La opinión de Peter Medawar

Peter Medawar. (*)
(Gran Bretaña)
Premio Nobel de Fisiología y Medicina 1960


La carencia de buenas pruebas de la eficacia terapéutica del psicoanálisis es una de las razones por las que no ha sido admitido en el cuerpo general de la práctica médica. Un profano podría inclinarse a decir que deberíamos darle tiempo, pues los médicos son conservadores y hacen falta años y años para que ideas tan nuevas calen. Pero sólo en una escala de tiempo literaria son nuevas las ideas freudianas. Según los patrones de la práctica médica actual parecen casi cosa de anticuario. Muchos de los principios de Freud se formularon antes de que se reconociesen los errores metabólicos congénitos, antes de la teoría cromosómica de la herencia, antes incluso del redescubrimiento de las leyes de Mendel. Cuando Freud empezó a proponer sus nuevas doctrinas no se había oído hablar de las hormonas, y el mecanismo del impulso nervioso, que hoy conocemos bastante bien, era desconocido.

Sin embargo, los psicoanalistas son dados a decir que la obra de Freud es convincente porque se basó firmemente en principios biológicos básicos. Lamento, pues, tener que expresar la opinión profesional de que muchas de las ideas germinales del psicoanálisis son de lo menos biológicas que pueda haber, entre ellas la "pulsión de muerte", el supuesto de fondo de que la mente es extremadamente frágil, el desprecio sistemático de la contribución genética a la diversidad humana y la interpretación del sueño como "uno de los miembros de una clase de fenómenos psíquicos anormales"

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Peter Medawar. El Extraño caso de los ratones moteados y otros ensayos sobre ciencia. Ed. Crítica. Libreros Reunidos, S.L.

Peter Bryan Medawar (1915-1987). Zoólogo y especialista en anatomía. Compartió el premio Nobel de Medicina y Fisiología de 1960 con Frank Macfarlane Burnet por el descubrimiento de la tolerancia inmunológica adquirida. Demostró que los linfocitos T identifican a los órganos transplantados mediante sus moléculas de superficie, que son la marca hereditaria de todos nuestros tejidos. La definición de estas moléculas de histocompatibilidad (porque permiten decidir si un tejido es compatible o no), abrieron las puertas a toda la investigación ulterior en transplantes, con la que se han salvado incontables vidas humanas.

El primer trasplante clínico lo desarrollo Peter Medawar quien interesado en los injertos de piel en las quemaduras de guerra durante la 2ª Guerra Mundial, utilizó piel procedente de diferentes personas sin relación de consanguinidad alguna y estableció las leyes básicas de la inmunología de la tolerancia.

Después de graduarse fungió como profesor de la Universidad de Harvard, y destacó como investigador celular, campo en el que hizo descubrimientos de gran interés, sobre todo con lo relacionado a la inmunidad y la transformación celular. Estudió la prolongación de la vida; o sea, la gerontología, reconociendo que todas las células y tejidos del cuerpo humano presentan cierto sentido inmunológico. Además, demostró que los modelos individuales presentan la misma variabilidad que las impresiones digitales y, por tanto, pueden servir en la investigación personal por medio de aparatos ultrasensibles de inmunidad. De ahí que si un cuerpo extraño es aplicado en el tejido, éste será rápidamente identificado, provocando la consiguiente reacción inmunológica de rechazo.

Medawar, con sus investigaciones, afirmó que para llevarse a cabo los implantes con éxito, donde los tejidos sean injertados, es necesario tener diseños similares genéticamente; ello sólo es posible en gemelos o en ratas de la misma línea de cría. Prueba que le sirvió de base para demostrar que eran posibles los injertos normales. El mérito de estos trabajos fue la razón por la cual se hizo acreedor al Premio Nobel ese año.

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