LA
INMACULADA CONCEPCIÓN
Un
texto de Escoto Op. Oxon. 1. III, d. 3, q. 1.
CUESTIÓN
I:
¿Fue
la bienaventurada Virgen concebida en pecado original?
Acerca
de la distinción tercera me pregunto si la bienaventurada Virgen concebida en
pecado original.
Respuestas
por la afirmativa
1.
Leemos en Rom 5,12: Todos pecaron en Adán, simplemente por provenir de
su semen, y la bienaventurada Virgen procede también de este mismo semen: por
lo tanto etc.
2.
Damaceno, cap. 4 et 8 dice: "El Espíritu Santo la purificó".
No se purifica nada donde no hay pecado; por consiguiente tuvo pecado y María
no tuvo pecado actual, por lo tanto etc.
3.
Además Agustín, en De fide ad Petrum, cap. 1 et 33 afirma: " Sostiene
firmemente y sin sombra de duda que todo ser humano concebido por cohabitación
del hombre y la mujer, nace con pecado original". La cita está en el
libro II, dist. 30, en el capítulo: Sed quod originale peccatum. La
Bienaventurada Virgen fue concebida por cohabitación de sus padres, etc.
4. El
mismo autor en su comentario a texto Juan Este el cordero de Dios, etc.
afirma: "Él fue el único inocente que no vino a este mundo por
cohabitación de hombre y mujer", es decir según el modo común de ser
concebido.
5.
También lo afirma León, papa, en el Sermón de natividad del Señor: "Dado
que no encontró a nadie libre de culpa, vino a liberar a todos": por
lo cual, etc.
6.
También Jerónimo comentando el Salmo: He salvado del perro solamente mi
alma (Et de manu canis unicam meam), parece afirmar lo mismo.
7.
Idéntica opinión en, De consecratione, dist. 3, cap. 1, ibi: Nativitas, y en
la Glosa.
8.
También Bernardo, hablando de su concepción, dice que fue concebida en pecado
original.
9. Lo
mismo afirma Anselmo en II Cur Deus homo, cap. 16.
10.
Bernardo en una carta prueba que no fue santificada antes de su concepción,
porque en ella, como es claro, intervino la libido.
Argumentos
en contrario:
1.
Agustín, en De natura et gratia, hacia la mitad, en el texto en el cap.
2, dice : "Cuando se habla de pecados, no quiero comprometer a María en
modo alguno"
2. Y
Anselmo en De concepta virginali, cap. 18 dice: "Fue conveniente
que la Virgen resplandeciese de tal pureza como no pueda imaginarse otra
después de Dios". Puede referirse a aquella pura inocencia que solo
tuvo Cristo después de Dios: por lo cual, etc.
Respuestas
a las opiniones comunes
La
opinión común sostiene que fue concebida en pecado original.
Esta se
fundamenta en las autoridades citadas, y sobre dos argumentos principales.
Uno
es la excelencia de su Hijo. Este fue el Redentor universal abrió la puerta
a todos y si la bienaventurada Virgen no hubiese contraído el pecado original
no hubiera tenido necesidad del redentor, ni éste le hubiera abierto las
puertas a ella, porque para ella no habrían estado cerradas. Las puertas del
paraíso solamente se cierran sino por el pecado y especialmente por el
original.
El
segundo argumento se deduce de la vida de la bienaventurada Virgen.
Ella
fue engendrada de acuerdo a la ley común, por lo cual su cuerpo fue formado a
partir del semen infectado que su padre heredó de Adán, y por lo tanto
contrajo la misma infección que cualquier otro cuerpo engendrando del mismo
modo.
Y dado
que el cuerpo infecto mancilla el alma, en su alma tuvo la misma infección que
contraen las almas de aquellos que han sido procreados por concurso de hombre y
mujer.
Ella
también padeció, a causa del pecado original, las penas comunes a la
naturaleza humana, como la ser, el hambre, y todo lo que nosotros padecemos.
Estas
carencias no fueron asumidas voluntariamente por María, porque ella no fue
nuestra redentora o reparadora.
Si así
lo fuera su Hijo no sería el redentor universal de todos .
Por lo
cual hay que concluir que dichas penas le fueron justamente inflingidas por
Dios, porque las padeció por el pecado, porque ella no fue inocente.
Contra
el primer argumento demuestro que ella no contrajo el pecado original,
precisamente por la excelencia de su Hijo como redentor, reconciliador y
mediador.
Es un
mediador perfectísimo el que esta capacitado para ofrecer el acto más perfecto
posible de mediación en relación a la persona por la cual tenía que mediar.
Cristo
poseyó el más alto grado de mediación posible en relación a cualquier
persona para la cual era mediador.
Y hacia
ninguna otra persona tuvo un grado más excelente de mediación que en relación
a María. Por lo cual, etc.
Pero
esto no hubiese sucedido si no fuese provechoso preservarla del pecado original.
Lo
pruebo de tres modos:
el
primero en referencia a Dios con el cual reconcilia;
el
segundo en relación al mal, del cual libra;
el
tercero, en conexión con la obligación de la persona que ha sido reconciliada.
En
cuanto a la primera prueba traigo a colación el ejemplo aducido por Anselmo
en el II Cur Deus homo, cap. 26.
Un Rey
ofendido por uno de sus hijos, se siente también ofendido solidariamente por
todos sus hijos naturales, por lo cual los excluye a todos de la herencia, etc.
El Rey
decreta que tal culpa no sea perdonada a no ser que un inocente le tribute una
ofrenda tal que lo aplaque y le resulte más agradable de que lo haya sido
ofensivo el pecado.
Supongamos
que exista ese ser capaz de tributarle una ofrenda tan grata como para
reconciliar los hijos con el rey de modo que no sean desheredados. Por más que
el Rey ha sido ofendido por cada uno de sus hijos perdona la ofensa por los
méritos del mediador.
Pero
imaginemos un mediador capaz de aplacar al rey de modo sumo y perfecto. Este
impediría que el rey reciba alguna ofensa de algunos de sus hijos para no tener
después que aplacarlo.
Este
acto de mediación sería mejor que el de hacer perdonar una ofensa ya recibida.
Pensemos que estamos ante una culpa heredada y no personal lo cual hace más
fácil dicha acción preventiva.
De este
ejemplo concluimos que no hay reparación suprema y perfectísima sino lo logra
prevenir la ofensa. El perdón no repara perfectamente si repara después de
haber sido ofendido.
La
ofensa de Dios no proviene de un movimiento interior a Dios mismo, sino de la
presencia del pecado en el alma.
Cristo
no habría ofrecido una perfectísima expiación a la Santísima Trinidad si no
hubiera sido capaz de prevenir la ofensa de alguien.
Tendría
que haber impedido que la misma Trinidad sea ofendida en alguno de sus hijos y
previsto la existencia de un alma inmune de culpa entre los hijos de Adán.
Por lo
cual
o
existe un alma en los hijos de Adán que no tiene esta culpa;
o al
menos es posible que existe quien no la tenga.
En
cuanto a la segunda prueba se procede de dos modos.
El
primero.
El
perfectísimo mediador merece que sea removido todo castigo de aquél por el
cual cumple la reconciliación.
Pero la
culpa original es un castigo más grande que la mima privación de la visión de
Dios, tal como lo he explicado en otro lugar.
Para
una naturaleza intelectual el pecado es la mayor entre todas las penas.
Si
Cristo nos ha reconciliado perfectísimamente con Dios, tiene que haber merecido
para alguien el haber sido excluido de ese gravísimo castigo. Esto no puede ser
sino para su Madre. Por lo cual...
El
ejemplo aducido confirma todo lo dicho.
Para un
hijo de Adán el peor castigo es ver al rey esté ofendido con él y nadie lo
reconcilia más perfectamente que aquel capaz de quitar tanto la pérdida de la
herencia como también la enemistad del rey, etc.
El
segundo.
De la
misma prueba se puede argumentar:
Cristo
fue nuestro reparador y reconciliador de modo más inmediato para el pecado
original que para el pecado actual, dado que generalmente se atribuye la
necesidad de la Encarnación y de la Pasión de Cristo al pecado original.
Suponemos
que Él haya sido mediador perfecto para alguien, por ejemplo para María, en
cuanto la preservó de todo pecado actual.
Lo
mismo tendríamos que afirmar del pecado original.
En
cuanto a la tercera prueba argumento del modo siguiente:
La
persona reconciliada no contrae un máximo débito hacia el mediador sino no ha
recibido el mayor bien posible que de él pudiera obtener.
Ahora
bien el mediador sumo podría obtener para la persona la inocencia, es decir, la
preservación de la pena contraída o a contraer.
Si
Cristo mediador no hubiese preservado a nadie del pecado original nadie tendría
un débito máximo hacia él.
Me
puedes objetar que es idéntico el débito de quien ha obtenido la remisión del
pecado de quien ha sido de él preservado, en base al texto de Lucas 7: A quien
más se le perdona más ama - Cui magis dimittittur magis diligit.
Agustín
responde que los pecados no cometidos son perdonados como si hubiesen sido
ejecutados. Más aún, es un beneficio mayor preservar del mal que no permitir
que se caiga en el mal y después liberarnos de él.
Cristo
ha merecido la gracia y la gloria para muchas almas que por ellos le son
deudoras como a su mediador, ¿porqué no debería existir un alma que le sea
acreedora de la inocencia, y porque, si son inocentes todos los ángeles
bienaventurados, nunca podrá existir ni siquiera un alma humana fuera de la de
Cristo que sea inocente en la patria?
En
cuanto al segundo argumento. Los hechos aducidos de la vida de María no
nos llevan a ninguna conclusión.
Nada se
puede probar a partir de la infección de la carne causada por la fecundación.
Así lo prueba Anselmo en el tratado sobre el pecado original.
Vamos a
admitir que todos han contraído el pecado original en este mundo, pensemos en
la relación infección de la carne y pecado del alma:
Cuando
la gracia del bautismo borra por la gracia el pecado original no elimina la
infección de la carne que permanece inclusive después del bautismo. Por lo
cual dicha infección puede haber sido la causa necesaria del pecado original en
el alma.
Por lo
cual Dios podría eliminar dicha infección con su gracia en el primer instante
de la concepción para que no llegue a contagiar el alma cuando la gracia
elimina toda la culpa.
Tampoco
son conclusivas las deducciones de los padecimientos de Maria. El mediador puede
reconciliar eliminando los sufrimientos que nos son positivos y dejar solo los
provechosos.
La
culpa original no era provechosa para Maria, mientras que las demás penas
temporales le fueron útiles para ganar méritos. Por lo cual...
2.
RESPUESTA A LAS CUESTIONES
A la
objeción presentada respondo que el Poder de Dios podía hacer que ella
a) no
hubiese contraído jamás el pecado original;
b) que
tal pecado hubiese estado en ella por un solo instante.
c) que
no hubiese estado jamás en pecado original,
d) o
que lo hubiese estado durante algún tiempo y que haya sido purificada de dicho
pecado en el último instante de ese tiempo.
a) En
primer lugar declaro que la gracia equivale a la justicia
original porque en ambas se supone la aceptación divina. Por lo cual el alma
que posee la gracia no tiene el pecado original.
Dios es
capaz de infundir desde el primer instante en el alma de María tanta gracia
cuanta otra persona pudo recibir con la circuncisión o con el bautismo: por lo
cual desde aquel primer instante María habría estado sin el pecado original de
modo análogo al de una persona bautizada.
Inclusive
si en María existió alguna infección de la carne en el primer instante de su
concepción, esta no tuvo que contagiar necesariamente su alma. Lo mismo sucede
después del bautismo, cuando –según la opinión de muchos- la infección de
la carne permanece, pero no existe más la del alma.
Es
posible también que la misma carne haya sido purificada antes de la infusión
del alma para que esta no quede contagiada desde aquel instante.
b) El
segundo caso es evidente
Cuando
un agente natural comienza a obrar en un determinado instante el término
de su acción esta en su estado inmóvil bajo la acción de un agente contrario.
Después en el tiempo restante está bajo la forma contraria, en "devenir"
(in fieri).
Todo lo
que puede hacer un agente natural puede también ser hecho por Dios. Es decir,
puede producir la gracia en cualquier instante de tiempo disponible.
Esto lo
podemos corroborar por los siguientes hechos:
Cuando
el alma está en pecado, por divino poder puede recibir la gracia.
Cuando
el alma es concebida puede estar en pecado y de por sí tendría que permanecer
en pecado.
Podía
también estar en gracia, aún si ese estado es gratuito.
No se
está necesariamente en gracia en el primer instante de la vida en devenir
(tiempo o mutación o movimiento).
Inclusive
si hubiese Dios hubiese creado la gracia en el primer instante, el sujeto
podría perderla en el futuro.
c) La
tercera posibilidad resulta obvia.
Sólo
Dios sabe cuales de estas tres posibilidades que he presentado se han realizado
en los hechos.
Pero si
el hecho no contradice la autoridad de la Iglesia o la autoridad de la
Escritura, parece justo que deba ser atribuido a María lo que resulta más
excelente.
Contra
el segundo de estos argumentos se hacen dos objeciones.
1. En
primer lugar se dice: cuando Dios obra directamente sobre una criatura, lo
hace instantáneamente. Se lee en el libro VIII de la Física: las potencias
finitas e y la infinitas no operan de modo idéntico, una potencia infinita
opera en un instante. Por lo cual luego de un instante de pecado el alma no
puede con posterioridad ser hecha justa mediante la gracia.
2. En
segundo lugar se nos pregunta si la acción de justificación pueda ser
equipara a un movimiento o cambio.
La
justificación sucede en un instante y por lo tanto no es cambio.
Tampoco
es movimiento porque un alma indivisible no padecer el fenómeno de sucesión
propio de un objeto móvil.
Tampoco
de parte de la forma, es decir de la gracia, dado que la gracia no posee etapas
intermedias entre puntos extremos.
No
existe un intervalo entre dos estados de oposición privativa en un sujeto apto,
como no existe un medio absoluto entre dos términos contradictorios.
Ninguno
de los estados se pierde o se gana de modo gradual, porque el sujeto es
indivisible.
Al
la primera objeción respondo que si Dios por propia voluntad obra en un
instante del tiempo no está obligado a esperar un momento determinado para
obrar: puede obrar a lo largo del tiempo si no ha actuado en el primer instante.
Es
verdad que Dios lo que hace directamente puede hacerlo de modo instantáneo,
pero no está determinado a ejecutarlo en un instante determinado.
A la
segunda objeción respondo que hablando en abstracto, como dice el Filósofo
a propósito del movimiento y del cambio, la justificación pasiva –el hecho
de ser justificado- no es ni movimiento ni cambio, por más que tenga algo de
ambos.
Tiene
algo de cambio porque en cuanto forma simple e indivisible adhiere al sujeto
justificado.
Tiene
algo del tiempo y del movimiento porque se adhiere al sujeto no según una
medida indivisible sino en el tiempo. En esto se diferencia del cambio.
Pero
también se diferencia del movimiento porque en la justificación no existe el
flujo de una forma o de un ente móvil. No hay partes medias entre dos extremos,
dado que en la justificación no se dan términos medios, como hemos demostrado.
Un
ejemplo:
Tomemos
un móvil que va perdiendo la forma que tenía en su último instante inmóvil:
a partir de comienzo del movimiento va perdiendo ininterrumpidamente, parte tras
parte, la forma que tenía, y comienza a adquirir la forma opuesta.
Pero si
durante todo ese tiempo el móvil ya tuviese la forma opuesta y no adquiriese
sucesivamente sus partes, tendríamos un caso semejante al nuestro. Lo adquirido
de esa forma no sería ni mutación ni movimiento, como no es cambio ni
mutación el paso del estadio de inmovilidad al de movimiento.
¿Por
qué una pasividad producida por un agente natural es mutación y movimiento y
no por el contrario éste?
Respondo:
El
agente natural,
si
puede causar la forma de modo inmediato, lo hace produciendo una mutación.
si no
puede hacerlo necesariamente actúa durante un tiempo a través del movimiento
producido por la acción de mover.
Dios
por el contrario
puede
causar la forma en un instante,
pero si
no quiere producirla en un instante la podría producir totalmente en el tiempo
sin pasar por fases diversas.
Poder
actuar en el tiempo no implica imperfección en el agente: solo sería
imperfección estar obligado a actuar en el tiempo.
A
las objeciones de las Autoridades respondemos negativamente.
Todo
hijo natural de Adán es naturalmente acreedor de la justicia original y que de
ella fue privado por demérito de Adán y esta es la causa por la cual todos
contraen el pecado original.
Pero si
a alguno desde el primer instante de la creación le es concedida la gracia,
este no queda nunca privado de la justicia original.
Esto no
sería por mérito propio sino de alguien distinto, puesto que la gracia es
conferida por mérito ajeno. De por sí el tendría el Pecado original si otro
no lo previniese con su mediación.
Cuando
las autoridades dicen que "todos los que descienden naturalmente de
Adán son pecadores" esta afirmación tiene que entenderse en el
sentido de que los descendiente de Adán son privados de la justicia divina que
le es debida por el hecho de su generación natural.
Pero
esa justicia puede ser concedida por otro camino, y así como la gracia puede
ser dada después del último instante, también se le puede otorgar en el
primer instante.
Por
esta misma razón es obvio que a las argumentaciones aducidas por la primera
opinión, se responde que:
María
tuvo en grado suma necesidad de Cristo como Redentor;
María
habría contraído el pecado a causa de la común propagación si no hubiese
sido preservada por la gracia del Mediador.
Como
todos los demás tuvieron necesidad de Cristo para que por su mérito le fuese
perdonado el pecado ya cometido, con mucha más razón ella tuvo necesidad de un
mediador que la preservase del pecado para jamás en caso alguno padecerlo o
contraerlo.
3.
RESPUESTA A LA OBJECIONES
Se
objeta
María
fue primero por naturaleza hija de Adán y luego poseyó la gracia, porque fue
persona antes de recibir la gracia. Por lo cual, como hija natural de Adán
habría sido acreedora de la justicia original. Si no la poseyó fue porque
contrajo en dicho estado el pecado original.
Respondo:
Si dos
opuestos se confrontan con un mismo objeto, por su propia naturaleza queda uno
de los dos, porque no pueden estar juntos simultáneamente.
Lo que
se llamamos "primero por naturaleza" no existe simultáneamente
con su opuesto. "Primero por naturaleza" es lo que en un
momento dado se insiere en un sujeto, a no ser que lo impida un poder
extrínseco.
Si
enfrento la materia con la forma o con la privación de la forma, naturalmente
primero existe la materia que no tiene forma que la materia que sí la posee.
No
podemos afirmar que en el instante en que una materia tiene la forma no la tenga
realmente, porque entonces dos contradicciones serían simultáneamente
verdaderas. Solo afirmamos que la materia de por sí, abandonada a sí misma, no
tendría forma si otro no se la diese.
El
sujeto, por su naturaleza, es anterior a ambos opuestos. El sujeto es por
naturaleza algo que subsiste en sí mismo, antes de existir o de no existir una
modalidad accidental.
La
materia "privada de forma" es por naturaleza precedente a la
informada. Pero también primero existe en sí naturalmente, antes de
estar privada o informada.
De esto
no se sigue que la materia pueda existir en sí misma sin estar bajo una
privación o bajo una forma. De ese modo sólo afirmamos que su razón o
quididad que se dice "anterior" no incluye esencialmente
ninguno de los dos opuestos.
Siguiendo
este razonamiento afirmo que:
la
naturaleza del alma precede naturalmente tanto la justicia original o gracia
equivalente como a la privación de la justicia debida.
en la
naturaleza del alma la privación de la justicia debida precede a la justicia.
El
sujeto, por sí mismo, precede naturalmente las dos oposiciones y por ello la
privación es por naturaleza anterior a la forma.
Sin
embargo esto no comporta que el alma se encuentre en ocasiones bajo ninguno de
los extremos opuestos, ni que antes se encuentre en la privación de la gracia y
solo luego justificada.
Cuando,
pues, se argumenta que "primero fue hija de Adán por naturaleza y luego
justificada", admito que María, concebida de modo natural, en el
primer instante de su naturaleza debería haber sido hija de Adán y en ese
instante de naturaleza no tendría que poseer la gracia.
Pero de
ahí no se sigue que "en aquel instante de naturaleza fue efectivamente
privada de la gracia", hablando de un instante primero en absoluto. La
naturaleza, según dicho orden de prioridad, precedió tanto la privación de la
justicia como la misma justicia.
Solamente
podemos deducir que en razón de la naturaleza se tiene un fundamento natural
para la filiación de Adán, pero no está allí incluida ni la justicia ni la
privación, y esto lo concedo.
Si
objetas que hay otro modo de prioridad de naturaleza, es decir que por
naturaleza ella primero estuvo privada que en posesión de la justicia y que
esto deriva de una causa intrínseca.
Respondo
que es estar por naturaleza privada de la gracia, en la naturaleza real no
existe jamás.
Podría
existir si no existiese una causa extrínseca para impedirlo, introduciendo su
opuesto.
Si en
el primer instante de naturaleza la materia recibiese la forma entonces la
privación que correspondería a la materia nunca existiría.
Se
puede argumentar en base al II Perì herinenéias 14 que
"no
siendo justa en el primer instante es no-justa".
Contesto
que la consecuencia no tiene valor para los predicados compuestos. Afirmar que
algo "no es una leño blanco, por lo cual es un leño no-blanco",
e lo mismo que decir "no es justa en el primer instante, por lo tanto es
no-justa en el primer instante".
El
sentido del "no justa en el primer instante" es: "No es
naturalmente justa en el primer instante en cuanto de ella depende".
Pero de
esto no se concluye que "es no-justa en el primer instante en cuanto de
ella depende", porque nada de eso puede ser incluido en la esencia.
Replicas:
"En
el primer instante de naturaleza equivale a decir no-justa". Esto lo
niego porque "justa" no está comprendido en la primera parte
de la afirmación.
Según
II Phisic. "La abstracción no es mentira", y por lo tanto no
todo aquel no entiende esto, no está dicho que entienda el no-esto.
En
cuanto al otro problema de la apertura de la puerta, es claro que la puerta le
fue abierta por mérito de la pasión de Cristo prevista y aceptada precisamente
en orden a ella.
De modo
que por efecto de la pasión en la persona de María jamás en ella podría
haber existido el pecado o cualquier otra cosa que mantuviese cerrada la puerta,
inclusive si en el momento de su nacimiento en rigor de términos hubiera debido
estar cerrada como para todos los hombres.
Me
preguntas:
"¿Si
María hubiese muerto antes de la pasión de su hijo hubiese sido
bienaventurada?".
Respondo
que se dice que los santos padres en el limbo fueron purificados del pecado
original y sin embargo la puerta permaneció cerrada hasta que se efectuase el
pago de la pena debida.
Así
había decidido Dios que, inclusive aceptando la prevista pasión de Cristo por
la redención del pecado original para aquellos que había creído o que
habrían creído en aquella pasión, no remitió la pena merecida por el pecado,
es decir la privación de la visión de Dios. No era suficiente la sola
previsión de la pasión sino era necesaria su ofrecimiento de hecho.
Por lo
cual, como para aquellos padres la puerta no se abrió hasta que fue presentada
la pasión de Dios, así también es probable que hubiese sucedido para la
bienaventurada Virgen.
Al
argumento de Bernardo se puede responder que ha sido dada la
santificación en el instante de la concepción de la naturaleza no por una
culpa presente que no existía, sino por una culpa que hubiera estado presente
si en aquella alma no hubiese sido infusa la gracia.
Si
luego se insiste en decir que existió allí concupiscencia, esto es falso en
cuanto a la concepción de las naturalezas por más que puede concedérselo para
el momento de concepción y de la mezcla de los espermas.
Admitamos
que en el momento concepción seminal se haya dado la creación del alma.
Tampoco habría inconveniente que en algún modo la gracia haya sido infusa en
el alma para que ella no padeciese el contagio de la carne o del cuerpo,
fecundado mediante la concupiscencia.
Después
del primer instante del bautismo la corrupción de la carne, contraída con la
generación, puede permanecer junto con la gracia en el alma purificada. Así
también pudo suceder en el primer instante en el cual Dios creó la gracia en
el alma de María.
Preguntas-Tarea
Trata
de hacer un resumen de los principales argumentos en contra de la Inmaculada
Concepción de María
Trata
de hacer un resumen de los principales argumentos a favor que presenta Escoto
En sus
argumentaciones ¿aplica Escoto su doctrina sobre la predestinación o vuelve a
caer en los argumentos hamartiocéntricos?
ALGUNAS
REFLEXIONES SOBRE EL TEXTO DE ESCOTO
La
eternamente ideada y predestinada
Escoto
tuvo dos grandes méritos teológicos en la historia de la doctrina
cristiana : sus tesis del primado absoluto de Cristo y la de la Inmaculada
Concepción de la Virgen María, que mejor tendríamos que llama la eterna
predestinación de María en Cristo.
Dos
temas en profunda conexión: el plan divino de la predestinación absoluta de
Cristo incluía que el Verbo asumiría la naturaleza humana y por lo tanto
María, dentro del amor ordenado de Dios, es la "segunda"
predestinada. La Madre del Verbo encarnado será, pues , la madre del Cristo
total. Aquí radica el único principio de toda la mariología.
En
el la declaración del dogma de la Asunción Pío XII afirma que
La
augusta Madre de Dios, misteriosamente unida a Jesucristo desde toda la
eternidad, por un solo y mismo decreto de predestinación, inmaculada en
su concepción, virgen integérrima en su divina maternidad, generosamente
asociada al Redentor divino, que alcanzó pleno triunfo sobre el pecado y sus
consecuencias, consiguió, al fin, como corona suprema de sus privilegios, ser
conservada inmune de la corrupción del sepulcro y, del mismo modo que antes su
Hijo, vencida la muerte, ser levantada en cuerpo y alma a la suprema gloria del
cielo, donde brillaría como Reina a la derecha de su propio Hijo, Rey inmortal
de los siglos.
La
manera común de sostener que María no fue concebida en pecado no logran
apartarse del axioma de la ley universal del pecado. Por ejemplo, en 1278, un
hermano Menor, Juan Olivi, proclamando la ausencia de todo pecado en el alma de
María, daba la primera respuesta teológica a la objeción dogmática de la
universalidad de la Redención.
"Algunos
han dicho que María fue preservada de toda falta y de toda concupiscencia por
la gracia de Cristo... María habría tenido necesariamente la mancha original
si no hubiera intervenido la gracia mediadora del redentor... Del mismo modo que
los santos, después de haber contraído la falta original, han sido purificado
por la gracia y justificados por el mérito de Cristo, del mismo modo, ella,
dicen, ha sido preservada de la mancha original, de modo que, desde el primer
instante de la infusión del alma en el cuerpo, ha sido completamente purificada
de la mancha original".
Tanto
Olivi como los demás autores anteriores y posteriores a Escoto, siguen
prisioneros de la idea agustiniana del pecado original transmitida por la
infección de la carne y por la concupiscencia. No olvidemos que en la
Universidad de París la Inmaculada Concepción seguía siendo una herejía
puesto que negaba la universalidad de la Redención. Francisco de Mayronis,
discípulo de Escoto, popularizó un argumento que fue atribuido a Escoto:
"potuit, decuit, ergo fecit" ("Dios podía hacerlo,
convenía que lo hiciese, por eso lo hizo"), argumentación que no escapa
de la ley del pecado para adentrarse en el misterio del proyecto predestinandte
de Dios.
El
mismo Escoto no supo llevar hasta sus últimas consecuencias su ordinate
volens. El primer querido fue Cristo, el segundo María.
Habría
que volver a estudiar el tema del pecado original que históricamente ha
integrado creencias hoy por hoy inaceptables para una teología dogmática que
integre los datos de la crítica bíblica, de la patrística y de la ciencia.
Tomemos como mero ejemplo el tema de la infección de la carne por el esperma
infecto de Adán, como fundamento del pecado original, ya fue repudiada por
primera vez en 1295, en un escrito de s. Pedro Pascasio.
Solamente
remontándonos al tema del primado de Cristo encontramos en Escoto un
planteamiento correcto del tema, que no es diverso a la de la predestinación de
Cristo y de todas las criaturas en Cristo. Cuando hablamos de la
"inmaculada", afirmamos que :
el
pecado no está en el centro ni es la realidad determinante de la historia.
el eje
de la historia es el amor fiel, gratuito y libre de decreto eterno de Dios.
lo
importante no "estar redimido" sino "estar
predestinado" en Cristo
habría
que cambiar el nombre llamar a María la eternamente ideada y predestinada. El
lo que el Sínodo de Obispos, citando un discurso del papa, dice del hombre, no
sólo de María.
El
hombre eternamente ideado y eternamente elegido en Jesucristo, debía realizarse
como imagen creada de Dios, reflejando el misterio divino de comunión en sí
mismo y en la convivencia con sus hermanos, a través de una acción
transformadora sobre el mundo. Sobre la tierra debía tener, así, el hogar de
su felicidad, no un campo de batalla donde reinasen la violencia, el odió, la
explotación y la servidumbre (DP. 184.).
Gentileza
de http://www.franciscanos.net
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