Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

48

 

 

EVANGELIO

 

 

DOMINGO VI DE PASCUA

 

25 de Mayo de 2003

 

 

 

El cuerpo partido de Jesús y su sangre derramada son los signos del mayor amor que se puede tener. El ha entregado su vida. La Eucaristía es el signo visible del cuerpo de Cristo y el sacramento de la Iglesia, que se hace cuerpo de Jesús por medio del amor de unos a otros.

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 15,9-17

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé.

Esto os mando: que os améis unos a otros.

 

 

 

 

 

 

COMENTARIO

           

Querido amigo, muchas cosas bonitas nos dice hoy el Señor. Y todas de una gran profundidad, consuelo y alegría:

 

+Os amo como el Padre me ama a Mí.  Con el mismo amor del Padre nos quiere a nosotros. Por eso el Corazón de Jesús es tan grande, para que quepamos todos.

 

+Mi mandamiento es que os améis los unos a los otros. Aquí está el secreto de la solución cristiana al problema de las relaciones humanas, a todos los problemas del mundo. El amor mutuo es lo que hace que el hombre sea un hermano para el otro hombre, y para todos los hombres.

 

+Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos. Jesucristo dijo que éramos sus amigos, y dio la vida por nosotros. Si queremos vivir la verdadera amistad ya sabemos hasta donde tenemos que llegar.

 

+Sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando. Es fácil decir que Jesús es mi amigo. Lo difícil es hacer lo que El nos manda. Y aquí está el secreto de la amistad con Dios: LA OBEDIENCIA.

 

+No os llamo siervos sino amigos. Y esto lo dice nada menos que Dios. No somos siervos ni esclavos, somos amigos. Por eso ante Dios lo único que cabe, junto con el respeto, es la confianza.

 

+Os he elegido para deis fruto. Ya nos hablaba la semana pasada del sarmiento unido a la cepa. Si no da fruto se corta, si da fruto se poda para que de más fruto. Por nuestros frutos conocerán que somos sus discípulos. Tómatelo en serio.

 

+Lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará. No te olvides nunca de orar, y de pedir siempre al Padre en nombre de Cristo, como se hace a lo largo de toda la santa Misa. Contamos con los méritos de Cristo, que son nuestro mayor tesoro.

 

+ Y nos sigue insistiendo que su mandato es que nos amemos unos a otros. No lo olvides nunca, y grítalo a los cuatro viento: la solución para el mundo está en el AMOR. “Ama y haz lo que quieras”, diría San Agustín, porque si amamos haremos siempre el bien.

Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)