Virtud
"Tres cosas hay muy propias
para mantener todas las virtudes, y muy especialmente para conservar la pureza
del alma, es a saber: la templanza en la comida, la moderación en las palabras,
la modestia en las miradas. (S. Efrén, de Humilit. compar., sent. 21, Tric. T. 3, p. 80.)"
"Muchas veces en castigo de !a falta de
piedad, permite Dios que caigamos en las mayores culpas. (S. Basilio, Reg. 2, c. 4, sent. 38, Tric. ¡bid., p.
97.)"
"Cada cristiano debe vivir de tal modo,
en cuanto está de su parte, que sirva de ejemplo de virtud a todos los demás. (S. Basilio, Reg. 34, sent. 40, Tric. ¡bid., ibid.)"
"La perfecta virtud se impone la ley de
no dejarse arrastrar de vicio alguno, y de evitar hasta las omisiones y la
negligencia. (S. Greg. Nacianc., Orat. 3,
sent. 10, Tric. ¡bid., p. 353.)"
"El cristiano pone en el número de los
vicios el no adelantar continuamente en la virtud, el no llegar a ser un nuevo
hombre en lugar del antiguo, y el permanecer siempre en un mismo estado. (S. Grego. Nacianc., Orat. 3, sent. 12, Tric. ¡bid.,
ibid.)"
"Asimismo hay diferentes géneros de
vida para ir a Dios, así hay en su reino diversas habitaciones. Pues unos
adquieren la perfección de una virtud, otros la de otra, y algunos las de
muchas; y aún habrá quien en alto grado todas las posea. Haga, pues, cada uno
por caminar siempre, esfuércese sin cesar por adelantar en el camino, siga
cuidadosamente las pisadas del que nos muestra el camino derecho y nos arregla
nuestros pasos; y del que haciéndonos pasar el camino y puerta estrecha del
Evangelio, nos conduce a la vasta extensión de la celestial bienaventuranza. (S. Gregorio Nacianc., Orat. 16, sent. 26, Tric. ¡bid.,
p. 355.)"
"Nada da en esta vida más sólido
placer que la memoria de haber vivido bien, el gozo de vivir bien, y la
esperanza del premio venidero. La virtud, pues, es en este mundo su mismo
premio, y así se ha de considerar, no sólo como obra de los que hacen el bien,
sino también como premio de sus obras. (S. Greg.
de Nisa, Orat. 3, sent. 15, Tric. T. 4, p. 1 I5.)"
"Procuremos con la mayor aplicación no
caer de la perfección a que podemos llegar; poseamos toda cuanta nos sea
posible lograr. Estar en tal disposición, que siempre suspiremos por adelantar
en la virtud, bien puede ser que sea la perfección de la naturaleza humana. (S.
Greg. de Nisa, de vita mor., sent. 2,
adic., Tric. ¡bid., p. 359.)"
"El carácter o señal de
una perfecta virtud es la tranquilidad y estabilidad de espíritu. Esta
constancia infundió Jesucristo en las almas de los cristianos cuando dijo: Yo
os doy la paz. (S. Ambrosio, lib. 2, c. 6, sent. 23, Tric. ¡bid., p. 318.)"
"No se debe pretender descanso en esta
vida, que es paso para la eterna, y así es preciso siempre caminar: por esto
se dice del Sagrado Esposo, que va saltando de monte en monte, y traspasando de
un collado a otro collado. De este modo debemos nosotros adelantarnos sin cesar
a lo mejor, hasta llegar a aquel Supremo Bien que pueda llenar todos nuestros
deseos, y en el que hemos de vivir eternamente. (S. Ambrosio, sent. 28, Tric. ¡bid., p. 319.)"
"Todo hombre prudente debe advertir que
no se nos ha dado esta vida para el descanso, sino para el trabajo, eso es, para
procurar, en este mundo no descansar hasta el cielo. A la verdad, ninguno descansa
hoy en esta vida: está tan atravesada de males y aflicciones, que la muerte, más
que pena, nos debiera parecer remedio. Y aun por esto quiso Dios que fuese tan
breve esta vida, para que lo corto de su duración pusiese fin a las penas de
que no podría librarla la mayor prosperidad. (S. Ambrosio, lib. 1, in c. 7, Serm. sent. 38, Tric. ¡bid.,
p. 320.)"
"Cuánto me alegro cuando veo que viven
mucho los que son mansos y sabios, las vírgenes castas y las viudas graves y
respetables, para que en sus mismos semblantes y aquel aspecto de gravedad
tengan los jóvenes que venerar y que imitar. Me alegro de ver estas personas,
no porque tienen que sufrir mientras viven muchas molestias de este siglo, sino
porque aprovechan a muchos. (S. Ambrosio, lib. 2, c. 3, sent. 6, adic., Tric. ¡bid., p. 394.)"
"Cuando nos alabáis de una virtud que
no tenemos, despertáis un sentimiento de honra para que seamos tan virtuosos
como vuestras cartas nos enseñan que debemos ser; y puede suceder que yo, esforzándome
a ser lo que decís, llegue a conseguirlo. (S. Paulino, Epist. 24 ad Sever., sent. 1, Tric. T. 5,
p. 329.)"
"No hay otro bien que la virtud, ni otro
mal que el pecado. (S. Juan Crisóst., Homil. 61, de fato et provid., Orat. 1, sent. 34, Tric. T. 6,
p. 306.)"
"Si queréis llegar a una alta virtud no
os elevéis en la grande estimación de vosotros mismos, creed que nada hacéis,
y lo haréis todo. (S. Juan Crisóst., Homil. 3, in c. 1, Matth., sent. 36, Tric. ¡bid., p.
307.)"
"Cuando una persona vive bien y está
apartada de los vicios, jamás sucede que Dios la abandone, y aun cuando
estuviese en algún error, no hay duda que Dios le daría a entender la verdad. (S. Juan Crisóst., Serm. 25, c. 7, sent. 52, Tric. ¡bid.,
p. 309.)"
"El carácter más propio de una virtud
verdaderamente cristiana, es gustar de no tener cosa superflua, y pasarse sin todo
aquello que no es absolutamente necesario. (S. Juan Crisóst., Homil. 33, c. 9, sent. 55, Tric. ¡bid., p. 310.)"
"Nada de cuanto sucede en este mundo nos
escandalice ni perturbe: en vez de ponernos al peligroso mal de los humanos
discursos, en los que solamente se hallan escollos y tempestades, abandonémonos
a la divina Providencia y a la incomprensible sabiduría de Dios, aplicándonos
solamente a seguir la virtud y huir del vicio. (S. Juan Crisóst., Homil. 76, in c. 23, Matth., sent. 68,
Tric. ¡bid., p. 312.)"
"La virtud nos hace gozar aun antes de
conseguir el premio eterno, el placer incomparable de la buena conciencia y el
de la esperanza de la eterna felicidad. (S. Juan Crisóst., in Psalm. 44, sent. 129, Tric. ¡bid.,
p. 324.)"
"Es propiedad de la virtud ser estimada
aun de aquellos que no la practican: por el contrario, es propiedad del vicio
ser desestimado y reprendido aun de aquellos que viven abandonados. (S. Juan Crisóst., in Psalm. 1 11, sent. 136, Tric. ¡bid.,
p. 325.)"
"Tal es la naturaleza de la virtud, que
los mismos que la combaten, no pueden menos de admirarla; y tal es, por el
contrario, la naturaleza del vicio, que los mismos que le siguen se ven
precisados a condenarle. (S. Juan
Crisóst., Epist. ad Apisc. ob piet. in carc. inclusos, sent. 182, Tric. ¡bid.,
p. 335.)"
"No es la hermosura del cuerpo la que
debe hacer amables, sino la virtud del alma: no deben ser los adornos, el oro,
ni los ricos vestidos, sino la templanza , la probidad y la constancia en el
temor de Dios. (S. Juan Crisóst., Homil. 7, in Paralyt. Joann, 5, sent. 194, Tric: ¡bid., p.
338.)"
"Es como imposible que el que desde el
principio se haya criado en la virtud con mucha aplicación y cuidado, venga a
ser perverso: porque no está el pecado tan arraigado en nuestra naturaleza, que
pueda regularmente con su malignidad superar tanto trabajo y diligencia como se
ha puesto en destruir. (S. Juan Crisóst., Homil. 2, c. 1, Ep. ad Tit., sent. 375, Tric. ¡bid., p.
381.)"
"El que juzga que ya llegó al último
grado de perfección, se ha colocado en alto para caer. (S. Agustín, Psalm. 38, sent. 49, Tric. T. 7, p. 458.)"
"No solamente podemos imitar a los mártires,
sino también a Jesucristo, practicando las virtudes de paciencia, mansedumbre y
humildad, según el ejemplo que el mismo Señor nos dio. (S. Cesáreo de Arlés,
Serm. 49, sent. 10,
Tric. T. 9, p. 45.)"
"Los que procuran con toda severidad
elevarse a la perfección de la virtud, siempre que oyen hablar de las faltas
del prójimo, inmediatamente reflexionan sobre sus mismas faltas; y tanto más
justo es el juicio que hacen de las faltas ajenas, cuanto con mayor sinceridad
lloran las propias. (S. Greg. el Grande, lib. 3, e. 24, p. 98, sent. 6, Tric. ¡bid., p. 232.)"
"La verdadera estimación de la vida está
en la virtud de las obras, no en la manifestación de los milagros. Pués hay
muchos que no ejecutan maravillas, y no son inferiores a los que hacen
prodigios. (S. Greg. el Grande, lib. 1, Diál. c. 12, sent. 18, adic., Tric. ¡bid., p. 385.)"
"El ejercicio de las virtudes se nos
encomienda en una cierta forma de vida, en los ayunos, en las vigilias, en el
trabajo de manos, en la lectura, en la oración, en el silencio, en la pobreza
voluntaria y en otros ejercicios semejantes. Las saludables meditaciones
fomentan los santos afectos. De este modo, para que vaya creciendo en vuestros
corazones el dulcísimo amor de Jesús, necesitáis la triple consideración
de lo pasado, de lo presente y de lo venidero: quiero decir, que es necesario
traer a la memoria lo pasado, reflexionar sobre la experiencia de lo presente,
y proveer para en adelante con las justas medidas que se deben tomar para
asegurar el buen éxito. (S.
Anselmo, IS Meditat., sent. 46, Tric. T. 9, págs. 353 y 354.)"
"Dará a tu voz, voz de virtud, si
primero te persuades a ti mismo lo que quieres persuadir a otros‑(S. Bern.,
Serm. 65, in Cant., n. 3, sent. 22, Tric..ibid.,
¡bid.)"
"No puede crecer la virtud juntamente
con los vicios: reprímase la concupiscencia para que tome fuerza la virtud. (S. Bern., ¡bid., sent. 27, Tric. ¡bid., ¡bid.)"
"No puede la fama agregar a la virtud lo
que la conciencia arguye que es vicio. (S. Bern., Serm. 71, Cant. n. 2, sent. 33, Tric. ¡bid.,
p. 324.)"
"La virtud se contenta con el candor de
la conciencia, aun cuando no la acompañe el olor de la buena fama. (S. Bern., ¡bid., sent. 34, Tric. ¡bid., ¡bid.)"
"El que no corre, no puede llegar a
coger al que corre. (S. Bern., Ep. 254, n. 4,
sent. 78, Tric. ibid., p. 326.)"
"El no querer aprovechar ya es faltar. (S. Bern., ¡bid., sent. 79, Tric. ¡bid., ¡bid.)"
"Suele el perro defender la yerba aunque
no la coma. (S. Bern., Ep. 311, n. 1,
sent. 82, Tric. ¡bid., p. 327.)"
"Vio Jacob que los Ángeles subían o
bajaban en la escala: ¿acaso vio que alguno permanecía de pie o estaba
sentado? En la pendiente de una escala frágil no es posible permanecer del todo
péndulos; ni en la incertidumbre de esta vida mortal hay nada que permanezca en
el mismo estado. No tenemos aquí ciudad permanente, ni poseemos la futura, sino
que las vamos buscando. Es preciso que subas o que bajes: si pretendes pararte,
es indispensable el precipicio. De ningún modo es bueno el que no quiere ser
mejor. En el punto que empiezas a no querer ser mejor, dejas también de ser
bueno. (S. Bern., Ep. 91, ad Abbat.
congreg. Suesson., sent. 19, adic., Tric. ¡bid., págs. 351 y 352.)"
"Pues todo coopera para el bien de
aquellos que son llamados para ser santos, según el propósito. Muévaos el
mismo ejemplar de los seculares deseos. ¿Qué ambicioso hemos visto jamás,
que, contento con las dignidades conseguidas, no anhele por otras? Lo mismo
sucede con los que son curiosos: ni se sacia la vista de ver, ni el oído de oír.
Avergoncémonos, pues, de ser nosotros menos ansiosos de los bienes
espirituales. Averguéncese el alma que se ha convertido al Señor, de aspirar
ahora a la justicia, con menor afecto que antes seguía la iniquidad: pues la
causa es muy diferente; porque el estipendio del pecado es la muerte, y el
fruto del espíritu es la vida eterna. Miremos como vergonzoso el caminar ahora
a la vida con más negligencia que antes cuando íbamos a la muerte, y el
adquirir con menos afición el aumento de la salud eterna que el de la perdición.
(S. Bern:, Ep. 344, ad Mon. S. Bertini, sent. 39, adic.,
Tric. ¡bid., págs. 359 y
360.)"'