Sobre el sentido de la realidad
y de la vida

 

Introducción

Este tema pretende ser una recopilación de algunas de las grandes preguntas filosóficas que a lo largo de la historia se han hecho diversos pensadores significativos. Es decir: se trata de una breve y seleccionada historia de la filosofía crítica por cuestiones en vez de por autores. Para una mejor comprensión del tema procuraremos dotar de una continuidad a los contenidos filosóficos que vamos a exponer.



I. El ser y la realidad

1. ¿En qué consiste el primer principio de la realidad?

Aristóteles (s V-IV a. C.) fue el primero en hablar del primer principio de la realidad: el principio de no contradicción. Este principio dice que una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. Otros autores han dicho lo contrario; es decir que el primer principio de la realidad es justamente la contradicción, la lucha entre opuestos (p. ejp Hegel,Marx). El principio de no contradicción es imposible de derrumbar por la razón ¿Por qué es inatacable este principio? Porque para atacarlo hay que utilizarlo.



2. ¿Qué es lo que hay de común entre las cosas de la naturaleza?

Los presocráticos (s.VI a. C) se plantearon si existía un elemento común a todas las cosas de la naturaleza. Unos dijeron que era el agua, otros que era el aire, etc... Hasta que llegó Parménides quien dijo que lo que las cosas tenían en común es que son. El ser es lo común a toda la naturaleza. Con este autor comienza la metafísica.

Lo que Parménides (s.VI a.C.) no dijo es que los seres están relacionados según una relación de dependencia.

Debo un especial agradecimiento a José Luis Galán de la Haba que me ha ayudado a poner algo más de orden y concierto a las ideas de este tema 7 y a las del tema 8.



3. El ser quizás es un término bastante abstracto. ¿Qué puede tener el ser que nos llame más la atención?

Su ordenación según una naturaleza que todavía tiene aspectos por conocer; su sentido, su por qué. En definitiva: su verdad, su bien, su unidad, su belleza, su "algo". A estos aspectos se les denomina trascendentales del ser, es decir: aspectos del ser que, en tanto diversos, dicen algo nuevo sobre el ser trascendiendo este sobrio término; pero al mismo tiempo no son algo distinto al ser. Su importancia es capital para entender el sentido del mundo y la auténtica entidad del mal; asunto que ya abordamos en la pregunta 7 del tema 4. La relación entre verdad y mentira, por ejemplo, es análoga a la relación entre bien y mal; es por esto que toda verdad es un bien.



4. ¿En qué consiste la concepción unívoca del ser?

...Entender el ser de un modo unívoco-como lo hizo Parménides; es decir: el ser es frente al no ser. Todo es igualmente.

También el filósofo Duns Escoto(1265-1308) fue partidario de la univocidad del ser. Para este autor todos los seres son (existen) y también el Ser Absoluto es(existe). Es decir: estos planteamientos no afirman que "el ser se dice de muchas maneras", como luego dirá Aristóteles.

La crítica a este planteamiento está en que ser es más que existir...¿quién existe más...mi perro o yo?...pero...¿quién es más?...espero que yo. El ser tiene una gradualidad. No somos "pequeños dioses" ni "grandes vegetales"; somos hombres.

La concepción unívoca del ser nos puede llevar a una concepción panteísta del mundo; es decir: a la identificación del mundo con Dios, ya que todo es de modo metafísicamente igual según esta concepción.

Se podría pensar que divinizar la naturaleza es el mejor modo de enaltecerla. Pero si la naturaleza no es Dios el mejor modo de comprenderla será ponerla en su sitio y el mejor modo de enaltecerla será referirla a Dios. Pese a la filosofía de Platón, de Aristóteles y posteriormente de Tomás de Aquino, un tal Spinoza (s.XVII) formuló ideas panteístas. Contra estas Pascal dijo:" Dios, modificado en cien turcos, ha matado a Dios modificado en cien cristianos". Chesterton escribió:" Yo amo al mundo porque es distinto de mí, como una mujer". Francisco de Asís(siglo XIII) dio el mejor fundamento para la ecología cuando se dio cuenta de que Dios había suspendido el universo de la nada, y por esto el sentido de todas y cada uno de los seres del mundo consiste en una gratitud hacia su Creador, de Quien depende. Este es el fundamento para la amistad y hermandad no sólo de los hombres entre sí, sino también de los hombres y el resto de las criaturas.

El panteísmo da una visión del mundo como la de un monstruo con miles de caretas. Con la concepción análoga del ser el universo se compone de seres pensados y queridos en su individualidad propia.



5. ¿Qué es la equivocidad del ser?

La hipótesis que supone que todo es variable en su existencia al no existir naturalezas permanentes de las cosas. Heráclito (s.VI a. C.) y Ocam (s.XIV) defienden esta postura.

Pero, contrariamente a lo que dicen estos autores... ¿qué ocurre si todo ser está en continuo y radical cambio?... No se podría llegar a su verdad. Es más: no tendrían verdad. Pero esto es imposible: decir que no existe la verdad es decir que es verdad que la verdad no existe. El ser para ser necesita permanecer. Si nada permanece nada es. Se llega al absurdo del nihilismo, la identificación del ser y la nada.


6. ¿Qué significa que los seres son análogos?

Que son en parte iguales y en parte distintos entre sí. Tomás de Aquino (s.XIII) y discípulos suyos, interpretando personalmente a Aristóteles y a Platón, explican esta postura. Es decir: todos los seres no necesarios(para la existencia del resto de la realidad)se predica propiamente el ser, que tienen atribuido -según un orden de mayor o menor perfección- del Ser necesario o totalmente perfecto. Esta es la teoría que consideramos correcta.



II. El movimiento y la constitución última de los seres.



1. ¿En qué consiste el movimiento?

La filosofía griega comenzó planteándose este problema. Puede parecer una pregunta sin mucho interés pero a medida que pasa la vida realmente te preguntas cómo han cambiado las cosas, cómo has cambiado tú mismo. Para Parménides el movimiento -que hemos de entender cómo cualquier tipo de cambio- era pura apariencia. Toda la realidad es frente al no ser. El universo es un único e inmenso ser aunque tenga múltiples manifestaciones. Los cambios son pura apariencia. Para Heráclito (s VI a. C.,como el anterior) todo cambia, el ser es puro movimiento. Platón superó a ambos diciendo que el movimiento participa del ser sin identificarse con él. Según Platón varias cosas pueden participar de una característica o idea; por ejemplo: las cosas verdaderas de la idea de verdad. Lo innovador de Platón está en decir que estas ideas existen por sí mismas; es decir, independientemente del pensamiento humano, en lo que él llama el mundo de las ideas. Platón establece géneros supremos de las ideas; entre ellos están: el bien, el ser, el movimiento, lo diverso, lo idéntico. Vamos a centrar nuestra atención en el tema que ahora nos ocupa: las ideas participan unas de otras. EL movimiento participa del ser y de lo diverso; es decir: el movimiento participa del ser sin identificarse con él: el movimiento se da en algo que está "forjando su identidad". Posteriormente Aristóteles llevó el tema del movimiento a la naturaleza intrínseca de las propias cosas. El movimiento es, según él, el paso de la potencia(lo que todavía no es) al acto(lo que ya es); y con más precisión: el acto del ente en potencia en cuanto que está en potencia.

Podemos fijarnos en un punto de interés: si algo o alguien evoluciona sin dejar de ser el mismo porque tiene una naturaleza que es un principio fijo de comportamiento móvil; ¿qué o quién hace posible la conjunción de la permanencia y el cambio? Tiene que ser un factor que conjugue ambos aspectos: una finalidad inscrita en el tiempo desde fuera del tiempo El tiempo es la medida del cambio según una cierta permanencia. Este cambio supone en definitiva una finalidad previa al movimiento. Finalidad de la que participa cualquier cosa o ser de la realidad, según su modo de ser. Por tanto cada ser participa en cierta manera de la atemporalidad como de la temporalidad mediante la finalidad. Por ejemplo: la materia de una persona cambia según el tiempo; también cambian sus posibilidades intelectuales y de voluntad. ¿Qué permanece? su finalidad plasmada en su modo de ser o naturaleza



2. Desarrollo de la teoría aristotélica del cambio

El cambio sustancial se debe al cambio de la sustancia ("aquello que es en sí") y, por tanto, de la forma sustancial (lo que hace que una cosa sea lo que es). Es cuando no hay solamente un cambio accidental (de aspectos que no son imprescindibles para la identidad de la cosa -"aquellos que son en otro" o accidentes-; por ejemplo: un cambio de color), sino cuando hay un cambio como el de un papel transformado en cenizas.

¿Qué permanece en el cambio sustancial?...la materia prima ("la materia ni se crea ni se destruye; sólo se transforma"). ¿Qué es la materia prima? Es "algo" que, a lo largo de los cambios, siempre "está disfrazado"...de papel, de cenizas, de humo. Es...la capacidad de cambio de la materia. La medida de la capacidad del cambio es el tiempo. Cuando el cambio es de tipo intelectual se habla de potencia. Es decir: toda materia prima es potencia; pero no toda potencia es materia prima.



III. ¿Qué es la verdad?

Afortunadamente hay una respuesta. Aquí sólo daremos algunos primeros pasos.



1. La duda

Agustín de Hipona (s.VI) considera que la verdad no está en el escepticismo(en dudar de todo). ¿Por qué? Por que si dudo de todo al menos no dudo de que dudo de todo, luego no dudo de todo. La verdad-como ya dijimos- es inatacable porque si la negáramos diríamos que es verdad que no existe la verdad.



2. ¿Es el hombre quien ha de medir la verdad de todas las cosas?

Protágoras(s.VI a. C.) así lo sostenía. De este modo cada hombre tendría su verdad. Frente a esta postura ya expusimos una crítica varios puntos del tema 3. Es decir: la realidad es anterior al pensamiento humano. El hombre tiene que ajustarse a la realidad y no al revés.

Sin embargo... ¿puede buscarse la verdad dentro de uno mismo si la verdad viene de la realidad? Sí, afirma Agustín de Hipona. Afirma la existencia de una iluminación divina que deja su impronta en el alma humana. Desde un punto de vista más natural quizás podemos añadir que si cualquier realidad tiene una verdad dentro de sí, cada uno de nosotros también la tiene . Después de abrirse a la verdad del mundo exterior, uno puede buscar su personal visión de las cosas que puede ser una participación de la verdad, que no niega la verdad objetiva.



IV. ¿Cuántas dimensiones tiene la realidad y hasta dónde pueden llegar las ciencias?

1. Tomás de Aquino da una explicación

En primer lugar está la realidad exterior al sujeto que es capaz de conocer. Por otra parte el sujeto que conoce, y dentro de éste, dos planos: el de la coherencia de las ideas y el de la moralidad de las acciones. Fruto de la acción del sujeto sobre la realidad se produce el trabajo que puede ser técnico o artístico.Estos cuatro planos son estudiados respectivamente por la filosofía de la naturaleza, la lógica, la ética y la mecánica o estética.

Y... ¿cuántos son los grados de conocimiento de la realidad? Según Santo Tomás son tres. El descriptivo: se trata de un grado formal-porque no se puede hacer ciencia sólo de lo particular- que describe las particularidades concretas de los individuos(es utilizado por las ciencias naturales). El matemático que abstrae las cantidades de las cosas. El metafísico que abstrae la realidad del ser.Atendiendo a la noción de ciencia: conocimiento cierto por las causas; son ciencias las diversas disciplinas que versan sobre cualquiera de estos grados de abstracción o de conocimiento.



2. Insuficiencia del método matemático para explicar toda la realidad

Algún científico actual como el físico Stephen Hawking afirma que no hay más realidad que nuestras posibilidades de observación y que sólo cabe hablar de conocimiento científico cuando este conocimiento se puede expresar matemáticamente; si no tal conocimiento carece de sentido científico. Existe una interesante relación con la postura de Kant explicada en el tema 3. Hay otra postura diferente a la de Hawking, la que venimos sosteniendo, que se basa en decir:a) La verdad de la realidad es por sí misma con anterioridad a nuestras posibilidades de observación; b) Lo científico no se acaba en lo matemático; c) La ciencia es el conocimiento cierto por las causas, y hay causas que van más allá de la matemática. Por esto el matematicismo,la consideración de que lo único verdadero es lo que se puede poner en fórmulas matemáticas, es un reduccionismo.



3. La ciencia se basa en la causalidad, pero... ¿es válida la crítica al principio de causalidad?

Nicolás de Autrecourt (1300-1350), apoyado en la concepción equívoca del ser, afirma lo que más tarde también formulará Hume: las cosas hasta ahora se comportan de una manera, pero podrían cambiar en un futuro. La causalidad es un prejuicio de la mente. La causalidad es una generalización ilícita de la costumbre. De este modo se sustituye la causalidad por la sucesión. Existe una relación con el problema de las impresiones e ideas en Hume. Para este autor la idea no es más que una huella, un recuerdo de la impresión sensitiva. Según esta idea-que, por cierto, no es huella de ninguna impresión, la causalidad no existe porque lo único que se ve es la sucesión. Contra esta postura hay que decir que la causalidad no se ve, se entiende: y entender es mucho más que recordar una imagen, es abstraer su sentido, predicable a otras imágenes similares.

Además el problema de Autrecourt y Hume consiste en que si todo es sucesión también esta frase podría cambiar. Lo que realmente ocurre en la realidad es que hay permanencia y sucesión, y el puente entre ambas es la causalidad.



4. ¿Es científicamente válida la inducción incompleta de Aristóteles(de unos casos concretos sacar una ley general) o no debemos pasar los límites de la "experiencia realizada"?

Si una ley es válida para cinco casos sólo vale para esos cinco y por ahora; generalizar es un abuso. Para él, Hume, la realidad es lo puramente visible y el conocimiento el que nos dan los sentidos. Si él dice no a la inducción incompleta como ley general resulta que está dando una ley general.



V. ¿Qué es la dialéctica contemporánea?



1. Concepto y relación con el acto y la potencia

La dialéctica es afirmar que la contradicción es la ley principal de la realidad; es decir: en negar el principio de no contradicción.

En la dialéctica tesis y antítesis se presentan con el mismo grado de realidad; mientras que el acto supone un grado de realidad superior al de la potencia(no es lo mismo estar leyendo que la posibilidad de leer). La teoría del acto y la potencia hacen posible el movimiento o cambio(porque tengo la posibilidad de leer acabo de hecho leyendo) y se basa en el principio de no contradicción( no se puede leer y no leer al mismo tiempo y en el mismo sentido). La dialéctica, queriendo radicalizar el movimiento (leer- no leer), paradójicamente lo hace imposible.



2. ¿Por qué dice Hegel (1770-1831) que todo lo real es racional y todo lo racional es real?

Entiende el universo como puro orden, pura racionalidad evolucionadora. La naturaleza material no es más que un conjunto de disfraces que adquiere la razón absoluta. Los hombres somos naturaleza consciente y podemos llegar a descubrir que somos un instante del flujo evolutivo de la razón absoluta. Personalmente pienso que todo esto es un intento de pretender abarcarlo absolutamente todo con la razón. Pero sería absurdo que Hegel dijera que la razón humana es Dios y, por tanto, quizás esta crítica sea injusta, lo que hace es hacer un absoluto de la racionalidad (del orden) del mundo y decir que el hombre participa de modo consciente de esa racionalidad, pero sin que sea algo distinto a ella.

¿Es verdad lo dicho arriba?... Si la racionalidad del universo es absoluta ¿por qué evoluciona? Nada puede tener su fin sólo respecto a sí mismo; tan solo un Ser absoluto; pero en el Ser absoluto no tiene sentido la evolución. Lo que afirma Hegel no puede ser cierto.



3. ¿Qué puede pasar con la persona humana en este idealismo absoluto de Hegel?

Que todo se subordine al conjunto: a la especie. Que al considerar la persona sólo desde la razón no se tengan en cuenta otros aspectos como los instintos, sentimientos, libertad, felicidad. Que la persona tenga por sí misma poca importancia porque es sólo un instante en la evolución del universo.



4. ¿Por qué Marx(1818-1883) es Hegel al revés?

Porque toma de él la dialéctica pero en vez de hablar de razón absoluta(que le parece falso) habla de materialismo absoluto.



VI. Positivismo y vitalismo irracionalista

Vamos a hablar sintéticamente de dos posturas completamente opuestas, ambas surgidas en el siglo XIX. El positivismo o la razón de lo cuantitativo y el vitalismo irracional o la ciega voluntad de la pasión.



1. ¿Qué es lo esencial del positivismo de Augusto Comte (1798-1857)?

Comte (s.XIX) pensó que la historia de la humanidad se dividía en tres grandes etapas. En la primera se consideraban a las fuerzas de la naturaleza como divinidades: es la etapa teológica. En la segunda, que comenzaría con Descartes, se buscan razones y porqués filosóficos para explicar el mundo: es la edad metafísica. En la tercera tan sólo se atendería a que lo verdadero es lo cuantificable (sólo se puede hablar de verdadero o falso en aquello que se puede medir); esto último es lo esencial del positivismo, que inaugura Comte. Respecto a los periodos que Comte hace de la historia habría que recordarle, entre otras muchas cosas, que los presocráticos del siglo VI a.C. ya hacían lo que él llama "filosofía abstracta". Por otra parte es cierto que todo lo cuantificable es verdadero pero no al revés. Además cabría preguntarle cómo se cuantifica su empeño cuantificador .



2. ¿Por qué Nietzsche (1849-1900) es irracionalista?

Porque piensa que la razón no vale para entender la vida. ¿Tiene razón? Hay posturas que afirmar una inadecuación entre la realidad y la razón. Por ejemplo si la razón sirve para explicar unas cosas pero otras no, no sería válida para conocer toda la realidad. Otra postura sería decir que la razón vale hasta cierto punto para comprender aspectos de la realidad. Otra posición sería decir que si la razón es capaz de llegar al origen y fundamento de la realidad también vale para analizar la propia realidad. Con esto último es compatible afirmar que hay aspectos de tipo absoluto en los que la razón se ve necesitada de ayuda. Es cierto que la vida no es sólo razón, también es afectos, impresiones, belleza, sufrimiento, gozo, etc. Pero todas estas cosas no se oponen a la razón. El hecho de que la razón no lo pueda explicar todo no significa que no valga para nada. Es un valioso medio para comprender la realidad que sólo puede ser globalmente entendida -aunque no exhaustivamente- por el amor ordenado(que lleva a "estar enamorado de la vida"). Por esto la razón se subordina a ese amor.



VII. Fenomenología, existencialismo y Filosofía del lenguaje

Estas son tres de las corrientes de pensamiento más destacadas del siglo XX. La primera se presenta como un riguroso método filosófico. La segunda como una metafísica de la acción, y la tercera como un planteamiento de las posibilidades científicas de la filosofía.



1. ¿Qué es el método fenomenológico?

Husserl(1859-1938) se centró en el análisis de la tendencia de la conciencia humana a los objetos de conocimiento, prescindiendo de su realidad extramental. La descripción de los fenómenos u objetos que aparecen a la conciencia plantea como base de la filosofía dicha relación entre el sujeto que conoce y el fenómeno conocido. Este método ha resultado enriquecedor y ha cuestionado, desde la propia conciencia, sistemas filosóficos como el de Descartes que se basaba en una duda metódica que no resiste a los principios fenomenológicos.

Sin embargo la fenomenología parte de unos presupuestos(la intencionalidad de la conciencia o tendencia a conocer la realidad -en tanto que captada por la mente-) que no pueden librarla del idealismo- la primacía del contenido de la conciencia sobre la realidad exterior)observa el principio por el que lo conocido transforma al conocedor; es decir: la íntima conexión y permeabilidad del plano mental con la persona que lo sustenta.



2. ¿Una nueva metafísica?

El existencialismo es, en general, un centrar el interés filosófico sobre el realizarse, sobre la existencia, la libertad en el tiempo para los hombres. Hubo diversas versiones del existencialismo: desde existencialismos vistos a la luz de Dios como en Gabriel Marcel hasta posturas ateas como la del ya citado Sartre. Pero fue Heidegger (n.1889) quien parece que manifestó una más profunda búsqueda de la metafísica: del ser. Todo ser -en- el tiempo no es más que un acontecer del ser pero no el ser mismo, el ser puro, al que él anhelaba llegar. Se han dado diversas interpretaciones a su filosofía. El historiador Hirschberger considera que Heidegger llega a una especie de contemplación o mística inexpresable respecto al ser; pero esto ya no es filosofía. Las consecuencias para el hombre no parecen muy alegres. Heidegger ve a la persona humana como desveladora del sentido del ser mediante el lenguaje, pero este desvelamiento no ha sido nada claro según los propios logros de este autor. A nivel más práctico Heidegger habla del hombre como un ser para la muerte, de angustia.

Este intento de verdad desnuda que no habla de felicidad quizás ignore una profunda comprensión de la analogía del ser y la íntima unión que puede existir entre acción y contemplación humana en el marco de una metafísica donde el ser no sólo es el ser sino el bien, la verdad y la belleza.



3. Positivismo y lenguaje

Hay muchos representantes del neopositivismo, como Carnap o Reichenbach, que dio paso luego al positivismo lógico que se centró en la filosofía del lenguaje. Entre estos últimos autores destacan Moore, Russell y actualmente Habermmas. Wittgenstein(1899-1954) ha sido quizás -dentro de esta última tendencia- el pensador más sugerente y divulgado.¿Qué nos quiso decir? Vamos a intentar explicarlo: Imaginemos un tablero de ajedrez. ¿Es posible calcular el número de jugadas que se pueden hacer en una partida de ajedrez? En el caso de que lo fuera el resultado sería una pequeñez comparado con la cantidad de variables posibles que encontramos en el "gran juego" del mundo. El significado de la proposición o función mundo sería la suma de todos sus posibles hechos: cosas que ocurren y que pueden ser simbolizadas y expresadas mediante frases o proposiciones de un lenguaje. Pero es imposible abarcar la proposición mundo y por tanto su significado. Al desconocer el significado del mundo desconocemos el significado objetivo de todos y cada uno de sus hechos concretos. Estas son las ideas de la primera obra famosa de Wittgenstein: El Tractatus. Nos gustaría tener una visión global del mundo que respondiera a los grandes interrogantes que el hombre se plantea (estas preguntas están dentro de lo que el llama "la esfera mística"). Estas preguntas son lo más valioso que el hombre tiene pero no tiene sentido científico planteárnoslas. Así que dice Wittgenstein:" de lo que no se puede hablar mejor es callarse". Sin embargo en el Tractatus este autor no hace más que darle vueltas a que no tiene sentido plantearse preguntas sin respuesta. Por eso acaba diciendo que el Tractatus es un sinsentido que expresa el quiero y no puedo del hombre respecto a las grandes preguntas. Sobre estas ideas ya hemos dicho que unos conocimientos puramente relativos son contradictorios respecto a sí mismos. Es la pura lógica basada en el principio de no contradicción la que nos habla de la necesidad de ese principio que es condición necesaria de realidad y que ya supone un conocimiento global o metafísico sobre el mundo.

Su conclusión en el Tractatus es hacer del lenguaje una pura lógica simbólica al servicio de las demás ciencias y olvidarse definitivamente de las grandes preguntas.

Posteriormente se dará cuenta de la imposibilidad de reducir el lenguaje humano a matemáticas y escribirá otra obra: Investigaciones filosóficas. Aquí dirá que el lenguaje que hay que estudiar es el lenguaje vivo, coloquial. Este lenguaje tiene un puro valor situacional, circunstancial, pragmático (sentido = uso), dependiente de la intención de cada persona y de la cultura en que se encuentre. Dice que el plantearse valores objetivos de las palabras y grandes cuestiones metafísicas sobre los significados es una enfermedad filosófica de la que hay que huir. Su solución está en olvidarlas. La filosofía se reducirá a describir valores relativos del lenguaje.

Ante esto caben decir varias cosas: ¿puede el hombre ser feliz olvidándose de los porqués de las cosas y de si mismo? Por otra parte la cuestión de los significados exclusivamente relativos de las palabras vuelve a estamparse con la primera regla de la realidad y del conocimiento: la columna elemental y basilar del principio de no contradicción. Las palabras que significan las cosas sólo se sostienen si existe una palabra definitiva, dotadora de sentido de todas las demás. Una verdadera filosofía del lenguaje se abre a algo que va más allá de sí misma y que se expresa en una frase muy conocida y llena de un infinito significado: "En el Principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (Ioh, Prólogo).

*Respecto a la filosofía personalista actual la explicamos brevemente en la pregunta 9 del tema 2.



Actividades:

1. Cuestiones:

Relación entre ser y verdad

¿Qué consecuencias que afecten a tu vida tiene el que el ser no sea unívoco?

¿Idem el que el ser no sea equívoco?

Relación entre ser y analogía.

¿Por qué es importante el estudio del movimiento?

¿Por qué el tercer grado de abstracción también es científico?

Insuficiencias de la críticas de Hume al principio de causalidad.

Realidad y posibilidad de medición. Relación de este problema con Kant.

¿Dónde está el error de la dialéctica?

Errores del espíritu absoluto de Hegel.

¿Donde está la contradicción del marxismo?

¿Qué frase resume el positivismo y cómo se la puede criticar?

¿Por qué la vida no puede ser amoral?

¿En qué consiste la fenomenología?

¿Qué es el existencialismo?

¿En qué consiste el sinsentido del Tractatus de Wittgenstein y cómo lo justifica?

¿Es para Wittgenstein el mundo un lugar de realización personal?

¿Donde están las insuficiencias del Tractatus?

¿En que consisten las insuficiencias del Tractatus?

¿En qué consisten las Investigaciones filosóficas de Wittgenstein? ¿Donde está su error?

¿Qué es el personalismo?



2. Destacar las ideas más importantes del texto "El espíritu positivo", de Julián Marías, ABC, 4.II.99.

El espíritu positivo

CUANDO tenía veinte años, a petición de Ortega traduje el"Discurso sobre el espíritu positivo", de Auguste Comte. Fue mi primera traducción. En rigor se trataba del espíritu positivista, rasgo de la filosofía de su autor, con su porción de acierto y de error.

Al hablar hoy de espíritu positivo, pienso en algo bien distinto: la actitud que propende a ver lo bueno, a retener y subrayar el aspecto valioso de lo real. Se contrapone a lo que podríamos llamar el espíritu negativo o "negativismo", que busca, casi siempre con afán, el lado peor de las cosas, lo que les falta, lo que disminuye su realidad, las manchas que las afean. Hay personas que no pueden soportar la perfección, ni siquiera la incompleta que suelen alcanzar hombres y mujeres; realidades naturales, obras humanas. Buscan ávidamente los defectos, se alivian cuando los encuentran, y en todo caso los fingen e inventan. Parecen nutrirse de las faltas, carencia, errores: en suma, del mal.

El espíritu positivo, por el contrario, sufre cuando tropieza con todo eso; no deja de verlo, tal vez es más verdaderamente sensible a ello, porque se alimenta de realidad, la necesita, deriva su alegría de ella, se complace al hallarla. Se llama muchas veces "espíritu crítico" al negativismo, lo cual es un error: el espíritu crítico consiste en mirar atentamente lo real, distinguir lo bueno de lo malo, lo existente de lo carente, "le vrai d’avec le faux", lo verdadero de lo falso, como decía Descartes.

El negativismo suele tener "buena prensa" y ser elogiado. Es revelador el modo de titular las informaciones en los periódicos –o los términos preferidos y hasta los tonos de voz en las exposiciones verbales-. Resulta a veces cómica la diversa manera de presentar, en diferentes publicaciones, la misma noticia. Hay alguna revista que, de la primera línea a la última, convierte en sucio y repugnante todo lo que menciona.

La política es con frecuencia la excusa para el negativismo, pero creo que es un error. A poco que el ciudadano conserva algún sentido crítico, advierte la falsificación que representa la interpretación sistemáticamente negativa de cuanto se hace o acontece. Donde no hay más que rencor, despecho, en los casos más graves odio, no puede residir la verdad, y por tanto aquello no se puede tomar en serio.

El espíritu positivo, precisamente por su sensibilidad para lo real, por su necesidad de vivir de ello, percibe lo que falta, lo que es la desviación, acaso extravío, caída. Todo eso le duele, lo lamenta, lo señala si es menester, con el deseo o la voluntad de remediarlo. Pero la imperfección no le impide ver lo que es la mayor parte.

En esto reside el punto flaco del negativismo. Su percepción se concentra en una porción limitada de la realidad, si se hacen bien las cuentas, una fracción exigua. Es una cuestión de atención, de proximidad, si se prefiere. Si alguien pone un dedo delante de los ojos, bien cerca de ellos, no ve nada; a lo sumo, ese dedo que se interpone entre los ojos u el resto de la realidad, es decir, toda ella.

Tuve mucho tiempo deseo de escribir un artículo titulado "Don Pero". Pensaba en aquellos que, ante una realidad espléndida –una mujer particularmente hermosa, un paisaje espléndido, un libro o un cuadro maravilloso, una acción noble o heroica-, dicen: "Sí, pero". En lugar de admirar, de exaltarse ante aquello y luego, si es menester, señalar un pequeño defecto, una leve omisión, algo que se podría añadir; y, sobre todo, con voluntad de añadirlo si es posible.

Los males existen, ciertamente, y nadie en su sano juicio podría negarlo. La maldad existe también, y es mucho más grave. Me repugna indeciblemente que se traten como calamidades las maldades humanas. Se habla de las matanzas, de las crueldades, de las opresiones, de las vejaciones de las personas como si fuesen equiparables a los terremotos, las inundaciones, los volcanes en erupción, las olas de calor o de frío, los temporales. Los males producen del engranaje de las causas naturales, del azar, de las limitaciones del mundo, que las técnicas intentan superar hasta donde es posible. La maldad tiene su raíz en la libertad del hombre –lo más precioso de él, pero también lo más peligroso-; por eso la maldad es gravísima, sobre todo porque es evitable porque está en nuestra mano no dejarla brotar o remediarla y corregirla.

Pero todo ello representa una fracción reducida de lo real. Todos los desastres y todas las maldades en su pavoroso conjunto son incomparablemente menores que aquello en que surgen y lo rodea, lo que es afectado y herido por ello. El negativismo es ante todo un error de cálculo.

Lo que pasa es que la atención se concentra sobre todo en lo negativo, lamentable, perverso. He recordado muchas veces la definición que Goethe da del demonio: "der Geist, der stets verneint", "el espíritu que siempre niega". La palabra decisiva es "siempre" –por eso lo peor del diablo es su monotonía-. Hay que negar algunas veces, pero ¿siempre? Goethe emplea certeramente la fórmula del negativismo.

Esa monotonía que hace que, en cualquier circunstancia, sepamos ya lo que algunas van a decir. Van a "oponerse", a "descalificar", a "condenar" –sobre todo si se trata de algo bueno, inteligente o acertado-. Lo peor de todo, y lo más difícilmente curable, es que el negativismo lo es primariamente de sí mismo. Tiene un profundo descontento, tal vez un desprecio de su propia realidad. Y esto también es un error, un error más: ninguna persona como tal es despreciable; lo son sus actos, sus palabras, su conducta; la persona misma no. Y por eso, la adversa sentencia que el negativista pronuncia de sí mismo no tiene porqué ser definitiva. Su mal no es incurable, precisamente porque el hombre es libre y tiene la capacidad de volver sobre sí mismo, rectificar y arrepentirse, escapar del error.

El espíritu positivo está alerta ante la realidad entera. No la confunde con ciertas porciones de ella, que están ahí, en su puesto, que en últimas cuentas es bastante reducido. Ahora que se hacen tantas estadísticas y sondeos, sería interesante comparar el desplazamiento de lo malo y dañoso en la imagen que nos presentan los medios de comunicación con el puesto real que tiene en el mundo. Y no digamos si no pensamos sólo en el "mundo", en el planeta que habitamos, sino en la realidad íntegra, pasada y presente, futura o simplemente posible, en lo que se puede imaginar, esperar y, en alguna medida, hacer.



3. Establecer una breve relación entre las respuestas a las preguntas de la primera actividad de este tema con algunas de las ideas principales del texto "El espíritu positivo".





Tema 7 (reducido): Sobre el sentido de la realidad y de la vida



1. Introducción

Este tema consiste en una selección muy restringida de autores y de sus principales ideas que consideramos de especial relevancia porque cuestionan de un modo crucial el sentido de la vida y la posibilidad humana de conocerlo. Lo hemos dividido en dos bloques. El primero plantea el alcance de dos espíritus que podríamos llamar: el de la contradicción y el positivo. El segundo trata sobre cuestiones suscitadas a partir de los planteamientos del filósofo Lüdwig Wittgenstein.



2. Las contradicciones o el espíritu positivo

Hegel (1770-1831) hizo una nueva filosofía sugerente: la contradicción va a ser precisamente la ley de la existencia. Marx (1818-1831) tomar nota de esta lección pero en clave exclusivamente material.

El universo es, para estos autores, un absoluto que esta en tensión consigo mismo. Y así ocurre con toda la realidad que sufre un proceso de tesis, antítesis y síntesis superadora. Por ejemplo, la tesis de la semilla será ser tal, la antítesis su destrucción como semilla y la síntesis convertirse en árbol. Cada cosa esta en contradicción consigo misma; la realidad es dialéctica.

Desde un enfoque distinto Nietzsche (1849-1900) plantea la vida como una realidad pasional y trágica en la que hay que imponer el yo dando uno sus propios valores; no aceptando los ya establecidos. La vida es amoral y por esto hay que vivirla de la manera más lujuriosa y tropical posible, nos dice este autor. Los antivalores de Nietzsche le llevaron a defender de modo explícito un cinismo que deberá conducir a la civilización del superhombre, cuya plasmación histórica más concreta fue el régimen alemán de Hitler.

Para Sartre (1905-1980) la vida es una pasión inútil. La conciencia humana es la que crea los valores pero su propia actividad de significar carece de sentido porque el hombre muere: no es un ser absoluto como querrá ser.

Las citadas antes son una selección de posturas que plantean la vida en términos de máxima tensión y exasperación; es más: en términos de contradicción. Vamos a intentar exponer algunas soluciones dentro de lo que podemos llamar, parafraseando a Julián Marás, el espíritu positivo.

La dialéctica de Hegel y Marx ponen de manifiesto las tensiones y la evolución innegables que se dan en el mundo. Pero una cosa es la tensión y evolución y otra la contradicción pura que es imposible porque cae en el absurdo inviable que se enfrenta al principio de no contradicción.

La dialéctica supone un falseamiento de la teoría del acto y la potencia aristotélicos. Acto es lo que ahora es y potencia lo que ahora no es pero puede llegar a ser. Todos los seres materiales están en acto de algunos aspectos y en potencia de otros. Estoy en acto de escribir y en potencia de acabar de hacerlo. Pero el acto tiene un nivel de fuerza superior al de la potencia. Sin embargo, en la dialéctica, tesis y antítesis se presentan con el mismo grado de actualidad o de fuerza y esto hará imposible la evolución. La dialéctica, queriendo radicalizar la evolución, paradójicamente la hace imposible sin darse cuenta.

Nietzsche plantea la vida como realidad amoral. Esto no es posible por la identidad metafísica, ya estudiada en el tema 3, entre el ser, la verdad y el bien.

La postura de Sartre ya fue estudiada. La imposibilidad del absurdo, entre otros motivos, hace inviable su existencialismo, como el mismo reconoció al final de su vida.

Por todo esto es posible sostener un espíritu positivo ante el sentido de la realidad. Un sentido positivo(no positivista, cuyo lema es: (solo lo verificable empíricamente puede tomarse como cierto) que se basa, entre otras, en las razones ya esgrimidas y en la realización de la persona humana a partir de un sentido realista de su libertad que posibilita una creatividad humana con significado.



3. Wittgenstein (1899-1954) y su curiosa partida de ajedrez

Un joven austriaco, en una trinchera de la primera Guerra mundial, es un soldado diferente a los demás. Lleva en su macuto un cuaderno de notas en las que escribe lo que luego se ha llamado el Tractatus; una de las obras filosóficas más conocidas del siglo XX. Este joven es Lüdwig Wittgenstein.

Se ha pretendido explicar con acierto su obra valiéndose del ejemplo de un ajedrez. A qué reglas tiene este ajedrez filosófico?...:Cada jugada tiene una representación gráfica traducida por un lenguaje formal. Es decir: Una jugada en el tablero puede representarse mediante el lenguaje simbólico del ajedrez. Cada jugada será lo que Wittgenstein llama un (hecho) del mundo. Y este (hecho) es significativo porque es (verificable)...porque se puede comprobar visiblemente. El lenguaje formal que corresponde a ese (hecho) ; por ejemplo:C3AD (caballo tres alfil dama), es una (proposición atómica).El conjunto de todas las jugadas será una partida. El conjunto de todas las (proposiciones atómicas) será una (proposición molecular). El conjunto de todas las jugadas posibles de una partida de ajedrez es algo difícil de calcular; y solo conozco el valor verdadero de una jugada si conozco el conjunto de la partida.Si, en vez de un ajedrez, nos encontramos con el mundo...resultará imposible saber cuál es el valor de todos los hechos del mundo. Sí lo que vale un 6 porque está entre el 0 y el 10; pero si no tengo el marco de referencia de la globalidad del mundo, ya que es inabarcable en el espacio y en el tiempo, no puedo saber el valor de los hechos. Dice Wittgenstein: (el sentido del mundo debe quedar fuera del mundo).

De este modo todos los valores que de a las cosas son puramente subjetivos o relativos, dependerán de mis circunstancias concretas . No habrá posibilidad de conocer una causalidad cierta.

La ética, el alma, Dios...son lo más grande que tenemos (el los engloba en lo que llama -la esfera mística-) pero son términos de los que no se puede hablar científicamente. Así dice nuestro autor: -de lo que no se puede hablar, mejor es callarse-.

El mundo no va a ser un lugar de realización personal porque no se cuál es su sentido:"Hay que arrojar el mundo al cuarto de los trastos".

Sin embargo el Tractatus es una obra que está continuamente hablando de la imposibilidad de llegar por la razón a realidades superiores a los hechos del mundo. Es decirles una obra llena de proposiciones no –significativas-; no –verificables-. Wittgenstein es consciente del propio sin sentido del Tractatus pero lo justifica diciendo que esta es la condición del hombre: querer llegar más allí de lo que puede.

Respecto a la filosofía concluye en que esta ciencia tendrá que limitarse a elaborar lenguajes lógico-matemáticos al servicio de otras ciencias.

Hasta aquí Wittgenstein. ¿A qué nos parece que le ha ocurrido para llegar a esas conclusiones?...:Los motivos que siguen:

El principio de –verificabilidad- de Wittgenstein da por sentado de que sólo es verificable lo que se puede ver. Esto es un empirismo o un positivismo que niega, sin razón, la capacidad humana de trascender lo meramente sensible.

El conocimiento humano puede llegar al ser de las cosas. De hecho es a lo primero que llega: -esto es...tal cosa-. Los seres tienen modos de ser análogos, en parte iguales y en parte distintos. Sobre esta realidad actua el principio de no contradicción. Los seres no son equívocos (totalmente distintos), ni unívocos (totalmente iguales, con diferencias meramente superficiales).

Al decir que todo valor sobre un hecho es una valoración subjetiva o relativa está afirmando -no es relativo que todo es relativo- y, por tanto, se está contradiciendo. No se da cuenta del primer principio de la realidad: el principio de no contradicción; a saber: una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. Este principio es condición previa para la realidad, como el principio de causalidad (-todo lo que es tiene una causa de su existencia-). El hombre sí puede llegar a ideas globales sobre el sentido de la realidad.

La causalidad, frente a lo que dice la herencia de Hume, no es una imagen inasequible, sino una finalidad de la realidad que el hombre puede conocer con su inteligencia. La finalidad es algo previsto para la evolución: es antes de la evolución y en la evolución...la mente humana llega desde el mundo a una finalidad previa a él.

Su imposibilidad de llegar a la realidad del alma por la razón se debe a que antepone, a la manera de Kant, el pensamiento al ser. El pensamiento funciona a partir de imágenes y no tenemos una imagen del alma. De acuerdo, pero hay que recordar que primero es el ser y luego el pensamiento. Porque tengo psique racional o alma soy capaz de pensar. No tiene sentido real poner en duda la existencia del alma.

Respecto a Dios, como veremos en el próximo tema, a partir de imágenes sensibles del mundo puedo ir más allá de la mera materia y entender un orden y unas leyes y una causa última necesaria para esas leyes.

El sinsentido del Tractatus responde a una contradicción interna del mismo que pretende justificarse diciendo que el hombre es una contradicción: -un quiero y no puedo-. Esto no es verdad. El hombre puede conocer un sentido global del mundo (no solo fragmentario o -atómico-) menos o más profundo, y realizarse en él como un ser personal.



Actividades:

Destacar las ideas más importantes del texto El espíritu positivo de Julián Marías, ABC, 4.II.99.

Selecciona un conjunto de ideas de la teoría de este tema y procura relacionarlas con otras de las ideas principales del texto "El espíritu positivo".