09-17 San Roberto Belarmino

VER SANTORAL

1. DOMINICOS 2003

El obrar bien tiene el premio en sí mismo

San Roberto Belarmino, nativo de Montepulciano, en la Toscana romana (1542-1621), fue  jesuita, obispo y doctor de la Iglesia.

Es personaje célebre en la historia de la Iglesia: por su santidad, por su celo y vida pastoral,  por su prestigio de Cardenal y obispo de Capua, por su inteligencia y dotes de maestro, y por su defensa de la fe católica.

Entre otros títulos, tiene el de Doctor de la Iglesia, que es símbolo de sabiduría y santidad unidas. Desde muy joven llamó la atención por su magisterio en Lovaina y en Roma. En defensa de la fe y de la Iglesia, mantuvo actitudes muy valientes, a veces no bien comprendidas, por ejemplo, ante el rey de Inglaterra, Jacobo I.

De uno de sus tratados espirituales, sobre ‘la elevación de la mente a Dios’, son estas palabras.

 “Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia”.

¿Quién, que haya comenzado a gustar –por poco que sea- la dulzura de tu dominio paternal, dejará de servirte de todo corazón?

¿Qué es, Señor, lo que mandas a tus siervos? ‘Cargad, nos dices, con mi yugo’. ¿Y cómo es este yugo tuyo? ‘Mi yugo, añades, es llevadero, y mi carne ligera’.

Pues, ¿quién no llevará de buena gana un yugo que no oprime, sino que halaga, y una carga que no pesa, sino que da nueva fuerza? Con razón añades: ‘Y encontraréis vuestro descanso’.

Pero ¿cuál es ese yugo que no fatiga sino que da reposo? Es aquel mandamiento, el primero y el más grande: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón...”