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EVANGELIO
DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO 19 de Enero de 2003
![]() Cristo nos sale al encuentro, pero no se nos impone. Eso sí, se deja seguir, y cuando nosotros le preguntamos dónde vive, responde claramente. La fe es una misteriosa combinación entre iniciativa divina y libertad humana.
Lectura
del santo Evangelio según San Juan 1,35-42. En
aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús
que pasaba, dijo: —Este
es el cordero de Dios. Los
dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió
y al ver que lo seguían, les preguntó: —¿Qué
buscáis? Ellos
le contestaron: —Rabí
(que significa Maestro), ¿dónde vives? El
les dijo: —Venid
y lo veréis. Entonces
fueron, vieron dónde vivía, y se quedaron con él aquel día; serían
las cuatro de la tarde. Andrés,
hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron
a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo: —Hemos
encontrado al Mesías (que significa Cristo). Y
lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: —Tú
eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas
(que significa Pedro).
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Cuando
los primeros que mostraron interés por Jesús le preguntaron que en donde
vivía, El les dijo: - Venid y lo veréis. Y
ellos fueron, y se quedaron entusiasmados de Jesús. Y después lo fueron
a comunicar a sus compañeros y amigos. Y
esto nos enseña que para conocer a Jesús, en primer lugar hay que
mostrar interés por El, en segundo lugar hay que convivir con El, y después
tenemos que darle a conocer a los demás. Es así como de verdad se
evangeliza. No podemos quedarnos con un Cristo teórico, para nosotros
solos, o para cuando nos convenga. Somos cristianos y a Dios, y a su Hijo
Jesucristo, hay que tomárselo en serio. Tú estás llamado a tratar de
cerca a Jesús y a quererle de verdad, y después a darlo a conocer. Eres
apóstol del Señor, y eso hay que demostrarlo con obras. Tienes que
hablar de Jesucristo a los demás. Lo están necesitando urgentemente.
Saludos de tu amigo Juan
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