El fondo cristiano de El Señor de los Anillos
Su libro cumbre, "El Señor de los Anillos", cuya adaptación a la gran pantalla acaba de estrenarse, posee, según han constatado numerosos críticos literarios, un indiscutible poso cristiano. |
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En una carta de 1958, en la que se definía a sí mismo, Tolkien sentenciaba: "Soy cristiano (lo que puede deducirse de mis historias), y católico apostólico romano". Sus convicciones religiosas las llevó a las páginas de sus libros, como ha recogido Humphrey Carpenter en la biografía que escribió de Tolkien. En ella, Carpenter reconstruye una de las múltiples conversaciones que mantuvieron Tolkien y Jack Lewis, ambos profesores de Oxford. "Venimos de Dios e inevitablemente
los mitos que entretejamos, aunque contengan error, también reflejarán
un fragmento desprendido de la auténtica luz, la verdad eterna que está
con Dios. Nuestros mitos pueden estar errados, pero se encaminan, aunque
temblorosamente, hacia el verdadero puerto, mientras que el progreso
materialista sólo conduce a un abismo abierto y a la Corona de Hierro
del poder del Mal", dijo Tolkien en aquella ocasión. Similitudes con el cristianismo Son innumerables las similitudes que guardan "El Señor de los Anillos" y la teología católica. Por ejemplo, en una carta de 1971, Tolkien afirmaba que la imagen de Galadriel, un personaje de su libro, guardaba una semejanza con la Virgen María. "Creo que es verdad que este personaje debe mucho a la enseñanza cristiana y católica acerca de María y de la presentación de su imagen, pero en realidad Galadriel era una penitente", aseguró en aquella ocasión. La Encarnación de Cristo encuentra un interesante paralelismo en "El Señor de los Anillos". En "El Anillo de Morgoth", Finrod, uno de los personajes, dice que "si Eru (Dios) no desea abandonar su obra a Melkor (el diablo), Eru debe venir a vencerle. Si Eru deseara hacer esto, no dudo que encontraría un modo, aunque no puedo predecirlo. Pues, así me parece a mí, incluso si Él en sí mismo hubiera de entrar en el mundo, Él debería también permanecer como es, el Autor en el exterior. Y sin embargo, Andreth, para hablar con humildad, no puedo concebir de qué otro modo podría alcanzarse la cura".
La vida eterna, uno de los pilares del cristianismo, también cabe en la obra de Tolkien. La visión de Finrod en el mismo Athrabeth es elocuente: "Todo el tiempo que hablábamos de la muerte como la división de lo unido, yo pensaba en mi corazón en una muerte que no es así, sino el fin de ambos. [...] Y entonces repentinamente contemplé como en una visión a Arda Rehecha. Y allí los Eldar, completa su historia, pero no finalizada, podían vivir para siempre en el presente, y caminar allí, quizás, con los Hijos de los Hombres, sus libertadores, y cantarles canciones que, incluso en el Gozo más allá del Gozo, hagan resonar los verdes valles y resonar como arpas". Carlos Márquez Linares, PUP, 21.XII.01 |
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