25 DE NOVIEMBRE

SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

1. CLARETIANOS 2004

Queridos amigos y amigas:

“La liturgia nos propone la Memoria de Santa Catalina de Alejandría. Se la presenta como una joven de extremada belleza y aún mayor inteligencia. Perteneciente a una familia noble. Residente en Alejandría. Versada en los conocimientos filosóficos de la época y buscadora incansable de la verdad. Movida por la fe cristiana, se bautiza. Su vida está enmarcada en el siglo IV, cuando Maximino Daia se ha hecho Augusto del Imperio de Oriente. Recrimina al emperador su conducta y lo enmudece con sus razonamientos. Enfrentada con los sabios del imperio aparece como vencedora de la razón, pero es vencida por la fuerza de las armas en el martirio de rueda con cuchillas que llegan a saltar hiriendo a sus propios verdugos y por la espada que corta su cabeza de un tajo”.

Cuando releo el libro de los santos para preparar la oración de la mañana y encuentro testimonios como los de hoy, se me enciende el ánimo: ¡ole; vaya mujer!. No tiene nada que ver con la imagen que se empeñan en imponernos de una iglesia que margina a la mujer. Mujeres así, empezando por la Magdalena, son las que mantienen la fe contra viento y marea. Y si no, miremos a ver quién transmite hoy la fe, quién anima los grupos de nuestras parroquias. Monumento a la mujer fuerte es la memoria de hoy. Porque ellas han sabido y saben defender la Vida dando vida cuando está amenazada.

Quizá uno de los signos en el sol y la luna y las estrellas a los que se refiere Jesús en el evangelio de hoy, sea la mujer marginada. Si es triste la marginación que ejercemos los varones, más triste es la marginación a la que os someten otras mujeres. Porque, visto lo visto de la historia, no os faltará el dolor de la angustia de las gentes. Jesús os invita mirar a lo alto “para ver al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria, y alzar la cabeza porque se acerca vuestra auténtica liberación.

Para vosotras hoy las palabras del Apocalipsis: “Ha caído Babilonia la grande” de los artistas idólatras y egocéntricos de nuestro tiempo que os hace mujer objeto de pasión. Ha caído la Babilonia de los Artífices de ningún arte que os embellecen de tonterías. Ha caído la plaza del ruido, de la charanga que juega con vuestros sentimientos. Gracias a Dios, en la Babilonia que os vacía de maternidad “ni murmullo de molino se oirá más en ella; ni luz de lámpara brillará más en ella; ni voz de novio y novia se oirá más en ella, porque sus mercaderes eran los magnates de la tierra y con sus brujerías embaucaron a todas las naciones”. Vuestra victoria, gloria y poder pertenecen a nuestro Dios. Dichosas las invitadas al banquete de bodas del Cordero.

“El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades. Servid al Señor con alegría. Sabed que el Señor es Dios.”.

Vuestro hermano en la fe:
Miguel A. Niño de la Fuente, cmf.
cmfmiguel@yahoo.es