.
No debemos protestar por sufrir nosotros
las consecuencias del pecado de Adán. Habríamos sabido nosotros conservar estos
dones? No son nuestros pecados personales una prueba de que también nosotros
habríamos prevaricado?
El pecado original fue un pecado de soberbia . El pecado de Adán y Eva es un
pecado muy frecuente hoy día. Hombres y mujeres autosuficientes, independientes,
rebeldes a toda norma, orden o mandato, aunque venga del Papa. Para ellos sólo
vale lo que ellos opinan, y lo que ellos quieren. No se someten a nadie. Quieren
ser como dioses. Ése fue el pecado de Adán y Eva.
3. Antes de pecar, el
demonio dijo a nuestros primeros padres que si pecaban serían como dioses. Ellos
pecaron y se dieron cuenta del engaño del demonio. Con esto el demonio logró lo
que pretendía: derribar a Adán de su estado de privilegio. El demonio es el
padre de la mentira . Eva fue seducida por él. El que peca se
entrega al espíritu de la mentira.
En la medida que somos pecadores somos
mentirosos , pues el pecado es el abandono de la verdad, que es Dios, por la
mentira.
El demonio también nos engaña a nosotros en las tentaciones
presentándonos el pecado muy atractivo, y luego siempre quedamos desilusionados,
con el alma vacía y con ganas de más. Porque el pecado nunca sacia. Pero el
demonio logra lo suyo: encadenarnos al infierno.
El demonio nos tienta
induciéndonos al mal, porque nos tiene envidia , porque podemos alcanzar el
cielo que él perdió por su culpa .
Todas las tentaciones del demonio se
pueden vencer con la ayuda de Dios . El demonio es como un perro encadenado:
puede ladrar, pero sólo puede morder al que se le acerca.
En el estado de
pecado original el hombre carece de la gracia y amistad de Dios, y su libertad
está debilitada e inclinada al mal; no podemos ser totalmente dueños de nosotros
mismos y de nuestros actos .
Esta vida de la gracia que empieza con el
bautismo necesita respirar para no ahogarse. Lo mismo que la vida del cuerpo
que, si no se tiene aire para respirar, también se ahoga. Dice San Agustín que
la respiración de la vida del alma es la oración.
(546) - BIRNGRUBER: Teología Dogmática para Seglares, nº
16. Ed. Litúrgica Española. Barcelona
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(547) - Concilio Vaticano II: Gaudium et Spes: Constitución
sobre la Iglesia en el mundo actual, nº13
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(548) - DENZINGER: Magisterio para la Iglesia, nº 787-792.
Ed. Herder. Barcelona
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(549) - DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, nº 790, y DS,
1512s. Ed. Herder. Barcelona.
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(550) - EDWARD LEEN, C.S.Sp: ¿Por qué la cruz? 1ª, VIII. Ed. Rialp.
Madrid
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