ESTETICA Y ESPIRITUALIDAD
El
centro de la representación es siempre el rostro;
es el lugar de la presencia del Espíritu de Dios,
porque la cabeza es sede de la inteligencia y de
la sabiduría. El rostro se construye en torno a
tres círculos: el primero, normalmente dorado,
contiene la aureola, símbolo de la gloria de Dios;
el segundo comprende la cabeza y en ella aparece
la frente, como sede de la sabiduría, muy alta y
convexa, de forma que aparezca la fuerza del
Espíritu; el tercer círculo comprende la parte
sensual del rostro y expresa la naturaleza humana
de la que el personaje representado se ha
revestido durante su vida. Los ojos, cuya mirada
se irradia hacia el espectador y contiene
concentrada toda atención, son grandes, fijos y
severos. la narices con delgadas, vibrantes bajo
el movimiento del soplo del Espíritu, y
manifiestan el amor apasionado por Dios. la boca
es diminuta, a veces está dibujada con una forma
geométrica y está siempre como cerrada en el
silencio de la contemplación.