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EL JESÚS HISTÓRICO                                                                                   Tema 2

El contexto histórico y social de la vida de Jesús > Documento 1

 

 

 

 

LA ARQUEOLOGÍA DE GALILEA Y EL JESÚS HISTÓRICO

Santiago Guijarro Oporto

 

Los estudiosos del NT se han interesado en los últimos años por los descubrimientos que los arqueólogos han realizado en Palestina. El gran número de excavaciones llevadas a cabo en los últimos años (más de trescientas en el estado de Israel en 1995) y la calidad de las mismas justifican este interés.

 

Un repaso de los artículos seleccionados por la SBL para la publicación anual de sus ěSeminar Papersî indica que este interés se ha centrado recientemente en todo aquello que la arqueología pueda aportar para un mejor conocimiento del Jesús histórico. Los resultados de los trabajos del ěJesus Seminarî aireados por la prensa, y los libros sobre el tema publicados recientemente, sobre todo en los Estados Unidos, han atizado este interés de forma muy significativa. Quienes se dedican a este tipo de investigación histórica sobre Jesús esperan de los arqueólogos informaciones más precisas sobre la Galilea del siglo primero, y aclaraciones puntuales sobre algunos aspectos de la vida de Jesús mencionados en los evangelios.

 

En todo este empeño es importante no olvidar que la historia es, en sí misma, una reconstrucción hipotética. La mayoría de las veces cuenta con pocos datos, que es necesario explicar con ayuda de modelos, los cuales reflejan en mayor o menor medida la perspectiva y los intereses de quienes los utilizan.

 

En este marco, y por tanto con la convicción de que los descubrimientos arqueológicos pueden ser interpretados de formas distintas, se exponen aquí algunos aspectos que pueden ser relevantes para un mejor conocimiento del Jesús histórico. En cada caso el mismo esquema. La exposición comienza con una breve nota sobre la importancia del tema. Sigue una enumeración de los datos arqueológicos relacionados con él, de las que se deducen -en un tercer apartado- algunas consecuencias para el estudio del Jesús histórico. Concluye la exposición de cada tema una breve bibliografía. Nuestro propósito ha sido más el de suscitar una discusión, mostrando por vía de ejemplo cómo la arqueología puede contribuir al estudio del Jesús histórico y del NT en general.

 

 

 

SINAGOGAS

 

Importancia

 

La sinagoga aparece frecuentemente como un lugar importante en la actividad de Jesús (Cafarnaún, Nazaret... ). Según los evangelios en ellas tuvo lugar una buena parte de su enseñanza y de sus curaciones.

 

Recientemente se ha discutido si las sinagogas eran edificios dedicados exclusivamente al culto y la enseñanza de la ley, o si más bien esta forma concreta de sinagoga es posterior a la destrucción del templo.

 

Saber cómo eran las sinagogas en Galilea en la primera mitad del siglo primero y cuáles eran las funciones que desempeñaban es importante para situar el ministerio de Jesús y su actividad en Galilea.

 

 

Datos arqueológicos

 

La idea más difundida acerca de la estructura y funciones de la sinagoga depende, en gran medida de una inscripción encontrada por el arqueólogo francés Raimond Weill en el año 1913 en los restos de unos baños romanos de la ciudad de David, en Jerusalén. La inscripción dice así:

 

"Teodoreto, hijo de Veteno, sacerdote y jefe de la sinagoga, hijo de jefe de sinagoga y nieto de jefe de sinagoga, construyó la sinagoga para la lectura de la Ley y la enseñanza de los mandamientos; también los alojamientos para los extranjeros, los comedores y las conducciones de agua, y el albergue para aquellos que vienen de tierras lejanas. Los cimientos fueron puestos por sus antepasados, los ancianos y Simónides"

 

Generalmente se ha datado esta inscripción en el siglo I d. C., pero varios indicios sugieren que debe ser posterior al siglo II d. C. (Kee 1995: 481-484). Por tanto, no puede aplicarse lo que en ella se dice a las sinagogas del siglo primero.

 

En Galilea se han encontrado restos de tres edificios datados en el siglo primero que podrían clasificarse como sinagogas: Cafarnaún, Magdala y Gamla.

Cafarnaún: la sinagoga actual es del siglo IV d. C. Debajo de ella se han encontrado restos de una vivienda privada. El hecho de que la sinagoga se haya construido sobre esta vivienda hace pensar a los excavadores que esta vivienda privada era el lugar donde se reunía la asamblea en el siglo I d. C..

 

Magdala: edificio cuadrangular con gradas a los cuatro lados. Da la impresión de que era un lugar de reunión (baños?), pero no hay ningún indicio de que se trate de un lugar de culto.

 

Gamla: edifico rectangular con gradas a los cuatro lados y columnas para sostener el techo. Destruido en el año 70 d. C. (datación segura). No hay indicios de que fuera un lugar de culto. Parece un lugar público de reunión, que pudo haber sido utilizado también para reuniones de tipo religioso. De los tres edificios es el que suele identificarse más claramente como una sinagoga.

En Judea existen otras dos estructuras que han sido identificadas por algunos como sinagogas: una en la fortaleza de Masada, destruida en el año 70 (datación segura) y otra en el Herodion. La primera tiene una estructura similar al edificio de Magdala, y parece haber sido un lugar de reunión. El amplio edificio del Herodion parece que fue inicialmente un triclinio, y que sólo se usó como sinagoga en la época de la revuelta de Bar Kochba.

 

En cualquier caso, estos edificios carecen de los rasgos típicos de las sinagogas posteriores: nicho de la torá, edificios adyacentes, etc.

 

Estos datos coinciden con el uso del término synagogé en los escritos judíos anteriores al año 70 (NT, Josefo, Filón). Excepto en un caso (Lc 7,5), no designan necesariamente un edificio, sino una institución socio-religiosa: la asamblea, y por extensión el lugar donde ésta se reúne (Kee 1995: 484-493).

 

En un reciente balance sobre los hallazgos arqueológicos referentes a las sinagogas anteriores al año 70, E. Meyers concluye que: "en los primeros siglos las casas privadas amplias fueron utilizadas para el culto y otros asuntos que requerían una asamblea pública. En Palestina, según parece, sólo cien años después de la destrucción del Templo la sinagoga como edificio comenzó a ser un elemento central en la vida comunitaria judía" (Meyers 1992: 265)

 

 

Para el estudio del Jesús histórico

 

No puede proyectarse a la primera mitad del siglo primero una imagen de las sinagogas basada en testimonios posteriores como el de la inscripción de Teodoreto. Tampoco sirven como modelo los majestuosos edificios de la época misnáica (Corozaín, Qatzrín, Cafarnaún...). Las sinagogas como edificios, e incluso como institución, comenzaron a ser relevantes en Galilea sobre todo a partir del año 70. La imagen que tenemos de ellas en los evangelios pertenece probablemente a esta época, y refleja, en algunos casos (p.e. Lc 4,16-30) las reuniones sinagogales de la diáspora.

 

En tiempos de Jesús, la palabra ěsinagogaî se refería muy probablemente a la reunión, no al edificio. En general no había un lugar específico de reunión litúrgica que sólo se utilizara para ese fin. La asamblea, que se reunía periódicamente para la oración, la lectura de la torá y la discusión de asuntos comunes, tenía como lugar de encuentro sobre todo casas privadas, y también algunos edificios públicos que se utilizaban para otro tipo de reuniones.

 

Esta imagen de la sinagoga como asamblea que se reúne en casas privadas o en edificios públicos coincide con la situación del judaísmo en aquella época. Aún no existía lo que después fue el judaísmo rabínico. En tiempos de Jesús, la pluralidad de grupos judíos era muy grande, y es difícil pensar que la asamblea para el estudio de la ley y la oración, vinculada sobre todo al judaísmo de corte fariseo, tuviera tanta importancia. Incluso en la época posterior al año 70, el judaísmo estaba aún en periodo de formación (formative Judaism, en terminología de Neussner), y estaba experimentando una evolución muy semejante a la que vivían las comunidades cristianas. La institución sinagogal fue evolucionando al compás de este proceso de identificación e institucionalización de judaísmo.

 

Esta imagen de la sinagoga nos proporciona un escenario adecuado para leer los pasajes en los que Jesús aparece en la sinagoga, y sobre todo para situar sus relaciones con el judaísmo de corte fariseo.

 

 

Bibliografía básica

 

H. C. Kee, ěThe Transformation of the Synagoge after 70 C.E.: Its Import for Early Christianityî NTS 36 (1990) 1-24

H. C. Kee, ěDefining the First Century Synagogeî NTS  41 (1995) 481-500

L. I. Levine, Ancient Synagogues Revealed (Jerusalén 1981)

L. I. Levine (ed.), The Synagogye in Late Antiquity (Philadelphia 1987)

E. M. Meyers, ěSynagogeî, en: D. N. Freedman (ed.), Anchor Bible Dictionary Vol. 6 (New York 1992) 251-260.

D. Urman - P. V. M. Flesher (eds.) Anciant Synagogyes: Historical Analysis and Arcaeological Discovery (Leiden 1995) 2 Vols.

 

 

 

CASAS

 

Importancia

 

La casa es el espacio vital más importante del cristianismo naciente. Los evangelios cuentan que gran parte de la actividad de Jesús tuvo lugar en las casas en las que se alojaba o era recibido.

La arqueología tradicional se ha interesado sobre todo por los grandes edificios públicos (teatros, acueductos, templos, etc). En los últimos años, sin embargo, han aparecido algunos estudios sobre arqueología doméstica, que pueden ayudarnos a imaginar cómo eran las casas de Galilea en el siglo primero, y a conocer mejor el contexto en el que se desarrolló el ministerio de Jesús.

 

 

Datos arqueológicos

 

Durante la época helenístico-romana, además de los dos tipos de casa tradicionales en Palestina (la casa sencilla de cuatro habitaciones y la casa de patio común), encontramos en Galilea, y en general en el oriente romano, otros tres tipos de vivienda: la gran casa señorial o "domus", la granja agrícola y las tiendas o "tabernae".

 

La casa sencilla. Era el tipo de casa más común, en el que vivía la mayor parte de la población. Consistía en un edificio cuadrangular unido generalmente a un patio exterior, donde se realizaban algunas de las tareas domésticas; el interior podía estar dividido en dos o más habitaciones. Su tamaño podía oscilar entre 20 y 200 m2, pero la mayor parte de estas viviendas tenían unas dimensiones reducidas. Las casas de este tipo que se han encontrado eran de piedra o bien estaban excavadas en la roca, pero probablemente no eran las únicas, ni siquiera las más comunes. Los estudios sobre la arquitectura doméstica a principios de este siglo en Palestina, indican que, además de las casas de piedra y las excavadas en la roca, existía otra clase de casas que deben incluirse en este grupo: las casas de adobe. Entre los campesinos estas casas eran probablemente las más comunes, aunque no hallan sobrevivido al paso del tiempo (Canaan 1933: 33-39).

 

La casa de patio común. Estaba compuesta por diversas viviendas que daban a un mismo patio. Este tipo de vivienda es el más característico de la arquitectura doméstica tradicional en Palestina. El conjunto estaba rodeado por un muro externo y tenía sólo una entrada que daba al patio, alrededor del cual había dos o más viviendas unifamiliares de dos o más habitaciones. El patio era de uso común, y en el se realizaba todo tipo de tareas domésticas: moler el grano, cocinar, hilar, lavar, etc, y también otra serie de tareas agrícolas o artesanales.  Ejemplos de este tipo de casa se han encontrado en Dor, Betsaida y Cafarnaún. Este tipo de casa estaba habitada por miembros de la misma familia, o por familias emparentadas entre sí, porque el patio era común y sólo había una verdadera entrada a la casa (Canaan 1933: 40-42). El tamaño de estas casas (entre 200 y 300 m2) indica que las familias que habitaban en ellas tenían una buena situación económica.

 

Grandes casas señoriales (Domus). Este tipo de casa comenzó a introducirse en Palestina finales del periodo helenístico. El ejemplo más antiguo en Galilea son las cuatro villas descubiertas en Philotheria/Bet-Yeraj. La entrada de la casa da a un patio columnado, alrededor del cual se encuentran habitaciones destinadas a diversos usos. Al otro lado del patio solían estar las habitaciones privadas: el triclinio, los dormitorios y las habitaciones de las mujeres. Casas de este tipo pertenecientes al periodo herodiano se han encontrado en Tel Anafa, Tel Auwaiad, Séforis, Magdala, y probablemente también en Gamala. Estas mansiones tenían espacio suficiente para albergar a una familia extensa y a un buen grupo de sirvientes, así como para recibir a los clientes y amigos, y para realizar las transacciones económicas y sociales que solían realizarse en las casas grecorromanas.

 

Granjas. Se trata de un tipo de vivienda rural ligado a una explotación agrícola intensiva. Hasta ahora se han encontrado tres de estas granjas del periodo herodiano en Palestina: una en Judea: Kalandiya; otra en Samaría: Qasrl e-Leja; y otra en la costa, cerca de Cesarea: Ramat Hanadiv (Hirchsfeld 1995: 50-55). En Galilea aún no se han encontrado granjas de este tipo, pero dado el carácter latifundista de la propiedad de la tierra, es probable que existieran también allí instalaciones de este tipo. La granja de Ramat Hanadiv tenía una extensión de 2800 m2 y estaba rodeada por un muro. La mayor parte del espacio estaba dedicado al almacenaje de los aperos y de los productos cultivados.

 

Casa con tienda (Taberna). Este tipo de vivienda, que era muy común en las ciudades del imperio romano, constaba de una habitación que daba por un lado a una calle y por otro estaba conectada a una habitación interior, que servía de vivienda. El gran número de casas con tienda que se han encontrado en diversos lugares de Palestina hace pensar que se trataba de un tipo de vivienda bastante común. En Galilea este tipo de casas se encontraba sobre todo en las calles principales de las grandes ciudades (Hirschfeld 1995: 98-99).

 

Para el estudio del Jesús histórico

 

El estudio de la arqueología doméstica aporta informaciones sobre tres aspectos importantes de la sociedad galilea: el nivel de penetración del modo de vida helenístico, la estratificación social y la composición de la familia, que era la institución central en aquella cultura.

 

La presencia de  grandes mansiones de estilo helenístico en una proporción relativamente importante, así como la existencia de las casas con tienda (tabernae) en las ciudades es un claro indicio de la presencia del modo de vida helenístico en Galilea durante esta época. A juzgar por el tipo de casa en que vivían, un porcentaje importante de los habitantes de Galilea, sobre todo los de las ciudades, se diferenciaban muy poco en su estilo de vida de los moradores de otras ciudades del imperio romano.

 

Las diferencias entre estos diversos tipos de casa no eran sólo arquitectónicas, sino que afectaban al tamaño, a los materiales y al equipamiento de las mismas. Estas diferencias reflejan niveles sociales y económicos muy distintos. Los diversos tipos de casa y la proporción en que se han encontrado muestran que la estratificación de la sociedad galilea era muy parecida a la de otras sociedades agrarias avanzadas, en las que la relación entre gobernantes y agricultores da lugar a tres grandes grupos: a) el de los gobernantes y sus funcionarios; b) el de los campesinos y artesanos; c) el de los despreciables y prescindibles.

 

En este mismo sentido, las granjas vinculadas a explotaciones agrícolas intensivas refleja la política de explotación intensiva de los recursos agrícolas promovida por los herodianos.

 

Finalmente, los diversos tipos de casa encontrados, nos hacen caer en la cuenta de que no existía sólo un tipo de familia, sino diversos tipos, que eran muy distintos entre sí. En la Galilea del siglo primero había, al menos, cuatro tipos de familia, que se distinguían por el tipo de casa en que habitaban, por el número de miembros que componía la unidad familiar básica, por su capacidad de ayuda y solidaridad hacia el grupo de los parientes, por las tierras que poseían y por el grupo social al que pertenecían: la familia extensa, la familia múltiple, la familia nucleada y la familia dispersa. Este dato es muy importante, porque la familia era la institución central de la sociedad helenístico-romana, y como tal era el elemento más determinante del ser y de las posibilidades de los individuos.

 

 

Bibliografía básica

 

T. Canaan, ěThe Palestinian Arab House. Its Architecture and Folkloreî:  Journal of the Palestine Oriental Society 13 (1933) 1-83.

S. Guijarro, ěLa familia en la Galilea del siglo primeroî EstBib (1995) 461-488.

Y. Hirschfeld, The Palestinian Dwelling in the Roman-Bizantine Period (Jerusalem 1995)

 

 

EL LAGO

 

Importancia

 

La mayor parte de la actividad de Jesús tuvo lugar en torno al lago Genesaret. En los evangelios aparecen más de setenta menciones del lago como escenario de su actividad sin contar las referencias a las ciudades y pueblos de sus orillas.

 

Al menos cuatro de los discípulos de Jesús eran pescadores. Jesús mismo estaba familiarizado con las labores de la pesca y la navegación, y se sirvió de esta experiencia para componer algunas de sus parábolas o para expresar la misión encomendada a sus discípulos.

 

 

Datos arqueológicos

 

Los hallazgos arqueológicos relacionados con la pesca en el lago de Galilea no son muy numerosos, pero son significativos, sobre todo porque ofrecen  indicios muy convincentes de que los recursos del lago y las técnicas de pesca utilizadas en el siglo primero son muy semejantes a las que existían antes de que se introdujera la explotación industrial del lago. Según esto, los informes que poseemos sobre la pesca en la época del protectorado británico (Nun 1990) y antes (Dalman 1939) pueden utilizarse críticamente para reconstruir un escenario importante de la actividad de Jesús.

 

Probablemente el descubrimiento más llamativo ha sido hasta ahora el realizado en 1986 en el Kibbutz Ginnosar. Allí se encontraron los restos del casco de un barco de 8,2 m. de eslora y 2,3 m. de manga, que ha sido datado con mucha precisión por técnicas diversas (cerámica, numismática y carbono 14) entre el año 100 a. C. y el 70 d. C. Este tipo de embarcación es muy parecido al que los pescadores árabes utilizaban en el lago todavía en la primera mitad de este siglo para la pesca con seine.

 

En las excavaciones llevadas a cabo en Et-Tell (Betsaida) se han hallado tres elementos relacionados con la pesca en el siglo primero: un sello de pescadores, un edificio amplio propiedad de pescadores y restos de una instalación para la conserva del pescado.

 

El sello representa -según los excavadores- una embarcación de base plana, probablemente adaptada a las zonas poco profundas del delta que formaba el Jordán al desembocar en el lago. Junto a ella se ve una caña, que indica efectivamente que se trata de una zona de aguas poco profundas. En la barca se ven dos figuras que enarbolan unas redes del tipo esparavel, muy propias para la pesca en aguas poco profundas.

En el edificio de tipo helenístico identificado en el área B se encontraron, además de sello antes mencionado, plomos para redes, una aguja para reparar las velas, dos áncoras de basalto, etc. Los excavadores barajan dos hipótesis: o bien pertenecía a una familia dedicada al negocio de la pesca. o bien era la sede de una ěcofradía de pescadoresî.

 

Finalmente, en el área C se ha desenterrado una habitación con numerosos hornos y utensilios de cocina, que hacen pensar a los excavadores en la posibilidad de que se tratara de una pequeña factoría dedicada a la preparación y conserva del pescado.

 

Un tercer elemento significativo es la gran cantidad de estructuras portuarias halladas en torno al lago. Hasta el momento se han encontrado dieciséis puertos, la mayoría de los cuales se encuentran situados en la zona noroccidental (Magdala, Genesaret, Tabga, Cafarnaún, Ais, Betsaida) y en la orilla oriental (Aqavia, Kursi, Ein Gofra, Susita, Haon, Gadara). Teniendo en cuenta que la zona más rica en pesca era la noroccidental y que el lago servía de frontera entre los dominios de Herodes Antipas, Herodes Filipo y la Decápolis, no es aventurado pensar que la mayoría de las travesías realizadas en el lago no tenían como objetivo la pesca, sino el comercio: el lago era el ramal más importante de la ěVia Marisî.

 

 

Para el estudio del Jesús histórico

 

Los descubrimientos arqueológicos, completados con las informaciones que encontramos en los escritos de Flavio Josefo indican que el lago tenía una importancia capital en la vida de la región, no sólo como fuente de riqueza (pesca), sino también como vehículo comercial y militar (Vita, 73 § 406; BJ  2,11,10 § 645; 10,1 § 466-469). El aspecto comercial ha sido subrayado poco y requiere una consideración más detallada. Las constantes travesías de Jesús por el lago pueden imaginarse mejor en este contexto, y no en el de unos pescadores que regresarían al mismo puerto del que habían salido.

 

Por otro lado, la relación de Jesús con los pescadores, así como su familiaridad con la pesca y la navegación por el lago podrían iluminar un aspecto importante relacionado con el comienzo de su ministerio: ¿Por qué un artesano de Nazaret se fue a vivir a Cafarnaún? Josefo cuenta cómo Vespasiano pudo construir en poco tiempo una importante armada en Magdala, gracias a la ěabundancia de madera y de carpinterosî (BJ 10,9 § 530-531). Algunos indicios arqueológicos sugieren que efectivamente Magdala era un centro de construcción de barcos. ¿No podría explicarse en este contexto la relación de Jesús con la zona noroccidental del lago? El cambio de residencia y la relación con los pescadores y con personas residentes en ciudades vinculadas a la pesca y al comercio en el lago (Magdala, Betsaida) podría tener su origen en el hecho de que Jesús trabajó como carpintero en la construcción de las embarcaciones que estos utilizaban. El oficio que Mc 6,3 asigna a Jesús (tevktwn) incluía perfectamente en la antigüedad esta ocupación.

 

En el estudio del Jesús histórico resulta también significativo lo que podamos averiguar acerca de sus discípulos. El tipo de personas a las que llamó al seguimiento y la misión que les encomendó puede revelar aspectos importantes de su ministerio. Los evangelios contienen algunos detalles sobre el oficio de algunos de estos discípulos. Situando estos datos en el escenario adecuado, podemos precisar un poco más la procedencia social de dichos discípulos.

 

Conocemos el oficio de al menos cinco de aquellos discípulos: cuatro eran pescadores (Pedro, Andrés, Santiago y Juan) y uno (Leví) era recaudador de impuestos. Ninguno de ellos pertenecía a los estratos más bajos de la sociedad. Todos ellos, aunque en diversa medida, tenían un oficio y un medio de vida, que en algunos casos (Santiago, Juan y Leví) era muy superior al de un artesano no especializado.

 

Leyendo Mc 1,16-20 en el contexto de las técnicas de pesca utilizadas entonces se advierte que la situación social de Santiago y Juan era muy superior a la de Pedro y Andrés. Los dos primeros, que trabajaban con su padre, poseían una barca y contrataban jornaleros, lo cual indica que se dedicaban a la pesca con seine o con trasmallo. Por el contrario, Pedro y Andrés utilizaban la red esparavel propia de los pescadores pobres, que no requería una barca.

 

Las excavaciones de Betsaida podrían iluminar otro escenario de la vida de Jesús. Según Lc 10,3 par. una parte de la actividad pública de Jesús tuvo lugar en Betsaida. Este hecho puede estar relacionado con la afirmación de Jn 1,44, según la cual Pedro y Andrés eran originarios de dicha ciudad.

 

Sabemos que Herodes Filipo le confirió en el año 30 d. C. el estatus de ěpolisî, y que añadió a su nombre tradicional el de la madre de de Tiberio (Betsaida Julias). Esta promoción de la ciudad tenía como objeto crear un puerto pesquero y comercial que compitiera con la vecina Cafarnaún, perteneciente a los territorios de su hermano Herodes Antipas. La competencia entre Cafarnaún y Betsaida, que ofrecían ventajas fiscales a los pescadores y comerciantes que se asentaran en ella, podrían explicar la relación de Pedro y Andrés con Cafarnaún y Betsaida.

 

En Mc 1,29-31 se dice que Jesús fue a ěla casa de Pedro y Andrésî, pero en el contexto de una cultura patriarcal y patrilineal resulta muy llamativo que la suegra del primero viviera en ella. Lo normal era que los hijos varones vivieran en la casa de sus padres. Este dato, unido al de Jn 1,44 induce a pensar que Pedro y Andrés no vivían habitualmente en Cafarnaún, sino en Betsaida, y que por razones de ventajas laborales se encontraban temporalmente en casa de sus suegros.. Estos y otros indicios, que no es el momento de exponer, cuestionan la identificación tradicional de la ěcasa de Pedroî en Cafarnaún. En mi opinión el edificio identificado como tal podría ser la casa de Zebedeo, en la que Jesús se alojaba. En cualquier caso sería más adecuado hablar de la ěcasa de Jesúsî.

 

Estas informaciones acerca de los discípulos de Jesús plantean algunas cuestiones interesantes sobre la naturaleza de su proyecto: ¿Por qué llamó a Santiago, Juan y Leví, que pertenecían a un estrato social relativamente elevado y participaban plenamente en el proyecto económico promovido por los herodianos? ¿Qué significa en términos de movilidad el hecho de que ninguno de los discípulos de los que conocemos el oficio fueran campesinos, más apegados a la tierra que los comerciantes, funcionarios o artesanos?

 

Para finalizar, un pequeño pero pintoresco detalle relacionado con la salazón de pescado. El pescado fresco no solía llevarse en la bolsa cuando se iba de un lado para otro. Lo normal era llevar pescado salado. En mi opinión un galileo del siglo primero que escuchara el relato de la multiplicación de los panes pensaría que los pescados que se encontraron en la bolsa de viaje de aquel muchacho eran pescados salados.

 

Bibliografía básica

 

G. Dalman, Arbeit und Sitte in Palästina. Vol 6. (Gütersloh 1939)

M. Nun, El mar de Galilea y sus pescadores (Kibbutz Ein Gev 1990)

J. Rousseau - R. Arav, Jesus and his World. An Archaeological and Cultural Dictionary (Minneapolis 1995) pp. 19-30, 93-97 y 245-248.

W. Wuellner, The Meaning of Fishers of Men (Philadelphia 1967)

 

 

Tomado de: 

González Echegaray, J. - Guijarro Oporto, S., ěLa arqueología de Galilea y el Jesús históricoî, en: J. Campos (ed.), IX Jornadas Bíblicas de la Asociación Bíblica Española (Zamora: Diputación de Zamora 1998) pp. 87-99

 

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