Oramos para que el diálogo teológico dé frutos

Mensaje de Su Santidad Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla

 

A Su Santidad y Beatitud

PAPA JUAN PABLO II

de la antigua Roma, gozo en el Señor

La fiesta del Trono de la antigua Roma brinda a mi Humildad la oportunidad de comunicarme con Su Santidad como hermano, para congratularme con usted y expresarle mi más cordial y ferviente felicitación, así como, en esta ocasión, la de nuestro santo Sínodo.

El hecho de que Su Santidad haya permitido recientemente que la metrópoli ortodoxa de nuestro Trono ecuménico en Italia use la antigua iglesia de San Teodoro en el Palatino, situada en Roma, en el Foro Romano, así como sus locales anexos, constituye un signo importante y tangible de su sincera disposición hacia la Iglesia de Constantinopla y, en general, hacia la Iglesia ortodoxa.

Quiero expresar mi profunda gratitud y la del patriarcado ecuménico por este gesto fraterno de Su Santidad, así como el agradecimiento sincero de los fieles ortodoxos de Roma por su bondad. Este gesto fraterno de Su Santidad es una confirmación de los importantes pasos que se han dado en nuestros días con vistas al acercamiento de nuestras Iglesias. Estos pasos preparan el terreno para un encuentro más profundo de nuestras Iglesias, un acontecimiento que ambas desean desde hace mucho tiempo. No olvidamos, por supuesto, que existen aún muchas cuestiones importantes relacionadas con la fe, en las que nuestras Iglesias no están de acuerdo. Pero, desde lo más profundo de nuestro corazón, oramos para que el diálogo teológico entre nosotros, cuya próxima reunión se celebrará dentro de unos días en Baltimore, dé los abundantes frutos esperados. De su participación dependerá en gran medida que se den esos frutos.

Con estos sentimientos y esperanzas, abrazo a Su Santidad con gozo en el Señor. Le comunico, asimismo, que una delegación del patriarcado, encabezada por nuestro santo metropolita Athanasios de Heliópolis y Theira, con la participación de nuestro santo arzobispo Vsevolod de Skopelos y el archidiácono Tarasios, desearía transmitirle personalmente los sentimientos de nuestra santísima Iglesia de Constantinopla y los míos personales. Con profundo amor en Cristo, con sentimientos de fraternidad y gran honor,

26 de junio de 2000

BARTOLOMÉ I

Hermano amado en Cristo
de Su Santidad