Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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EVANGELIO

 

 

DOMINGO III DE PASCUA

 

4 de Mayo de 2003

 

 

 

La fe cristiana, centrada en la resurrección, es profundamente realista. Los hombres tienden a clasificar como fantasmas los contenidos de su fe. Jesús, aun después de resucitado, sigue siendo un ser humano normal. No hay, pues, que confundir la mística con el histerismo seudo religioso.

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 24,35-48.

En aquel tiempo contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y cómo reconocieron a Jesús en el partir el pan.

Mientras hablaban, se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo:

-Paz a vosotros.

Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. El les dijo:

-¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.

Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:

-¿Tenéis ahí algo que comer?

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. El lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:

-Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí, tenía que cumplirse.

Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:

-Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.

 

 

 

 

 

 

COMENTARIO

           

El Señor no es un fantasma que anda escondido dando sustos a la gente. No debemos tener nunca miedo a Dios. El señor es el SER VIVO POR EXCELENCIA, auténtico, real, del que vivimos todos. Por esa razón pidió de comer, para que comprendieran que estaba vivo. Aunque por ser espíritu Dios no come como comemos los seres compuesto que debemos alimentar una materia.

       El les abrió la inteligencia para que comprendieran las Escrituras. Eso es lo que debemos pedirle a El en estos días, que nos abra nuestra inteligencia para que podamos comprenderle y aceptarle, aunque no podamos llegar al fondo del Misterio, porque somos muy limitados. Alégrate mucho de que Dios esté vivo, y acércate sin miedo a El para que te ayude, te anime y te acompañe por el camino.  Que la alegría de la Pascua siga contigo. 

 

Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)