Gentileza de http://www.geocities.com/teologialatina/
para la BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL

 

JESÚS, PROTOTIPO DE HUMANIDAD
EN AMÉRICA LATINA

 

INTRODUCCION

 

Esta ponencia quiere presentar a Jesús como prototipo del hombre y la mujer latinoamericanos, teniendo en cuenta las coordenadas históricas, étnicas, pluriculturales y sociales de los mismos y al mismo tiempo las dimensiones cristológicas de encarnación, pascua y pneuma que la comunidad de seguidores de Jesús descubrió en El a la luz de su encuentro con el Resucitado.

 

Ante la realidad progresiva de inhumanidad para la mayoría de hombres y mujeres de América Latina, ¿Podremos, desde Jesús de Nazaret, seguir ofreciendo los cristianos -y específicamente la Compañía de Jesús- una respuesta liberadora, transformadora y plenificante de estos seres humanos?

 

Si esto es así: ¿Cuáles han de ser las acciones que iluminadas por el mismo Jesús habría que realizar en América Latina?

-¿Qué participación tomaríamos en su proyecto histórico en

favor del marginado social y espiritual?

-¿Qué rostro de Dios (poder/solidaridad) presentaríamos?

-¿Cuál sería el proyecto de humanidad que forjaríamos?

-¿Cómo insertar nuestra acción apostólica en estos retos?

 

Al finalizar esta ponencia espero haber dado una respuesta a estos interrogantes, que inclusive pueden ser propuestos para ser debatidos.

 

La Compañía de Jesús en su última Congregación General ha fijado tres parámetros fundamentales de orientación en su acción:

1. La lucha por la justicia (del Reino) que la fe (en Jesucristo) reclama.

2. La evangelización inculturada y

3. Un propósito de construir la historia desde el universo del pluralismo ecuménico, que puede encerrar sin duda la capacidad de mirar la sociedad y el mundo en su perspectiva positiva de globalidad y aporte de lo específico propio al concierto del pluralismo social, económico, tecnológico, científico y precisamente religioso o ecuménico.

 

VOY A PROPONER ESTOS CINCO PUNTOS:

 

1. LA MANERA COMO ENTIENDO EL ENUNCIADO.

2. S. PABLO Y EL PROTOTIPO DE HUMANIDAD EN JESUCRISTO.

3. LA PATRISTICA Y EL PROTOTIPO DE LO HUMANO.

4. LA PROPUESTA ANTROPOLOGICA LATINOAMERICANA EN J. SOBRINO.

5. MIS APORTES A MODO DE CONCLUSIONES.

 

 

1.LA MANERA COMO ENTIENDO EL ENUNCIADO.

 

1.1. JESUS

 

Hablar de "Jesús" y no de "Jesucristo" en el concierto de las cristologías contemporáneas tiene de inmediato una connotación de hacer una elección aproximativa desde la cristología ascendente, genética o histórica, e inclusive si se quiere, desde el seguimiento, contrapuesta esta perspectiva a la de una cristología descendente, conceptual, o de confesión, que da prioridad a la ortodoxia sobre la ortopraxis.

 

Somos conscientes igualmente de las acusaciones mutuas que estas perspectivas han generado, la una contra la otra, cuando efectivamente el misterio pleno y total de Jesucristo ha quedado mutilado, bien en "jesusologías", bien en la amplia gama de énfasis incompletos de lo divino del Cristo (ya sean estos: gnosticismos, docetismos, apolinarismos, monofisismos, monotelismos, monoenergismos, por nombrar únicamente los que la Iglesia a nivel dogmático ha condenado).

 

Por lo tanto nombrar a "Jesús" como punto de partida no pretende ser excluyente de la confesión total de la Iglesia, sino que es una elección intencional, por el dinamismo histórico que este encierra, por ser la historia el lugar primero de la revelación de Dios refrendado esto por la encarnación, porque asume la perspectiva "teofánica" de que en El "ha aparecido el misterio de la bondad de Dios" (1Tim 3,16).

 

Al mismo tiempo asume la conflictividad de la lucha de Jesús por la justicia del Reino, para un continente en donde se condensa el misterio de iniquidad, de los que abundando en pan se intoxican por el consumo, frente a los que mueren por inanición por falta de ese mismo pan.

 

1.2. PROTOTIPO

 

Etimológicamente hablando este término significa según el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española1): Como primera acepción: "Original ejemplar o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa." Como segunda acepción: "El más perfecto ejemplar y modelo de una virtud, vicio o cualidad."

 

En el Nuevo Testamento lo encontramos no en forma compuesta sino separada, así2):

"Primero":

+ anwteron: más arriba (de más honor), primero: Lc. 14,10; Heb. 10,8.

+ proteroV: primero; (neutro) antes, la primera vez: Jn. 6,62; 7,50; 9,8; 2Cor. 1,15; Gal. 4,13; Ef. 4,22; 1Ti. 1,13; Heb. 4,6; 7,27; 10,32; 1Pe 1,14.

+ prvtoV: primero, anterior, más importante; to prvton: la primera vez, en primer lugar, ante todo.

(ocurre 154 veces en el N.T.)

 

Por considerar su significación de gran importancia para nuestro estudio transcribo a continuación, de la obra citada de Pedro Ortiz S.I., otros términos neotestamentarios que tienen relación clave con nuestro estudio del término "primero":

+ arch: comienzo, principio, punta, autoridad, poder: (ocurre 50 veces en el N.T.)

+ prwteuw: tener la primacia Col. 1,18.

+ prwtotokoV: primogénito: Lc. 2,7; Rom. 8,29; Col. 1,15.18; Hb. 1,6; 11,28; 12,23; Ap. 1,5

 

"Tipo": y sus correspondientes que coinciden todos en:

+ tupoV: marca (stigma, sfragiV, caragma, tupoV); imagen (eikwn, omoiwma, tupoV); forma (eidoV, morfh, tupoV); modelo (tupoV), tipo (tupoV), figura (eidoV, omoiwma, tupoV); ejemplo (upogrammoV, upodeigma, upotupwsiV, tupoV): Jn. 20,25(x2); Hch. 7,43.44; 23,25; Rom. 5,14;6,17; 1Cor. 10,6; Flp. 3,17; 1Tes. 1,7; 2Tes. 3,9; 1Ti. 4,12; Tit. 2,7; Hb. 8,5; 1Pe. 5,3.

 

Es importante anotar que solamente se han señalado las citas neotestamentarias que corresponden a la voz "tupoV", que es la que nos ocupa, pero su equivalencia en términos nos hace ver la riqueza de contenido y multiplicidad de matices: estigma, sello, marca, imagen, forma, por nombrar solo algunas.

 

A su vez tupoV se deriva de la acción o verbo: "tuptw que significa en primera instancia: golpear y en segundo lugar: herir, picar.

 

Como sustantivo tine cuatro grandes acepciones:

1a. tupoV, ou: en primer lugar golpe; en segundo lugar marca impresa por un golpe, el vestigio, marca; en el sentido de tipo y como tercera acepción significa: imagen, figura, en cuarta acepción: diseño, modelo. Tiene como derivados: lo típico, la tipografía, lo tipográfico, el tipógrafo.De el se deriva igualmente:

2a. tumpanon timpano (porque se toca golpeándolo);témpano, la piel del tambor, un pedazo de cualquier cosa extendida y dura ( de hielo, tierra, etc.). timbal, timbre.

3a. proto-tupon (to) modelo primitivo, prototipo.

4a. tuph: golpe, tajo3)

 

Podemos concluir que los términos "tipo" y "prototipo" provienen de un verbo que indica un impacto y que debido a esto se deja una marca.

 

1.3. DE HUMANIDAD:

 

Aunque es un concepto englobante, lo que se quiere precisamente indicar aquí es la realidad de género concreto: hombre y mujer que si bien tendrán siempre en Jesús el referente a los seis mil millones de seres humanos que nos asomamos al nuevo milenio, a los que ya habitaron este planeta y a los que en el futuro probablemente se salgan de su orbe, sin embargo quiere estar modificado por la perspectiva traslapada de lo latinoamericano, esa confluencia inacabada y violentada de lo ibero-americano, lo afro-americano, lo anglo-americano y el amer-indio.

 

1.4. EN AMERICA LATINA:

 

Esos rostros concretos mil veces evocados en los ya mil veces citados números introductorios de Puebla, pues nuestro referente no es en primer lugar la geografía física, sino la geografía humana.

 

Esos que en los registros y estadísticas de los organismos internacionales, instituidos "para luchar contra la pobreza", vuelven a constatar una vez más que la brecha entre los ricos y los pobres es cada vez mayor, se diría infranqueable, como el espacio existente entre el rico Epulón y el pobre Lázaro de la parábola de Jesús.

¡Sí!, como seguidores de Jesús tenemos la osadía, en la época del final de las utopías y de la sospecha sobre los discursos universales de presentar EL prototipo de lo humano, pero precisamente para que no sea "ideología" quiere llevar el adjetivante de latinoamericano.

 

Pasemos ahora a dar una mirad a la Escritura para que ella ilumine nuestro estudio, especialmente bajo la perspectiva de la antropología paulina.

 

2. S. PABLO Y EL PROTOTIPO DE HUMANIDAD EN JESUCRISTO.

 

"Porque a los que ha elegido de antemano también los ha predestinado a participar en la configuración de la imagen de su Hijo, para que sea (el) Primogénito entre muchos hermanos." Rom 8,29.

 

Dentro de la antropología paulina que es unitaria y que pone a Cristo como plenitud del ser humano y hacia donde debe dirigirse toda la humanidad, como la plenitud del varón perfecto, encontramos este texto que situado en el capítulo 8 de la carta magna de Pablo, la de los Romanos, nos está hablando de la vida en el Espíritu del cristiano.

 

"El designio salvífico consiste en que Dios ha elegido a sus santos de antemano (proegnw) y los ha destinado (prowpisen) a ser «configurados con la imagen de su Hijo» Como en Flp 2,6, hay que entender «figura» como la acuñación concreta de la esencia. «Configurados» significa, pues, participación en la esencia. El genitivo es apositivo: «Configurados con su Hijo como (su) imagen». Eikwn no es «reproducción», sino «manifestación de la esencia». Se quiere decir que Cristo es la imagen de Dios, en la que se manifiesta radiante la esencia de Dios, su gloria; Cf. 2 Cor 4,4.6; Col 1,15; Heb 1,3.9 («irradiación de su gloria y expresión de su esencia», cf. Sab 7,25)."4)

Como vemos, con Ulrich Wilckens, la realidad de llevar la imagen de Jesús, el estar referidos a ese prototipo no es simple cuestión de una reproducción de un cliché, que deja una huella exterior, sino «manifestación de la esencia».

 

Pero además el cristiano participa de la misma esencia ya sea, por su participación bautismal, ya por estar encaminado al término escatológico único:

 

"Esto implica en todo caso una transformación esencial, ya sea que, en el sentido de Rom 6,3.5 se piense en el bautismo como en Flp 3,10 («Configurado [summorfizomenos] con su muerte, alcanzo de alguna manera también la resurrección de los muertos»), ya sea que se la entienda como afirmación escatológica como en Flp 3,21 («Jesucristo que transfigurará mi cuerpo [para que] se configure con el cuerpo de su gloria»). Con este último coincide 1 Cor 15,49 «Así como hemos llevado la imagen del hombre terreno, así llevaremos también la imagen del celeste (= del Cristo resucitado)»; concretamente en la resurrección como transfiguración , cf. v. 51s; y en el mismo sentido escatológico se ha concebido también 1 Cor 1,9: «Fiel es Dios por quien habéis sido llamados a la participación en su Hijo Jesucristo, nuestro Señor»."5)

 

Pablo también piensa en una procesualidad de toda la vida cristiana, esa tranformación es procesual, nos dice el autor:

 

"Por el contrario, 2 Cor 3,18 apunta a un proceso de transfiguración a lo largo de toda la vida de los cristianos: «Mas nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como en un espejo y nos vamos transformando (metamorfoumeqa) precisamente en esa imagen (concretamente en la gloria de Cristo) cada vez más glorisos...». Se está pensando en una transformación que se profundiza sin cesar mediante el efecto del evangelio, en el que el apóstol hace que irradie la gloria de Cristo como imagen de Dios y brille en los corazones creyentes (2Cor 4,4-6; cf. también Gal 4,19)."6)

 

El sentido más amplio y general de la formulación de Rom 8,29 no es en un sentido de difuminación de esta identidad, sino precisamente es más englobante que toda la existencia, así nos dice Wilckens:

 

"La formulación en Rom 8,29 tiene un tono tan general que lo aconsejable es percibir (como en 1 Cor 1,9) un sentido global como en 6,3-11, descripción de la experiencia del bautismo, que marca claramente el horizonte de v. 29s (cf. Ef 1,5). En el bautismo, los cristianos han participado en la muerte y resurrección de Cristo de manera que en sus padecimientos actuales participan en los sufrimientos de Cristo; y, en su futura resurrección, en la resurrección de Cristo. De esta manera, toda la vida cristiana en fe y esperanza se desarrolla fundamentalmente como participación en Cristo."7)

Y la explicación de Wilckens continua profundizando esta función cristológica del Hijo:

 

"En este sentido hay que entender también la frase de infinitivo de v. 29c. Que hayamos sido configurados con Cristo tiene, según la predestinación de Dios, la finalidad de que Cristo como el Hijo de Dios se convirtiera en Primogénito entre muchos hermanos (cf. Col 1,18; Ap 1,5). En eso radica su función de «imagen»: Cristo nos arrastra dentro de su gloria como Hijo de Dios (cf. 1,4). Nuestra «adopción» como hijos de Dios, que el Espíritu nos ha testificado en nuestro bautismo (8,14-16), nos convierte ahora, como coherederos con Cristo, en herederos de Dios de modo que, así como ahora participamos de su sufrimiento, así en nuestra resurrección y glorificación futuras participaremos en su resurrección y glorificación (8,17.18). V. 29 interpreta v. 17c y cierra así el paréntesis en el que se encuentra toda la exposición de v. 18ss. Que sean «muchos hermanos» los que el Resucitado reúne en torno a sí indica el gran número de los que han sido ganados para la fe en Cristo (mediante la misión a todo el mundo, cf. 15,15-21) y que deben convertirse en el nuevo pueblo de Dios; cf. «los muchos» en 5,15-19 y 12,5."8)

 

Con respesto a la primogenitura del Hijo y por su evidente relación con el tratamiento que la patrística dará al mismo tema conviene indicar igualmente lo que Wilckens nos dice:

 

"«Primogénito» es originalmente Israel (cf.9,4) como el pueblo elegido, propiedad de Yahvé. Más tarde se transfiere el predicado a la sabiduría de Dios y a la torá, y en Filón al logos. En alguna ocasión aislada se da el título también al Mesías. Especialmente en Filón se encuentra como sinónimo de arch, como en Col 1,18b, y eikon, como en Col 1,15. Se trata, pues, de un contexto conceptual fijo que fue recibido cristológicamente en la liturgia bautismal del cristianismo primitivo. La ley, la sabiduría, el logos han sido interpretados como el hombre primigenio de Gén 1,26s; en cambio, Pablo ve en Cristo al segundo y último Adán (1Cor 15,45-47), el cual, como resucitado, es el «Primogénito» del mundo de la salvación escatológica y congrega a su alrededor una nueva comunidad de salvación compuesta por «muchos hermanos»."9)

 

3. LA PATRISTICA Y EL PROTOTIPO DE LO HUMANO.

 

Para la patrística fué fundamental el himno de Col. 1, 15-20 (junto con 2 Cor 4,4) "Ningún otro himno cristológico del corpus paulinum suscitó un debate permanente entre los Padres en tantos temas como Col 1,15-20. Se trata de los conceptos eikon, protótokos y arjé; Cristo «cabeza» fue un tema menos debatido."10)

 

Según Grillmeier existen dos interpretaciones sobre la composición original del texto la de Ch. Burger y la de J. Ernst las cuales a su parecer divergen notablemente sobre el punto de los elementos originales de este himno pre-paulino, que hemos seleccionado para nuestro estudio, debido precisamente a la riqueza de contenido en relación con el tema en estudio, el "prototipo de humanidad".

 

El himno de Col difiere en la disposición temática del himno de Fil 2,6-11 (y de el de 1 Tim 3,16) pues este se centra en la transferencia del poder a Cristo. Filipenses describe el abajamiento y exaltación del Redentor, mientras que 1 Timoteo celebra el homenaje que le rinden tierra y cielo y recurre a la forma intuitiva del espacio. Colosenses en cambio, contrapone el tiempo originario y el tiempo final. Pero en Filipenses y 1 Timoteo al presentar la exaltación de Cristo como el inicio de su reinado utilizan una categoría histórica, Colosenses, en cambio, interpreta la resurrección de Cristo como creación de un mundo nuevo y emplea una categoría cósmica. Para Filipenses y 1 Timoteo el universo hizo morada en Jesús y así ha quedado reconstituido. Los tres textos coinciden en que el acontecimiento de la resurrección tiene repercusión cósmica y no se trata de una esperanza lejana sino que es una realidad ya iniciada y salvífica.

 

Según E. Schweizer era un himno corriente de la comunidad cristiana que utiliza ideas judeo-helenísticas para explicar la significación de Jesucristo. Se inserta dentro de una acción de gracias por nuestra elección en Cristo y con los "santos" por el Padre y el nexo entre la acción de gracias y el himno lo establece precisamente Cristo. La segunda estrofa (18b-20) contempla -diferenciándose de la primera, que detaca el orden de la creación (15-18a)- el orden de la salvación instaurado por la muerte y resurrección de Jesucristo. El contraste es intencional y la composición de los versículos ayuda a acentuarlo. Las dos estrofas están unidas por un inciso (17.18a) que en su primera parte contiene expresiones y conceptos estoicos y en la segunda es algo completamente de la concepción teológica paulina.

 

Entrando en las ricas significaciones del himno de Closenses 1,15-20, nos dice el patrólogo alemán:

 

1) El sujeto de las expresiones cristológicas del himno:

Si preguntamos ¿Quién es ese Cristo que recibió el Reino de manos del Padre? (v.13) y tras este pregunta estamos buscando las expresiones cristológicas del himno de Col, hay que decir que se trata del Cristo exaltado y de Jesucristo verdadero Dios y hombre. Es importante para los Colosenses las afirmaciones del Cristo preexistente para reforzar su fe, pero la misma quedaría peligrosamente amenazada si estubiera vinculada supersticiosamente a potencias espirituales. De aquí que el texto presenta desde el inicio al Humanado en la gloria de su exaltación. No se justificarían expresiones que se refirieran únicamente al Preexistente con independencia del Humanado o expresiones solo referidas al Humanado. Las expresiones no enfatizan tanto la relación de Cristo con el Padre cuanto las relaciones con el mundo.

 

2) El contenido de las afirmaciones cristológicas del himno:

La expresión «imagen», eikwn, puede ser aclarada a la luz del texto que figura también en 2 Cor 4,4, ya que tiene aquí su significación especial. Según este pasaje, la gloria de Dios es visible «en el rostro de Jesucristo». Porque Cristo es la imagen de Dios, el eikon tou qeou. La expresión «la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios» del v. 4 se corresponde con la expresión «la gloria de Dios en el rostro de Cristo» del v. 6. La gloria de Cristo no es otra cosa que la doxa de Dios que se hace visible en el rostro de Cristo como lo afirma Colosenses.

 

4. LA PROPUESTA ANTROPOLOGICA LATINOAMERICANA EN SOBRINO.

 

Los presupuestos metodológicos de la teología latinoamericana, dan un fuerte énfasis al carácter liberador de la misma teología y nos situan ante todo, frente a una realidad que se trata de transformar por su intrínseca contradicción con el supuesto histórico de ser América Latina un continente que ha sido evangelizado por cinco siglos. Esa realidad de inhumanidad en la que millones de mujeres y hombres se encuentran y que la colocan en flagrante contradicción con esa realidad histórica de evangelización.

 

Dado el enfoque cristológico de nuestra ponencia es necesario aludir a los cristólogos latinoamericanos, los cuales en su opción de seguimiento del Jesús histórico, nos dicen que en Jesucristo más que habérsenos revelado una verdad sobre Dios, se nos ha revelado una verdad sobre el hombre, o mejor aún el cómo del acceso del hombre a Dios, o el camino que es necesario recorrer para lograr este destino.

 

La visión del teólogo brasileño Leonardo Boff ha sido mostrar en Jesús una plenitud de humanidad tal que precisamente ese hecho es por si mismo el indicador de que únicamente es posible tal logro desde Dios mismo. En efecto nos dice: "Humano como fue Jesús de Nazareth, en la vida, en la muerte y en la resurrección, sólo podía ser Dios mismo"11).

 

Igualmente en su obra primera de cristología Jon Sobrino nos dejaba en claro este camino trazado por Jesús en su humanidad cuando nos dijo: "La relación de Jesús de Nazaret al Padre tiene una historia, y por ello afirmamos que Jesús no es sólo el Hijo del Padre, sino también camino al Padre."12)

 

En sus dos tomos de su cristología en su edad madura: "Jesucristo liberador. -Lectura histórico teológica de Jesús de Nazaret." y "La fe en Jesucristo. -Ensayo desde las víctimas." este hermano nuestro jesuíta nos presenta en su primer tomo la figura histórica de Jesús en toda su conflictividad luchando por proclamar el Dios del Reino como Dios de la vida frente a los ídolos de muerte a los que se les sacrifican millones de vidas humanas. En sus cuatro capítulos sobre la muerte de Jesús se aproxima a esa realidad desde la perspectiva histórica y su significación salvífica a la vez que su densidad teológica y el parangón que existe entre Jesús y el pueblo crucificado el cual en su sacrificio martirial es presentado igualmente como salvador.

 

Pero especialmente es en su segunda obra donde, desde la perspectiva de la elaboración neotestamentaria, y magisterial que este autor presenta una antropología. En el capítulo noveno: "El Sumo Sacerdote. El Mediador: Lo humano «sin añadidos», pero «con concreciones»." nos dice que es necesario abordar esta temática desde tres perspectivas: la teológica, la cristológica y la concreción salvadora en lo humano «sin añadidos», pero «con concreciones».

 

Sobrino inicia su presentación desde el ángulo de lo teológico para partir desde la perspectiva más radical. En efecto toda realidad sacerdotal en el universo religioso está orientada a la salvación. Desde el punto de vista antropológico salvar significa superar la deshumanización de lo humano, mientras que: "En conceptualización religiosa, supone superar la distancia entre Dios y los seres humanos, distancia que se ahonda éticamente por el pecado, pero que es ocasionada más profundamente por la radical diferencia entre la realidad de lo divino y de lo humano. En positivo, salvación significa llegar a la humanización y a la deificación."13)

 

Esto quiere decir que la realidad del sacerdocio consiste en establecer nexos o vínculos entre el creador y la creatura, lo trascendente y lo inmanente o como hermosamente lo expresa la carta a los Hebreos en hacer un puente (ponti-facio) entre Dios y el hombre. Solo que Sobrino va a indicar que en la revelación cristiana precisamente ocurrió una revolución en el concepto de Dios, puesto que este trascendente se ha acercado en modo tal a la historia de los hombres que estos no han de tener que ir a buscar a Dios fuera de su ámbito de humanidad, en efecto dice él: "Se argumenta, entonces, con la novedad del mediador, pero no se suele argumentar con la novedad de Dios, que es más primigenia y, en definitiva, más decisiva para comprender la realidad sacerdotal."14) En efecto según este autor en el Nuevo Testamento se nos dice que ese Dios se ha acercado "y ese acercamiento no es sólo condición de posibilidad de su manifestación, sino contenido de su propia realidad: Dios se da a conocer acercándose al ser humano y da a conocer que (parte esencial de) su realidad consiste precisamente en acercársele."15)

 

Ese acercársele no es uno más de sus atributos divinos, "sino contenido central, como lo expresa la encarnación..."16). Es consecuencia de ese acercamiento que sea lo sumamente bueno para lo humano. Pero además es libre y gratuito, activo, permanente e irrevocable, a la vez que es parcial hacia lo débil. El habitad de este acercamiento es la vida y la historia en modo tal que: "Dios no se acerca separado de esa vida y de esa historia, sino en ellas; ni otorga la salvación separando al ser humano de esa vida y de esa historia, sino sanándolo, humanizándolo, potenciándolo y comunicándose a sí mismo en ellas."17). A este acercamiento de Dios se opone el mundo del pecado y no obstante este acercamiento tan profundo y radical ese Dios sigue siendo santo y trascendente.

 

El segundo aspecto de esta realidad sacerdotal es el cristológico. Aquí además de la mediación que se ha establecido desde el punto de vista teologal el autor nos muestra que en esta perspectiva se da otra revolución: "el mediador es un ser humano, y por serlo puede ejercer como mediador en las dos direcciones mencionadas: de Dios al ser humano y del ser humano a Dios. Esta realidad estrictamente humana del mediador, sin añadidos, es la segunda revolución de lo sacerdotal, la revolución cristológica."18)

 

Basándose en los análisis que de la Carta a los Hebreos hace el especialista A. Vanhoye nos presenta el sacerdocio de Jesús como diverso al levítico y en relación a la misteriosa figura de Melquisedec, igualmente señalando que el carácter de la vida de Jesús presenta como sacerdotal su sacrificio, analisa igualmente su aspecto polémico, comparándo con la mediación que podrían ejercer los ángeles mostrando precisamente que la mediación de Jesús no depende de un rango angelical sino de sus atributos humanos ya que desde ellos nos puede representar ante Dios. Igualmente es polémica la relación con el sacerdocio veterotestamentario el cual ha quedado desautorizado en una mediación que nunca alcanzó puesto que era externa.

 

En Cristo encontramos la verdadera purificación del pecado y la auténtica relación del hombre con Dios.

 

Pero es quizá en la tercera relación, la antropológica donde se marca mejor el aporte profundo de Sobrino ya que nos dice: "La posibilidad de ser mediador no le viene, pues, a Cristo de una realidad añadida a lo humano, sino que le viene del ejercicio de lo humano. No le viene de una dignidad sobrehumana (como normalmente suele comprenderse el sacerdocio en las religiones), ni le viene de una determinación sociológica añadida. En este sentido, insistir hoy en que Jesús es un «laico» tiene no sólo un valor polémico en la actual situación eclesial, sino que es otra forma de recalcar lo fundamental: «laico» o «ministro sacerdotal», por así decir, Jesús es mediador de Dios por ser humano, y no por ninguna otra realidad añadidad, y menos separadamente."19)

 

Pero esto humano sin añadidos nos va a presentar concreciones de la misma en la misericordia, la fidelidad y la entrega. Nos resume el autor estos tres rasgos así: "Esa entrega es lo que le permite ser mediador, y es, por tanto, una concreción histórica de lo humano de Jesús. Fidelidad, misericordia y entrega son, pues, concreciones (no añadidos) de lo verdaderamente humano."20)

 

Además de estas tres concreciones se señalará la de la fraternidad: "Jesús, en definitiva, es mediador y es el Cristo no sólo por ser humano, sino por ser hermano. Lo primero es necesario, pero no suficiente. Condición necesaria y suficiente es ser humano al modo de la fraternidad. Esto no elimina la alteridad de Jesús con respecto a los seres humanos, pero la precisa desde la afinidad. Así Jesús es semejante a nosotros en cuanto «hermano», y diferente de nosotros en cuanto hermano «mayor», como aparece en dos afirmaciones iportantes."21) (Se refiere a la carta a los Hebreos).

 

Y con respecto al rasgo de nuestra ponencia: Jesús como prototipo de humanidad nos dice: "Por lo que toca a la plenificación final, Jesús ya ha penetrado en el santuario, pero lo ha hecho como precursor nuestro, para que nosotros podamos entrar en él (Heb. 6,20). El es el primero (protos) que recorrió el camino, el primogénito (prototokos). Ese es el camino que nos ha dejado, y por ello la salvación nos sobreviene no sólo a la manera de la causa eficiente -Cristo intercede por nosotros-, sino a la manera de la causa ejemplar: Jesús nos ha dejado el camino que él mismo ha recorrido."22)

 

Luego saca Sobrino dos conclusiones cristológicas, la primera es que Hebreos no se contenta con decir que Jesús es el vere homo, Jesús sería sencillamente un verdadero hombre bajo la necesidad de que lo sea para salvarnos, sino que la carta afirma que Jesús es el homo verus adjetivando lo concreto de Jesús. "En este sentido, la carta dice que en Jesús se ha revelado lo verdaderamente humano, y digamos que eso ya es en sí mismo salvífico, pues saca al ser humano de la eterna duda y angustia sobre lo que él es y facilita vencer la tentación de encubrirlo y definirse a sí mismo prometéicamente."23)

 

Y la segunda conclusión es la ya anotada: Jesús por su relacionalidad constitutiva con los seres humanos es hermano es decir es no solo homo verus sino frater verus.

 

Más adelante en el capítulo doce ("Hijo de Dios/Hijo del Hombre/ Siervo de Yahvé. El hombre que venía de Dios y el Dios que venía en el hombre.") el autor quiere acometer algo que el mismo dice que no ha sido explicitado adecuadamente aún en su obra: "la relación personal de Jesús con Dios" de esta forma nos va a presentar la afirmación primera: "Hijo de Dios" en su relación de contrapunto con las otras dos: "Hijo del Hombre" y "Siervo de Yahvé".

 

Los capítulos décimo y undécimo han tratado la temática de Jesús como mesías que recoge la esperanza de salvación y en cuanto Señor actúa ahora con poder para configurar al creyente y a la comunidad.

 

Sin excluir toda la importancia que el título (Hijo de Dios) tiene para la cristología pero debido al sesgo eminentemente antropológico de nuestra ponencia pasamos directamente a lo que el autor llama los contrapuntos de esta confesión que explicitan mejor a la misma, así nos entramos con el "Primer contrapunto: la tradición del «Hijo del hombre»24).

 

En la página 257 se afirma en el segundo párrafo: "El título (o la expresión hijo del hombre), que mantiene la ambivalencia de designar lo histórico y lo trascendente, expresa la totalidad de lo humano de Jesús. Al principio, apunta al futuro para que en él se dé la aparición de lo humano, pero después retrotrae esa aparición al presente de la vida y destino históricos de Jesús. Y para ello pone juntas bajo una misma expresión cosas tan dispares como el poder y el fracaso, el otorgar la salvación y el experimentar él mismo condenación. En definitiva, con el «Hijo del hombre» se puede describir la «historia de Jesús». Jugando con la ambivalencia que hemos mencionado, podemos decir que toda esa historia es historia de un hombre y a la vez, toda ella está llena de dignidad. Esta historia del hombre es lo que hace de contrapunto a la historia del Hijo de Dios."25)

 

Esto quiere decir que la dignidad de Jesús como Hijo del hombre y como contrapunto al título de Hijo de Dios (que evidentemente también confiere dignidad) en primer lugar, no le viene de negar tal realidad humana sino en profundizar lo auténticamente humano; segundo, las funciones de juzgar y congregar al pueblo de Israel no se le confieren arbitrariamente a ese Hijo del hombre, sino al que es por antonomacia verdaderamente humano. El puede juzgar con propiedad puesto que no juzga desde fuera sino como conocedor de causa. Tercero, la noción de poder que se le conceda al Hijo del hombre en ningún caso tiene contenido de opresor sino de poder salvífico. "Y es que la aparición de lo verdaderamente humano siempre es salvífica, y, a la inversa, lo salvífico hace aparecer lo verdaderamente humano"26). En cuarto lugar, por ser auténticamente humano el Hijo del hombre está sujeto a la pasión y a la cruz, pero en signo contrario la resurrección no hace otra cosa sino confirmar como verdaderamente humano al que ha vivido la verdadera vida. Es decir que a todo lo anterior hay que añadirle que lo puede ser en su carácter victimal y desde ahí tiene la capacidad de la benevolencia en el juicio ya que él mismo conoce de la fragilidad.

 

Así pues para Sobrino: "Ser Hijo de Dios acaece en Jesús a la manera de Hijo del Hombre. La benignidad de Dios necesita de la benignidad del hombre, y, a la inversa, la benignidad de un hombre necesita de la benignidad de Dios. Como dice L. Boff, «así de humano sólo puede ser Dios»."27). autor que ya había sido citado anteriormente a Sobrino justamente con idéntica cita.

 

Hay otro capítulo el 17 en la obra de Sobrino en donde aborda más explícitamente el tema del hombre en Jesús y que lleva por título: "Un Cristo humano. Pathos de realidad".

 

No vamos a entrar tan pormenorizadamente en él como lo hicimos en los otros dos capítulos anteriores (9 y 12). Lo que queremos destacar en él es que en el contexto de la interpretación del dogma cristológico y en especial en el de la problemática del docetismo, el autor nos indica cómo si bien la Iglesia luchó denodadamente y con "pathos" de parte de los padres de la Iglesia y de sus concilios, para sostener en su integridad la humanidad de Jesucristo, no obstante el peligro doceta continúa, quizá ya no a nivel doctrinal tan declaradamente, pero sí en formas prácticas que no acaban de aceptar no solamente la plena humanidad de Jesucristo sino el modo concreto y real con que el vivió tal humanidad en contra de toda inhumanidad.

 

Se hace necesario pues ir más allá de los concilios, lo que en nigún momento quiere decir estar en contra de ellos, sino es necesario mostrar la dialéctica con que Jesús ha vivido su humanidad, Jesús no accedió a la tentación de vivir un mesianismo impositivo de poder, sino que acogió el vivir su mesianismo desde el servicio.

 

Además es necesario darle concreciones a esa humanidad puesto que es otra limitación de los concilios, en efecto Sobrino dice: "Según el Nuevo Testamento, a lo humano verdadero le pertenece la fidelidad a Dios, dejándole ser Dios, la misericordia hacia los seres humanos y la entrega de su persona. Y le pertenece la fraternidad y la solidaridad, y de ahí que en el Nuevo Testamento Cristo es presentado no sólo como humano sino como hermano (Heb 2,11). Y le pertenece, por último, mantener estas concreciones, caminando hasta el final y con la disponibilidad de la entrega de la propia vida."28) Tenemos aquí una síntesis de lo que nos había dicho anteriormente. Pero es en el numeral siguiente en donde introduce una categoría propia un principio de realidad o "La interpeación a «ser real»".

 

Es decir que no serán suficientes las afirmaciones sobre la humanidad de Jesucristo mientras en la praxis eclesial se mantengan actitudes de inhumanidad y de desconocimiento de que alrededor nuestro sencillamente hay personas que se debaten sobre el problema fundamental del ser humano, sobrevivir en este mundo hostil y articulado precisamente en contra del hombre.

 

Trayendo el recuerdo de Mons. Romero y su coherencia de vida y de presentar una Iglesia salvadoreña «real» nos dice: "Y, a la inversa, una Iglesia que no es pobre en tiempo de pobreza, que no es perseguida en tiempo de persecusión, que no es asesinada en tiempos de asesinatos, que no se compromete en tiempo de compromiso y no anima a él en tiempo de indiferencia, que no tiene esperanza en tiempo de esperanza y no anima a ella en tiempo de desencanto, que no celebra cuando los pobres celebran y no busca consolarlos en tiempos de desconsuelo, no es una Iglesia «real»."29)

 

Esto dicho de la Iglesia deberíamos decirlo de la Compañía de Jesús, la cual a nivel de documentos quiere hacer suyo ese principio de realidad, pero que en algunas praxis quizá esté lejana de ese Jesús empeñado en la lucha de ofrecernos no un modelo, o prototipo de humanidad teórico, sino una humanidad en lucha contra la inhumanidad.

 

Finalmente de este capítulo y en su último párrafo: "Y más allá de la Cristología, la humanidad de Jesús es lo que hoy puede ofrecer la fe cristiana para que lo humano tenga futuro. Nietzsche proclamó la muerte de Dios, pero, como lo recuerda Metz, con ello proclamó también la muerte del hombre, una de cuyas manifestaciones actuales bien pudiera ser la trivialización de la existencia y, sobre todo, el desentendimiento cruel de las víctimas. (el subrayado es mío). Desde un punto de vista creyente, esa es una poderosa razón para volver a lo humano de Jesús. Y en simetría con el grito profético de Nietzsche, podríamos pensar que la «resurrección» de lo humano bien pudiera ser la mistagogia que lleva a la «resurrección» de Dios."30)

 

Es decir que desde aquí estaríamos respondiendo al reto del ateísmo contemporáneo, tarea propuesta a la Compañía de Jesús por Paulo VI y ratificada por Juan Pablo II y nuevamente asumida por la Congregación General 34.

 

5. MIS APORTES A MODO DE CONCLUSIONES.

 

5.1. Hombres y mujeres de entrega incondicional:

 

En Jesús de Nazaret encontramos nosotros los cristianos una propuesta singular y única al ver cómo el ser humano es Hijo de Dios pero a la vez hermano de todos los hombres y nujeres. El es el Primogénito de entre muchos hermanos.

 

Pero esta afirmación no la establecemos los cristianos como un a priori, sino como un a posteriori ante una serie de acciones históricas y coherentes de Jesús de Nazaret. Para Jesús Dios es ante todo Padre, su Padre, de un modo único e irrepetible, pero esta exclusividad se puede multiplicar en la medida que cada ser humano, cada latinoameriano y latinoamericana haga la misma experiencia que hizo Jesús, permitiendo que su Espíritu, como don pascual, se haga presente en su corazón y en su actuar histórico, hasta las últimas consecuencias y si fuere necesario, hasta entregar la vida por los hermanos, para que estos tengan vida y la tengan en abundancia. Recordemos como el P. Arrupe llamaba a esto el formar hombres y mujeres para los demás.

 

Para Jesús proponer esta fraternidad entre los hombres a nombre de su Padre Dios, no fue fácil, su sociedad amparada precisamente en conceptos de la divinidad que excluía racialmente, legalmente, por género, por posicionamiento social y económico y por condición de salud, impedía, formando un muro impenetrable, que la visión de un Dios Padre de todos, compasivo con todos y solidario con los más débiles, fuera la visión correcta del Dios de Israel y Jesús quiere demostrarlo hasta las últimas consecuencias.

 

La visión teológica nos dice que precisamente Dios en su bondad no ahorra al Hijo la ignominia de la cruz, no para confirmar una visión de un dios sádico, sediento de sangre humana, sino todo lo contrario para rechazar esta visión, Dios está del lado de las víctimas de la historia, en contra de los verdugos, pero acepta, misteriosamente, el inexorable designio de la libertad de los hombres. El de la libertad de Jesús fue su solidaridad con las víctimas desde la cruz con una única motivación, la de demostrar su amor y comprobar históricamente que Dios está en la historia oculto en los rostros de todos los que sufren y que por más que se intente su aniquilación, esto no es posible, pues el potencial creador y de vida del verdadero Dios es indestructible y la comprobación la tenemos nosotros en la fuerza de las víctimas que es la resurrección de Jesús.

 

Quizá hemos permitido un cristianismo demasiado conformista y no hemos tomado suficiente conciencia del carácter profético y cuestionador de Jesús de Nazaret que muestra la alta conflictividad de su vida, inocultable en los evangelios.

 

La actuación de Jesús nos está mostrando igualmente que para El es prioritaria la persona humana como una finalidad en si pues cada uno de ellos tiene la vocación de hijo de Dios, por tanto todas las instituciones humanas y divinas se han de encaminar a salvaguardar y desarrollar esta dignidad.

 

Hermosamente formuló Ireneo de Lyon esta verdad diciendo que la gloria de Dios es el hombre viviente. Nadie ni nada podrán borrar o pretender ignorar esta dignidad pues Dios en Jesús ha demostrado históricamente en el referente del Nazareno que tenemos en él "la historia de un viviente".

 

5.2 En comunidades para la liberación de los excluídos:

 

Jesús arraigado en la más pura tradición de Israel nos muestra que es imposible lograrse como ser humano si este no se inserta en una comunidad y esto por que el ideal de la humanidad que es Dios mismo, es el que también El es una comunidad de Amor.

 

En la actual coyuntura del mundo y en particular de América Latina en donde se ha impuesto la economía de mercado y se quiere a todo trance imponer el flujo irrestricto de los capitales con el costo altísimo de vidas humanas sacrificadas a este "ídolo" producto del ingenio humano, no cabe sino intentar sociedades que según la propuesta veterotestamentaria deuteronomista o la neotestamentaria de los Hechos de los Apóstoles, ("La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo lo tenían en común." Hechos 4,32) encuentran realidad de encarnación en nuestra sociedad que por rica tradición cultural tiene en su sangre la sensibilidad por lo societario e igualitario.

 

Jesús como el "hombre-para-los-demás", seguirá siendo para nosotros el modelo a vivir y a proponer, más que por las palabras por el testimonio de vida de comunidad y fraternidad, no para el bienestar de quienes las integran sino precisamente como comunidades abiertas y solidarias con los más golpeados de los regímenes que sacrifican la vida y la dignidad de cientos de miles de hermanos en América Latina.

 

 

5.3. En coherencia martirial:

 

Como cristianos y especialmente como "compañeros de Jesús" no podremos menos de colocarnos en la perspectiva del magis de Ignacio de los que más se querran afectar, ofrecerán todas sus personas...Reiterativamente los documentos de la Iglesia y de la Compañía vienen insistiendo en la opción por los pobres, si esta realidad no se asume con todas las consecuencias "martiriales", es decir "testimoniales" que ella implica, la letra será muerta o se convertirá en testimonio contra nuestra generación que se quedó en buenas intenciones y quizá Jesús tenga que decir lo que dijo de los fariseos y su enseñanza: "Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, por que ellos dicen y no hacen." (Mateo 23,3)

 

5.4. Testigos del Dios misericordia

 

Es un hecho que como hombres de ciencia y como miembros de la Compañía de Jesús se nos reconoce una "autoridad", si esta no se ejercita en beneficio de una transformación de las situaciones menos injustas a situaciones mas justas, esta autoridad no va a aparecer como tal sino como "poder", el que Jesús estigmatiza en el Evangelio pues sus seguidores como El no están para ser servidos sino para servir y dar su vida en rescate por los muchos.

 

La autoridad de la palabra de Jesús que asombraba a muchos no estaba tanto en la expulsión de demonios y curaciones portentosas cuanto en la vinculación que hace de esta ergeia a la aparición concreta de la fuerza salvadora de Dios (el dedo de Dios está aquí) y de su misericordia (viendo la multitud se conmovió porque andaban como ovejas sin pastor).

 

Nuestra ciencia e instituciones de enseñanza superior han de estar dedicadas a producir las alternativas sociales posibles, no utópicas, a formar los profesionales que asuman que son servidores cualificados de los demás, que han recibido mas número de talentos y que por lo mismo han de dar cuenta de más.

 

Es un hecho que el liderazgo social y político pasa por una tremenda crisis en nuestro hemisferio puesto que los dirigentes, con Ezequiel, "se apacientan a sí mismos", cómo testimoniar que nuestro liderazgo intelectual y de influjo social es realmente transformador sino diseñando modelos y llevándolos a la práctica. Estableciendo cátedras de servidores públicos.

 

5.5. En discernimiento y dinamismo y con proyección ecuménica:

 

La metodología cristiana e ignaciana demanda procesos de discernimiento constantes, apoyados hoy en todas las capacidades proyectivas que ofrecen las ciencias institucionales de la administración, con visiones, misiones, proyectos, estrategias, logros y procesos de autoevaluación constantes.

 

Las sociedades del cero error, maximizar ganancias minimizando costos, han de ser para nosotros un reto, no por que los aceptemos sin más, sino que han de ser vistas por el tamiz ignaciano del "tanto cuanto".

 

Sin duda alguna nuestra propuesta seguirá siendo siempre Jesucristo, pero en la conciencia de que no es un modelo estático sino dinámico, que supone la participación y potencial creativo de cada uno y de su riqueza de participación en la comunidad ecuménica.

 

Que ha de incluir todas las dimensiones del ser humano y que no ha de excluir a ningún ser humano, pues la liberación es integral.

 

 

 

1) Del gr. protóóotupoV; de prvtoV, primero, y tupoV, modelo.

19a. Edición, Madrid 1970, pg. 1075

2) ORTIZ, Pedro, S.J., Concordancia Manual y Diccionario griego-español del Nuevo Testamento, Ed. Sociedad Bíblica, Madrid, 1997, para "primero": pg. 57 Nos. 509, 4240, 4264; para "tipo": pg. 67 No. 5014.

3) HERNANDEZ, Eusebio, S.I. RESTREPO, Félix, S.I. LLave del Griego, -Comentario semántico, etimología y sintaxis. Inst. Caro y Cuervo, Bogotá, 1987 (Ed. facsimilar)

p.214 # 1091.

4) WILCKENS, Ulrich, La carta a los Romanos, Rom 6-16, V. II, Sígueme, Salamanca, 1992, pp. 201-202.

5) Ibidem p.202.

6) Ibidem

7) Ibidem

8) Idem p.203

9) Ibidem

10) GRILLMEIER, Alois, Cristo en la tradición cristiana., Sígueme, Salamanca, 1997, pp. 124-125

11) Jesucristo el liberador, Indo-American Press Service-Latinoamericana Libros, S.R.L., Bogotá, 1977 (4ta. Ed.), pp. 167-168.

12) Cristología desde América Latina. -Esbozo a partir del seguimiento del Jesús histórico (2da.Ed.), C.R.T., México, 1977, p. 294.

13) La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas. Ed. Trotta, Madrid 1999, p.186.

14) O.c., p.188.

15) Ibidem. La bastardilla viene en el texto del autor.

16) Ibidem.

17) O.c., p.189.

18) O.c., p.192.

19) O.c., p.200.

20) O.c., p.203.

21) O.c., p.203.

22) O.c., p.204.

23) Ibidem.

24) O.c., p.255. (entiéndase bien que el término contrapunto jamás quiere decir anulación, sino contraste para resaltar lo específico de cada uno como precisamente ocurre, por ejemplo, en la música).

25) O.c., p.257.

26) O.c., p.257-258.

27) O.c., p.258.

28) O.c. p.405.

29) O.c., p. 408.

30) O.c., p. 409.

III REUNION DE LA COMISION TEOLOGICA DE LAS ASISTENCIAS JESUITAS

DE AMERICA LATINA

Gentileza de http://www.geocities.com/teologialatina/ para la
BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL