Número 44070: Edith Theresa Hedwig Stein
Por Anna-Bel Carbonell


«Número 44070: Edith Theresa Hedwig Stein, nacida en Breslau el 12 de Octubre de 1891. Muerta en Auschwitz el 9 de Agosto de 1942». Esta fue la nota exacta que apareció en la lista de los deportados del campo de concentración de Westerbork a las cámaras de gas de Auschwitz. No hubo supervivientes.

Ante la numerosa variedad de biografías, y también de textos escritos por la propia Edith Stein, no vamos más que a dar algunas pequeñas pinceladas alrededor de su vida para que el lector que desee conocerla más profundamente pueda hacerlo. Esta gran filósofa es presentada por muchos autores como la «hermana universal» para cristianos, judíos, agnósticos, ateos, hombres y mujeres. Adentrarse en su persona resulta apasionante puesto que se presenta como una mujer capaz de integrar ciencia y fe, como un ejemplo de conversión en el cual se produce el encuentro de la libertad de Dios con la libertad de la persona.

Edith Stein es una de las mujeres que más ha atraído a aquellos que van en busca de nuevos modelos de espiritualidad, de novedosos puntos de referencia para su vida. Edith Stein, Etty Ilesum, Hannah Arendt –como se dice en http://www.radiojai.com.ar/noticiasDetalle.asp?id_Noticia=4893- conforman un excepcional grupo de pensadoras judías, cuyo sufrimiento da todavía más valor al testimonio de su fe y que fueron mujeres totalmente abiertas y comprometidas al fluir de su tiempo.

Edith fue una mujer que sin renunciar a sus raíces culturales y religiosas escogió por convencimiento y conversión el camino del Evangelio. Su fe, encontrada a través de santa Teresa de Ávila, la ayudó a releer la historia de su pueblo más profundamente; su espiritualidad enraizada en la sabiduría de la cruz, la ayudó a descubrir una nueva solidaridad con sus hermanos y convertir su sacrificio en un grito de paz. Una solidaridad y entrega que suena así de impresionante en sus propias palabras: «... no se puede imaginar qué significa para mi ser hija del pueblo escogido: es pertenecer a Cristo no sólo por el espíritu, sino también por la sangre».

Desde una posición agnóstica, halló en los pioneros del movimiento fenomenológico –grandes maestros como Husserl, Scheler- una fuente de luz para superar mil barreras intelectuales y disponer el espíritu para una serie de hallazgos espirituales que le llevaron a la gran revelación: si abrimos el espíritu a todo lo grande que nos rodea, llegamos a descubrir que la vida de Dios es una energía que nos plenifica.

Esta carmelita de origen judío, que adoptó el nombre de «Teresa Benedicta de la Cruz» al entrar en la orden del Carmelo de Colonia en 1933, nació en Breslau en 1891, en una región de Alemania que pasó a formar parte de Polonia después de la Segunda Guerra Mundial. Nacida en el seno de una familia de origen judío, fue la menor de once hermanos y destacó a muy temprana edad por su inteligencia superdotada y su amplia cultura. No tenía ninguna fe religiosa y este hecho la pone, precisamente en uno de los puntos de mira más atractivos para los creyentes y los no creyentes en constante búsqueda.

Al caer ocasionalmente en sus manos una Autobiografía de Teresa de Jesús no pudo cesar la lectura hasta terminarlo en una sola noche. Al cerrar el libro exclamó «¡esta es la Verdad!», esa verdad que ella tanto anhelaba y que la llevó muy pronto a iniciar su camino como cristiana tras la administración del misterio del sacramento del Bautismo. Estudiosa meticulosa, gran escritora y conferenciante, habla frecuentemente del papel y significado de la mujer en la vida contemporánea, creando foros de discusión con temas como: «Diferentes vocaciones de las mujeres de acuerdo con Dios y la naturaleza», «La Espiritualidad de la mujer cristiana», «La Iglesia, la mujer y la juventud», entre otros textos entre los cuales destaca el valor que ella da a la madurez de la vida cristiana en la mujer como una respuesta para el mundo.

Otros escritos suyos en los cuales se descubre abiertamente su vida siempre auténtica, en constante búsqueda de la libertad espiritual y de la verdad son: «Ser infinito y eterno», «La ciencia de la Cruz», «Caminos para el conocimiento de Dios».

Según uno de los más serios estudiosos de la vida de Stein, R. Guilead, «hay un problema en el que se concentra todo su interés filosófico: el de la persona humana» (http://www.gesuiti.it/moscati/Espanol/
Esp_Edith_Far1.html). Su mensaje filosófico y como mujer de certera fe nos llama a vivir con intensidad la sinceridad y la honradez, dispuestos a oír la voz de Dios y a serle fiel (http://www.carmelnet.org/chas/santos/teresa2.htm).

Canonizada por Juan Pablo II en 1998, la Web de El Vaticano ofrece el texto de la homilía de la canonización a la cual acudieron multitud de fieles.

Otras páginas de interés en las cuales encontrar cartas, documentos, su biografía, etc., son:

http://www.corazones.org/santos/edith_stein.htm

http://www.encuentra.com/includes/documento.php?
ldDoc=30&ldsec=32

http://www.arvo.net/includes/seccion.php?ldsec=600 en donde encontramos fragmentos de su principal libro «La ciencia de la Cruz».

http://humanitas.cl/biblioteca/articulos/d0l80

http://www.aciprensa.com/testigosdefe/edith/edith1.htm