LIBRO
II

 

 

LAS PROPIEDADES DINAMICAS

 

DE LOS CUERPOS

 

 

El fin que pretende la Cosmología es investigar la esencia del cuerpo; pero no podemos conocerla más que por sus propiedades, que son estáticas y dinámicas. Examinadas ya como lo han sido las propiedades estáticas, es preciso que tratemos ahora de las propiedades dinámicas del cuerpo, es decir, de las fuerzas o virtualidades activas del mismo. Ahora bien, la mejor forma de conocer tales propiedades será examinar los diversos efectos de dichas fuerzas activas, todos los cuales pueden reducirse principalmente al movimiento según el lugar, según la cualidad y según la cantidad. Pues el movimiento según la substancia, lo veremos posteriormente. Por esta razón, dividiremos el libro en dos capítulos: que son el V y el VI. El capítulo V tratará acerca del movimiento y de su inseparable compañero, el tiempo. El capítulo VI versará sobre las fuerzas activas y la acción de las mismas, sobre las leyes a que obedecen dichas fuerzas y sobre los milagros.

 

CAPITULO V

EL CONTINUO FLUYENTE

 

En el presente capítulo vamos a tratar del movimiento sucesivo y de su realidad, de la definición aristotélica de movimiento, del tiempo físico y del tiempo absoluto todo lo cual lo expondremos en cinco artículos.

 

Articulo I

LA REALIDAD DEL MOVIMIENTO SUCESIVO LOCAL

 

TESIS 12.- El movimiento local es real, sucesivo, continuo e intrínseco al móvil, como un modo del mismo.

 

225.- Nociones.- El movimiento constituye una especie determinada de mutación. Por tanto, será preciso exponer la noción de mutación y sus divisiones.

 

Mutación es el tránsito de una cosa de un modo de comportarse a otro, tanto si los términos son positivos como si son negativos.

 

El movimiento, en cuanto que es mutación, puede ser intrínseco y extrínseco. Extrínseco es el que se debe a una denominación extrínseca, y no tanto es un movimiento de la cosa movida, como un movimiento de algo extrínseco a dicha cosa. Así, una cosa puede pasar de ser no-vista a ser vista, mediante la visión, que no está en la cosa vista, sino en la persona que ve; y el hombre puede pasar de ser no-amado a ser amado, por el amor que otra persona tiene hacía el amado, pero no por una mutación del amado. Intrínseco es el que consiste en una mutación intrínseca a la cosa que se mueve.

 

226.- El movimiento intrínseco, a su vez, puede ser en sentido propio y en sentido impropio.

 

Movimiento intrínseco en sentido impropio son todos los actos inmanentes divinos, como conocer, percibir, gozar. Tales actos de ninguna manera pueden considerarse movimientos, porque en ellos no se da ninguna mutación o alteración ni tampoco ninguna acción o efecto inmanente, ya que Dios es inmutable y posee la perfección infinita por su sola esencia, sin movimiento alguno; ni mediante dichos actos se lleva a cabo ningún tránsito, porque Dios es todo cuanto es "ab aeterno" y sin que se dé en él movimiento al guno, aunque en sus acciones "ad extra" sea sumamente libre. Sin embargo, tales actos inmanentes de Dios se denominan operaciones y movimientos, únicamente porque mediante ellos Dios posee la perfección que los vivientes. creados tienen gracias al movimiento.

 

Movimiento intrínseco, en sentido propio, es el que hemos definido al principio, es decir: el tránsito o paso intrínseco de una cosa, de una manera de comportarse a otra.

 

Según esta definición, en todo movimiento deben darse cuatro elementos: el primero es el sujeto que permanece bajo cualquier mutación, y que pasa de un estado a otro; el segundo es el término "a quo", que es abandonado; el tercero es el término "ad quem", que se adquiere; el cuarto es el tránsito en sí mismo, o la misma adquisición del término "ad quem", y la pérdida correspondiente del término "a quo".

 

Y así es como aparece en qué sentido la creación "ex nihilo" o la aniquilación no constituyen movimientos ni mutaciones; pues en ambos casos no existe un sujeto que permanezca bajo uno y otro término, sino que es la cosa la que empieza a ser o deja de ser en su totalidad; no obstante, pueden denominarse mutaciones, en sentido menos propio..

 

227.- En un sentido tan amplio como lo es el de la mutación, el movimiento puede dividirse, en primer lugar, en metafísico, físico y moral. Movimiento físico es el que se verifica en los cuerpos. Movimiento metafísico es el que se verifica en el espíritu, o también el movimiento, en sentido absoluto, en cuanto que prescinde de lo físico y de lo espiritual. Moral es el que se verifica en el propósito de la voluntad.

 

En segundo lugar, se divide en movimiento en sentido amplio, en sentido estricto y en sentido estrictísimo.

 

Movimiento, en sentido amplio, es cualquier tránsito de la potencia subjetiva pasiva al acto, o a la inversa, del acto a la potencia subjetiva, y ello aunque el tránsito no sea sucesivo; por esta razón, mejor puede hablarse de mutación que de movimiento.

 

Movimiento, en sentido estricto, es todo tránsito sucesivo de la potencia pasiva al acto, o del acto a la potencia, como son la alteración, el aumento y la translación local.

 

El movimiento, en sentido estrictísimo, es solamente el movimiento local.

 

228.- En tercer lugar, el movimiento se divide en substancial y accidental. Substancial, si el término "ad quem" y el término "a quo" son algo substancial, como cuando un árbol se transforma en carbón. Accidental, si el término "a quo" o el término "ad quem" son algo accidental, como cuando el agua se torna de no-caliente en caliente.

 

En cuarto lugar, el movimiento se divide en instantáneo y sucesivo. Instantáneo es el que se da sin sucesión alguna, sino en un instante; tal como ocurre en los espíritus, cuando alguien, de no-inteligente pasa a ser inteligente; o en los cuerpos, cuando tienen lugar las mutaciones substanciales: pues la forma producida y perdida no tiene partes esenciales, y por ello, o es, o no es. Sucesivo es el que tiene partes que no se dan simultáneamente, si­no que una viene después de otra sin interrupción.

 

229.- A su vez; el movimiento sucesivo puede ser movimiento de aumento y de disminución, movimiento de alteración y movimiento de traslación local. El movimiento de aumento se da en el ser vivo, que, al ser "uno per se", de pequeño se hace grande mediante asimilación de materia. Decimos que en el ser vivo el aumento se da de modo continuo, mientras que en los no vivientes se da de modo discreto, y así, cuando crece una casa, ello ocurre por la adición que se, va haciendo de ladrillos, que no son algo continuo, si no contiguo. Pero, en realidad, en el viviente habría que decir lo mismo; pues el cuerpo viviente, al no ser continuo, la adición en él tiene lugar mediante partículas separadas, y no de modo continuo. La alteración es una mutación de la cualidad, p. e., como cuando el agua se calienta de uno a 20 grados, y sobre todo si las cualidades no pueden darse juntas en el mismo sujeto, como cuando lo que es azul se cambia en rojo. El movimiento local es movimiento de traslación, cuando el cuerpo se traslada de un lugar o "ubi" a otro lugar, o adquiere un nuevo "ubi".

 

230.- El movimiento sucesivo puede asimismo ser esencialmente sucesivo o no esencialmente sucesivo.

 

No esencialmente sucesivo es el que podría darse en un instante, si existiera una causa suficiente y el sujeto se hallase debidamente preparado: y así el agua sucesivamente se mueve de cero a 20 grados, pero Dios podría calentarla en un instante hasta los 20 grados. De modo semejante, el aumento se verifica poco a poco y sucesivamente, pero no hay ninguna dificultad para que Dios, en un solo instante, proporcione a un niño el cuerpo de un adulto.

 

Movimiento esencialmente sucesivo es aquel cuyas partes no pueden darse simultáneamente ni siquiera por la omnipotencia de Dios; tal es el movimiento local. Y así, si un cuerpo se traslada de un punto a otro mediante el movimiento local, este no puede suceder en un instante, ni siquiera por la omnipotencia de Dios: al menos, tendremos dos extremos y el tiempo intermedio. No obstante, el cuerpo podría adquirir nuevas ubicaciones sin movimiento local, p. e., en el caso qué Dios, de repente, colocase al cuerpo en el término lejano, destruída su anterior ubicación; o porque Dios, valiéndose de la multilocación, hiciera que el cuerpo estuviera al mismo tiempo en el término "a quo", en el término "ad quem" y en todos los lugares intermedios; pero en tal caso, ya no existe movimiento local.

 

231.- En quinto lugar, puede dividirse el movimiento, atendiendo al término "ad quem" y "a quo", en generación, corrucción y conversion.

 

Generación es el tránsito de la no-forma a la forma, y puede ser substancial y accidental; p. e., de lo no-animal surge el animal, de lo no-inteligente lo inteligente, de lo no-caliente lo caliente.

 

Corrupción es el tránsito de la forma a la no-forma; y puede ser substancial y accidental: substancial, como cuando el viviente se muere, o como cuando el agua se hace no-agua; y accidental, como cuando el hombre triste se convierte en hombre alegre.

 

Conversión es el tránsito de una forma positiva a otra forma también positiva; como cuando lo dulce se vuelve amargo; y puede ser substancial y accidental; como cuando la planta se vuelve carne animal, o como cuando el agua fría (los antiguos lo consideraban una cualidad positiva) se vuelve caliente, o a la inversa entre las conversiones substanciales, la de mayor relieve es la transubstanciación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre del Señor, en la que toda la substancia del pan se transforma en substancia del cuerpo de Cristo.

 

En toda conversión se dan tres mutaciones: una es de negativo a positivo, de no-forma a forma; otra es de positivo a negativo, de forma a no-forma; otra es de positivo a positivo, de forma a forma. Esto podemos verlo en la conversión de la madera en carbón, o de un hombre vicioso en virtuoso.

 

232.- En sexto lugar, el movimiento se divide en mutación simple y movimiento en sentido físico. Simple mutación es el tránsito de un modo de comportarse a otro, tanto si los términos "a quo" y "ad quem" son positivos, como si el uno es positivo y el otro negativo. Movimiento en sentido físico es el tránsito de un modo positivo de comportarse a otro modo también positivo de comportarse; y tiene la siguientes propiedades: en primer lugar, debe ser entre términos opuestos; en segundo lugar, es accidental; en tercer lugar, es sucesivo; y en cuarto lugar, es continuo. Por lo cual, el calentar algo de un grado a 20, constituye un movimiento físico; la traslación local es un movimiento físico; mientras que el pasar de no-pensar (no existe pensamiento) a pensar, no es movimiento, si sólo mutación (Urráb., Cosm., p. 1012).

 

233.- Estado de la cuestión.- Sin duda alguna, por otras partes de la filosofía consta que existe el movimiento substancial, al menos cuando lo inorgánico se transforma en substancia del viviente. Igualmente, hay buena constancia del movimiento accidental: pues se da movimiento accidental instantáneo en los actos inmanentes de entender y de querer. Existen también movimientos accidenta les sucesivos, aunque no esencialmente tales, porque podrían ocurrir en un instante: y así tenemos el aumento cuantitativo, y la correspondiente disminución, en los vivientes, la alteración cualitativa de lo frío a lo caliente, y la intensificación de las cualidades. Pues cuando, p. e., la madera se calienta, el calor va Subiendo paulatinamente de cero a cien grados, y cuando el niño es pequeño, va creciendo poco a poco hasta que adquiere la estatura normal.

 

Pero aquí la cuestión principal se plantea acerca del movimiento local, que es esencialmente sucesivo. ¿Se da, en verdad, "a parte rei", o es sólo un producto de la imaginación? Y en el caso de ser real, ¿es algo intrínseco al ser, o algo extrínseco, conveniente al ser por pura denominación extrínseca procedente de los cuerpos a los que realmente conviene?

 

234.- Opiniones.- La primera es la de los eléatas, que negaban el movimiento por razones metafísicas; según ellos (Parménides), si el ser sufriera alguna mutación, sería el mismo y no sería el mismo; igualmente, algo se haría de nuevo, lo que es imposible: porque se haría o a partir del ser (pero el ser ya es), o del no ser (pero de la nada no se hace nada, v. n. 16).

 

La segunda opinión es la de los subjetivistas, que niegan el movimiento por razones psicológicas.

 

Así, a) Kant niega la realidad del movimiento, porque él movimiento es una representación que depende de las formas "a priori" de la sensibilidad interna y externa. b) Igualmente, Bergson niega la realidad del movimiento. Esta autor admite, desde luego, que toda la realidad del mundo y del ser es movimiento, pero un movimiento no espacial, sino puramente cualitativo, cuyas características son: es movimiento sin sujeto; es indivisible; no es mensurable por el espacio; y sus partes no pasan sino que se compenetran. En cambio, el movimiento local, que es mensurado por el espacio y que es el tránsito de un lugar o punto del espacio a otro lugar o punto del espacio, dice que es una ficción de nuestro entendimiento sin fundamento alguno en la realidad, y sólo por el fin de la acción. c) Niegan también la realidad del movimiento los idealistas acosmísticos, como Berkeley, Hegel y Fichte.

 

La tercera opinión afirma que el movimiento es plenamente real, pero sin embargo no es algo intrínseco al móvil. El móvil, según ellos, no sufre ninguna mutación intrínseca por el movimiento sino que sólo recibe las denominaciones de cercanía o de apartamientos tomadas de los cuerpos a los que el móvil se acerca o de los que se aparta. Así, en general, los tomistas, especialmente Masi y Hoenen.

 

La cuarta opinión es que el movimiento local es plenamente real, y que constituye además una afección intrínseca al móvil, que consiste en una ubicación fluyente, distinta realmente del mó­vil, y que le pertenece como un modo del mismo. Así, Suárez, Urrá­buru, Nys y otros muchos. Esta también será nuestra opinión.

 

235.- Prueba de la tesis.- I P. Existe el movimiento local. Efectivamente, el testimonio de los sentidos en las debidas circunstancias, es meritorio de fe; es así que, el sentido que se halla en las debidas circunstancias, nos ofrece el movimiento local; luego, existe el movimiento local. Y no es posible exigir una prueba mejor, ni tampoco existe. La menor: pues percibimos que el cuerpo A sucesivamente va estando cerca de los cuerpos más distintos, y se va apartando también de ellos.

 

II P. El movimiento local es sucesivo y continuo.- A. Es sucesivo: porque es imposible la traslación local instantánea; luego, ocurre sucesivamente. El antecedente: pues si la traslación ocurriera en un solo instante, en el mismo instante el cuerpo estaría simultáneamente en dos lugares adecuados: en el término "a quo" y en el término "ad quem", y así no habría movimiento. Si, pues, no está simultáneamente en dos lugares, ha de estar sucesivamente en ellos.

 

B. Es continuo, y consta de partes divisibles sin fin. De lo contrario, constaría sólo de indivisibles, y esto repugna. Pues o los indivisibles serían contiguos, o serían distantes. No pueden ser contiguos, porque entonces no habría movimiento, sino reposo absoluto, al coincidir todos los indivisibles. No pueden ser discretos; pues entonces el móvil habría de adquirir las diversas ubicaciones sin pasar por medio, y así el movimiento en cuestión constaría de muchos "reposos", pero no habría movimiento; ahora bien, todo esto va contra la experiencia, ya que vemos con claridad que el cuerpo se traslada localmente sin interrupción alguna, y que coincide con todo el espacio continuo que va recorriendo.

 

236.- III P. Como algo intrínseco al móvil. Pues el cuerpo, mediante el movimiento, adquiere, en forma sucesiva y continua, las relaciones de distancia y no-distancia respecto de los cuerpos a los que se acerca o de los que se aparta, y por ello adquiere, en forma continua y sucesiva, el fundamento de tales relaciones; es así que, dicho nuevo fundamento es intrínseco al móvil, y es el movimiento local; luego, el movimiento local es algo intrínseco al móvil.

 

La Mayor consta.  Declaradón de la menor: a) Es algo intrínseco al móvil; pues el nuevo fundamento de que se trata, debe estar allí donde se ejerce el influjo de la causa eficiente, o motora; ahora bien, dicho influjo no se ejerce sobre los cuerpos que rodea, sino sólo sobre el móvil; luego, sólo en el móvil reside dicho fundamento nuevo. b) Y este fundamento de las nuevas relaciones se denomina movimiento local: porque el movimiento local es aquello por lo que se traslada formalmente el cuerpo; ahora bien, por un tal fundamento nuevo es por lo que el cuerpo se traslada formalmente.

 

237.- IV P. Y es un modo físico del móvil.- Pues el movimiento local cumple la definición que corresponde al modo intrínseco. Es, en efecto, algo intrínseco; y es algo realmente distinto del móvil, porque el móvil puede existir sin movimiento; es un accidente del mismo, porque no proporciona ninguna denominación esencial, sino al margen de la esencia, como lo es el ser "transeúnte" aquí o allá; y posee una entidad tal que es sólo una determinación formal del móvil para ser "transeúnte", pero no una entidad que pudiera existir aislada, ni siquiera por la omnipotencia de Dios (n. 135, C., y 144).

 

238.- Corolarios.- 1.- Luego los cuerpos pueden moverse localmente y mudar su ubicación a través de los espacios "inanes" y del vacío. Pues si el movimiento es algo intrínseco al móvil, y no es una relación sino el fundamento de una relación, podrá existir incluso donde no haya ninguna relación a los cuerpos, como ocurre en el vacío y en lo "inane"; pero de esto ya antes hemos tratado (v. n. 144-5).

 

2.- Luego, el movimiento no es una mera relación, sino el fundamento de una relación, y por ello es causa de la relación e independiente de ella.

 

3.- El movimiento es modo y acto del móvil, pero no puede considerarse "forma"; pues la forma proporciona un ser terminado, y no es como el complemento de otro o como un medio para él; mientras que el movimiento no posee ser terminado, sino que es esencialmente camino para él; y por ello no es forma, aunque sea acto. Exactamente por la misma razón son actos, aunque no formas, la inhesión, la unión substancial y la subsistencia; mientras que son formas la sesión (acto de sentarse), la figura y el "ubi".

 

239.- Escolios.- 1.- La acción y la pasión se identifican realmente entre si y con el movimiento, pero las tres cosas se distinguen con distinción de razón.

 

I P.- La acción y la pasión se identifican entre sí realmente: por que la acción eductiva, de la que sólo se trata, por si misma depende esencialmente del sujeto que sufre la pasión, y hace que la forma dependa formalmente de dicho sujeto; es así que todas estas son funciones de la pasión; luego la acción es lo mismo queda pasión.

 

II P.- El movimiento se identifica con la acción y la pasión; por que el movimiento es aquello por lo que el sujeto que mueve causa el movimiento, o mueve; es así que esto es la acción; luego el movimiento es acción; y como quiera que la acción se identifica con la pasión, de aquí que el movimiento se identifica realmente con a acción y con la pasión.

 

III.P.- Sin embargo las tres cosas se distinguen con distinción de razón. Pues el mismo flujo de la forma, según sale del agente, se denomina acción; y según que se recibe en el paciente, se denomina pasión; y en cuanto que prescinde del agente y del paciente, y tan sólo dice camino hacia el término, se denomina movimiento; por consiguiente, el flujo de la forma, en cuanto que es acción, dice orden al agente; en cuanto que es pasión, dice orden al paciente; y en cuanto que es movimiento, es camino hacia el término, prescindiendo tanto del agente como del paciente; y es evidente que tales conceptos objetivos se distinguen con distinción de razón.

 

240.- 2.- El especificativo del movimiento.- El movimiento no lo especifica al termino “a quo” sino el termino “ad quem”; pues el movimiento, en tanto es, p. e., “calefactivo” ( o productor de calor), en cuanto que tiende a introducir  dicho calor; y aunque varíe la causa agente, el movimiento no será otra cosa mas que el “calefactivo”; luego toda su especie la toma del término “ad quem”, no del término “a quo”.

 

241.- 3.- La unidad del movimiento.- El movimiento toma su unidad del móvil, de la forma a la que tiende, de la duración ininterrumpida, y del medio que recorre.

 

a) Toma su unidad del móvil; pues si el móvil es múltiple, múltiple habrá de ser necesariamente el movimiento. b) De la forma a la que tiende: pues si la forma que ha de producirse, o el término "ad quem", es múltiple, también lo serán la acción y el camino (o movimiento). c) De la duración ininterrumpida; pues si el movimiento se interrumpe y de nuevo se reanuda, ya no se trata de un movimiento sino de dos. d) Y del camino que recorre: pues si el camino recorri­do es curvo, el movimiento será distinto del que hubiera de recorrer un camino recto, parabólico, o de otra manera.

 

242.- Escolio 4.- El sistema de Bergson acerca del movimiento y del tiempo, lo comprenderemos mejor si exponemos sintéticamente todo su sistema filosófico. Podemos reducirlo, pues, a los siguientes puntos esenciales:

 

1. Antiintelectualismo.- El entendimiento no está hecho para conocer la verdad, sino sólo para dirigir la acción, de donde el entendimiento es esencialmente "artesano", no cognoscitivo. No hace más que deformar la realidad. Pues la realidad es singular, vital e indivisible, mientras que el entendimiento representa las cosas en universal, las vuelve estáticas y necesarias, y las multiplica en muchas partes espaciales no vitales; luego es prueba de que el entendimiento no es cognoscitivo, sino únicamente "artesano".

 

2. Intuicionismo.- Dado, pues, que el entendimiento no es cognoscitivo, es preciso buscar otra facultad que sea cognoscitiva de la realidad, y no puede ser más que la intuición supraintelectual. Dicha facultad, en realidad, la ejercen tan sólo unos pocos hombres, y ello con enorme trabajo y muy raras veces. En cuanto al modo como conoce la realidad, es por una cierta "simpatía", y como lanzándose el sujeto hacia las cosas para sentirlas como se siente a sí mismo.

 

3. Movilismo.- Esta facultad cognoscitiva es la que proporciona la realidad desnuda como es en sí misma. Ahora bien, ¿cuál es la realidad, o el ser en si, según Bergson? Es únicamente el movimiento, pero un movimiento sin sujeto, puro movimiento o duración y puro tiempo. Pero semejante movimiento, duración o tiempo no dice sucesión, divisibilidad ni conmensurabilidad con ningún espacio; pues todo movimiento es sólo un acto de la consciencia; ahora bien, los actos de la consciencia son simplicísimos y sólo se diversifican entre sí cualitativamente; por consiguiente, no se distinguen con distinción real, de lo contrario se pondrían unos fuera de otros y constituirían espacio, no consciencia; y así, hablando con propiedad, no se da el movimiento, porque no existe sucesión, divisibilidad ni distinción real de partes. Todas las partes del movimiento o del tiempo se compenetran entre sí, de suerte que no existe flujo, sino pura variedad cualitativa.

 

243.- 4. Acosmismo.- De donde concluye que el espacio no es algo real, sino fingido por el entendimiento; asimismo afirma que es fingido el mis­mo movimiento local, porque esencialmente se conmensura con el espacio, que es pura ficción de la mente. Se sigue también de ello que no existe el tiempo en cuanto duración sucesiva, porque esto equivaldría a admitir la realidad ontológica del espacio, ya que la duración sucesiva supone poner "partes extra partes", y esto ya es el espacio.

 

5. Univocismo.- De aquí deduce también que el ser, en cuanto ser, no es otra cosa más que "élan vital" (impulso vital), o duración pura, puro movimiento sin sucesión y sin sujeto, con sola la variación de las cualidades; y, procediendo más allá, se sigue que la diversidad de las cosas, en su conjunto, es algo accidental; pues la materia es el "élan vital" descendente, y el espíritu es el mismo "élan vital" ascendente; Dios mismo no es otra cosa mis que un "élan vital" de la misma clase que el nuestro, sólo que más condensado. Y así, termina por profesar el monismo y el panteísmo, al menos en sus libros científicos, ya que fuera de ellos afirma que él admite un Dios Creador, Seño, etc…, Y tal vez mitigó aún más esta doctrina en "Les deux sources de la moral et de la religión", en cuanto al modo de hablar, si bien la substancia de la doctrina permanece la misma.

 

244.- Algunos autores han dedicado no poco tiempo a refutar la teoría bergsoniana acerca del tiempo; pero nosotros no vamos a hacer ahora otro tanto. Pues dicha teoría se apoya toda ella en principios manifiestamente falsos, que han sido rechazados ya en otros lugares. En efecto, profesa un puro nominalismo; niega también la realidad de la extensión espacial, y la multiplicidad de las cosas materiales: todas ellas son puras ficciones que fabrica el en­tendimiento en orden a la acción. Por tanto, debe también negar, y niega de he­cho el movimiento local; y asimismo, en lógica consecuencia, debe negar la rea­lidad del tiempo.

 

Es totalmente subjetivista, como Kant, por lo que se refiere al mundo corpóreo; no obstante, se denomina realista, ya que afirma la existencia de la realidad ontológica. Pero dicha realidad ontológica es puramente ficticia; porque el ser en cuanto ser, o la realidad en cuanto tal, no es otra cosa más que movimiento, y además, movimiento sin sujeto; mas por otra parte, tal movimiento no tiene nada de movimiento; pues no tiene sucesión, ni divisibilidad, ni distinción alguna de partes; pero podemos ver que todas estas afirmaciones van en contra del sentido común y de las primeras evidencias, y constituyen, errores ampliamente refutados en Crítica.

 

245.- Objeciones.- 1.- (Argumento de Parmánides). Todo cuanto se muda es lo mismo y no es lo mismo; es así que, esto es imposible; luego es imposible todo movimiento o mutación. La menor: Todo cuanto se muda es lo mismo, porque de lo contrario no se daría algo que estuviese bajo las distintas afecciones, y por tanto tampoco habría algo que se mudase; y no es lo mismo, porque si  se muda, es algo distinto a lo que era, de lo contrario no se mudarla.

 

Distingo la Mayor: Es lo mismo y no es lo mismo bajo diversos aspectos, concedo; bajo el mismo aspecto, niego; contradistingo la menor: bajo el mismo aspecto, concedo; bajo distinto aspecto, niego. Y distingo la prueba, de la misma manera.

 

Lo que se muda es exactamente lo mismo, en cuanto al sujeto que sufre as mutaciones; y no es lo mismo, en cuanto a las afecciones internas que continuamente recibe por el movimiento, en lo que no existe ninguna contradicción.

 

2.- (Argumento de Zenón, conocido por "la flecha"). Una flecha que tiende a su blanco con movimiento continuo, o se moverla donde no está, o donde está; es así que ambas cosas repugnan; luego, no existe el movimiento continuo. La menor: si se mueve donde no está, decimos algo absurdo; si se mueve donde esta, luego no se mueve, sino que está en alguna parte, lo que equivale a estar quieta.

 

Niego el supósito de la Mayor: pues la flecha en movimiento, no está en ninguna parte, sino que sólo pasa, o adquiere sucesivamente ubicaciones. La dificultad tendría valor si dijéramos que la flecha se mueve, y, sin embargo, en el movimiento constaba de elementos indivisibles.

 

3.- Instancia: La flecha en movimiento no está delante del lugar en que está, ni detrás del lugar en que está; ni está simultáneamente delante y detrás del lugar en que está, sino que está sólo en el lugar en que está; es así que, en el lugar en que está, está quieta, o en estado de reposo; luego, en el movimiento consta de "reposos" indivisibles y discretos.

 

La Mayor es clara, porque por una fotografía es posible descubrir que la flecha está en un lugar determinado, y no delante ni detrás, ni al mismo tiempo delante y detrás. La menor: de lo contrario, no estaría donde está.

 

Niego el supuesto del antecedente. Pues ya hemos dicho que la flecha no está en ninguna parte, sino que sólo pasa. En cuanto a la prueba aducida, digo lo siguiente: la fotografía no puede captar el movimiento, sino solo el móvil y ello únicamente si el movimiento de la flecha es menos rápido que el movimiento de la cámara fotográfica; que, si es más rápido, no capta el móvil en reposo, sino en movimiento, aunque sea de manera obscura y confusa.

 

4.- El movimiento no es más que la síntesis psicológica de algo pretérito y de algo futuro, es así que, un proceso psicológico es sólo subjetivo; luego, el movimiento es algo subjetivo, y por tanto, no real.

 

Distingo la Mayor: el conocimiento del movimiento es una síntesis psicológica, concedo; la misma cosa conocida, niego; contradistingo la menor:  el proceso psicológico, considerado subjetivamente, es algo meramente subjetivo, concedo; considerado intencional y objetivamente, niego.

 

246.- 5.- (En favor de lo extrínseco del movimiento respecto del móvil). El movimiento local de un cuerpo es su relación de acercamiento a otros - cuerpos; es así que, el acercamiento es una mera denominación extrínseca respecto del cuerpo al que se acerca; luego, el movimiento es una mera denominación extrínseca, y no intrínseca al móvil. La Mayor pues sin otros cuerpos a los que se acerque el cuerpo en movimiento, no existe movimiento de acercamiento.

 

Niego la Mayor. El movimiento local es el fundamento de tal relación de acercamiento, y por ello es anterior e independiente de tal relación. En cuanto a la prueba aducida: concedo el aserto, y niego el consecuente, a saber: que el movimiento sea dicha relación. El movimiento es el fundamento de la relación en cuestión: y si se dan cuerpos a los que el móvil se acerca, surge la relación de acercamiento; pero si no existen cuerpos en absoluto, como ocurre en el espacio "inane", no se dará tal relación de acercamiento, aunque sí el fundamento de la misma, y dicho fundamento es precisamente el movimiento.

 

6.- El problema de la posibilidad del movimiento local en el espacio lleno. La objeción procede la siguiente manera: Para que se dé el movimiento, se requiere que el móvil se compene­tre con otros cuerpos contra los que se mueve, o que empuje y rechace los cuer­pos contra los que se mueve, hasta la última superficie de los cielos; es así que, ambas cosas son imposibles; luego, no puede darse el movimiento.

 

Niego la Mayor: basta que los cuerpos posean densidad mayor o menor, y así, mediante la compresión efectuada por el móvil, el aire ocupará menor volumen, dará lugar al movimiento, y después, el mismo aire, por su elasticidad, recuperará su posición primitiva.[1]

 

Articulo II

DEFINICIÓN ARISTOTÉLICA DEL MOVIMIENTO SUCESIVO

 

TESIS 13.- El movimiento sucesivo lo define acertadamente Aristóteles, diciendo que es el acto del ente que está en potencia, en cuanto que está en potencia.

 

248.- Nexo.- Ya hemos definido rectamente el movimiento sucesivo, de manera vulgar, diciendo que es el tránsito o paso intrínseco del ser, de un estado a otro, a través de las partes que no se dan simultáneamente, sino de manera sucesiva y continua, o sin interrupción entre ellas mismas. En esta descripción, las palabras "transito o paso intrínseco del ser, de un modo de comportarse a otro", vienen a ser como el género del movimiento; y las palabras "a través de las partes que no se dan simultáneamente..", tienen carácter de diferencia especifica, por la que el movimiento sucesivo difiere de cualquier ­otra clase de movimiento.

 

Aristóteles elaboró otra definición más científica, que, merced a as nociones de acto y de potencia, proporciona la esencia íntima del movimiento intrínseco. Y esta definición es la que vamos a explicar ahora.

 

249.- Nociones.- La fórmula de la definición es: el movimiento es el acto del ente en potencia, en cuanto en potencia. Hemos de explicar estos términos.

 

El movimiento es acto. Pues el acto es una determinación actual de alguna posibilidad o indiferencia que reside en el sujeto. Y tal es el movimiento. Pues si no fuese acto, sino potencia, el sujeto podría moverse, pero no se movería.

 

Del ente existente; pues se supone que la cosa en movimiento ya existe; pues si no existía el ente en movimiento -o móvil-, y por la acción se constituye en su totalidad, entonces el ente no se mueve, sino que se crea.

 

250.- En potencia.- Potencia es la capacidad de una cosa para ser lo que todavía no es por sí misma. Esta potencia puede ser objetiva y física. Objetiva es la de los puros posibles, que pueden ser, pero todavía no son. Física, o subjetiva, es propia de la cosa que ya existe, la cual, aunque ya exista, sin embargo puede ser algo que todavía no es; como el agua que ya existe, puede ser caliente, cuando todavía no lo está; y el entendimiento, que ya existe, puede entender algo, cuando todavía no lo entiende.

 

Por su parte, la potencia física puede ser activa y pasiva. Potencia activa es la capacidad de producir una acción, que todavía no ha producido: esta potencia es, más bien, acto, ya que en tanto puede producir una acción y un efecto, en cuanto que tiene en acto la perfección de tal efecto. Pero de esta potencia no hablamos ahora. Potencia física pasiva es la capacidad de recibir una perfección o determinación intrínseca, que la cosa por si misma no tiene. Así pues, cuando decimos que el movimiento es el acto del ente existente en potencia, hablamos de la potencia física, no de la objetiva; y de la potencia física pasiva, no de la activa. Decimos, pues, que el movimiento es el acto de lo que existe en potencia; pues si ya está en acto, el móvil no se mueve, sino que ha sido movido.

 

En cuanto que está en potencia. Porque el movimiento es un acto tal del ente móvil, que por dicho acto el sujeto permanece aún en potencia, no a realizar o recibir otro acto, sino el mismo, y ello de manera sucesiva, continua y sin interrupción.

 

Todo acto relativo es acto de un ente que estaba en potencia a él, y que, una vez recibido dicho acto, permanece en potencia a otros más; pero no todo acto es acto de un ente que estaba en potencia a un acto, de manera que por él permanezca aún en potencia a realizar o recibir dicho acto; esto es lo que es propio y exclusivo del movimiento sucesivo y continuo.

 

251.- Corolarios.- Para llegar a un análisis más perfecto de la definición que hemos dado, es preciso añadir los siguientes corolarios.

 

1.- Así pues, el movimiento sucesivo es un acto que constituye un mero "pasar", y "devenir", ya que no comunica un ser perfecto, sino un ser imperfecto e "in fieri"; por el movimiento, el móvil no es, sino que "deviene"; no es algo hecho, sino que se hace.

 

2.- El movimiento es esencialmente continuo y sin interrupción. Pues si se interrumpe, ya cesa el movimiento; podrá, desde luego., comenzar otro movimiento, pero el anterior habrá cesado.

 

3.- Consta de partes distintas, que no existen todas simultáneamente; pero no se halla dividido, en acto, porque si se divide o se interrumpe, cesa y queda destruido.

 

4.- Es un ente "sui generis", que es positivo, y que sin embargo consta de dos negaciones. Es positivo y real, ya que constituye el efecto de  ­una causa eficiente, mediante una acción positiva. Pero consta de dos negaciones: la negación de la existencia actual de las partes anteriores, y también de las posteriores o futuras, pues todas estas partes constituyen un solo movimiento.

 

252.- 5.- El movimiento da comienzo por su último "no-pertenecerse", y termina por su primer "no-pertenecerse"; o en otras palabras, el movimiento da comienzo de manera extrínseca, y termina de manera también extrínseca. Pues el movimiento no tiene dentro de sí una parte que sea la primera o la última, porque cuanto pueda designarse, es divisible hasta el infinito; luego debe dar comienzo y terminar de manera extrínseca, designando el último instante en el que ha dejado de ser "nada", y el primer instante en que ya es "nada". Mientras que, por el contrario, las cosas permanentes dan comienzo de manera intrínseca por su primer "pertenecerse", ya que existen instantáneamente; y terminan o de­jan de ser por su primer "no-pertenecerse", no por su último "pertenecerse", porque en el último "pertenecerse", todavía no han dejado de existir, sino que son .

 

6.- El movimiento es un "uno per se", pero "sui generis": pues su existir es un existir por partes sucesivas, de las cuales una nunca puede estar simultáneamente con otra; sino que todas se continúan a través del presente, que es el limite indivisible e ideal del pasado y del futuro, o más bien, es ­"el mismo pasar", y no puede explicarse de otra manera.

 

7.- De dichos corolarios se sigue: si hay algo que se mueve con movimiento sucesivo, luego se seguirá moviendo, y ya se movía. Pues todo cuanto es designable en el movimiento, es divisible hasta el infinito, y por ello, no tiene un primer instante intrínseco que le pertenezca, ni un último instante; si, pues, el movimiento no tiene un primer instante que le pertenezca, es que el móvil ya se movía; y si no tiene un último instante, luego habrá de moverse después.

 

8.- Sin embargo, no es necesariamente eterno, como pretendía deducir Aristóteles; porque tal afirmación es hipotética es decir, si la cosa se mueve, se verifica también el que se movía y el que habrá de moverse, pero no es necesario que se verifique "ab aeterno" la hipótesis de que se mueve. Pues el movimiento puede empezar, al menos, a partir de un instante extrínseco.

 

253.- Estado de la cuestión.- Preguntamos, pues, si la definición del movimiento sucesivo y continuo ha sido bien elaborada por Aristóteles.

 

Opiniones.- La primera sostiene que la definición en cuestión no es apropiada. Así, Descartes afirmó que tal definición es ininteligible, y que consta punto menos que de palabras mágicas, que poseen una fuerza oculta y por encima de la mente humana (Regla 12 para la dirección de la mente).

 

La segunda es común a los escolásticos, quienes enseñan que el movimiento es algo archiconocido en cuanto a su existencia (cuestión "an sit"), pero obscurísimo en cuanto a su esencia (cuestión "quid sit"); pero por la definición de Aristóteles se declara de modo científico y acudiendo a los términos filosóficos de potencia y acto. Esta opinión es la que nosotros vamos a seguir.

 

254.- Prueba de la tesis.- Las cualidades que ha de reunir una buena definición son: que sea breve, clara, conveniente a todo y solo lo definido, y realizada por el género y la diferencia, o de un modo equivalente; es así que, estas propiedades convienen a la definición de Aristóteles; luego, es una buena definición.

 

La Mayor consta. Prueba de la menor: a) No puede ser más breve, según se ve. b) Es clara, al menos después de la declaración de los términos. c) Conviene a todo y solo lo definido. A todo: porque todo movimiento sucesivo ha de ser, o aumento y disminución, o alteración cualitativa p. e., en el calentar algo, o en el inten­sificar otras cualidades, o movimiento local; y a todo ello conviene perfectamente la definición dada, como apreciará el que lo considere. A sólo lo definido: pues no conviene al movimiento instantáneo p. e., a la intelección o acto de entender; pues este movimiento es el acto de un ente que estaba en potencia a él, pero por dicho acto ya no permanece en potencia a realizar o recibir el mismo acto. d) Se efectúa prácticamente por el género y la diferencia: pues el género lo constituyen las palabras "acto del ente en potencia pasiva"; mientras que las palabras "según que está en po­tencia" vienen a ser la diferencia específica, por la que se significa el movimiento sucesivo y continuo.

 

255.- Escolios.- 1.- En el movimiento local, pueden distinguirse la acción, el término, la pasión y el principio de la acción. Existe la acción, porque hay algo que se hace, a saber: el traslado. Existe el término sucesivo, que es la ubicación fluyente: pues repugna metafísicamente una acción vial sin término. Existe la pasión, que es la recepción de la ubicación fluyente en el móvil, y no se distingue de la acción por la que se hace la ubicación fluyente. Existe el principio de la acción, que es el impulso. (DM d.49 s.4 n.9; d.49 s.2 n.14).

 

2.- En el movimiento se da una especie de tensión por la que el movimiento intenta seguir más allá. Dicha tensión no se halla en el término de la acción, que son las ubicaciones sucesivas, pues éstas son algo puramente pasivo; sino que la tensión se halla en el impulso y en la acción.

 

3.- No obstante, en la definición aristotélica del movimiento se echa de ver cierta incoherencia. Pues, por una parte, el movimiento es un acto “in fieri", que supone que debe darse un acto "in facto esse", al que tiende el móvil y por el que se ve perfeccionado; ahora bien, semejante acto "in facto esse" es el reposo en el lugar natural, por el que el cuerpo se perfecciona; por ello, en sentido estricto, se aplica tanto a lo pesado como a lo ligero. Pero, por otra parte, según Aristóteles, se da el movimiento continuo e incesante de los cielos; y este movimiento nunca puede adquirir su acto consumado, y no tiende a ningún fin: ¿cómo, entonces, puede decirse que el movimiento es un acto "in fieri", si nunca habrá de terminar?

 

256.- Objeciones (contra la definición de Aristóteles).- 1.- También la forma substancial es un acto del ente en potencia, en cuanto en potencia; luego, será asimismo movimiento; es así que, esto es absurdo, porque no es movímiento, sino forma fija; luego, la definición de Aristóteles no es correcta.

 

Distingo la Mayor: es un acto del ente en potencia, según que estaba en potencia, pero no por ella permanece en potencia al mismo acto, concedo; y por ella permanece en potencia al mismo acto, niego. Contradistingo la menor: si por dicho acto la cosa permaneciera en potencia al mismo acto, concedo; si por dicho acto la cosa no permanece en potencia al mismo; acto, sino a otros, niego.

 

La forma puede decirse que es un movimiento del móvil, pero no es un movimiento accidental y sucesivo, sino substancial e instantáneo; es decir, se trata de un movimiento en sentido metafísico, pero no en sentido físico y estricto.

 

2.- Una cualidad poco intensa deja al sujeto en potencia respecto de una ulterior actualización; es así que, sin embargo dicha cualidad no es movimiento; luego, la definición dada conviene a cosas que no son movimiento. La menor: porque, aunque se tenga una potencia respecto de una ulterior actualización, sin embargo, de hecho, no ocurre dicha actualización ulterior.

 

Concedo la Mayor. Distingo la menor: si ya ha cesado la acción productora de la intensidad, concedo; mientras continua en su ejercicio la acción intensiva, niego; contradistingo el consecuente: si la definición se aplicase a la cualidad, ya en estado de reposo, concedo; si se aplica a la cualidad mientras continua en su ejercicio la acción intensiva, niego.

 

Una cualidad con una intensidad de, p. e., cuatro, que ya no se hace más intensa, no constituye un movimiento, sino que se trata de una cualidad en reposo; pero si la cualidad que tiene la intensidad de cuatro, se hace aún más intensa mediante la actuación de la gente, ya tenemos un movimiento capaz de introducir una alteración en la acción por la que se obra el aumento de dicha cualidad.

 

3.- El movimiento es la existencia sucesiva de un sujeto en diversos lugares; es así que la existencia no se distingue realmente de su sujeto; luego, el movimiento no es un acto del ser móvil, sino que es el mismo móvil.

 

Distingo la Mayor: mediante la propia entidad del sujeto, niego; mediante la entidad del movimiento, concedo. Concedo la menor. Contradistingo el consecuente: si el móvil se hallase en diversos lugares formalmente mediante la entidad del mismo móvil, concedo; mediante una entidad añadida, que es precisamente el movimiento, niego.

 

El sujeto móvil existe por su propia existencia; pero se halla sucesivamente en diversos lugares mediante el movimiento y la existencia del movimiento; existencia que es distinta realmente del móvil como lo es el mismo mo­vimiento.

 

4.- El movimiento mismo o se mueve por otro acto, o por si mismo; si se mueve por otro acto, hemos de proceder hasta el infinito; pero si se mueve por sí mismo, habrá que decir que también el móvil se mueve por sí mismo y no por un acto distinto.

 

Niego la distinción, pues existe un tercer término, y es el movimiento que no se mueve en absoluto: en efecto, el movimiento, si se considera en abstracto según que es un acto determinado, posee partes, cada una de las cuales va pereciendo al sobrevenir la siguiente, y por ello no existe riada común y permanente bajo las diversas partes citadas, lo cual, sin embargo, se requiere por necesidad para que haya movimiento; pero el sujeto se mueve ciertamente mediante el movimiento, ya que siempre permanece idéntico consigo mismo bajo las diversas partes de tal movimiento.

 

257.- 5.- El movimiento no da comienzo de manera extrínseca, sino intrínseca; porque la cosa que antes no era y luego es, posee su propio comienzo; es así que, el movimiento antes no era y después es; luego, ha debido tener su propio comienzo; lo que equivale a comenzar de manera intrínseca.

 

Niego el aserto. En cuanto a la prueba aducida, concedo la Mayor, la menor y el consecuente; pero niego la equivalencia entre dar comienzo, y dar comienzo de manera intrínseca. El movimiento, desde luego, tiene comienzo, pero de manera extrínseca, porque no es en el instante presente, pero de tal manera que existe inmediatamente después.

 

6.- Cuando existe una parte cualquiera del movimiento, a perecido la anterior y la siguiente todavía no es; es así que, el presente que existe, no puede tener nada común con los no existentes; luego, el movimiento presente no constituye un "uno continuo" con el pasado y con el futuro, y por ello no es continuo, sino discreto y compuesto de indivisibles.

 

Niego el supuesto de la Mayor y de la menor, o en otras palabras, niego que en el presente haya algo del movimiento, porque esto significaría hallarse en estado de reposo; mientras que el movimiento tan sólo "pasa" por el presente pero no permanece quedándose en el presente. Y, desde luego, lo que "pasa" es el límite del pretérito y el comienzo del futuro; límite que no es algo estático, sino transeúnte. Y de otra manera no podemos explicar la realidad de semejante entidad casi imperceptible, debido a su esencial fugacidad.

 

7.- Si el movimiento es sucesivo y continuo, o la perfección del acto se comunica al sujeto, toda junta, o no; ambas cosas son imposibles; luego, no es continuo, sino discreto y compuesto de indivisibles.

 

La menor: pues si se comunica toda junta, no es sucesivo; pero si no se comunica toda junta, se comunica por un acto distinto del primero, y así el movimiento consta de varias realidades discretas, y no continuas.

 

Concedo la Mayor. Niego la menor: y elijo el extremo según el cual no se da toda junta la perfección del acto. Niego también la prueba aducida; pues, aunque no se de toda junta la perfección del acto, ello no quiere decir que se dé mediante otro acto, sino mediante el mismo acto, no interrumpido y sucesivamente continuado.

 

8.- Si el movimiento es un acto que se comunica de manera sucesiva y continua, o deja al móvil en potencia para otro acto, o no; es así que, ambas cosas repugnan; luego, el movimiento no es un acto sucesivo ni continuo. La menor: pues si deja al sujeto en potencia para otros actos, el movimiento habrá de componerse de muchos actos discretos; y si no deja al sujeto en potencia pa­ra otros actos, será falsa la definición de movimiento.

 

Concedo la Mayor. Niego la menor: y elijo el extremo según el cual el movimiento no deja al sujeto en potencia para otros actos, sino para continuar el mismo acto en forma sucesiva.

 

258.- 9.- La intelección y la volición son movimientos; es así que, a ellos no les conviene la definición de movimiento; luego, la definición de movimiento no está bien hecha. La menor: porque no son algo sucesivo y continuo.

 

Distingo la Mayor: son movimiento metafísico en el sentido de la mutación, concedo; son movimiento físico, es decir, continuo y sucesivo, niego; contradistingo la menor: no les conviene la definición del movimiento sucesivo, concedo; la definición del movimiento sucesivo, concedo; la definición del movimiento metafísico en el sentido de la mutación, niego.

 

10.- Una cosa no puede estar a la vez en potencia y en acto respecto de lo mismo; es así que, el movimiento es un acto por el cual la cosa está en acto, y a la vez permanece en potencia al mismo acto; luego, el movimiento, tal como se ha definido, es absurdo.

 

Distingo la Mayor: bajo el mismo aspecto, concedo; bajo distinto aspecto, niego; contradistingo la menor: bajo distinto aspecto, concedo; bajo el mismo aspecto, niego.

 

El movimiento es un acto de tal naturaleza que por él, el sujeto se halla en acto respecto de la parte que ya existe o que pasa, y está en potencia respecto de las demás partes que habrán de sobrevenir de modo continuo y sucesivo.

 

11.- La definición debe ser más clara que lo definido; es así que, la definición aristotélica del movimiento no es más clara que el movimiento; luego, no está bien hecha. La menor: pues todo el mundo sabe con toda claridad lo que es el movimiento, mientras que la definición aristotélica es sumamente difícil de entender.

 

Distingo la Mayor: debe ser más clara que lo definido, en cuanto a la cuestión "an sit" (relativa a la existencia), niego; en cuanto a la cuestión "quid sit" (relativa a la esencia o naturaleza), concedo; contradistingo la menor: no es más clara que el movimiento, en cuanto ala cuestión "an sit", concedo; en cuanto a la cuestión "quid sit", niego. Distingo igualmente la prueba aducida.

 

El "an sit" (la existencia) del movimiento, es una cosa clarísima; pero es sumamente difícil su definición científica. Aristóteles, no obstante, - elaboró una buena definición, y bastante clara en razón de la capacidad de la materia. Aunque es preciso reconocer que nosotros hemos dado también una definíción bastante buena, al decir que el movimiento sucesivo es una mutación cuyas partes no se dan juntas, sino una tras otra, sin interrupción.

 


[1] Platón y Descartes afirmaron que un móvil mueve los cuerpos que lo rodean en torbellino, y así el cuerpo que es empujado por el móvil, ocupará el lugar vacío que debe dejar el móvil. Pero esta explicación no puede admitirse, ya que, para que un cuerpo ocupe el lugar del móvil, ya debe suponerse que el móvil se ha movido con anterioridad; y así, o se compenetra con los de­más cuerpos, o debe empujar instantáneamente todos los cuerpos que tiene delante, hasta la última superficie de los cielos. Otros, en cambio, dijeron que entre los corpúsculos -átomos y moléculas- existen vacíos y distancias, que por el impulso del móvil se hacen más cortas, y así puede darse lugar al movimiento. Pero si se admite el vacío entre los corpúsculos -átomos y moléculas-, todos ellos deberían obrar."in distans" - entre sí, lo que ninguno de los científicos admite. Así pues, es preciso admitir la densidad mayor y menor, y al mismo tiempo la elasticidad, al menos en el "eter", y así se hace posible el movimiento.