La hora
de los apóstoles
Los grandes propulsores de la expansión del Cristianismo fueron los Apóstoles,
obedientes al mandato de Cristo de anunciar el Evangelio a todas las naciones.
Nos consta que el Apóstol Pedro, al marchar de Palestina, se estableció en
Antioquía, donde existía una importante comunidad cristiana. Es posible que
luego residiera algún tiempo en Corinto, pero su destino definitivo sería
Roma, capital del Imperio, de cuya Iglesia fue primer obispo. En Roma, Pedro
sufrió martirio en la persecución desencadenada por el emperador Nerón (a.
64). El Apóstol Juan, tras una larga permanencia en Palestina, se trasladó a
Efeso, donde vivió muchos años más. Viejas tradiciones hablan de las
actividades apostólicas de Santiago el Mayor en España, del Apóstol Tomás en
la India, del Evangelista Marcos en Alejandría. San Pablo fue el gran apóstol
de los pueblos recorriendo Asia, Grecia y posiblemente España.