FESTIVIDAD DE SAN VICENTE FERRER

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LECTIO DIVINA

APOSTOL DE EUROPA Y VALENCIANO UNIVERSAL

El 5 de Abril o el Lunes después del 2º Domingo de Pascua

SOLEMNIDAD EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

23 de abril de 2001

"TEMED A DIOS Y DADLE GLORIA".

1.Este texto del Apocalipsis 14,7, es el lema de San Vicente Ferrer a quien el Espíritu Santo ha enriquecido con carismas proféticos de evangelizador, taumaturgo, pastor de almas y constructor de la paz. El vidente de Patmos pone estas palabras en boca de un ángel, que eso era Vicente según la cieguecita curada, cuando él estaba todavía en el seno de su madre. En Valencia se conoce bien la historia legendaria de sus abundantes milagros que le envuelven, incluso antes de nacer, como el saludo de aquella cieguecita dirigido a Constanza Miquel, su madre embarazada, que le dijo: - "Llevas un ángel", y recobró enseguida la vista. Amenazada de hambre la ciudad por la sequía dice el niño Vicente: "Si queréis lluvia, llevadme en procesión". 

2. A los siete años recibió la tonsura clerical. A los once, era Beneficiado de la parroquia de Santo Tomás. Y a los diecisiete, ya postulante dominico, en el convento cercano y vecino. 

3. Físicamente era de estatura mediana, bien proporcionado, ancha frente, cabellos rubios y tez clara, en sus últimos años, calvo. Con el rostro comido por los ojos grandes, negrísimos, llenos de viveza y de dulzura, que hablaban mirando. Tenía tanta calma como ardor. Tanta pasión como razón. Todo dominado por el amor de Dios. Cuando subía al púlpito, aparecía enfermo y delicado, y se transformaba en un joven robusto y lleno de vitalidad mientras predicaba. 

4. Ha tenido que vencer enemigos poderosos: carne, orgullo, ambición, conciencia de su valer, impaciencia. Combatía con ayuno, oración de alabanza, y oración mental. 

5. Cuando terminó el noviciado sufrió tentaciones de volver al mundo. Su madre le instaba a ello. Le pidió un día de tregua, que pasó en oración, y triunfó la gracia. 

6. Para formar a un dominico eran necesarios quince años. Estudió dos años Lógica en Barcelona. Y durante otros dos años, la enseñó en Lérida, donde publicó dos libros de filosofía. Y vuelve a Barcelona para estudiar cuatro cursos de Teología. Y después hizo un curso especial de Teología en Toulous,, que le abrió a las corrientes teológicas del momento. 

7. Vuelve a Valencia cuando tiene 29 años y es ordenado sacerdote. Elegido prior de su convento, tuvo que renunciar a los pocos meses, porque su comunidad estaba dividida, como toda la Iglesia, a causa del Cisma de Occidente. Ocupa la cátedra de Lector de Teología en la Catedral. Durante cuarenta años luchará por la unidad de la Iglesia, dividida por el Cisma "lamentable i dolorós", división que le hizo sufrir mucho. Fue amigo y confesor de Pedro de Luna, Benedicto XIII, Papa de Avinyon. Pero al no poder conseguir su renuncia, a la que estaban dispuestos el de Roma, y el de Pisa, tercero en discordia, se separó de él. Cuando se ha conseguido el poder supremo, no se depone con facilidad. El poder es una corona de espinas, que duele más cuando se la quitan.

8. El nuevo Papa, Martín V, quiso que siguiera predicando como si fuera uno de los Apóstoles: "Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación". Los discípulos "hablarán lenguas nuevas" Marcos 16,15. "Me han encargado este oficio". Intervino en el Compromiso de Caspe y declaró rey de Aragón a Fernando de Antequera, frente al Conde de Urgel, y reconcilió a las familias nobles valencianas, los Centelles y Vilaragut, cuyas luchas fratricidas habían ensangrentado las calles de la ciudad. 

9. En su "Tratado de Vida espiritual" se manifiesta como Maestro de santidad: En él aconseja: Oración, silencio, pureza, obediencia, humildad, comprensión de los defectos ajenos (que hay que llevar a la espalda, para no fijarse en ellos). Conocimiento de sí mismo, valor en la tentaciones, penitencia, dominio de los pensamientos y de las acciones, paciencia en la pruebas, huída de las ocasiones, perseverancia en la oración. Santa Teresa estimaba su libro.

10. Como no podía ser menos, sus virtudes, su ciencia, su fama suscitaron la envidia de los hermanos; le crearon muchos enemigos. La envidia es el vicio nacional. Fue su mayor sufrimiento. El, en cambio, está lleno de compasión por el prójimo, se alegraba de los bienes de los demás más que de los suyos propios. Y sufría con sosiego las injurias, los desprecios y las calumnias. A todos trataba con benignidad y afabilidad; aunque tenía una propensión a ironizar y ridiculizar la conducta de algunos clérigos y religiosos. Nunca se acomplejó ni ante el papa, ni ante los reyes. "Me he hecho débil con los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, como sea, a algunos".

11. Todos los días canta la misa y predica durante dos o tres horas, siempre en valenciano, y su don de lenguas permite que todos le entiendan, ayudado por la enorme expresividad de su figura y sus gestos. Su trabajo es tan intenso, que le fuerza a preparar los sermones en los viajes. Para él predicar es sembrar, derramar la vida, porque la vida se conserva por la semilla. Es sembrar en las conciencias el grano del Evangelio: "El hecho de predicar no es para mí motivo de soberbia. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! 1 Corintios 9,16.

12. El decía: "El oficio de predicador es el de cocinero: Toman la buena vianda, la lavan y la cuecen. Las viandas son la Palabra de Dios. ¿Sabéis cómo lavan las viandas? Quien tiene que predicar debe estudiar, y no predicar sin estudiar. Después debe cocerla en el fuego de Jesucristo. También el cocinero debe probar el cocido de sal. Así el predicador debe probar de sal; o sea, que si predica de la humildad, debe probar la humildad, si la castidad, debe ser casto. Sale el predicador como el sembrador evangélico, de su celda, donde ha perseverado largo tiempo meditando, reflexionando, seleccionando en los graneros del Señor una buena simiente: autoridades, figuras, parábolas, comparaciones". Fruto de este trabajo paciente y escondido eran sus sermones que llenaban de entusiasmo a las multitudes, en los que hay claridad, profundidad, riqueza de imágenes, unción, que comunica calor. En la forma, como valenciano, se proyecta su alma de artista. Su gusto por la magnificencia, la música, la pintura, las flores, las misas bellas y solemnes, es una característica bebida en los jardines de la tierra de las flores, de la luz y del color, y un eco de la graciosa arrogancia del Miguelete. 

13. Murió en Vannes el 5 de abril 1419. Fue canonizado por Calixto III, Alfonso Borja, valenciano, a quien se lo había profetizado: "Serás Papa y me canonizarás".

14. Al honrarle hoy en el Santo Sacrificio del Altar, pidámosle una bendición especial, una lluvia de rosas que perfume nuestras vidas y nos haga dignos de celebrar estos santos misterios de la Pascua, que él vive en el cielo.

JESUS MARTI BALLESTER