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Evangelio
del domingo 5º de Pascua 28 de Abril de 2002
El
itinerario del hombre hacia Dios, pasa necesariamente por Cristo. Ahora
bien, este encuentro con Cristo no va envuelto en un ambiente de
prodigios deslumbrantes. Cristo se manifiesta a través de sus obras,
que son obras a favor de la liberación humana. Igualmente la Iglesia,
en nombre de Cristo, continuará estas mismas obras, y ellas serán su
gran motivo de credibilidad. Sobre
el servicio de Jesús, piedra angular, nosotros hemos sido santificados
y construidos como un templo que contiene la gloria de Dios. El nos ha
descubierto, en su misma existencia, el Camino, la Verdad y la Vida. La
acción de gracias debe recoger toda esta riqueza que el servicio de
Cristo nos ha alcanzado. Lectura
del santo Evangelio según San Juan 14,1-12. En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -No
perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de
mi Padre hay muchas estancias, si no os lo habría dicho, y me voy a
prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio volveré y os llevaré
conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo
voy, ya sabéis el camino. Tomás
le dice: -Señor,
no sabemos adónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino? Jesús
le responde: -Yo
soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si
me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo
conocéis y lo habéis visto. Felipe
le dice: -Señor,
muéstranos al Padre y nos basta. Jesús
le replica: -Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores. Porque yo me voy al. Padre.
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COMENTARIO Querido amigo, Jesús afirma tres cosas muy importante de sí mismo, que El es el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. ¿Qué supone esto? Pues sencillamente que el que no sigue a Jesucristo por la senda marcada por El anda descarriado hacia una meta peligrosa y falsa. Que el que no acepta su doctrina no camina en la Verdad y, por tanto, su vida no es auténtica. Y el que no vive su Vida, sencillamente no vive de acuerdo con Dios, luego aunque parezca estar vivo está realmente muerto. Es decir, que Cristo no es cualquier personaje de la historia, para nosotros es nuestra razón de ser VERDADEROS, nuestra condición de CAMINAR HACIA EL FELIZ FIN DE NUESTRA VIDA, y sencillamente la razón de nuestra EXISTENCIA. Piénsatelo, y decide lo que vas a responderle cuando te invita a seguirle.
Juan
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