Dignidades
"Estad persuadido,
hermanos, a que cuanto mayores bienes hemos recibido, en tanto mayor peligro
estamos. (S.
Clemente, lih. 4, sent. 12, Tric. T. I, p. 125.)"
"Los poderosos
padecerán poderosos tormentos. A mí se me residenciará con mayor rigor que
a los Diáconos, y a éstos más estrechamente que a los legos. Aquel que
tiene el eminente cargo del gobierno de una iglesia, responderá a Dios por
toda ella. (Orígenes, Homil. 11 in
Jerem., sent. 7, Tric. T. I, p. 24S.)"
"No deseéis el cargo
de las almas, porque hasta tanto que seáis dueños de las pasiones de vuestra
alma, la prelacía sólo servirá para perderos a vosotros y a los que os
sigan. (S. Efrén, de Vita Spir., sent. 8, Tric. T. 3, p. 7H.)"
"Cuando un hombre no
solamente estuviese exento de vicios, sino elevado hasta la más alta cumbre
de la virtud, no comprendo, sean sus luces las que fueren, cómo se puede
encargar, sin temor, del cuidado y gobierno de las almas. (S. Greg. Nacían., Orat. I.'',
sent. 3, Tric. t. p. 351.)"
"Emprender la enseñanza
de los otros antes de haber aprendido nosotros mismos, es una acción loca y
temeraria; loca si se ignora la propia capacidad: temeraria, si habiéndola
conocido, hubiere suficiente desvergüenza para emprender el ministerio. (S.
Greg. Nacianceno, Orat. I .•', sent. 4, Tric. T. 3, p. 351.)"
"Los que presiden, deben tener presente
el cuidado correspondiente a su dignidad, mas no deben ensobercerse por razón
de su poder. Conviene, pues, que trabajen más que los otros, y que sean más humildes que los súbditos, manifestando en su
vida que son siervos de los fieles, y considerando que los que Dios ha
confiado a su cuidado, son un depósito
del Señor. (S. Gregorio de Nisa, de per-fect. Cler., sent. 14, adic. Tric. T. 4, p. 362.)"
"El que tiene obligación de juzgar a otros, debe primero juzgarse a si mismo, no sea que condena en los otros las menores faltas, al mismo tiempo que no considera los delitos que él ha cometido. (S. Ambrosio, Apolog. part., c. 2, sent. 32, Tric. T. 4, p. 320.)"
"No entremos temerariamente en los
empleos; porque será arrogancia y atrevimiento; si por algunas circunstancias
somos llamados a su desempleo, no huyamos, porque sería temeridad, y no
debemos resistir a nuestra vocación; pero si no hallamos la razón de piedad
y si no nos obligan las necesidades del prójimo y las disposiciones de !as
cosas, guardémonos de abrazar inconsiderablemente los cargos, pues sería
proceder con vana ostentación, y por un deseo desordenado de las honras. (S.
Juan Crisóst., Homil. 5, c. 3,
Ep. ad Hebr., sent. 378, Tric. T. 6, p. 382.)"
"Las cargas del mundo oprimen; pero las
de Jesucristo alivian; otras cargas sólo tienen peso; pero la de Jesucristo
es ligera y tiene alas. (S. Agustín, Psalm.
58, sent. 89, Tric. T. 7, p. 462.)"
"No correrían muchos con tanto gusto a
los cargos, si conocieran que son cargas. (S. Bernardo, Tract. de Offic., Ep. cap. 17, sent. 39,
Tric. T. 19, p. 324.)"
"El lugar en donde te ves colocado, es el más
alto, pero no es el más seguro. (S.
Bernardo, Ep. 237, sent. 98, Tric. T. 10, p. 328.)"
"Si vos queréis argüir la falsedad al
sumo y santo pontífice, perdonadnos: porque a nosotros nos parece una maldad,
así el no creer a tan grande Santidad, como el no obedecer a tanta Majestad. (S. Bernardo, Ep. 252, ad Abb. de Prae, sent. 32, adic.
Tric. T. 10, p. 357.)"
"¡Cuándo se ha verificado que los
mortales hayan logrado grandes bienes, sin que antes hayan precedido grandes
males! Aun cuando pasemos en silencio todas las demás cosas, ¿no es cierto,
que aquel único y singular beneficio de nuestra salud precedió la muerte del
Salvador? (S. Bernardo, Ep. 256, ad
Eug. Pap., sent. 35, adic. Tric. T. 10, p. 358.)"
"Es de corazones píos ceder a la
resistencia que no permite que nos lleven a donde no conviene, de lo
contrario, tener contra su voluntad a alguno en lo que se ha traído por
fuerza, es duro para él, y para ninguno útil. Además de esto, ocupar el
lugar y no hacer fruto, no conviene al lugar: ni en vosotros, ni en nosotros
es decente. Ninguno, como dice S. Ambrosio, hace lo bueno contra su voluntad,
aun cuando sea bueno lo que hace, porque, ¿qué aprovecha el espíritu de
temor en donde falta el espíritu de caridad? (S. Bernardo, Ep. 258, ad eumd., sent. 36, Tric. T. 10, p. 358
y 359.)"
"Está en el mejor orden tal vez lo que
se hace con todo el rigor del orden. (S.
Bernardo, Ep. 276, ad eumd., sent. 37, adic. Tric. T. 10, p. 359.)"
"No es cosa nueva ni admirable que el corazón
humano pueda engañarse o engañar. De uno y de otro nos debemos guardar,
porque en uno y otro hay peligro, y para los dos extremos os propuso la
cautela el Angel del gran consejo, cuando dijo: Sed prudentes como la
serpiente y sencillos como la paloma, para que de este modo la prudencia no
sea engañada, y la sencillez no pueda engañar. (S.
Bernardo, Ep. 377, ad Innoc. Pap., sent. 38, adic. Tric. T. 10, p. 359.)"
"El que ya está en el solio no necesita de la
escala. (S. Bern., de consid. 5, n. 11, sent. 151, Tric. T. 10, p. 331.)"
"Restituyase el César a sí mismo lo que es del
César. Sépase que lo uno y lo otro es interés del César: el defender su
propia corona, y el proteger la Iglesia: lo primero le toca como a rey; lo
segundo como abogado de la iglesia. (S. Bern.,
Ep. 247, ad Conrad. Rcg. Román., sent. 32, adic. Tric. T. 10, p. 337.)"
"Los reinos y derechos de los reinos se
conservan íntegros para sus dueños, si estos no resisten a lo que Dios
ordena y dispone. (S. Bern., Ep. 255, ad Ludovic. Reg. Franc., sent. 34,
adic. Tric. T. 10, p. 358.)"
"Si alguna persona del pueblo se extravía,
perece sola; pero el yerro del príncipe arrastra a muchos. (S. Bern., Ep. 117, sent. 124, Tric. T. 10, p.
329.)"
"Los señores, reconociendo que ellos
mismos están sujetos al verdadero Dueño y Señor de todos, deben tratar a
sus criados con benignidad y temor de Dios imitando en esto el ejemplo de
Jesucristo. (S. Basilio, Ep. 2, sent. 52, Tric.
T. 3, p. 198.)"
"Cual es la vida del Señor, tal es la
de toda su casa. (,S. Ambrosio, Ep. 82, sent.
166, Tric. T. 4, p. 348.)"
"No despreciéis el cuidado de los que
viven con vosotros; porque los que no procuran la salvación de sus domésticos,
serán severamente castigados, según aquellas palabras del Apóstol: Si
alguno no tiene cuidado de los suyos, y especialmente, de los que están en su
casa,
éste renuncia a la fe y es peor que un infiel. (S. Juan Crisóstomo, , Serm. cur. in Pentec., sent.
239, Tric. T. 6, p. 349.)"
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"No nos contentemos con procurar nuestra salud;
empleemos también nuestro cuidado en la de nuestros domésticos, para que
sean buenos cristianos, y estén bien instruidos en sus obligaciones para con
Dios. (S. Juan Crisóst., Homil., 45, c. 21, sent. 279, Tric.
T. 6, p. 358.)"
"La demasiada familiaridad del Señor cría mal
al siervo. (S. Bern., Serm. cont. vit.
ingrat., sent. 87, Tric. T. 10, p. 327.)"
"Los padres deben
criar a sus hijos instruyéndoles y corrigiéndoles con suavidad, según la
ley del Señor, y procurando no darles justo motivo de indignación o
tristeza. (S. Basilio, Reg. 76, c. 2,
sent. 54, Tric. t.3,p. 192.)"
"Frecuentemente
sucede que el mismo amor de los padres, por no moderarles, perjudica a los
hijos: pues, o con su condescendencia . crían libre al más
querido, o la preferencia que le muestran, apaga en los otros el afecto
fralernal. Mas ganarán para el hijo, si le ganan la gracia de los demás
hermanos. Este es el mejor presente de la liberalidad de los padres, y la más
rica herencia de los hijos. Junta a los hijos entre sí la más igual
beneficencia, así como los juntó la igualdad de la naturaleza. No conoce la
piedad ganancia de dinero en donde hay perjuicio de esla virtud. (S. Ambrosio,
de Jos. Patri,
lib. 1, c. 2, sent. 18.adic.Tric. T. 4, p. 398.)"
"Haced que vuestra
hija se críe en un monasterio; ponedla en medio de un coro de vírgenes, y
prescindiendo de otros bienes que sacará, a lo menos os libraréis del
peligro de guardarla. (S.
Jerónimo, ad Leían., Ep. 107, sent. 14, Tric. T. 5, p. 210.)"
"No aprenda tu hija a
oír ni hablar otra cosa sino lo perteneciente al temor de Dios. No entienda
lo que significan las palabras torpes: ignore los cantares mundanos: guste ya
su tierna lengua la dulzura de los Salmos: retírala de los jóvenes lascivos:
no permitas que sus criadas vayan a las concurrencias del siglo, para que no
le enseñen peor lo que ellas aprendieron mal: no sepa cuando niña lo que
después debe olvidar. (S.
Jerónimo, ad Letan., Ep. 107, sent. 2, adic. Tric. T. 5, p. 352.)"
"Las mujeres que tienen particular
obligación a cuidar de los negocios domésticos, y del gobierno de la
familia, debieran ser más prudentes que los mismos hombres. (S. Juan Crisóst.,
Homil. 60, Joann., sent. 85, Tric.
T. 6, p,. 315.)"
"Debe el marido repetir en su casa lo que ha oído
en el sermón; la mujer debe aprender de su esposo, los hijos le han de
escuchar, y los criados no deben carecer de esta doctrina. Haced, pues, de
vuestra casa una iglesia, porque algún día habéis de dar cuenta de la
salvación de vuestros hijos y criados. (S. Juan
Crisóst., Serm. 7, Génesis, sent. 110, Tric. T. 6, p. 320.)"
"Las mujeres deben tener más particular cuidado
de la educación de sus hijos, porque están más comúnmente en la casa. (S. Juan Crisóst., Serm. I, de etern., sent. 111, Tric.
T. 6, p. 320.)"
"Hay algunos padres que hacen todo lo posible
por procurar a sus hijos grandes tierras y casas magníficas, pero nada hacen
para mejorar sus almas. Y esto es lo que pierde y confunde en el mundo todas
las cosas. (S. Juan Crisóst., Serm. in
illud., vidua eligatur, sent. 214, Tric. T. 6, p. 343.)"
"Cuando vuestros
hijos salen de casa, debéis observar con cuidado a donde van, de dónde
vienen, cuáles con sus conversaciones y con quiénes contraen amistades,
porque debemos estar persuadidos, que si despreciamos este cuidado, no tenemos
que esperar perdón alguno de la misericordia de Dios. (S. Juan Crisóst., ibid.,
sent. 215, Tric. ibid., ibid.)."
"Dice un Apóstol:
cuidad de criar bien vuestros hijos, corrigiéndoles e instruyéndolos en la
doctrina del Señor. Esta es la principal obligación de los padres: aquí ven
la mayor solicitud que deben tener. En esto conozco el enlace y la naturaleza
de la sangre, cuando veo que un padre se toma mayor cuidado de las necesidades
espirituales de sus hijos. (San Juan Crisóstomo, ihid., sent. 240, Tric. ibid.,
ibid.).
"Si tú educaras
santamente a tu hijo, y aquel y el otro al suyo, y llegase a todos esta serie
de la mejor conversación, como si fuera una cadena que empezase desde ti, por
lo cual hicieses tuyo el fruto que proviene del cuidado de los hijos, y los
padres los enseñasen con cuidado, no se necesitarían leyes, juicios, penas
ni castigos, más por no cuidar de ellos los enredamos en mayores males, los
hemos entregado a las manos de los verdugos, y frecuentemente los arrojamos al
infierno. (S.
Juan Crisóst., Serm. 29, sent. 17, adic., Tric. T. 6, p. 457.)"
"Tenemos los hijos como un grande y precioso depósito;
guárdemeles con cuidado, y hagamos todo lo posible para que el astuto ladrón
no nos los robe. (San Juan
Crisóst., Homil, 9, sent. 20, adic., Tric. T. 6, p. 459.)"
"Cuando un padre manda a su hijo alguna
cosa que no es contraria a la ley de Dios, debe el hijo obedecer, como si Dios
se lo mandara, pues Dios ordena que el hijo obedezca al padre. (S. Agust., Salm. 79, sent. 113, Tric. T. 7, p.
465.)"
"Aprended de memoria el símbolo y la
oración del Padre nuestro. Enseñad a vuestro hijos, sabed que habéis de
responder a Dios de los que habéis tenido en las sagradas aguas del bautismo.
Por lo cual tendréis de estos el mismo cuidado que de vuestros hijos,
reprenderles y corregirles par que vivan sobria, casta y devotamente. Vivid de
tal modo que imitándoos vuestros hijos, vayan al cielo y no al infierno. (S.
Cesáreo de Arles, Serm. 66,
sent. 13, Tric.
T. 9, p. 46.)"
"Si Dios hace suyo a
vuestro hijo, ¿qué perdéis en esto, ni qué pierde el hijo? De rico se hace más
rico: de noble más generoso; de ¡lustre más esclarecido, y lo que es más que
todo esto: de pecador se hace santo. (S. Bern., Ep. 1 19, ad parent. Ganfridi de Perón., sent. 22, adic.,Tric.T. 10, p. 353.)"
¡Oh padre duro y madre cruel! ¡Oh padres impíos y
severos! No diré padres, sino homicidas, a quienes sirve de dolor la salud de
su hijo, y de consuelo su muerte: los que más quieren que perezca con ellos,
que el que reine sin ellos: los que pretenden que vuelva al naufragio; de que
escape desnudo al fuego de donde salí medio abrasado; a los ladrones que me
dejaron medio muerto, aunque por aquel misericordioso samaritano ya me he
restablecido algún tanto. Los que procuran que vuelva al siglo el soldado de
Jesucristo, que triunfa por tener casi arrebatado el cielo, de lo que no me
glorio en mi, sino en Aquel que venció al mundo. ¡Qué vuelva desde la misma
puerta de la gloria, como el perro al vómito y como el cerdo al cieno! ¡Oh
monstruoso engaño! Arde la casa y ya se apresura el fuego por la espalda y
prohibe la salida al que huye, y persuaden que vuelva atrás el que escapa. Y
esto por los mismos que están en medio del incendio y con obstinada locura o
con muy loca obstinación, no quieren evitar el ; peligro. (S. Bern., Ep.
1 11, ex personn. Eliae Mon., ad parent., sent. 23, adic., Tric. T.
10, p. 353 y 354.)"
"Dios es la única causa para dejar de obedecer
a los padres. (S. Bernardo, Ep. 111, sent.
63, Tric. T. 10, p. 327.)"
"Dice San Jerónimo: Si tu padre se
postra en el umbral de tu puerta, si tu madre, abriendo su seno, te manifiesta
los pechos con que te alimentó; si el pequeñito sobrino se cuelga de tu
cuello, prosigue, aunque sea preciso pisar a tu padre, y ve volando con los ojos
enjutos al
estandarte de la cruz. Ser cruel en esta parte por Jesucristo, es el género más
sublime de piedad: no te muevan las lágrimas de unos frenéticos que lloran el
verte hecho hijo de Dios, de hijo del infierno. (S. Bern., Ep. 351, ad Hugon. Novion., sent. 40, adic. Tric. T.
10, p. 360 y 361.)"