Mujer y hombre: los novios.
¿Relaciones sexuales sí o no?


Dos premisas:

  1. La respuesta a esta pregunta depende del valor-significado que se atribuye al acto sexual. En esta ficha, tal valor lo expreso con aquella dimensión que llamo personalista.

  2. Aquí se entiende la relación seria entre "chico" y "chica", en la perspectiva de un posible matrimonio. Pues en esta ficha, no se toman en consideración "las relaciones sexuales ocasionales con quien sea", sino sólo las eventuales relaciones íntimas entre novios que están honestamente comprometidos en su itinerario hacia la boda.

 


 

¿Cuándo la relación sexual realiza su plenitud de valor y significado?

Cuando pone en acto la dimensión personalista, la cual se da cuando la relación sexual entre un hombre y una mujer:

- expresa un cierto tipo de amor: aquel desinteresado, total, fiel e indisoluble de él por ella y viceversa (significado unitivo). Precisamente porque la relación sexual implica todas las dimensiones de la persona (física, psicológicas, afectivas, espirituales…, cuerpo y alma en su unidad dual), la misma también implica todas estas características del amor;
En el acto sexual, si es auténtico y completo en su valor y significado, el hombre y la mujer se reconocen y se acogen como donación, acogida, comunión integral y definitiva de vida y amor (cfr. ficha: Como vivir la sexualidad.);

- respeta la apertura a la vida (significado procreador) que el acto sexual tiene por sí mismo. Y por tanto es evitada cualquier acción anticonceptiva (cfr. ficha: Paternidad-maternidad humana…);

- se realiza en un contexto de libre elección y compartida madurez psico-afectiva;

- se realiza en un estado de vida estable, definitivo, que es acogido y reconocido oficialmente por:

· la comunidad civil: con el matrimonio civil (no se olvide que el matrimonio y la familia son la célula fundamental y central de la sociedad, elemento fundamental del bien común de toda sociedad, recurso extraordinario y determinante de la cohesión social, verdadero pilar portante para el futuro de la humanidad)

· Comunidad religiosa: para el cristiano en el sacramento del matrimonio (cfr. ficha: Matrimonio y familia en la Fe cristiana).

 


 

¿Dónde se fundamenta tal dimensión personalista?

Ella se fundamenta en tres pilares complementarios:

- Sobre la experiencia humana: hay algunas personas que en el pasado han vivido tal dimensión personalista del acto sexual, la viven en el presente y se empeñan a ponerla en acto en el futuro. ¿Son muchas estas personas?, ¿son pocas? Poco importa. El hecho de que alguien haya vivido o viva tal experiencia demuestra que es posible que también otros la vivan;

- Sobre la reflexión racional:

· acerca de la naturaleza y la dignidad de la persona humana (cfr. Ficha: Soy a imagen de Dios.);

· acerca de la visión positiva de la sexualidad humana (cfr. Ficha: Como vivir la sexualidad…);

- sobre la Fe cristiana, la cual purifica, ilumina, completa la reflexión racional (cfr. Ficha: Ciencia/Razón y Fe).

 


 

¿Bajo cuáles condiciones es concretamente posible realizar tal dimensión personalista?

- Bajo algunas indispensables y complementarias condiciones. En particular son indispensables:

· una seria y positiva educación al amor, que tiene su principio y corazón en el entorno familiar;

· un desarrollo armónico e integral de la persona hacia su maduración psicológica, en vista de su plena madurez afectiva y espiritual;

· una asunción libre y consciente de las propias responsabilidades;

· el desarrollo de algunos dotes: dominio y don de si (un don no es un préstamo); respeto y acogida del otro por lo que él es, más que por lo que tiene o da;

· un camino serio de crecimiento para lograr que el instinto sexual se transforme en deseo responsable, y éste se convierte en amor verdadero;

· una integración armónica entre los "valores humanos" y los "contenidos cristianos del matrimonio";

· un redescubrimiento del valor-virtud de la castidad;

- Para el cristiano es necesario un empleo consciente de las varias formas de ayuda que ofrece la Fe cristiana, y frente a los mismos errores y pecados, el confiado recurso al arrepentimiento y al amor misericordioso de Dios Padre.

 


 

¿Cuáles efectos se derivan de tal concepción personalista del acto sexual?

- Primeramente se resalta que tal visión personalista nace de una concepción muy positiva, hermosa, grande, alta de la sexualidad.
Es ante todo y sobre todo un SI a tal modo de considerar el sexo y la persona.
Y por tanto el no que la dimensión personalista dice a las relaciones pre-matrimoniales no nace:

· de una visión negativa de la sexualidad (prohibicionismo);

· de un rechazo de la misma;

· de un miedo a ella (sexofobia).

- Realiza algunos importantes valores y objetivos, entre los cuales:

· respeta la dignidad y la integridad de la persona. En cambio, cuando en el acto sexual la persona busca principalmente o sólo el propio placer, rebaja a sí mismo y al otro partner (incluso cuando se es inconsciente y/o de acuerdo) a objeto-cosa-instrumento-lugar de apropiación, a objeto desechable, contradiciendo así la dignidad de la persona misma, y de la misma sexualidad que no es un bien de consumo o un manantial de gratificación hacia a sí misma;

· evita banalizar el acto sexual, lo que ocurre cuando se le reduce a la sola dimensión física y sensual, rebajándolo a la sola genitalidad y vaciándolo de su sentido más auténtico y completo que es de hecho "el de expresar y actuar una comunión de amor total, definitiva y públicamente reconocida que se puede dar solamente con el matrimonio y que debe ser construida por un largo y paciente aprendizaje" (Cei, Evangelizazzione e sacramento del matrimonio, n. 77);

· rechaza cualquier forma de presión, chantaje, violencia, respetando los tiempos y la voluntad del otro;

· permite permanecer castos, mantenerse íntegros para hacer, de modo único y exclusivo, don total de si a quien será elegido y recibido un día como esposo o como esposa;

· estimula a vivir el tiempo del noviazgo como un camino amplio y articulado, como profundización de la recíproca maduración humana y cristiana; como momento privilegiado de gracia, de crecimiento en la fe, de oración y de participación a la vida litúrgica de la Iglesia, de viva experiencia de la caridad cristiana;

· prepara aquel amor total y fecundo típico de la existencia conyugal. Saber esperar, evitando las relaciones sexuales, hace madurar a los novios "en el recíproco conocimiento y en la asimilación recíproca de la personalidad; les conduce en el desarrollo de una afectividad delicada y profunda; los hace capaces de dominio sobre el instinto egoísta, en el respeto de la dignidad personal; los hace atentos a reservar sólo al porvenir el don total de si, porque únicamente en el matrimonio ése alcanza la plenitud de su sentido" (Cei, Evangelizzazione e sacramento del matrimonio, n. 76);

· permite concentrarse, con la calma y la seriedad necesarias, sobre las problemáticas, que serán en fin propias de la vida matrimonial: de aquellas psicológicas acerca de la vida de relación y pareja a aquellas jurídicas acerca de la comunión y separación de los bienes y acerca de los derechos y los deberes de la vida matrimonial; de aquellas médico-biológicas conexas con la dimensión sexual de la vida y aquellas relacionadas con la paternidad y maternidad responsable y el conocimiento de los métodos naturales de regulación de la fertilidad; de aquellos que miran a la dignidad y la belleza del matrimonio y la familia cristiana, a aquellos concernientes los rectos métodos de educación de los hijos y una ordenada dirección de la familia (trabajo estable, suficiente disponibilidad financiera, sabia administración, nociones de economía doméstica.);

· también respeta la moral sexual cristiana, evitando cometer pecados sexuales en pensamientos, conversaciones, actos. En efecto, para los bautizados las relaciones prematrimoniales "constituyen el empleo desordenado de una sexualidad humana que el Salvador ha querido poner en referencia a su mismo amor y a su Reino": ellos no son y no pueden ser una señal verdadera de aquel amor nuevo que Jesús les dona a los novios con el sacramento de la boda; son más bien una falsificación del mismo (cfr. Cdf, Persona humana, n. 7).

 



Qué decir a quien objeta: "¿Si nos queremos, por qué no expresarlo con el acto sexual?"

- Hace falta primero aclarar qué quiere decir quererse. Hay en efecto varios niveles y modos de actuar para este quererse.
Si se entiende:

· el quererse, como lo concibe la dimensión personalista, y es decir como una donación total, definitiva, exclusiva, sancionada oficialmente, socialmente, y para el cristiano también sacramentalmente; un quererse, pues, en el que se realiza un donar y un recibir todo sí mismo y para siempre; un querer decir al otro: estoy listo a dar mi vida por ti, ahora y para siempre...

· y el acto sexual como modo de expresar este tipo y nivel de quererse,

· entonces se entiende como el quererse sea algo realmente grande y el acto sexual sea justificado plenamente si y cuando expresa todo esto. Si no expresa todo esto, el acto sexual queda incompleto, es y resta "prematuro" (Cdf, Persona humana, n. 7) en cierto sentido es mentiroso, no-verdadero, aunque de un punto de vista físico-fisiológico sea completo, y aunque bajo el aspecto psicológico resulta satisfaciente.

- Es necesario luego tener presente que cumplir el acto sexual sin este tipo de quererse puede inducir fácilmente en error a las personas. En efecto:

· el intenso placer psicológico que se prueba a veces, puede inducir a pensar erróneamente que hay un perfecto y total acuerdo entre las dos personas implicadas, eludiendo o minimizando las diferencias existentes en otros esenciales niveles de conocimiento y relación (carácter, intereses, ideales, jerarquía de valores, impostación y visión de vida, personal y conyugal-familiar, generación y educación de los hijos), dispensando por lo tanto las personas de buscar un diálogo-verificación-comparación-acuerdo sobre tales niveles;

· si en caso contrario el acto sexual comporta un sentido de desilusión, tristeza, amargura, todo esto puede inducir a creer no ser hechos uno para el otro, de ser incompatibles, inadecuados para una vida matrimonial; cuando en cambio es quizás solamente cuestión de impaciencia por haber quemado las etapas, de falta de conocimiento, de falta de un auténtico y pleno quererse. .. elementos que estando presentes llevarían, sin duda, a una mejor armonía sexual.

 


 

¿En que sentido el acto sexual pre-matrimonial constituye:

- un robo respecto a la persona? La persona que realiza un acto sexual pre-matrimonial se priva a sí mismo y al otro cónyuge, actual o futuro, del derecho a la prioridad y exclusividad de hacer y recibir en regalo el acto sexual, en la plenitud de su valor y sentido (para el cristiano hasta con la bendición y santificación divina sacramental!). En tal modo ambas personas son víctimas de un grave robo, siendo defraudados en tales aspectos esenciales en la propia dimensión sexual.
¡Cuán bello, justo y preciso, y al mismo tiempo satisfactorio y plenificante, sería poder hacer don del propio primer acto sexual a quien se quiere plenamente y con quien uno se casa para siempre!

- un obstáculo al verdadero y pleno conocimiento del otro? El acto sexual pre-matrimonial:

· obstaculiza el verdadero y pleno conocimiento recíproco, induciendo a la ilusión de creer conocerse a fondo, sólo porque se alcanza un suficiente o incluso buen acuerdo sexual;

· hace subvalorar el hecho que la armonía sexual de una pareja depende, en realidad, sobre todo de la calidad del amor, de la capacidad de ser regalo con y por el otro, y no principalmente del acuerdo físico-sexual;

· aparta del perseguir otros valores del noviazgo, como incluso otros modos capaces de expresar la ternura y la comunicación de pareja;

· no ayuda a construir saludables relaciones, sino que más bien anima a tener flirteo;

- un límite a la libertad propia y a la ajena? El acto pre-matrimonial empeña en algún modo al uno con el otro, el uno por y hacia el otro. Pero la experiencia enseña que:

· Ahí donde han habido relaciones sexuales resulta más difícil poner en cuestión la propia elección o terminar una relación; se puede ser menos libre en el establecer una nueva, definitiva y positiva relación, en particular cuando se acerca más el momento del "fatídico sí" del día de la boda;

· la relación sexual es realizada, a veces, en un contexto de no-libertad, más bien como forma de real chantaje: no "concediéndose" se teme de ser rechazado por el propio partner ("si no lo hago, él/ella me dejará");

· las relaciones sexuales hacen

* a veces, nacer la exigencia de vivir juntos, acelerando bruscamente o quemando las otras indispensables etapas que exige un "buen vivir juntos";

* otras veces retardando la decisión de la boda, haciendo aparecer como satisfaciente y suficiente la convivencia sexual;

· además, cuando se llega al desengaño, decepcionados por uno o más relaciones sexuales, se pueden arrastrar consecuencias psicológico-afectivas que hacen muy difícil la relación sexual siguiente;

· si a ésto se suma el riesgo de eventuales embarazos, no previstos y muchas veces no queridos, se entiende cómo la libertad propia y ajena (no sólo la del otro partner, sino también y sobre todo la del niño indefenso concebido, en particular en caso de aborto) venga gravemente minada y limitada.

 



¿No representa la relación pre-matrimonial un verdadero «experimento» de matrimonio?

No, porque la realidad y la vida matrimonial es muy diferente al tiempo del noviazgo. La convivencia misma no es una prueba de matrimonio, ya que ocurre fuera de una decisión que comporta la exclusividad, la estabilidad definitiva, la responsabilidad de una vida ajena por toda la vida sin posibilidad de vuelta y un estado de vida reconocido y acogido por la comunidad civil y, en muchos casos, religiosa: realidad ésta a la que solamente el matrimonio empeña.
La experiencia por lo demás enseña que también períodos más o largos de convivencia no han conducido siempre a elecciones matrimoniales, y no siempre también a verdaderos y duraderos matrimonios.



¿Cuáles conclusiones se pueden sacar de todo lo dicho?

Me permito sacar dos conclusiones:

- No está demostrado que las relaciones sexuales pre-matrimoniales constituyan una real preparación, una positiva propedéutica al matrimonio. Más bien, a la luz de la dimensión personalista anteriormente descrita, son anti-matrimoniales, en cuánto lo defraudan, lo empobrecen y, a veces, hasta lo impiden o lo destruyen.

- Los motivos, que aquí han sido adoptados a sostén de tal afirmación y que tienen su corazón en la dimensión personalista de la relación sexual, también pueden ser bien incluidos y compartidos de quien no es cristiano, en cuanto, como se ha visto, no se basan sobre argumentaciones y motivaciones deducidas de la Fe cristiana. Por tanto un no-cristiano puede comprenderlas muy bien y también compartirlas: sólo es necesario un buen empleo de las propias capacidades racionales.

El Primicerio
de la Basílica de San Ambrosio y San Carlos en Roma
Monsignor Raffaello Martinelli

http://www.sancarlo.pcn.net/argomenti_spagnolo/MAR_0018.jpg

NB: Para profundizar el argumento se pueden lee los siguientes documentos:

- Catecismo De La Iglesia Catolia (CIC), nn. 2331- 2400; Compendio del Catecismo de la Iglesia Catolica , nn. 487-502;

- Congregacion para la Doctrina de la Fe, Declaración acerca de ciertas cuestiones de ética sexual - Persona humana, 1976;

- Comision Teologica Internacional, , Comunión y servicio: La persona humana creada a imagen de Dios, 2004, nn.32-39, 2004;

- Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: verdad y significado, 1995 (VS);

- Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Direttorio di Pastorale familiare per la Chiesa in Italia;

- Las Siguientes Fichas Catequisticas Redactadas por el Mismo Autor:

· Mujer - hombre: ¿cuál es la relación entre ellos según la Iglesia católica?

· Soy a imagen de Dios: ¿qué cosa significa e implica?

· ¿Cuál amor?

· ¿Cómo vivir la sexualidad en castidad?

· Matrimonio y familia en la fe cristiana

· ¿Reconocer por ley las convivencias? no es necesario…

Paternidad y Maternidad humanas: ¿cómo se ejercen en modo responsable en el matrimonio-familia?