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VIRGEN DE LA
SOLEDAD
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Hay en Parral, desde hace cerca de tres siglos una sagrada imagen traída a este mineral por los Misioneros de la Orden de San Juan de Dios, pocos años después de su fundación. Todo el pueblo tiene veneración grande, sincera y fervorosa por ella. Una imagen tan querida que al solo pronunciar su nombre, los católicos parralenses se sienten poseídos de romántico y respetuoso misticismo: Es la Virgen de la Soledad, infinitamente buena y milagrosa, maravilla de belleza celestial y humana, prodigio sorprendente de expresión. Sus facciones perfectas, la palidez de su rostro y sus ojos bañados en lágrimas que quieren desprenderse de los párpados, manifiestan su intenso dolor, su amargura por el martirio y la muerte de su hijo: Jesús el Redentor. El santuario de la Virgen es el modesto templo de San Juan de Dios, de antigua data; con su torre en el lado derecho y una nave lisa y sencilla, con el altar y hermoso retablo al fondo.
Las tardes de los viernes las
dedican los parralenses al culto de su Virgencita de la Soledad, y en su
santuario se reza el santo rosario. Salvador Prieto Quimper, septiembre de 1939.
Nuestra amada imagen fue traída de España en 1687 y colocada en tan digno marco que es el retablo principal del templo de San Juan de Dios. Fue coronada canónicamente con autorización de S.S. Pío XII el 22 de octubre de1943, como Reina del estado de Chihuahua. VIRGEN DE LA SOLEDAD, RUEGA POR NOSOTROS.
Enviado por: Dr. Juan Antonio
Chávez Jiménez |
