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EVANGELIO
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
20 de Abril de 2003
![]() María Magdalena, Pedro y Juan no eran unos visionarios, sólo constataban los hechos escuetos. Ahora bien, estos hechos no demostraban la resurrección de Jesús. Ellos llegaron a creer porque aceptaron la llamada invisible de Dios. Dios no suele hablar en medio del bullicio del fanatismo religioso.
Lectura
del santo Evangelio según San Juan 20,1-9. El
primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada
del sepulcro. Echó
a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
quería Jesús, y les dijo: -Se
han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. Salieron
Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos,
pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó
primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no
entró. Llegó
también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las
vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no
por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces
entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al
sepulcro; vio y creyó. Pues
hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de
resucitar de entre los muertos.
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COMENTARIO
Ante
la maravilla de la Resurrección, lo mejor que se me ocurre es que releas
estas palabras con las que MERCABA saluda a sus amigos: Pueblos,
venid: alabemos al Creador de la tierra, Un
saludo de tu amigo Juan ¡¡¡FELICES
PASCUAS!!! QUE TÚ TAMBIEN RESUCITES CON JESUS.
Saludos de tu amigo Juan
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