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Evolución biológica

Por John Eccles
premio Nobel de Medicina

 

En este denso y documentado artículo Sir John Eccles, premio Nobel de Medicina (Neurofisiología), muestra que la disposición para el aprendizaje del cerebro humano se extiende tanto al lenguaje como a la conducta altruista, a la religión y a la ciencia. Todo lo que hace el ser humano es aprendido.

Partiendo de este postulado, Sir John Eccles afirma la existencia de dos tipos de evolución separadas rigurosamente: la evolución biológica, determinada por la masa hereditaria, y la evolución cultural, que nada tiene que ver con un suceso hereditario.

Toda la cultura tiene que ser aprendida.

El pensamiento, la imaginación, la preocupación por las cuestiones sociales, etc., llevan a la conclusión de que cada hombre es un milagro de la existencia, y no puede explicar cómo fue introducido en ella, cómo y dónde nació, lo que es; salvo que afirme su origen divino.

Uno de los párrafos claves de este artículo es el siguiente:

UN DILEMA DEL EVOLUCIONISMO

«De todas formas, uno de los problemas reales en la conexión con el desarrollo cerebral de los homínidos es la pregunta: ¿Cómo se ha llegado a este gran cerebro? En la selva animal de Africa, en donde principalmente acontece esto, no eran necesarios para la supervivencia cerebros con todas las capacidades que nosotros tenemos. Pero entonces, ¿cómo se originan? ¿Por qué debía allí tener el cerebro todas las aptitudes propias de un matemático instruido o de un músico hábil? ¿Por qué se desarrolló con disposición de aprendizaje para todas las cosas admirables en las que pensamos: los grandes artistas de todos los tiempos, los pintores y escultores, o la imaginación creadora que nos encontramos en todos los géneros literarios, por nombrar esto solamente?

»Esto es precisamente lo que ha sucedido, y lo que requiere una explicación. Porque el cerebro allí originado dispone no sólo de la capacidad de lenguaje, sino también de todas aquellas otras capacidades. Parece como si la formación del cerebro transcendiera la situación histórica de la supervivencia en las primitivas circunstancias de la sabana africana. Sostengo que la cuestión está abierta a un misterio, y estoy convencido, por lo que a mi se refiere, de que la evolución de los homínidos sigue aquí un plan y un proyecto divinos. Y hasta aquí no hemos hablado todavía del yo-consciente, que aparece en algún punto del tiempo y nos proporciona el conocimiento de que cada uno de nosotros es un yo singular».