Maria y el culto a las imágenes
Autor: Padre Jordi Rivero
"Porque hay un solo
Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se
dio a sí mismo en rescate por todos". (1ª Timoteo 2,5)
"Yo puedo acercarme al Señor con toda confianza y sin temor a no ser escuchado.
Dios amorosamente siempre nos escucha y el argumento de que Dios está muy
ocupado para tratar con todos no tiene valía pues Dios es Dios, no un hombre."
"Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el
Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en
todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro" (Heb 4,14)
No dice "acérquense con mis delegados y díganles que me insistan mucho para ver
si puedo atenderles"
Estas són frases y comentarios comunes entre los hermanos cristianos
protestantes, que visitan nuestra capilla, nos comentan. La verdad es que muchas
veces. me he quedado pensando que les podia decir, para que comprendieran porque
oramos a la Virgen y a los Santos. Un dia, de casualidad descubri este articulo.
Os recomiendo que lo leais, ya que no tiene desperdicio.
Si eres catolico, te ayudara a reforzar la espernza i la comunión con toda la
comunidad de fieles y santos que nos han precedido, encabezados por Maria, la
madre de Jesús.
Si no lo eres, quizas te ayude a entender y/o descubrir porque los catolicos
ponemos nuestra esperanza y nuestra oración, en sus manos.
Recordemos que el Nuevo Testamento se escribió en griego. La palabra utilizada
para "un" es "HEIS" que siginifica "uno" pero en sentido NO EXCLUYENTE. Si San
Pablo hubiese querido ser excluyente, utilizaría la palabra "MONOS".
Leamos los cuatro versículos precedentes para poner las cosas en contexto:
"Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de
gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en
autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad
y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que
todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad." ( I
Timoteo 2,1-4)
En ese mismo capítulo, San Pablo RECOMIENDA que oremos unos por otros. Plegarias
y oraciones son actos de mediación. Numerosos pasajes bíblicos confirman esta
enseñanza sobre la intercesión, incluso la intercesión de los santos del cielo.
San Pablo, como buen maestro, puso las cosas en orden. Nos enseña la importancia
de orar unos por otros y enseguida nos enseña que esa oración sólo es eficaz
gracias a que estamos unidos al único mediador: Cristo.
Jesús es el único mediador pero todos debemos mediar EN (unidos a) SU
mediación.
La Virgen Santísima y los santos NO son otro camino de mediación, NO son otra
alternativa. Decimos que su mediación es posible porque están EN CRISTO, porque
son UNO con EL. Esta enseñanza es bíblica y pertenece a la Tradición Apostólica.
Dios se place de que sus hijos, por amor, colaboren en SU obra de salvación.
Esto es precisamente participar en la mediación de Jesús. Esa colaboración
continúa en el cielo. Es así que la Virgen, los santos y los ángeles en el cielo
nos ayudan.
Somos un solo Cuerpo: el de Cristo
Algunos dicen: ¿Si voy directo a Cristo, para que necesito a los santos? Esa
dicotomía es falsa. María y los santos son uno con Jesús por ser miembros de Su
Cuerpo Místico. La unión con los santos no dificulta nuestra unión directa con
Cristo, al contrario, la fomenta. La mediación de los santos EN CRISTO se
entiende solo cuando comprendemos la profunda unidad que hay en SU CUERPO
MÍSTICO.
Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si
dijera el pie: "Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser
parte del cuerpo por eso? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy
del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera
ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿dónde el olfato? Ahora bien,
Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera
un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los miembros,
mas uno el cuerpo." (1 Cor. 12:13-20)
Dios ha creado una comunión de personas y cada cual tiene su lugar en la gran
comunión que es la Iglesia. A Dios le place que nos ayudemos unos a otros, que
seamos hermanos, es más, nos lo ordena.
La enseñanza sobre la unidad del Cuerpo es muy importante para comprender
nuestra vocación cristiana en que cada uno debe servir a los demás pues somos
uno. Dios ha querido hacernos uno en El y llamarnos a participar en su obra
redentora. Dios como Padre se complace en nuestra colaboración.
Para entender pensemos en una familia. ¿Si los hermanos se ayudan unos a otros,
acaso eso ofende la autoridad del padre?. Hay que entender que TODO viene de
Dios, aún la gracia necesaria para orar por otros.
En el Cuerpo Místico todos están unidos a Cristo y con Su poder se ayudan
mutuamente.
San Pablo nos enseña la radical unidad entre Cristo y el cristiano: "y no vivo
yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la
carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por
mí" (Gálatas 2:20)
Cuando San Pablo u otro santo predica, sana, hace milagros, solo puede ser por
la única mediación de Cristo que vive en EL. Somos, pues, embajadores de Cristo,
como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos:
¡reconciliaos con Dios! ( II Corintios 5:20)
Como Cuerpo Místico, participamos en la vida y la obra de Cristo: Es cierto que
Cristo es el único juez, el único pastor, el único rey, el único mediador, pero
los cristianos también son todo eso EN EL:
1- Jesucristo es el único juez supremo y los cristianos serán jueces en el
cielo. (Mat. 19:28; Lucas 22:30; 1 Cor. 6:2-3).
2-Jesús es el único Pastor (Juan 10:16) y establece pastores (Juan 21:15-17; Ef
4:11)
3-Jesús es el único Rey y nosotros Reinaremos con EL: (Apocalipsis 4:4, 10).
Jesús enseña que los suyos son mediadores para que otros crean y sean uno:
"No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su
palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en
ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como
nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y
el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has
amado a mí" (Juan 17:20-23)
Repetimos, no se trata de otra mediación sino la única de Jesús que se
manifiesta en los santos gracias a que son uno con El y forman Su Cuerpo
Místico.
¿Por qué no ir directamente a Jesucristo?
Oramos también directamente a Jesucristo, pero unidos, ayudándonos unos a otros.
La oración más perfecta es la Santa Misa en la que nos unimos directamente al
sacrificio único de Cristo. En Cristo, nos unimos también con los santos.
Cristo todo lo puede por si solo pero ha querido valerse de sus santos para
continuar su enseñanza y su obra. ¿Hay competencia entre la enseñanza de San
Pablo y los otros santos y la enseñanza de Jesús? Claro que no.
«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a
mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» Lucas
10:16
Qué tal si San Pablo hubiese dicho: "Yo no rezo por los hermanos porque ya Jesús
reza por ellos". ¿Hizo mal San Pablo al encomendarse a las oraciones de las
comunidades?. Qué tal si él hubiese dicho: "yo no anuncio el Evangelio, porque
Dios lo puede hacer El mismo".... Sí. Pero Dios quiso que colaborásemos. Esto ha
sido siempre la fe de la Iglesia.
Dice Jesús: "En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también
las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que
pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo"
(Juan 14:12-13)
La comunión de los fieles no se limita a esta tierra. También en el cielo los
santos interceden por nosotros: La comunión de los hermanos no cesa al llegar al
cielo, al contrario, se incrementa porque en el cielo no hay egoísmo sino solo
amor. En el cielo la Iglesia es triunfante en Cristo. Todos los que están en el
cielo son santos, pero algunos son muy conocidos en la tierra porque la Iglesia
los ha señalado por su santidad extraordinaria, mas que nadie a la Virgen
Santísima siendo la Madre de Dios y madre nuestra.
San Pablo, autor de la carta a los Hebreos, nos hace concientes de que estamos
en comunión con los santos: "Vosotros, en cambio, os habéis acercado al Monte
Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,
reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a
Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su
consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión
purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel" ( Hebreos 12:22-24)
"Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de
testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con
fortaleza la prueba que se nos propone" (Hebreos 12:1)
"Vino un ángel con un incensario de oro, y se puso junto al altar. Le entregaron
muchos perfumes, para que aromatizara las oraciones de todos los santos sobre el
altar de oro situado delante del trono. Y por manos del ángel subió a la
presencia de Dios el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los
santos" Ap 8:3-4 (Ver también Ap 5:8)
Los santos piden por los hombres en la tierra, que se haga justicia: (Cf. Ap.
6:9; 18:18-20)
Santiago 5:16 enseña: " Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los
unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene
mucho poder." Si aceptamos que los santos en el cielo son justos, y lo son más
que nosotros, entonces este pasaje también aplica a ellos.
No hay contradicción entre acercarse a Jesús y a sus santos. Somos familia de
Dios EN CRISTO. Las oraciones de los santos que son recibidas sobre el altar son
posibles porque los santos participan de la mediación única de Cristo.
La intercesión de los santos NO remplaza ni compite con la oración directa a
Dios, mas bien le da más fuerza. Igualmente, nuestra relación con Dios se hace
amor y servicio hacia los hermanos. Es cuestión de poner las cosas en su lugar
tal como enseña San Pablo: Jesucristo es el único mediador; todos los santos son
de Cristo y, unidos a EL, colaboran en su mediación para extender su reino.