Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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EVANGELIO

 

 

DOMINGO IV DE PASCUA

 

11 de Mayo de 2003

 

 

 

La autoridad en la Iglesia no solamente es un servicio, sino un servicio doloroso: los primeros puestos en la comunidad deberán ser ocupados por los más dispuestos a dar la propia vida -y, por supuesto, todo lo que vale menos que la vida- por el resto de la comunidad e incluso por todas las «ovejas» de otros rediles.

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,11-18.

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:

-Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño un solo Pastor.

Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido del Padre.

 

 

 

 

 

 

COMENTARIO

           

El Señor es el BUEN PASTOR. Todos sabemos lo que es un pastor, y la vida tan sacrificada que lleva al servicio de las ovejas. Los pastores conocen muy bien a sus ovejas, y cada día las lleva a los buenos pastos, y cura a las enfermas, y busca a las perdidas, y las defiende de los lobos y otros depredadores… Y esto mismo hace el Señor con nosotros. Cada día nos ofrece el alimento de Su Cuerpo, nos conoce bien, nos lleva por los mejores caminos, nos defiende, nos sana, nos busca si nos perdemos… Por eso es merece la pena que confiemos plenamente en El. El mejor modo de vivir es dejar que sea el Señor el que nos marque el camino, ser de los que siguen a Jesús con docilidad, sin protestas, y sin querer buscar atajos más cómodos. Sólo Dios sabe el camino que nos conviene en la vida. Y lo más sensato es dejar que El nos lo marque.

    No olvides que hacen falta muchos buenos pastores en la Iglesia para guiar a tantas almas que van por la vida COMO OVEJAS SIN PASTOR. Es una pena, pero muchos jóvenes se pierden porque nadie les ha dicho cual es el auténtico camino, o no le han ayudado a rectificar la dirección equivocada de su vida. Tú puedes ser un buen pastor para los que viven cerca de ti. Tal ves ellos dependa de ti para ser felices.

 

Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)