MATRIMONIO INDISOLUBLE


La indisolubilidad del matrimonio sacramental se funda en 
definitiva en su relación a la comunidad entre Cristo y la Iglesia. Del 
mismo modo que Cristo no se separará ya de su cuerpo, la Iglesia, 
los cónyuges, en cuya unión se representa la comunidad entre 
Cristo y la Iglesia, no se separarán ya. "Cuando... dos hombres 
bautizados se administran el sacramento del matrimonio, introducen 
una realidad nueva en las formas del vínculo de su vida y de su 
amor, aparentemente iguales que antes: esa realidad nueva es el 
vínculo de Cristo y de la Iglesia y en ese vínculo de amor están ellos 
ligados ahora. Lo que les mantiene juntos no es su comprensión 
psicológica o su amor natural; lo que les une es el amor de Cristo y 
de la Iglesia. Lo que el marido que vive en matrimonio sacramental 
da a su mujer no es distinto, en apariencia, de lo que ocurre en el 
matrimonio no sacramental, y, sin embargo, da mucho más: regala a 
su esposa, bajo el signo natural de su amor, el amor y vida de 
Cristo a quien él representa en esa comunidad de vida, y viceversa, 
lo que la mujer que vive en matrimonio sacramental da a su marido 
en su entrega y fidelidad no es sólo lo que brota de su ser natural, 
sino que es la entrega y fidelidad que ofrece a su esposo Cristo la 
Iglesia, representada por la esposa cristiana en el vínculo con su 
marido. Es, pues, claro que la razón de trastorno y desorden interior 
aducida para separar un matrimonio civil no puede aplicarse al 
matrimonio sacramental, porque su contenido -unidad de vida y 
amor entre Cristo y la Iglesia- no puede ser trastornado. Y esta 
unión y vínculo existen, 
según las leyes del orden sacramental, mientras existan los signos 
a que está ligado, es decir, mientras existan los dos hombres que 
soportan el vínculo. Del mismo modo que la realidad del cuerpo de 
Cristo deja de existir en la Eucaristía cuando el pan pierde su forma 
y se corrompe, el vínculo de vida entre Cristo y la Iglesia deja de 
existir cuando el vínculo entre esos dos hombres se disuelve por la 
muerte de uno de ellos. Ese es el único término y fin del matrimonio 
sacramental perfecto" (J. Pinsk, Die sakramentale Welt, 129-130). 
La indisolubilidad perfecta atañe en sentido estricto sólo al 
matrimonio consumado, que es el único matrimonio perfecto. El 
matrimonio rato y no consumado puede ser disuelto en 
determinadas circunstancias. 

SCHMAUS
TEOLOGIA DOGMATICA VI
LOS SACRAMENTOS
RIALP. MADRID 1961.Pág. 756