NUESTRA SEÑORA
LA DIVINA PEREGRINA
PONTEVEDRA

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En el Corazón de la ciudad de Pontevedra se encuentra el santuario dedicado a la advocación de la Divina Peregrina. La imagen fue traída en peregrinación por devotos franceses que realizaban el camino de Santiago. Fue entronizada inicialmente en el santuario de Nuestra Señora del Camino, pero desavenencias posteriores entre las cofradías hicieron aconsejable la edificación de un nuevo templo. Las obras del actual santuario comenzaron, a expensas de su Cofradía, en 1778, y fue concebido en forma de vieira, como símbolo del peregrinaje. De estilo barroco, es una obra maestra de la arquitectura sacra.

Preside el altar un evocador retablo neoclásico. Corona el camarín de la Virgen un medallón abovedado que representa la huida a Egipto. Bajo éste se aloja  la  imagen   de  Nuestra  Señora  del

Refugio, la Divina Peregrina,  representada aquí por una delicada talla de madera, con todos los símbolos de los peregrinos: vestida con esclavina y manto que tienen bordadas vieiras en hilo noble. Sostiene al Niño en su brazo izquierdo, y lleva bordón y calabaza en su mano derecha, como si fuese a emprender ella misma la peregrinación, para caminar junto a aquellos que la invocan.

La estampa, con una hermosa oración, nos la ha enviado un joven sargento, miembro de la Brigada de Infantería Aerotransportable (BRILLAT), "Galicia" VII, requerida para desempeñar una misión internacional de mantenimiento de la paz en tierras de Bosnia Herzegovina. Allí están cumpliendo su cometido "con espíritu de amor, entrega y sacrificio para ponerme al servicio de los demás", como reza su lema. Antes de partir peregrinaron a Santiago y eligieron sus Guías: el Cristo del Buen Viaje y la Virgen Peregrina. Les esperan riesgos y una ardua tarea, pero la imagen de sus Guías les recordarán que nada han temer: Cristo -Camino, Verdad y Vida- camina con el caminante. Quienes lo siguen están en el buen Camino: el extra-viado, el hombre sin Camino, es el que cree que no necesita a Dios y prescinde de Él. Y María es la Madre que vela sobre la noche de la tentación, levanta en las caídas, socorre en los peligros y dificultades, alienta en las fatigas y alegra siempre el corazón de los que acuden a Ella.

 Archivo Mariano de D. Jesús Gil