Como San Pablo, cristianos deben evangelizar todos los rincones del mundo
VATICANO, 5 May. 01 (ACI).- En el
segundo día de su gira, el Papa Juan Pablo II llegó esta mañana al palacio de
deportes, en el centro olímpico de Atenas, para celebrar una Misa con la
comunidad católica. Su mensaje fue fuerte y claro: evangelizar todos los
rincones del mundo como invitación de San Pablo.
El Pontífice celebró la Eucaristía con los cinco obispos católicos de
Grecia, los cardenales y los pastores que lo acompañan en su séquito, ante
unos 18 mil feligreses que colmaron el recinto deportivo.
"Recordar
en Atenas la vida y la obra de Pablo significa estar invitados a anunciar el
Evangelio hasta los confines de la tierra, proponiendo a nuestros contemporáneos
la salvación traída por Cristo y mostrándoles los caminos de la santidad
y de la recta vida moral, que constituyen las respuestas al llamamiento del Señor.
El Evangelio es una buena nueva universal que todos los pueblos pueden oír",
señaló el Papa.
El Pontífice aseguró que "siguiendo el ejemplo de San Pablo y de las
primeras comunidades, es urgente desarrollar las ocasiones de diálogo
con nuestros
contemporáneos, sobre todo en los lugares en los que está en juego el futuro
del hombre y de la humanidad, para que las decisiones tomadas no sean guiadas únicamente
por intereses políticos y económicos que no son conscientes de la dignidad de
las personas y de las exigencias que derivan de ella. Os animo a estar presentes
en el mundo".
El Papa aseguró que San Pablo fue un "defensor de la unidad",
y como en su caso, "la pasión por la unidad de la Iglesia debe ser propia
de todos los discípulos de Cristo. 'Desgraciadamente, la triste herencia del
pasado nos afecta todavía al cruzar el umbral del nuevo milenio... queda aún
mucho camino por hacer'. Sin embargo, esto no nos debe desanimar; nuestro amor
por el Señor nos empuja a comprometernos cada vez más a favor de la unidad.
Para dar nuevos pasos en este sentido es importante 'recomenzar desde
Cristo'".
Finalmente, el Santo Padre pidió a María que "vele sobre el camino que
debemos recorrer ahora, para dirigirnos hacia la plena unidad con nuestros
hermanos de Oriente y para realizar juntos, con disponibilidad y entusiasmo,
la misión que Cristo ha confiado a su Iglesia".
Al final de la Misa, el Papa se dirigió al aeropuerto internacional de Spata
para la ceremonia de despedida. No hubo discursos de despedida ni se entonó el
himno nacional ya que como requiere el protocolo griego esas manifestaciones
tienen lugar solo en el palacio presidencial.