Jesús te llama:
Quiere hablar contigo

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EVANGELIO

 

 

DOMINGO IV

DE CUARESMA

 

30 de Marzo de 2003

 

 

 

Cristo vino al mundo, no para condenar, sino para salvar. De ahí que la Iglesia no debería aparecer a los ojos humanos como una institución de mal agüero, sino como una reserva de esperanza y de optimismo. Para ello es necesario que sea transparente y deje pasar la luz de Dios a través de su propia pobreza y sencillez.

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 3,14-21.

 En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo:

-Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vicia eterna.

Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

 

 

 

 

 

 

COMENTARIO

           

Las palabras de Jesús son bien claras: YO NO HE VENIDO AL MUNDO PARA CONDENARLO, SINO PARA SALVARLO.  El señor no quiere para nosotros ningún mal. Busca nuestra salvación. Y el que cree de verdad en El se salva. Pero el problema es que LA LUZ VINO AL MUNDO Y LOS HOMBRES HEMOS PREFERIDO LAS TINIEBLAS PORQUE NUESTRAS OBRAS NO SON BUENAS.

      Es decir, que todo el mal que hay en el mundo es fruto de las TINIEBLAS, del demonio que siembra oscuridad y muerte. No echemos la culpa a Dios del mal que sólo nosotros, acaparados en las tinieblas del mundo dominado por el enemigo, somos capaces de hacer.

    El que realiza la verdad se acerca a la luz, para que sus obras buenas se vean, y sirvan de testimonio. Y esto es lo que debemos hacer. Hacer el bien a la luz del día, para enseñar a los demás cual es el camino de la salvación que Cristo nos ofrece. Intenta seguir viviendo la Cuaresma como camino hacia la Luz.

 

                                   

Saludos de tu amigo Juan

 

juangainza@hotmail.com)