SAN PELAYO 06-26

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1. DOMINICOS 2003

Miserias bajo capa dorada
Situémonos en los primeros 25 años del siglo X, en la ciudad de Córdoba.

El Califato de Córdoba está en su máximo esplendor. Un Califa sumamente poderoso impone su ley. La ciudad adquiere una belleza extraordinaria y su prestigio iguala al de otras deslumbrantes ciudades de Oriente. Pero, bajo capa dorada, en el corazón de algunos responsables está la carcoma de sus pasiones desatadas.

Luego imaginemos la ciudad de Tuy, a orillas del Miño. Allí una familia cristiana, de la que forma parte el obispo Hermogio, educa religiosa y culturalmente a sus hijos conforme a los cánones de la piedad de la época. El más beneficiado de esa formación es el niño Pelayo: acólito, gramático, cantor, a sus diez años.

Los soldados del Califa hacen algunas correrías por tierras gallegas. En una de ellas se llevan a Córdoba, entre otros cautivos, a un niño llamado Pelayo, que queda adscrito, como esclavo, al servicio de limpieza, parques, jardines y baños. Goza tal vez de suficiente margen de libertad como para poder mantener su formación cristiana en contacto con los clérigos del lugar. Pero, atraído por sus concupiscencias, el poderoso señor Califa, se fija en la belleza del niño, lo quiere al servicio de sus caprichos, y pone a prueba su fe, su moral, su carácter y su dignidad.

Al no dejarse el niño enredar en sus placeres carnales, es halagado con ofertas de oro y plata, pero no cede. Torturado por su resistencia, desprecia todos los halagos; y, al final, lanzado como una pieza de mortero desde el alcázar hasta el otro lado del río, muere mártir de su fe y de su amor limpio a Cristo.

ORACIÓN:

Señor Jesús, tú que cuidaste de los niños como de joyas del Padre; tú que nos enseñaste a amar con predilección a los más indefensos; tú que veías más liviano arrojarse al mar que escandalizar a un pequeñuelo; tú que pusiste en la juventud los encantos de la alegría, la esperanza, la creatividad, la apertura a todos los ideales, concédenos hoy una juventud vigorosa y unos responsables políticos-familiares-educativos que nos auguren a todos un mañana feliz. Amén.