¿Cómo leer, desde la capacidad espiritual humana, el ciclo del Patriarca Abraham?
(Gen 12 - 25).

Objetivos

§       Cómo leer el Ciclo de Abraham desde la capacidad espiritual humana.

§       Descubrir en el Ciclo de Abraham los elementos espirituales que prepararon a Israel para llegar a tener el tipo de religión que tuvo.

§       Ser capaces de leer el Ciclo de Abraham independientemente del modelo de religión que caracterizará a Israel.

§       Descubrir en el modelo de hombre original de Israel la capacidad espiritual traída de sus culturas originales.

§       Ver que es posible que el ser humano mantenga una relación justa con Dios y con su sociedad, a partir de su innata tendencia espiritual.

Contenidos

 

1. ¿QUIÉN ES ABRAHAM Y QUÉ ES UN "CICLO PATRIARCAL"?

1.1 Del Abraham original al Abraham teológico.

 Una vez más, recordemos que Abraham es un patriarca del sur, hecho más tarde padre de todo el pueblo, en el proceso relativamente tardío que hacen sus líderes religiosos y sociales (en torno al s. 10 a.c., tiempo de la monarquía unida) de resumir y definir su identidad nacional, una vez lograda la unión de las tribus que le iban a dar configuración nacional a Israel. -

 1.1..1 ¿Ciclo de una persona o ciclo de un pueblo?

 Los 14 capítulos que el Génesis consagra al patriarca Abraham son lo que se llama el "ciclo de Abraham", o relatos que la tradición guardó y organizó en torno a esta figura patriarcal, dada su importancia, aunque no todos los hechos correspondan de una manera estrictamente histórica, a la figura del patriarca. Las cuatro partes en que podemos dividir el ciclo de Abraham están íntima y profundamente ligadas al mundo religioso de Israel:

 a) El territorio de la promesa (Dios le prometió la tierra a Abraham y a su descendencia) (Gn 12,4b-14,24). Elemento novedoso de justicia: un emigrante que pierde sus derechos, descubre un Dios que se los devuelve...

 b) El hijo y el pueblo de la promesa (también Dios es quien promete el hijo y el futuro pueblo que de él nacerá) (Gn 15,1-18,15). Elemento novedoso de justicia: una familia estéril, sin derecho al hijo, descubre un Dios que le garantiza la vida...

 c) Abraham como fuente de bendición divina (Dios lo bendice y lo hace bendición para sus descendientes) (Gn 18,16-21,34). Elemento novedoso de justicia: un perdedor (un emigrante), cuyo sufrimiento podía ser signo de maldición, se encuentra convertido en bendición.

 d) La fe de Abraham (Abraham y el pueblo, en algún momento de su historia, explicitan su fe en el Dios que los ha acompañado a lo largo de todas las peripecias de su emigración, y quieren sacrificarle a su nuevo Dios como lo hacían con sus dioses anteriores: a través del sacrificio humano (Gn 22,1-25,11). Elemento novedoso de justicia: reconocen la presencia de un Dios que no quiere, de ninguna manera, que se le siga sacrificando a la divinidad vidas humanas.

 2. EL HOMBRE Y EL TERRITORIO

(Canaán convertido en "el territorio de la promesa": Gn 12,4b-14,24)

2.1 El hombre descubre el valor religioso del territorio; proceso  en el que el territorio se llena de valores religiosos

2.1.1 No hablemos de tierra; hablemos más bien de territorio.

De propósito hemos suplido la palabra "tierra" por la de "territorio". Esta última es mucho más rica. Mientras tierra mira una extensión cuantitativa, territorio considera lo cualitativo que se esconde en esa misma extensión, a saber: la historia, la cultura, los usos, las costumbres, la reproducción, las relaciones sociales y las relaciones con el mundo de los espíritus. Es decir, toda la vida, la historia y la cultura que se generan, en todos los órdenes: socio-económico, socio-político e ideológico. - En muchísimos casos -la inmensa mayoría- cuando la Biblia habla de "tierra" en los ciclos de Abraham y de Jacob, se refiere más bien a nuestro concepto de territorio. El ser humano tiene ligada su actividad y su vida al territorio. Por eso mismo, el hombre:

 2.1.2 En qué sentido el territorio se relaciona con Dios.

Todo esto que Abraham (y el grupo que él representa) sienten por su tierra y que experimentan como valor, eso mismo pasa a ser parte de las propiedades que le ponen a su Dios. Esto es una constante de todas las religiones: lo que el ser humano experimenta como valor en su historia, lo convierte también en patrimonio de la divinidad a la que adora su grupo. Ya aquí encontramos una actitud espiritual fundamental en el ser humano, la cual se va a repetir hasta la saciedad en la historia bíblica. Es necesario tenerla en cuenta, para que sepamos leer (nunca al pie de la letra) las veces en que el texto bíblico hace hablar a Dios. La pregunta que frente a todo texto en el cual Dios participe, se ría ésta: ¿qué quiere decir el ser humano, cuando hace que Dios vea, palpe, sienta, escuche o hable? Esto debe tener siempre una respuesta que hay que debe partir de la realidad del ser humano.

Cuando Abraham se siente elegido por Dios y lo palpa como padre de su nuevo pueblo, siente que su Dios le asigna a él y a su descendencia un territorio propio:

Desde este momento queda constituido el territorio de Canaán como el territorio de la promesa y de la esperanza.

 2.2 Significado religioso de la promesa del territorio de Canaán

 En otro momento se tratará del significado de la conquista definitiva del territorio prometido. Ahora veremos el significado de la primera promesa: para Abraham, para los patriarcas, para el pueblo de Israel.

 2.2.1. Significado para Abraham:

La posesión del territorio prometido podemos decir que era el primer paso del cumplimiento de las promesas de Dios. De aquí que no es extraño que el hagiógrafo se detenga en narrar los hechos que, vistos desde el ángulo de las promesas divinas, tiene el valor de revelarnos la fidelidad de Dios a su palabra. Así:

 2.2.2 Significado para los Patriarcas:

Estos conservan vivo el recuerdo del territorio que Dios dio a su Padre Abraham, quien tomó la posesión de ella, y en la cual fueron enterrados sus primeros padres:

 Significado para el pueblo de Israel.

 Vale la pena preguntarse de dónde surge la idea de que Canaán es el territorio prometido por Dios y, al mismo tiempo, la verdadera patria del pueblo. Esto lo entenderemos cuando comprendamos lo siguiente:

 2.2 EL HIJO DE LA PROMESA (Gn 15, 1-18,15)

 2.2.1 Visión de conjunto de estos capítulos

           Es cierto que Abraham "corta un pacto" (Gn 15) con Dios y recibe de él la garantía de la descendencia. Sin embargo, Abraham no deja de buscar por sus propios medios. Por eso toma una concubina, según lo permitía la ley mesopotámica (Ley de Hammurabi), intento que él mismo dará por fallido, por los inconvenientes familiares que le trajo. Esta negación injusta del hijo que le dio la esclava Agar, también será trasladada a la voluntad de Dios. Consideran siempre como voluntad divina el resultado de los hechos por donde se definió la historia (Gn 16).

 Este mismo principio lo aplica la Biblia en dos hechos:

 A) Da a entender como si  Dios recondujera a Abraham a la vía recta, como si fuera Dios quien no le reconociera como heredero al hijo de la concubina, y quien le renovara la promesa acerca del hijo de Sara. Quien haga una lectura exegética de los relatos de Agar, encontrará que el texto fue conscientemente alterado para darle el puesto principal a Sara y a Abraham, personas en las que la tradición religiosa israelita concretó la línea de elección.

- El texto actual debe ser leído en tres etapas literarias:

   1') La primera corresponde a los vv. 1b-2.4-8.11.13-14. Este relato tiene elementos antiguos: ofrecimiento de la esclava al marido, según la ley de Hammurabi, para obtener descendencia, cuando la esposa de primer rango no la daba (vv. 1-2)... El nombre de "`El" con que se llama a Dios (v. 13)... El testimonio del pozo, ligado a la divinidad y a la vida (v.14)...

    2') La segunda etapa corresponde a los vv. 1ª.3.9.15-16. Parecen ser añadidura del s. 6º-5º, después del destierro. Obedecen a la necesidad de ligar, por medio de genealogías, las personas y grupos a las cabezas principales. Así se afianzaba la identidad tanto de las personas como de los grupos familiares.

      3') La tercera etapa corresponde a los vv. 10.12. Obedecen al contexto del dominio asirio en Palestina (s. 8 y 7 aec.), tiempo de deportaciones (Israel en el 722 y Judá en el 701). Era urgente la multiplicación de las familias en todos los grupos humanos de Palestina.

 - Para reflexionar acerca de la imagen de Dios:

 a) En la narración original (una mujer que no es israelita, con su hijo que tampoco lo será) no aparece Dios defendiendo a Sara, sino protegiendo a Agar... La esclava le habla con confianza al Angel de Yahvéh (= el mismo Yahvéh), lo siente cerca de su opresión... Le garantiza una descendencia numerosa... Le promete un parto feliz... Le da al hijo un nombre de protección de Dios (Dios escucha)... Aparece una especia de identificación entre el Dios Yahvéh y el Dios 'El...

b) ¿Por qué, entonces, Dios (el Angel de Yahvéh) le manda que se someta a su señora Sara, que la ha violentado? Qué tipo de voz hay aquí?

B) Todo lo anterior hará darle su verdadero sentido al relato de la risa de Sara. Esta, al oír la promesa de su maternidad, no puede contener la risa (Gn 18,1-15): tan ridículas e indignas de fe parecen al hombre "que razona" las disposiciones de Dios. ¿No es esto una toma de posición frente a una historia leída, asimilada e interpretada después de los acontecimientos?

 2.2.2 Relaciones de estos capítulos y las costumbres orientales. Contenido teológico de los mismos

 La narración de esta sección del Génesis trae numerosas relaciones con las leyes y usos orientales. Dichas relaciones y al mismo tiempo su contenido teológico-bíblico las dividiremos, para mayor claridad, del siguientes modo:

 1º El derecho hereditario

2º Abraham "corta" el pacto.

3º El sello de la circuncisión.

4º La escapatoria de la carne.

5º El hijo Prometido.

Notemos cómo en todas estas perícopas va a estar Dios presente, hablando, opinando, ordenando. ¿Qué tipo de Dios es éste? Por otro lado, veremos incansablemente, cómo lo que la Biblia pone en boca de Dios se encuentra legislado en los códigos morales antiguos, o haciendo parte de usos y costumbres del Oriente. ¿En qué quedamos? ¿Se trata de la voz de Dios, de la voz de las leyes, de la voz de la historia, o de la voz de la conciencia?

1º EL DERECHO HEREDITARIO

-                       En Gn 15,2 Abraham se lamenta: "... Señor, Yahvéh, ¿qué vas darme? Yo me voy sin hijos y será heredero de mi casa mi "administrador" (no "damasceno") Eliézer?...

A lo cual respondió Yahvéh: "no te heredará ese, sino, al contrario, uno salido de tus entrañas ese te heredará". Después lo sacó al descubierto y le mostró las estrellas del cielo diciéndole: "...así de numerosa             será tu descendencia...." (Nota: sobre la traducción que hemos hecho de "mayordomo" en  lugar de "damasceno&qodos.

f) Hay que tener perspicacia para saber descubrir la presencia de los religioso en los textos. Ayuda mucho esta pregunta frente a cada uno de ellos: ¿Qué matiz religioso pudo ver Israel en este texto cuando lo leyó en sus liturgias, o cuando encontró en él motivos par ser mejor, frente a su conciencia y frente a su pueblo?

g) Es indispensable que recordemos que el sentido religioso y la religión de Israel participan del gran principio de toda la creación: lo evolutivo. La religión, como todo en el ser humano, a medida que va teniendo nuevas experiencias espirituales, va descubriendo con mayor claridad los contenidos de justicia de las mismas. Si hay algo que evoluciona en Israel es su religión. Si hay algo que de hecho evoluciona en el ser humano es su capacidad espiritual que no debe ser reducida por la religión.

i) No olvidemos que la religión original de Israel es la de un pueblo oprimido que, por el amor gratuito de Dios, es liberado. Por lo mismo, la religión genuina de este pueblo va cargada de elementos de liberación. La religión que no libere no corresponde al ideal original. Es urgente, por consiguiente, aprender a descubrir los elementos liberadores u opresores de que están llenos los textos, ya que ellos nos cuentan e interpretan su vida religiosa, que debe ser leída también desde el oprimido. De lo contrario no sería la religión del pueblo esclavizado que fue liberado por Yahvéh, el Dios que supo unirse a la suerte de un pueblo oprimido y excluido.