ESCRITURA, LECTURA DE LA
SaMun

En la tradición del AT y del NT la lectura de la E. desempeña un papel importante como base para el conocimiento y la vitalidad del patrimonio de la fe. En el culto de la sinagoga y en la vida de las comunidades cristianas, la palabra escrita tiene un rango tan elevado porque los escritos del AT, los Evangelios y luego las cartas de los apóstoles son considerados como -i «Palabra de Dios».

La lectura de la E. era, por tanto, un acto religioso. Esto se manifiesta principalmente en la lectura litúrgica. Para la consideración teológica, al leer la E. en público no se trata sencillamente de notificar o referir algo. Esta lectura es más bien una actualización de la acción de Dios, que en un momento y un lugar determinados habla a su pueblo. Dios mismo habla cuando su ministro lee en público algo de las sagradas Escrituras. Esta manera de entender los israelitas su culto pasó a la naciente comunidad cristiana. Aquí es el Kyrios lleno del Pneuma el que está presente en la palabra cuando se leen los Evangelios o las cartas de los apóstoles. Por eso es antigua tradición de la Iglesia que el anuncio vivo de la palabra sea la base para el tema de la predicación que se hace en medio del culto, en la cual no se debe tender tanto a una narración detallada, cuanto a resaltar la llamada que brota, de lo leído. La selección de los pasajes leídos en el culto se ha hecho mirando a la importancia kerygmática de los mismos. El antiguo orden romano combinó este principio con una lección continua que duraba tres o cuatro años. En un ciclo de un año y con sólo dos lecturas en la liturgia de la misa, no era posible tomar toda la materia de la Biblia, ni siquiera toda la del NT. Actualmente se ha completado el ciclo anual de la liturgia romana introduciendo otro de dos años (lecturas de los domingos), de modo que en conjunto resulta un ciclo de tres años. Para los días laborables, la lectura continuada constituye un ciclo de dos años. Dado que para muchos fieles la lectura que se hace en la liturgia es la única lectura bíblica, esa ampliación de la materia constituye un avance desde el punto de vista pastoral.

Una forma derivada de la lectura bíblica cultual son las lecturas bíblicas en el Oficio. Las lecturas del Antiguo y del Nuevo Testamento se añadieron ya desde el siglo iv a los salmos y oraciones. Las homilías de los santos padres, que actualmente forman parte de las lecturas del -+ breviario, muestran la estrecha conexión entre el evangelio y su interpretación. La importancia de la palabra de Dios para la vida entera del cristiano en el mundo exige, además de la lectura litúrgica, la lectura privada de la Escritura (cf. movimiento bíblico en ->Biblia, F; -->liturgia). También la lectura privada participa del carácter religioso de la lectura de la Biblia en general, pues también en 'la lectura privada habla el Kyrios vivo por las palabras de la Escritura. Teniendo en cuenta esto, la lectura privada no se limitará a tomar nota de las historias de la Biblia, sino que llevará a comprender la historia bíblica, es decir, la acción salvífica de Dios con su pueblo (cf. historia de la ->salvación). Como la homilía (-->predicación) responde a la lectura de la E. en el culto, así la ->meditación responde a la lectura de la Biblia en privado. Ni la meditación religiosa ni el estudio teológico pueden prescindir de la lectura privada de la E. Mas para que ambos sean fructuosos, se requiere un mínimum de conocimiento de los principios exegéticos, que varían según los -> géneros literarios en los diferentes escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento.

BIBLIOGRAFIA: P. Glane, Die Vorlesung heiliger Schriften im Gottesdienst (B 1907); N. Peters, Kirche und Bibellesung (Pa 1908); Billerbeck IV 154-170; A. Stonner, Bibellesung mit der katholischen Jugend (Pa 1932); G. Kunze, Die gottesdienstliche S. I. (GS 1947) ; J. Pascher, Das Studengebet der Rómischen Kirche (Mn 1954); G. E. Closen, Wege in die HI. Schrift (Rb 21955); A. Stáger, Die Bibel als Lesebuch (W 1955); G. Schade, Biblische WSrter neu gehórt (Bielefeld 71956); J. Straubinger, Praktisches Bibelhandbuch (St 51957); W. Auer, Katholiscbe Bibelkunke (St 1957); M. Buber, Schriften zur Bibel: Werke II (espec. Der Mensch von heute und die jüdische Bibel) (Mn - Hei 1964); I. Hermann, Begegnungen mit der Bibel (D 21964); C. Charlier, La lectura cristiana de la Biblia, (E L Esp Br 1956).

Ingo Hermann