TEXTOS BÍBLICOS, REFLEXIONES
Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO


"Creer en Dios" (Jn 14, 1b)

 

Ex 3,6-10:

El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob

Sal 103 (102):

Revela a Moisés sus caminos

Rom 11, 33-36:

Sus decisiones son insondables y sus caminos son inescrutables

Jn 17,5-8:

"Yo salí de ti"

 

Comentario

            El mundo moderno genera nuevos dioses, dioses de cartón, madera, pintados de colores, con sus angustias y sus trampas insensatas. Dioses de turno irrisorios y espantosos. Frente a estas criaturas de humo, Israel nos habla del Todo-Otro y del Omnipresente.

            Así, el Dios incognoscible del Sinaí ante el que Moisés se tapa la cara es el mismo Dios del caminar de la fe transmitida por patriarcas y profetas. Es el Dios de las bendiciones de Abraham, de Isaac y de Jacob.

            Es el Dios del que habla el salmo, donde el amor sin límites recuerda al pueblo su gracia, su perdón, su liberación y le ofrece el esplendor de su gloria divina. Promete a los que emprenden el camino de la fidelidad una tierra renovada que mana "la leche y miel" de su amor.

            Jesús es el testigo privilegiado salido del seno mismo del Padre que anuncia la nueva enseñanza. Por su extrema humildad manifiesta la bondad del Padre; por la fuerza de su enseñanza y de sus obras reaviva las bendiciones divinas para el mundo.

            Los cristianos en marcha hacia su plena unidad manifiestan la permanencia de las bendiciones para los nuevos tiempos. Con la alabanza de sus oraciones rinden de este modo testimonio de su Dios único, presente en todas partes y tres veces santo.

Oración

Tú, que no puedes ser definido por palabra alguna; que nadie puede palpar tu presencia; que ningún espacio te puede contener; tú que llamas a los patriarcas, que hiciste pasar el mar Rojo a los hijos de Israel, que ofreces una tierra nueva para el pueblo sediento. No tengas aversión a nuestras muchas divisiones y restaura día a día la unidad plena tan deseada, para que todos seamos testigos de tus ricas bendiciones y cantemos y glorifiquemos tu nombre inefable y tres veces santo. Amén.