Casos prácticos de educación familiar

CASO 1 CASO 2 CASO 3

 

CASO 1

SITUACIÓN:

La hermana mayor, Laura, ha traído a casa a su amiga Teresa para pasar con ellos unos días durante las vacaciones de verano. La madre de Laura está sorprendida de la escasa educación y diplomacia que ha demostrado Teresa, e intenta comentarlo con su hija, para ver así cómo ayudar a su amiga a corregirse. "Mamá, es que no lo entiendes –argumenta Laura, molesta–, la gente joven dice lo que piensa, sin hipocresías".

La madre se ha quedado un poco cortada. No sabe cómo explicar a su hija que la espontaneidad y la libertad de expresar las propias opiniones tiene unos límites, y le preocupa también el mal ejemplo que todo esto supone para los hermanos más pequeños.

OBJETIVO:

Aprender a conjugar libertad y espontaneidad con el respeto a unos determinados valores.

MEDIOS:

Mantener una conversación larga y tranquila en un contexto positivo.

MOTIVACIÓN:

La madre desea encontrar una ocasión propicia que facilite sacar el tema sin que Laura esté a la defensiva.

HISTORIA:

Los padres de Laura comentaron el asunto durante la comida, cuando los hijos estaban en el colegio. Pensaron que era bueno esperar a estar tranquilos, y a que llegara una ocasión propicia.

La situación llegó esa misma noche de modo imprevisto. Estaban invitados a cenar unos tíos de Laura, ambos de carácter un poco difícil. A lo largo de la cena surgieron algunos temas de conversación que dejaron claro que lo mejor era "seguirles la corriente", pues llevaban fatal que se les llevara la contraria, por poco que fuera.

Cuando ya se marcharon, Laura se quedó ayudando a su madre a recoger la cocina mientras su padre acostaba a los pequeños. Laura estaba indignada: "Cómo pueden ser tan obtusos, mamá, parece que no existe en el mundo más opinión que la suya, no hay quien los aguante".

La madre dejó que Laura hablara, y después, comentó: "Hija, yo creo que eso nos pasa un poco a todos, aunque a tus tíos se les note más; ten en cuenta que ellos tuvieron menos oportunidades en la educación que recibieron". A partir de ahí, la conversación discurrió con sorprendente fluidez: "Ya sabes, Laura, que para descubrir un defecto propio no hay nada como verlo de modo patente en los demás". "¿Ah, sí?", comentó Laura pensativa y con cara de preocupación... Al día siguiente, Laura se acercó a su madre y le preguntó, sin mediar más explicaciones: "Oye, mamá, si yo tengo algo parecido a los defectos de los tíos, ya estás diciéndomelo ahora mismo".

RESULTADO:

La madre de Laura fue inteligente y le dijo que no iba a improvisar una respuesta. Además, le dijo que ese "favor" tenía que ser mutuo: ella, aunque fuera su madre, también tenía defectos, y no le importaba hablar sobre eso: "Todos necesitamos que nos digan las cosas a la cara; en buen plan, claro". Fueron a dar un paseo, aprovechando unas compras, para poder así charlar con calma.

A partir de aquella conversación cambiaron mucho las cosas: aumentó la confianza entre ellas, quedaron en decirse siempre todo con lealtad y serenamente, pudieron comentar la estancia de Teresa en casa, y Laura comprendió enseguida que es buena la espontaneidad, pero ha de ir unida a la ponderación, al respeto de las ideas de los demás y al deseo de enriquecerse con lo que otros piensan.


CASO 2

SITUACIÓN:

La escena se desarrolla en la sala de estar de una familia con cuatro hijos. La tercera, Elena, está en plena crisis adolescente y lleva unos días bastante insoportable. Después de cenar, y con intención clara de provocar un poco, hace ruido ostentosamente mientras los demás ven la televisión. Todos hacen un esfuerzo para seguir como si no pasara nada, a ver si la chica se cansa, pues saben que si "hay bronca" será peor y no conseguirán ver pacíficamente el programa, que está en su punto álgido. Esperan un poco a ver si se le pasa, pero no es así, y a los cinco minutos su padre está a punto de perder los nervios: "Elena, eso que haces no está bien", dice con un tono lo más conciliador que puede. "Pues eso es tu opinión. No sé por qué va a estar mal. Para mí está bien. No sé dónde está la libertad en esta casa, no la veo por ningún sitio".La escena terminó ahí. Todos vieron que era mejor no tomar en consideración aquel desplante (un ejemplo práctico de tolerancia, para evitar un mal mayor), y siguieron viendo el programa, hasta que terminó y se fueron a dormir. Ya en su dormitorio, los padres comentaron su preocupación por su hija: "Está que no hay quien la aguante, hay que pensar algo".

OBJETIVO:

Aprender a encontrar un equilibrio sensato entre opinión, libertad y autoridad.

MEDIOS:

Mantener una conversación larga y tranquila sobre el tema en un contexto positivo.

MOTIVACIÓN:

Buscar una ocasión propicia para hablarlo en una tertulia familiar, de modo que todos vean que es necesario encontrar ese equilibrio.

HISTORIA:

Los padres estaban bastante preocupados, pues el ambiente familiar iba peor últimamente. Hablaron bastante. No era un tema nada sencillo. Pensaron que era preciso tratarlo en familia, pero debían buscar –o provocar– una ocasión propicia.

Dos días después, Silvia, la mayor, volvió a casa poco antes de cenar. Nada más entrar en la sala de estar, Elena saltó inmediatamente con un tono desafiante: "Oye, Silvia, guapa, que esas gafas de sol que llevas son las mías. No está nada bien que te lleves lo que no es tuyo".

Silvia la miró, dudó un momento, y finalmente contestó a su hermana con un tono parecido: "Pues eso es tu opinión. No sé por qué va a estar mal. Para mí está bien. No sé dónde está la libertad en esta casa, no la veo por ningún sitio". Se paró un momento y añadió: "¿Te suenan esas frases...? Son tuyas, guapa, las que nos decías el otro día, cuando no nos dejabas ver la televisión".

La escena fue breve pero tensa. Hubo referencias a otros ejemplos pasados, y habrían acabado a gritos si no fuera porque intervino su padre con contundencia: "Será mejor que hablemos con calma sobre todo esto mañana, que es sábado, después de desayunar".

RESULTADO:

Hubo sorpresa. Un desayuno muy especial, del gusto de todos. Papá y mamá habían madrugado para prepararlo. Eso ayudó a que se despejaran los nubarrones de la noche anterior. La conversación fue muy animada, pero esperaron a terminar para "entrar en materia".

Finalmente, en un ambiente ya caldeado y positivo, abordaron con serenidad lo que anoche habían hablado a gritos. La madre hizo una introducción, para situar las cosas en un marco de cierto nivel. No podían seguir molestándose unos a otros amparados en que eran libres de hacer lo que les diera la gana. Todos reconocieron que veían demasiado la televisión y eso hacía que el ambiente fuera de poca atención de unos por otros. Y que sin respetar unos valores y un mínimo de autoridad, acabarían por caer en la dictadura de la fuerza, como en la selva. Que cada uno tenía sus opiniones, pero esas opiniones podían ser buenas o malas, pues hay cosas que están por encima de la opinión.


CASO 3

SITUACIÓN:

Jorge acaba de cumplir 16 años. Está viendo una serie de televisión que le apasiona. La protagonista, Vanesa, tiene 17 años y es una chica desenfadada, segura de sí misma, que dice que "ya tiene edad para saber lo que quiere". Se sabe atractiva, y adopta un estilo ligero en el modo de vestir y de comportarse, aunque de hecho mantiene las distancias y juega un poco con varios chicos que la cortejan.

En el capítulo de hoy, Roberto, uno de sus amigos, ha invitado a Vanesa a una fiesta el sábado por la noche en su casa. Van pasando las horas, con música a todo volumen, baile, ratos de conversación... y copas, muchas copas. Vanesa piensa que tiene "un buen aguante" y que "sabe ponerse alegre sin perder el control". Sin embargo, la elegancia y la simpatía del anfitrión hace que no se dé realmente cuenta de lo que, poco a poco, está bebiendo. Los demás invitados se van yendo, y al final Roberto se ofrece a llevarla a su casa en coche. Vanesa acepta.

Ya en el coche, Roberto pretende hacer una pequeña demostración de su modo de conducir, por las calles ya casi vacías. Va muy aprisa. Vanesa quiere aparentar que no le impresiona. Está un poco mareada, y también algo nerviosa, y le pide a Roberto que pare, pues prefiere seguir andando un poco. Sin embargo, él entiende que al pedir que pare le está insinuando que da vía libre para otro tipo de cosas, y es lo que acaba ocurriendo, aunque en la televisión no se ve nada.

Cuando Vanesa se da cuenta de lo que ha sucedido, le invade un sentimiento mezcla de desconcierto, tristeza y rabia. Parece que se va sobreponiendo conforme pasan los días, pero al cabo de pocas semanas percibe algún indicio que le lleva a creer que está embarazada. Se hace una prueba, y sus temores se confirman. Alarmada, va a ver a Roberto y se lo cuenta. Roberto elude toda responsabilidad, con gran cinismo: "lo siento de verdad, pero ya sabes lo que tienes que hacer".

Así acabó el capítulo de la serie. Jorge estaba indignado: "Ese Roberto es un cínico impresentable, habría que partirle la cara".

OBJETIVO:

Pensar con profundidad sobre estos temas.

MEDIOS:

Su padre desea comentar el programa para que Jorge sepa enjuiciar esas situaciones con sensatez y con principios claros.

MOTIVACIÓN:

A Jorge le gusta hablar y debatir, igual que a su padre. Han ido aprendiendo a hacerlo cada vez con más respeto por la opinión del otro y más esfuerzo en escuchar. Gracias a eso, comentan muchas cosas con frecuencia.

HISTORIA:

Su padre ha llegado cuando quedaban solo diez minutos del programa, pero con un poco que Jorge le ha contado, lo han visto juntos hasta el final. Después se pusieron a charlar, mientras ayudaban a preparar la mesa para la cena."A ver, Jorge –pregunta su padre–, ¿y ahora qué crees que debe hacer Vanesa?". No tardó en salir a relucir la idea de abortar: "Tiene 17 años, es un lío", reflexiona Jorge. Al tiempo, se da cuenta que es matar a una criatura inocente, y además llevar luego una vida llena de remordimientos: "Lo mejor es que sea valiente y siga adelante. Se arreglará. Hace falta que sus padres no sean aún más imbéciles que ella y no se lo pongan todavía más difícil".

RESULTADO:

La conversación fue larga y provechosa. Al final, Jorge concluyó: "Pues lo tiene crudo la pobre chica, porque tanto si decide abortar, como si decide criar a su hijo, o incluso si decide entregarlo en adopción, en cualquier caso, la vida se le ha complicado un montón. Desde luego, lo que se ve es que hay que tener cuidado con la noche y con el alcohol".