Ecoética, a la luz de Gn
1-11
Una clave para releer y comprender los procesos de la creación y de la historia
Gonzalo M. de la
Torre Guerrero
Unidad 10.
Confrontar
a los grandes imperios. La descendencia de Cam: Gen
10.
Interrogarse
sobre las naciones poderosas y opresoras:
¿Por
qué hay unas naciones que oprimen a las
otras?
Objetivos
1
Descubrir
el tema de Gn 10 y ver su relación con una clave hermenéutica
global, a partir de la ética.
2
Releer
los mitos subyacente en Gn 10, a fin de comprender sus contenidos
éticos.
3 Ver el matiz de egoísmo que Gn 10 aporta a la crítica de nuestra ética social.
4
Descubrir
las implicaciones éticas nefastas que existen en la política
internacional de los grandes
imperios y naciones poderosas.
1. Razón de ser de este relato.
1.1
Su ubicación en el análisis social de Gn
1-11
1.1.1 Necesidad de agrandar el
círculo del análisis. El redactor o los redactores del
Pentateuco del s. 6º-5º aec.
no quisieron dar por terminada su tarea de presentarle al
pueblo claves para que descubriera las causas del mal que lo había
aniquilado. Su análisis crítico de la historia quería tocar el mayor
número posible de causas. Esta era la única forma de que el pueblo
tuviera una idea completa de su compleja historia y un proyecto
claro que le impidiera volver a repetir la historia.
1.1.2 Proceso seguido hasta aquí
por el hagiógrafo. Fijémonos cómo los redactores han ido
agrandando el círculo de las claves para entender la historia de
Israel, la que en ese momento se cerraba con la catástrofe de la
destrucción del Reino del Sur:
a)
En primer lugar, quedó planteado el problema, ubicándolo en el ser
humano (hombres y mujeres) y excluyendo a Dios de toda
responsabilidad: Dios no es responsable del mal en el mundo, porque
Él le entregó al ser humano un mundo bueno (Gn 1). Por lo tanto, el
responsable era el ser humano.
b)
Al quedar el problema centrado en el ser humano, el texto sagrado
comenzó por examinar la vida personal y centró la mirada en
la terrenalidad del ser humano, en sus tendencias naturales
heredadas, que lo asemejaban a los animales (Gn 2).
c)
Con perfecta lógica, el análisis pasó de la vida personal a la
vida social en cuanto regida por una norma, señalando el inmenso
mal que suele acontecer, cuando alguien es capaz de poner sus
intereses como ley suprema para los demás (Gn 3).
d)
Con la misma lógica se siguió con el examen de la vida social,
pero vista no ya desde la norma, sino desde la práctica social
del ser humano, en donde aparecieron los grupos de poder,
considerados “malditos” por ser descendencia espiritual de Caín, el
hermano fratricida que
se sigue haciendo presente en la historia (Gn
4).
e)
Finalmente, se enfrentó la vida social, en cuanto organizada como
una nación llamada Israel. El resultado de este análisis fue el
de responsabilizar también a Israel, por haber traicionado su
vocación a la vida (Gn 5-9).
f)
Y ahora, agrandando aún más el círculo, nos van a hablar de las
naciones distintas a Israel, dándonos una clasificación social
de las mismas y estableciendo su responsabilidad frente al mal que
daña la historia (Gn 10).
g)
El último análisis agrandará aún más el círculo, ya que abarcará a
todas las formas de la vida social y las relacionará con lo
religioso, para establecer cómo lo social y lo religioso son
estructuras de muerte, cuando se unen en la injusticia (Gn
11).
2. Las naciones poderosas en la Historia.
2.1
La ley del más fuerte.
En
la historia universal, hay naciones pequeñas y grandes... débiles y
fuertes... explotadas y explotadoras... De hecho, las naciones
fuertes oprimen a las pequeñas inmisericordemente. La ley del
tributo que se le debe a los grandes, se impone sobre la justicia y
la necesidad del oprimido. ¡Pobre de la nación que llegue a ser
vencida! Sus doncellas son violadas o reducidas a servidumbre, sus
jóvenes son asesinados o esclavizados, sus instituciones son
destruidas, sus líderes son desterrados, sus tierras son saqueadas,
sus tesoros son robados, y deben pagar tributos anualmente al
vencedor. Esta es la ley del más fuerte. Son naciones e imperios que
han llenado la historia de tumbas, han matado las mejores esperanzas
por implantar en el mundo una sociedad igualitaria. Sus intereses no
lo han permitido. Y los más bellos proyectos de la humanidad, cuando
no han sido archivados, han recibido, por causa de ellos la más astuta y cruel de las
persecuciones.
2.2
Israel, víctima de Imperios más fuertes.
2.2.1 Con culpa o sin culpa.
A
Israel no se le podía olvidar que habían sido las naciones poderosas
-y no Dios- las que muchas veces le chuparon la sangre. Los profetas
hablan de los múltiples apoyos que Israel le había dado a las
naciones poderosas. Ezequiel describe como una verdadera
prostitución, cometida por Israel, su entrega a otras naciones (Ez
16,1 ss). Si Israel las había buscado y se les había entregado, en
busca de intereses, ¿con qué derecho se quejaba ahora de que esas
mismas naciones lo habían destruído? Los redactores del Pentateuco
quieren recordarle a Israel el daño que muchas de esas naciones le
habían causado. Así el pueblo agrandaba su visión histórica. En
realidad, aunque muchas veces Israel había sido responsable de sus
derrotas, otras había padecido destrucción y saqueo injustamente.
Los redactores le llaman la atención a Israel sobre la existencia de
estas naciones o imperios, que seguirían haciendo el mal en la
historia destruyendo a las naciones pequeñas.
3. El cuadro de las naciones de Gen 10
3.1
El género literario “genealogía”
3.1.1 Una manera práctica de ver al mundo.
Como
nación independiente, Israel había mantenido relaciones con las
naciones vecinas. El resultado de estas relaciones no se diferenció
de lo que otras naciones también habían hecho a lo largo de la
historia: Bendecir a las naciones amigas... Maldecir a las
enemigas... Y respetar a las neutrales... En el llamado “cuadro de
las naciones” (Gn 10), Israel trató de explicarse la existencia de
estos tres grupos de naciones y de justificar su comportamiento
social con ellas. Para esto utilizó la técnica del género literario
llamado “genealogía”.
3.1.2
Tres secciones: una extraña división para la tierra.
Normalmente, la tierra se divide en cuatro partes, según los puntos
cardinales, es decir, según la geografía. La Biblia aquí no tiene en
cuenta esta división geográfica y pone más bien una división
ternaria, cualitativa. Según los estudiosos del tema (cf. M. Testa,
Genesi, Roma, 1972), los
israelitas habían elaborado toda una teología respecto a las tres
zonas que dividían, según ellos, la tierra. Estas tres zonas se
caracterizaban así:
a) Zona de los Pueblos
remotos. Eran los que habitaban en el extremo de la tierra. Eran
habitantes de paraísos míticos, idealizados por su lejanía, hombres
extraordinarios, una especie de reserva para engrosar las filas de
los futuros seguidores del Mesías; así lo sentían los profetas que
hablaban de los pueblos “lejanos”. Estos pueblos, por lo mismo, eran
mirados por Israel con cierta simpatía. Con estos pueblos remotos
coincidirán los descendientes de Set.
b)
Zona de los Pueblos prepotentes.
Eran los pueblos que ocupaban los grandes imperios, desde el Golfo
Pérsico hasta Siria. Era gente que se consideraba a sí misma
civilizada, sabia, autosuficiente. Según los israelitas eran
prepotentes, impuros, alejados de la ley divina, imitadores de Caín.
Con estos pueblos prepotentes coincidirán los hijos de
Cam.
c)
Zona de los Pueblos del Desierto.
Este era el lugar del paraíso original, ocupaba el centro de la
tierra, ahí se encontraban los montes Sinaí y Sión, el cual era el
ombligo del mundo. Esta era una tierra habitada por los seguidores
de la perfección. A esta zona pertenecían los descendientes de
Sem.
3.1.3 Más que un mapa, una
clasificación del mundo conocido. El capítulo 10 sigue la
tradición de otros pueblos que también distribuyen las
naciones. El cuadro o
genealogía de Israel repite varias veces la palabra hijo y
engendrar. Estas palabras no se pueden interpretar en sentido
literal, dado que los hijos de que va a hablar, son nombres de
países, de islas, de ciudades, de regiones, de montañas, de pueblos,
de colectivos. Llama
también la atención el criterio de reparto con que son ubicadas las
naciones en este cuadro.
No es un criterio de lengua ni tampoco es la afinidad
étnica. La norma de
repartición es la visión política que de dichos pueblos Israel fue
adquiriendo, a lo largo de la historia. Israel termina viéndolos
así:
a)
A unos, como pueblos
contrarios al plan de Dios y por lo tanto enemigos suyos, ya
que en algún momento le han chupado su sangre. Son pueblos marcados por la
falta total de respeto y la violencia sobre los pueblos de menos
poder. Estos son los hijos de Cam (Gn
10,6-21).
b)
A otros los ve como pueblos hermanos, que
participan en un fondo histórico común, que de alguna manera los
acerca. Son sus pueblos
hermanos. Son los
semitas, hijos de Sem (Gn 10,22-31).
c)
Finalmente, considera al
resto de naciones como pueblos neutros, a
los que Israel, por algún motivo, no considera ofensivos. Estos son los hijos de Jafet
(Gn 10,2-5).
3.2
Características de esta genealogía
Los
especialistas nos dicen que la lista de naciones de Gn 10 no
pertenece al género literario político-cortesano, sino a la
literatura nómada. De
hecho, esta es una relectura y actualización sacerdotal "P" de
textos antiguos del "J", por lo mismo incompletos a nivel
histórico. El relato es
un documento casi único, sin parangón, en la literatura
oriental. Todos los
pueblos están colocados en un mismo plano. No está compuesto para
indicar conquistas de Israel, sino más bien, para calificar y ubicar
religiosamente a las naciones del mundo conocido. Israel no aparece
como el centro de las genealogías, ni se destacan sus posteriores
conquistas. Prácticamente no sobresale en nada. Sencillamente está
incluído entre los descendientes de ‘Eber.
4. Hijos malditos de un padre maldito
4.1
¿Por qué maldecir a Cam?
4.1.1 Tres “padres”
malditos. Por
todo lo anterior, era apenas natural que esa clase de naciones,
asesinas del ser humano, fueran también consideradas malditas, hijas
de un padre maldito. Esta es la causa por la cual el capítulo 10 del
libro del Génesis, dedicado a hablar de las naciones del mundo, pone
un grupo de naciones como hijas de Cam (Gn 10, 6-20), el hijo
maldito, por haber visto la desnudez de su padre (Gn 9,20 ss). Por
lo mismo, es claro que en Gn 10 tenemos un relato teológico, que no
puede ser considerado histórico. En realidad, en estas genealogías
no nacen hijos, sino regiones, islas, naciones y hasta Imperios.
Aquí los hijos no son hijos de carne y sangre, sino hijos
espirituales de un padre “maldito” (Cam), que se liga a otro padre
ya maldito (Caín) y con un pueblo a quien la historia también
convertirá en maldito (Canaán: cf. 9,25). Nótese la asonancia
literaria de los tres nombres
(Caín-Cam-Canaán).
4.1.2
La embriaguez y la desnudez de Noé, ocasión de la
maldición.
Todo
este grupo de naciones coincide con las naciones que oprimieron o le
causaron algún daño a Israel. Todas ellas descienden de un padre
desvergonzado. El dato de que Cam vio la desnudez de su padre hace
alusión a los cultos de fertilidad cananeos, representantes de una
cultura que para Israel no respetaba la vida. Recordemos que para
Israel el valor principal de la desnudez no es tanto el de ser una
acción sexual, como el de ser una señal de indignidad, de
desglorificación, de humillación. El hecho de Cam se burle del padre
desnudo, es la mejor señal de que no tiene respeto del otro y de
que, al no importarle la humillación y la desglorificación del otro,
tampoco le interesa su vida. Este era el mejor retrato que Israel
podía hacer de las naciones enemigas. Por todo esto, ellas merecían
tener un padre maldito.
Notemos que la embriaguez, en literaturas como la egipcia y
la griega era algo creado por los mismos dioses. En Egipto, Osiris
era su autor; y en Grecia lo era Dionisio. En cambio, en el texto
sagrado, no aparece Dios como su autor, sino el mismo
hombre.
5. El papel de las naciones "malditas"
5.1
Israel piensa en sus destructores.
La
lista, pues, de “hijos” malditos no es biológica, sino espiritual.
Se habla de hijos, en cuanto tienen el mismo espíritu anti-vida de
su padre; pero realmente se trata de naciones que no supieron
respetar la vida de las otras naciones vecinas. En dicha lista, es
apenas natural que no falten nombres como Egipto, Canaán, Filistea,
Asiria y Babilonia. Estas naciones habían sido sus opresores
principales. En la última parte de la historia, Asiria había hecho
desaparecer a Israel, Reino del Norte (año 722 aec.), y Babilonia
había aniquilado a Judá, Reino del Sur (año 587 aec.). A ellos le
debían toda la humillación que estaban padeciendo. ¿Podía haber naciones más “malditas” que
éstas?
5.2
El prepotente Nemrod
5.2.1 La Biblia y la
Prepotencia.
Sin embargo, el análisis de la Biblia va más a fondo. Le
interesa condenar no sólo a las naciones poderosas, sino a la misma
estructura de poder, al deseo de dominar, a la raíz de la
prepotencia y al sistema que alimenta y sostiene a los grandes
imperios. En la lista de los descendientes de Cam, que representan a
las naciones opresoras, notemos la presencia de una figura extraña:
Nemrod. Este personaje aparece como un monstruo de prepotencia. De
él se dice que fue el primero que instaló el poder monárquico y que
eso sucedió en Babilonia (10, 8-10).
5.2.2
Dios está contra la Prepotencia.
Vale
la pena resaltar la figura de
Nemrod y lo que ella significa, dentro de la clave que Gn 1-11 nos
viene dando "in crescendo" a cerca de las codicias que dañan la
historia y, por lo mismo, afectan al ser humano. De Nemrod se dice que se
hizo prepotente en la tierra, que era un cazador tan extraordinario
que podía competir con Yahvéh y que los comienzos de su reino fueron
Babel, Erek y Akad. A
Lugalzaggisi de Erek (ca. 2350 aec.) se le llama "rey de las cuatro
partes del mundo"; más tarde, en torno a 1830 aec., Sumuabu fundó en
Babilonia una dinastía autónoma. La Biblia no ve con buenos
ojos el reinado o imperio universal del hombre sobre la tierra. Esto siempre conlleva
prepotencia y se hace a costa de la dignidad, igualdad y libertad
humana. Bajo el aspecto espiritual, Nemrod es un auténtico hijo de
Cam y, en esta descendencia, alza de nuevo la cabeza el espíritu de
Caín. Todos ellos son espiritualmente rebeldes al plan de Dios. La
explicación teológica popular, no científica, de Nemrod puede estar
en su mismo nombre, que vendría del verbo hebreo "marad" que
significa "rebelarse".
5.2.3 Nemrod, en contra de
Yahvéh.
Respecto a Nemrod, la Biblia repite un proverbio popular que
recoge la fama de los llamados grandes, o héroes, o gente famosa en
poder. La Biblia lo apellida “prepotente” o “bravo cazador e
competencia de Yahvéh” (10,8-9). Generalmente las traducciones
bíblicas lo llaman “bravo cazador delante de Yahvéh”, como si Dios
lo estuviera aprobando.
Para evitar esta traducción que echa por tierra toda la aversión de
la Biblia al despotismo, habría que traducir e acuerdo al contexto
partícula “be” que trae el hebreo. Esta partícula significa lo mismo
“enfrente, delante de...” que “contra, en contra de, en competencia
con...”. Este poderoso personaje viene presentado como alguien que
quiere competir con Yahvéh y que lo hace teniendo tanta fuerza y
pericia como la podría tener Yahvéh en el oficio indispensable para
el hombre primitivo: la caza (Gn 10,9). De esta misma prepotencia y
soberbia participan las naciones opresoras. Al poner a Nemrod y a los
grandes imperios en la lista de las naciones malditas, la Biblia nos
está indicando cómo y cuánto aborrece Dios la prepotencia.
5.2.4 La Biblia y los Reinos
Universales.
La Biblia no ve con buenos ojos el reinado universal del
hombre sobre la tierra. A su juicio esto no se realiza sin
prepotencia, sin irrespeto por la vida, la libertad y la dignidad
del ser humano. Asiria y Babilonia, con sus reyes, son tipos de una
tiranía soberbia y cruel (cf. Is 10,5; 14,4; 47,5). También el poder
monárquico es visto negativamente por el deuteronomista, quien
abiertamente lo condena (cf. 1S 8,1-18).
6. La historia, pese a sus contradicciones, está en manos de Dios.
6.1
Son setenta las Naciones
Para
terminar este apartado, miremos este dato curioso. Si sumamos el
número de pueblos asignados a cada genealogía, nos da 70 naciones.
Setenta es un número perfecto. Para la mentalidad hebrea este número
no es casual. No quiere decir que la historia sea perfecta, sino
que, pese a sus contradicciones, la historia no se sale de las manos
de Dios. Esta es su perfección. La suma de las naciones es la
siguiente: Los hijos de Jafet: 14 naciones; los hijos de Cam: 31
naciones; y los hijos de Sem: 25 naciones; total,
70.
6.2
Son Doce los Pueblos Cananeos
Anotemos algo más sobre las naciones hijas de Cam. En la
lista del capítulo 10,6-20, se mezclan dos tradiciones: la de “J”
(9,18-27; 10,1b.8-19.21.24-30) y la de “P” (9,28-29;
10,1a.2-7.20.22-23.31-32). Quizá a esta mezcla de tradiciones se
deba el crecido número de naciones contrarias al plan de Dios,
número que, por otra parte, obedece también a la mentalidad bíblica:
si Dos está de parte de su pueblo, no importa el número de sus
enemigos. Ordinariamente, la tradición “P” suele ser más sobria; en
cambio, “J” es más explicativa e interrumpe cuando le conviene para
hacer anotaciones. Si nos fijamos en los descendientes de Canaán
(10,15-17), notamos que estos son 12, el número de pueblos que será
reemplazado más tarde por las 12 tribus de Israel. Un argumento más
que nos acerca al concepto integral de historia que no se sale de
las manos de Dios.
6.3
Las naciones poderosas deben también ser llamadas a
juicio
La existencia de las naciones y de los imperios que se implantan, sobreviven y expanden a costa del hombre, es una clave hermenéutica que también hay que tener presente para entender la historia que interpreta Israel. Los sabios, a la hora de la verdad, buscan explicarle al pueblo por qué las naciones poderosas son también responsables del mal social existente y de la gran crisis de Israel. Israel, en su análisis de responsabilidades frente al mal presente en su historia en forma de humillación, derrota y destrucción, no puede olvidar esta otra responsabilidad: la de las naciones poderosas. Ellas también deben ser llamadas a juicio.
Tarea No. 10
1
¿Qué
aportes le hace Gn 10 a la pregunta fundamental que Israel se
formula frente a la gran crisis del s. 6º?
2
¿En
qué forma Gn 10 se constituye en clave
hermenéutica?
3
¿Qué
contenidos éticos encuentra usted en los mitos de Gn
10?
4
¿Por
qué la Biblia considera "malditas" a los Imperios y Naciones
Poderosas en la Historia?
5
Lea
desde su propia realidad los contenidos éticos de Gn
10.