CATEQUESIS DE LA MISA (I)

LOS RITOS INICIALES
- Antes de nada, es importante la PUNTUALIDAD. 
- Para comenzar bien una cosa hay que ser puntuales. 
- A lo importante se llega a tiempo. 
- Es mala costumbre perderse el principio. 
- Llegar tarde puede significar despreocupación. Es falta de respeto a los demás, a quienes, se les molesta y se les distrae. 
- Si por un imprevisto se llega tarde, hay que ser' muy discretos, no meter ruido, no taconear, no i ir al primer banco. 

- LOS RITOS INICIALES. 
- Tienen la finalidad de introducir la celebración, de romper con la pasividad, de crear el clima festivo propio. 
- Ayudan a identificarse como creyentes y a sentirse asamblea 
eclesial. Nos capacitan a todos como celebrantes de los santos 
misterios, superando nuestro individualismo. 
· El sacerdote besa y venera el altar, mientras el canto de entrada canto festivo. 
· Es importan te saludarse. En la liturgia hay dos saludos: el primero con el signo de la cruz, que es el gran saludo cristiano; el segundo con palabras de fe, no con un secular "Buenos dios". Estamos reunidos en el nombre del Señor. 

· Sigue la purificación penitencial. Es una actitud necesaria para celebrar los santos misterios. Todos nos reconocemos pecadores. 

· En los domingos y en las fiestas alabamos al Señor. El himno del Gloria es muy bello. Recitación pausada y aclamativa. Es alabanza, adoración, acción de gracias, glorificación a la Trinidad. 

· Oremos Primera invitación a la oración, a unirnos a la primera oración presidencial, que es la colecta, pronunciada por el celebrante como presidente de la comunidad.


CATEQUESIS DE LA MISA (II)

GESTOS Y POSTURAS CORPORALES EN LA MISA

- "La postura uniforme, que debe ser seguida por todos, es un signo de comunidad y unidad de la asamblea. Facilita y fomenta la mejor participación de todos". Es lo que dice el Misal. - Las posturas no son del gusto personal, cuando se trata de una acción comunitaria. Seria caótico que cada uno estuviese como quisiese. Todo acto social y público tiene sus reglas y comportamientos. Otra cosa en la oración individual. - Es importante no destacarse ni significarse en la asamblea. Puede incluso ser un acto de soberbia ante los demás, por ejemplo, queriendo manifestar más fe o devoción que los otros. - En la Misa hay tres actitudes: de pie, sentados y de rodillas. - DE PIE. Significa acción, expectación, respeto, disponibilidad, oración pascual, vigilancia. Es la postura en la que quizá se está más tiempo en la Misa.

¿Cuando hay que estar de pie? 
· Desde el principio hasta la oración colecta. 
· Durante el canto del Aleluya y el Evangelio. 
· En la recitación del Credo y en la oración de los fieles. 
· Desde que empieza la oración sobre las ofrendas hasta la consagración. 
· Después de la consagración hasta la comunión. 
· Para recibir la comunión. 
· Desde la poscomunión hasta el final.

- SENTADOS. Significa enseñar, escuchar, meditar, orar. Es signo de reposo, de familiaridad.

¿Cuándo hay que estar sentados? 
· Durante las lecturas anteriores a Evangelio. 
· En la homilía. 
· Mientras la preparación y presentación de los dones. 
· A lo largo del sagrado silencio después de la comunión.

DE RODILLAS. Significa rebajamiento, penitencia, adoración, oración individual, humildad. Si una persona tiene dificultad en arrodillarse puede quedarse santada.

¿Cuándo hay que estar arrodillados en Misa? 
· "Hay que estar de rodillas, a no ser que lo impida la estrechez del lugar o la aglomeración de la concurrencia, o cualquier otra causa razonable, durante la consagración". Es el único momento en que hay que arrodillarse en Misa. 
· No se debe hacer ninguna genuflexión antes de comulgar.


CATEQUESIS DE LA MISA (III)

ALGUNAS RESPUESTAS Y ACLAMACIONES DE LA ASAMBLEA

No son mero formulismo ritual, sino diálogo o ratificación oracional.

1. Y CON TU ESPÍRITU (Respuesta al saludo)

Tiene un rico significado. Los hebreos consideraban al "espíritu" como la parte más noble  que orienta al hombre hacia Dios. Por eso el Espíritu Santo santifica nuestro espíritu y lo  hace divino. La asamblea responde al "vosotros" del sacerdote deseando que el Señor esté  con el que preside, que lo inspire, que lo santifique, para que pueda cumplir bien su  ministerio.

2. SEÑOR, TEN PIEDAD (KYRIE, ELEISON)

Es la traducción de una expresión griega. Súplica tradicional de los cristianos, que  siempre ha estado presente en la liturgia, durante prácticamente dos mil años. Exclamación  espontánea en la presencia de Dios. Frase frecuente en la Biblia, en los salmos y en el  evangelio. Grito de angustia y de confianza en la misericordia de Dios. Está dirigido a  Cristo.

3. AMEN

Es una palabra hebrea, que no se puede traducir por "así sea". Es respuesta en  presente, ratificación de lo que es verdadero y fiel; de esperanza, de acción de gracias, de  confianza, de empeño. Debe ser cantado o pronunciado con fuerza, no lánguidamente.

- Al final de las oraciones, es adhesión.

- Después del Gloria y del Credo, es acto de fe.

- Al final de la Plegaria Eucarística, es aclamación gozosa a Cristo.

- En la mostración del cuerpo de Cristo, antes de comulgar, es reconocimiento de su  presencia real.

- En la bendición final, es certeza en que Dios bendice.

4. ALELUYA

Es otra palabra hebrea, conservada en la liturgia, y no traducida para no empobrecer su  significado. Es eufónica y llena de musicalidad. Está compuesta de dos elementos:  "hallelu"=alabanza y "yah"=Dios. Es aclamación de júbilo. Se encuentra en los salmos. Es  como decir: "maravilloso, magnífico" referido a Dios. Es exclamación de gloria y alabanza.  Es grito de victoria y de triunfo. Es canto de todo el pueblo, canto de alegría. Es respuesta  pascual a la presencia de Cristo resucitado.


CATEQUESIS DE LA MISA (IV)

CELEBRAR LA PALABRA

•Cuando la comunidad de cristianos se reúne para celebrar un Sacramento, empieza siempre proclamando la Sagrada Escritura. La Palabra de Dios ilumina el sacramento que se va a realizar. Ambos momentos -Palabra y Sacramento- forman UNA SOLA 
CELEBRACIÓN.

•Ocurre igual en la Eucaristía. Es un encuentro progresivo con Cristo. Lo acogemos como Palabra viva del Padre y, luego, como Pan de salvación.

- La Liturgia de la Palabra tiene tres momentos:

- Ante todo, Dios habla a su pueblo.

- Esta Palabra suscita un eco, una primera respuesta de meditación y acogida, que se puede expresar en un canto.

- Por último la asamblea, que ha acogido y meditado la Palabra, eleva al Señor su oración, presentándole las intenciones de la Iglesia y de toda la humanidad.

•En la celebración litúrgica, no nos limitamos a LEER un fragmento bíblico, sino que CELEBRAMOS la Palabra de Dios; es decir, celebramos el acontecimiento de que Dios mismo nos está dirigiendo, hoy y ahora, su Palabra salvadora a nosotros.

•Es posible que tengamos la impresión de oír siempre cosas conocidas. Pero, precisamente porque ya hemos conocido y aceptado el mensaje del Señor es por lo que nos reunimos a CELEBRARLO. Uno no acude a una fiesta sin saber QUE SE CELEBRA. No es una sorpresa lo que se espera, sino la alegría compartida de un acontecimiento conocido.

•Más aún. En la proclamación de la Palabra DIOS NOS HABLA HOY A NOSOTROS. No es sólo doctrina revelada hace dos mil años. Si fuera eso, una vez conocida, no habría motivo para leerla una y otra vez. Es una acción ACTUAL de Dios. "En la liturgia, DIOS HABLA A SU PUEBLO, CRISTO SIGUE ANUNCIANDO EL EVANGELIO (SC 33).

•Quien escucha y recibe con atención y docilidad esta Palabra proclamada de Dios puede aplicarse la alabanza del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses:: "Al oír la Palabra de Dios, la acogisteis, NO COMO PALABRA DE HOMBRE sino COMO PALABRA DE DIOS, lo que es en verdad, y que OBRA EFICAZMENTE en vosotros, los creyentes" (1 Tes 2,13).

•La HOMILÍA tiene como misión fundamental resaltar justamente la actualidad del mensaje del Señor. "Esto nos ha dicho el Señor" sería su resumen.


CATEQUESIS DE LA MISA (V) 

LA PLEGARIA EUCARÍSTICA

•Es la parte central de la Misa. La más importante. Es la plegaria fundamental de la Iglesia, en la que ha puesto toda su sabiduría y piedad. Es la oración por excelencia, oración de acción de gracias a imitación de Jesús, que dio gracias al Padre antes de repartir los dones eucarísticos del pan y del vino. En griego es denominada "anáfora" (llevar en alto, elevar)

•Tiene las siguientes partes: prefacio, epíclesis, consagración, memorial, invocación, doxología.

•PREFACIO Es el comienzo, la apertura, que se inicia con un diálogo.

- Los prefacios son unos textos litúrgicos, que se pueden considerar como verdaderas joyas del pensamiento cristiano. Son como una especie de pequeñas y breves homilías, que nos recuerdan el misterio que celebramos y el aspecto por el que damos gracias a Dios. PREFACIOS/QUE-SON

- Los prefacios terminan uniéndonos al canto de alabanza de los ángeles, a la liturgia celeste, provocando el canto del "Santo". Es uno de los cantos principales de la Misa que, en la medida de lo posible, se debería cantar.

•EPICLESIS. Significa invocación al Espíritu Santo, para que el pan sea Cuerpo y el vino Sangre de Cristo. Se pide la santificación (transformación) de los dones.

- Es un momento importante, que debemos valorar más. Coincide con un cambio de postura y puede pasar desapercibido.

•CONSAGRACIÓN. Relato de la institución. Las palabras y los gestos del Señor.

- En la consagración están concentrados todos los elementos y partes de la misa: tomó pan (presentación de dones) dando gracias (prefacio), lo partió (fracción del pan) y lo dio (comunión) diciendo (consagración),

- Mostración solemne de las especies consagradas, seguida de la aclamación de la asamblea.

•MEMORIAL. Seguidamente tiene lugar el verdadero y único ofertorio de la Misa. Al Padre solamente le podemos ofrecer el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, haciendo conmemoración de su sacrificio pascual: su muerte y resurrección.

•SUPLICA E INTERCESIONES.

- Se pide al Padre que dé la plenitud del Espíritu Santo a sus fieles reunidos. Se ora por la Iglesia peregrinante, por los difuntos por los presentes, por el mundo entero, para tener parte de la gloria del Cielo con la Virgen y los santos.

•DOXOLOGÍA. Tiene lugar mientras se hace la única elevación de la Misa, levantando conjuntamente el pan y el vino consagrados.

- Es como el "gloria al Padre" final de la Plegaria Eucarística.. Se cierra con el "amén" más solemne e importante.


CATEQUESIS DE LA MISA (VI)

LOS RITOS DE COMUNIÓN (I)

•PADRE NUESTRO. 

Comienzan con la recitación (o canto) de la oración del Señor.  Oración breve, esencial, ordenada; la más típicamente cristiana.

•RITO DE LA PAZ

- La paz no es mera ausencia de conflictos o de guerra. La paz es  un don de Dios. Es amistad con Dios, es reconocimiento del hermano.  Nos damos la paz porque somos miembros de la única Iglesia.

- El rito de la paz no es mero saludo a los que están cercanos. Es  un gesto preparatorio a la comunión. Debe realizarse en el clima  espiritual propio y digno de este momento, evitando distracciones. Se  cambia un signo de paz solamente con los que están al lado, a la  derecha y a la izquierda.


Sugerencias litúrgicas

CATEQUESIS DE LA MISA (VIII)

LOS RITOS DE LA COMUNIÓN (III)

COMUNIÓN:

•Durante la comunión y mostración de la hostia estamos de pie, no hay que arrodillarse.

•A la mostración del pan consagrado, los fieles responden con un humilde reconocimiento e invocación, que repite adaptada la frase del centurión en el evangelio: "Señor, yo no soy digno...".

•Para recibir correctamente la comunión debemos tener en cuenta lo siguiente: Se hace de pie. (No se debe hacer genuflexión antes). Se puede comulgar en la mano o en la boca. Si se hace en la mano, se debe colocar la mano derecha debajo de la izquierda, y cuando se ha depositado la forma, comulgar con la derecha. Si se hace inclinación (no está prescrita en el Misal), debe hacerse antes de acercarse al sacerdote, no mientras la mostración de la hostia.

•Lo más importante es mirar la hostia consagrada y responder a la mostración del sacerdote, que dice "El Cuerpo de Cristo", con un AMEN, respuesta de fe, no con una mueca en los labios o sin decir nada.


SUGERENCIAS LITÚRGICAS

LOS CANTOS DE LA MISA (IV)

Lecturas y aclamaciones

* "Las lecturas, ya largas ya breves, de por sí, no están destinadas a ser 
cantadas " (OGLH 283). "Pueden, según la índole de las diversas lenguas, 
ser cantadas, pero de modo que el canto no oscurezca el texto, sino que le 
dé realce " (OLM 14).

* Hay perícopas que, por su índole lírica, ganan si se proclaman con la 
música apropiada. 

* Aunque la lectura no se cante, siempre pueden cantarse las 
aclamaciones finales "Palabra de Dios" o "Palabra del Señor" y el saludo del 
Evangelio. Si el lector no es capaz de hacerlo bien, la aclamación final 
puede ser cantada por un cantor distinto.


LOS CANTOS DE LA MISA (IX)

EL PREFACIO DE LA PLEGARIA EUCARÍSTICA

*El canto puede y debe contribuir a que la plegaria eucarística sea  percibida como el centro y cumbre de la celebración. Este canto  puede comenzar con el prefacio, o al menos con el diálogo que le  precede, de forma especial en las solemnidades.

EL SANTO

*El prefacio culmina en la aclamación jubilosa y solemne del "tres  veces santo". Es el canto de toda la Iglesia, la de aquí y la triunfante  ("unidos a los ángeles y a los santos"). Esta aclamación, que  constituye una parte de la plegaria eucarística, es canto que  corresponde al sacerdote juntamente con toda la asamblea. Es, pues,  el canto más importante de toda la misa, y también el más antiguo  junto al Salmo responsorial.

* Siendo un canto que nunca debe faltar en la celebración festiva,  conviene que el pueblo aprenda varias melodías distintas, para poder  variar, sobre todo siguiendo el ritmo de los distintos tiempos litúrgicos,  y que no se haga pesado. En el CLN hay varias melodías que podrían  ser aprendidas por todos, para poder ser cantadas en encuentros de  distintas parroquias o diócesis.


CATEQUESIS DE LA MISA (VII)
LOS RITOS DE COMUNIÓN (II)

LA FRACCIÓN DEL PAN

•Este gesto importante puede pasar desapercibido. Es gesto característico de la Eucaristía. Fue el gesto de Jesús en la cena del Jueves Santo. Se trata de partir las hostias grandes y de depositar una partícula pequeña en el cáliz. Al multiplicarse la comunión de los fieles, por sentido práctico, se colocan ya en la patena desde el principio hostias pequeñas, es decir, partículas pequeñas.

•¿Nos hemos dado cuenta de que el sacerdote deposita en el cáliz un trozo pequeño del pan consagrado, lo cual significa la unidad del sacrificio eucarístico?

•Una triple invocación "Cordero de Dios" acompaña este rito. El cordero formaba parte de la cena pascual, era la víctima ritual principal de los sacrificios del Templo. Nosotros comemos el definitivo cordero que Dios nos da, su Hijo Jesús.


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (II)

EL BESO DEL ALTAR Y DEL LIBRO DE LOS EVANGELIOS 

Uno de los gestos más aceptados y que, por tanto, se está utilizando con naturalidad en la sociedad actual, es el beso. 
También en la liturgia se besan las personas y los objetos sagrados. 
A aquéllas, como gesto de lo que quieren comunicar eficazmente. 
Respecto al beso de los objetos, sólo es el altar y el libro de los Evangelios los que más reciben este aprecio, como símbolo de veneración, según explica la IGMR 232. 
El beso al altar es antiquísimo y se remonta al s. IV. Con este gesto se quiere expresar el aprecio que se tiene a la "mesa del Señor", sobre la que se va a realizar la Eucaristía. 
Se besa el altar dos veces: al comienzo de la celebración, y al finalizarla. 

El beso del Evangelio lo besa al final quien lo proclama, como un gesto más, insertado en una serie de acciones simbólicas en torno al mismo. Besar el Evangelio es un gesto de fe en la presencia de Cristo, que se nos comunica como Palabra verdadera y que se prolonga, por la asamblea, con la aclamación a la misma Palabra proclamada.


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (II)

LOS OJOS: LA MIRADA 

No se puede negar que la vista juega un papel importante, tanto en la vida privada o  social, como en toda celebración litúrgica. Los ojos son las ventanas de la persona. Con la  mirada nos comunicamos antes que con la voz. 

La última reforma del Vaticano II ha potenciado la mirada en la celebración, sobre todo el  altar cara al Pueblo, la disposición del ambón y la sede. El poder ver lo que sucede en el  altar no hace perder el sentido del Misterio. Pero, ¡cuidado!, que la liturgia no es un  espectáculo en el que uno se contenta con ver lo que otros hacen. 

El que preside debe ver y ser visto, pues es signo de Cristo. Con su modo de actuar  favorece el que la asamblea "vea" bien y pueda "mirar" la acción. Muestra con gesto claro lo  que es el centro de atención, sobre todo el pan y el vino en el ofertorio y más aún en el  relato de la Consagración. Hace con expresividad los gestos de la invocación del Espíritu  Santo sobre los dones, la fracción del pan, la elevación de los brazos en la oración.


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (III) 

LA PROCESIÓN 

También el movimiento, ir en procesión, desplazarse de un lugar a otro, tiene UN papel en la celebración cristiana. La procesión precisamente cuando la vida es sedentaria, tiene el fin de recordar a los hombres que son peregrinos, que su estancia aquí abajo no es estable.

En la Eucaristía hay momentos en que todos, o parte, realizan el gesto de caminar con sentido simbólico. Son cuatro los más significativos.

1. La entrada del celebrante y ministros. El gesto quiere subrayar que el presidente es signo visible de Cristo, verdadero sacerdote, al que toda la asamblea se unirá y que se le recibe con honor.

2. La procesión antes del Evangelio. Es un gesto que quiere expresar nuestra conciencia de que en esta lectura Cristo mismo va a ser nuestro Maestro; de que nos va a dirigir su palabra salvadora.

3. La procesión de los dones, puede resaltar, al menos en los días más importantes, nuestra aportación al sacrificio eucarístico: el pan y el vino, las flores, etc., y todo como símbolo de la ofrenda de nuestra propia vida. También la colecta económica.

4. La procesión a la comunión, a la vez que se acentúa la convicción y la gratitud ante este regalo, se pone de manifiesto que el movimiento tiene una dimensión de fraternidad, avanzando juntos al encuentro del Señor.

Hoja Litúrgica de la Diócesis de Madrid


 

 

Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (V)

EL BESO DE LA PAZ PAZ/BESO
Hay un momento en la celebración eucarística, en que el gesto del 
beso a las personas, se conserva como uno de los signos más 
antiguos del cristianismo. Me refiero al gesto de la paz, aunque 
también se puede hacer con un apretón de manos o inclinando la 
cabeza.
El "ósculo-de-la-paz", como se conocía en los primeros siglos, es 
un signo de amistad, un deseo de unidad, una oración, un acto de fe 
en la presencia de Cristo y en la comunión que él construye, un 
compromiso de fraternidad antes de acercarse a la Mesa del Señor. Su 
significado sería de reconciliación, recordando la recomendación de 
Jesús: "Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar... 
" (Mt5,23-24).
Después se cambió de lugar para relacionarlo con la comunión, tal 
vez como comentario simbólico a la invocación del Padrenuestro: 
"perdona nuestras ofensas...". Situado en este momento es un gesto 
tremendamente expresivo: el afecto y el deseo de unidad se apoyan 
precisamente en que todos vamos a acudir a la única mesa, invitados 
por el Señor.

 

 

 

Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (VIII)

LAS MANOS (III)

Unas manos de presidente de celebración, que tocan de cerca al mismo Dios, deben estar limpias y purificadas de toda mancha. Lavarse las manos aun no siendo uno de los ritos más importantes de la Misa, el mismo Misal Romano nuevo, quE ha reformado y simplificado tantas cosas, decide mantenerlo, desde que se introdujo en la Eucaristía, en el s. IV, sobre todo en Oriente.

Ya comentaba San Cirilo que las manos son como el resumen de nuestra persona. Manos manchadas o limpias son todo un símbolo de una conciencia manchada o limpia. Lavárselas será expresión de un deseo de purificación.

Tan importante fue este gesto que, en los ss. IV y V, en las grandes basílicas cristianas, había cisternas para que los fieles (no sólo el sacerdote), antes de entrar en la oración o en la Eucaristía, se lavaran las manos como un rito simbólico.

Para que el gesto de lavarse las manos sea eficaz y expresivo, hay que hacerlo bien: el Misal habla no de mojarse los dedos, sino de lavarse las manos, para simbolizar la pureza y la conversión del corazón.

Hoja Litúrgica de la Diócesis de Madrid


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (IX) 

EL SILENCIO (I)

SILENCIO/LITURGIA: Decía Guardini: "Si alguien me preguntase dónde comienza la vida litúrgica, yo le respondería: con el aprendizaje del silencio. Sin él todo carece de seriedad y es vano..., es condición primera de toda acción sagrada".

"Para provocar la participación activa, se fomentarán las aclamaciones del pueblo, las respuestas, la salmodia...... Guárdese, además, usa debida tiempo, el silencio sagrado" (SC30)). El silencio será un gesto simbólico de nuestra fe interior y de nuestra verdadera participación en las celebraciones.

La vida ajetreada que tiene la sociedad actual necesita de espacios de silencio, también en la celebración litúrgica para que favorezca el clima de encuentro con el Misterio. No es el silencio del que no quiere cantar o rezar. Al que sabe callar y hacer silencio, todo le habla, todo le resulta elocuente.


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (X)

EL SILENCIO (II)

MISA/SILENCIOS: El motivo más general del silencio litúrgico, como apunta la SC 30, es "para promover la participación activa". Como en otros campos de nuestra vida, también en nuestras celebraciones el silencio puede ser una de las formas más expresivas de participación.

Así, hay un silencio que mueve al recogimiento y la concentración, para hacer conscientes de estar en la presencia de Dios: como el del comienzo de la celebración en el acto penitencial de la misa o después de la recomendación "oremos", hacemos una breve pausa para formular interiormente las intenciones que después, el celebrante, "recoge"; en la oración universal (o de los fieles), en que después de formular la intención, puede sustituirse la respuesta por el silencio.

El silencio de apropiación es el que invita a la escucha e interiorización en las plegarias presidenciales, unidos al celebrante. El ejemplo más claro de este silencio lo tenemos en la Plegaria Eucarística, en la que el sacerdote interpreta la voluntad de Dios, que se dirige al pueblo y éste eleva los ánimos a Dios.


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XI) 

EL SILENCIO (III) MISA/SILENCIOS SILENCIO/LITURGIA
Hay silencios que nos invitan a la meditación y a la reflexión en lo 
que se acaba de escuchar; para lograr la plena resonancia de la voz 
del Espíritu Santo y la voz pública de la Iglesia: después de las 
lecturas y la homilía, o después de los salmos. 
Finalmente, hay silencio que sólo pretende el relax y la esperanza: 
el que se da en la presentación de las ofrendas, espacio de sosiego, 
de calma que disponga los ánimos entre los momentos tensos de la 
Liturgia de la Palabra y e] centro de la celebración, la Liturgia 
eucarística . 
Cuando se habla del silencio, no es para volver a la "Misa en 
silencio", se trata de que se escuche todo perfectamente, de modo 
que invite a un clima de paz y serenidad, huyendo de la precipitación y 
de la lentitud aburrida. 
El que preside, debe ser el que dé ejemplo, que cree esa actitud de 
escucha y de silencio. Que él mismo dé la impresión de estar también 
penetrado de silencio, de orar él mismo y de introducir a los 
participantes en la oración. 



Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XII)

FRACCIÓN DEL PAN MISA/FRACCION GESTOS/FRACCION

La fracción del pan es un gesto al que el Misal Romano da mucha importancia y no falta en ninguna de las liturgias.

Este gesto tiene su origen en la cena judía. Un gesto que el mismo Jesús repitió en la última Cena, y que todos los relatos lo narran. Al gesto de la fracción del pan acompaña, ya desde el s. VII, el canto del "Cordero de Dios" que, en la línea de la Pasión de Cristo, puede dar a este momento un tono "sacrificial" interesante.

Se podrá objetar que, al ser un gesto tan breve, no se le puede sacar todo su sentido. cierto, si sólo hay una forma grande y el sacerdote la parte para comérsela sólo él, y a los fieles se les dan las formas pequeñas. Pero, si atendemos a lo que el mismo Misal dice sobre el canto del "Cordero de Dios", que no se canta sólo tres veces, sino "cuantas veces sea necesario para acompañar la fracción del pan" (IGMR 56e), se descubrirá que no es así, pues podrá alargarse hasta que se hayan fraccionado las formas grandes, o una de mayor tamaño, como ya se emplean actualmente. Al menos, si se hace con una sola, se tendrían que hacer varios trozos y que el celebrante consumiera uno, dejando el resto para repartir a los fieles.


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XIV) GESTOS/COMER-BEBER COMER Y BEBER (I)

El gesto más importante de una comunidad cristiana que celebra es el de comer y beber. Cristo lo ha elegido como el mejor símbolo de la salvación que quiere comunicarnos. Lo primero que significa este gesto es ser alimento. Lo necesitamos para saciar el hambre y apagar la sed, para no morir.

Comer el pan y beber el vino manifiestan connotaciones de unidad y amistad; son expresión de solidaridad y comunicación interpersonal. Por eso, Cristo, antes incluso de hablar de la Eucaristía, utiliza en las páginas del Evangelio el lenguaje de estas comidas: (Jn 12,1ss.); (Mc 14,3-9); (Lc 11,37-41); (Lc 19,1-10). Otras veces, los mismos evangelistas nos narran escenas que preparan psicológicamente para entender la Eucaristía: (Mt 14,13-23; Mc 6,30-46; Lc 9,10-17, Jn 6,1-15). Las mismas comidas con Cristo después de la Pascua: (Lc 24,13-35); (Lc 24,35-43); (Jn 21,1-14).

El pan tiene variedad de significados: es alimento base, y es imagen de la alegría y la prosperidad. Es también símbolo de la unidad de la Iglesia al ser el resultado de la unión de muchos granos. Pero es sobre todo signo de Cristo, cuando Él mismo dijo: "Yo soy el Pan de Vida " (Jn 6).

El vino es la bebida por excelencia que manifiesta alegría y vida. Es signo de felicidad, de prosperidad, de fecundidad. El vino habla de amistad y comunión. También es signo de dolor y tragedia: (Mt 20,22); (Lc 22,42). Es igualmente anuncio de los tiempos mesiánicos: (Is 25,6).


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XV) GESTOS/COMER-BEBER

COMER Y BEBER (II)

Realizar el rito de comer y beber como es debido nos invitará a utilizarlos expresivamente y mostrará cómo entendemos el Misterio de la autodonación de Cristo.

En los primeros siglos se mantuvo con naturalidad recibir el pan en la mano. El testimonio de San Cirilo de Jerusalén, s. IV, es claro, cuando dice textualmente: "Cuando te acerques a recibir el Cuerpo del Señor, no te acerques con las palmas de las manos extendidas ni con los dedos separados, sino haciendo de tu mano izquierda como un trono para tu derecha, donde se sentará el Rey. Con la cavidad de la mano recibe el Cuerpo de Cristo y responde Amen...".

Las dos formas de comulgar tienen sentido y las dos expresan el respeto y comprensión hacia el Misterio.

Conviene, no obstante, subrayar que no es lo mismo "coger" la comunión en la mano, que "recibirla" en la mano, que expresa mejor la mediación de la Iglesia. En siglos pasados incluso los mismos concelebrantes la recibían del celebrante principal. Por lo mismo debe rechazarse, con una adecuada catequesis, la costumbre de coger el pan "al vuelo" con los dedos o sumirlo despreocupadamente mientras se vuelve hacia el propio lugar, pues dificulta vivir personalmente, con relieve, el hecho de participar de la mesa del Señor.


Sugerencias litúrgicas

ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XVI)

COMER Y BEBER (III)

GESTOS/COMER-BEBER

Mayor realce tendrá el gesto de comer y beber si los fieles cristianos, y no sólo el presidente, comulgasen bajo los dos signos que Cristo pensó: comiendo el pan y bebiendo el vino.

El Concilio tuvo el valor de restablecer la participación en el vino eucarístico. Luego lo dejaría a merced de lo que determinaran las Conferencias Episcopales. La Española estableció en 1971 que "como criterio general para dar la comunión bajo las dos especies, se debe tener en cuenta que esta manera de participar en la Eucaristía es recomendable y se debe promover", siempre que se haga, dicen, una oportuna catequesis y una realización pastoral digna.

En algunos lugares, en aras de la eficacia, se ha adaptado la práctica de la comunión por intinción, cuando se comulga bajo las dos especies. Ningún perito litúrgico de algún renombre ha sugerido jamás que la intinción sea una buena forma de comulgar bajo las dos especies. Porque Jesús no dijo "tomad, mojad, comed", sino "Tomad y comed; tomad y bebed ".

No debe ser indiferente hacer o no hacer bien el gesto central de la Eucaristía. No es lo mismo usar hostias pequeñas o grandes. No es lo mismo usar pan consagrado en la misma Misa o no. No es lo mismo comulgar con solo pan o también con vino.

En cuanto a la comunión bajo las dos especies se deben aprovechar las ocasiones más significativas para ir acostumbrado a la asamblea: Jueves Santo, Pascua, primeras comuniones, confirmaciones y los grupos más pequeños, con mayor motivo.


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XVII) OTROS GESTOS DE MENOR TRASCENDENCIA(I)

A) Uno de los más clásicos es el de darse golpes de pecho. Jesús nos lo recuerda en la parábola del fariseo y el (Lc 18,8-14). En la celebración eucarística, lo usamos cuándo se utiliza la fórmula "Yo confieso..." y golpeamos el pecho con la mano. En la Plegaria, Canon Romano, a las palabras: "A nosotros pecadores", que es } propia del celebrante y concelebrantes. Golpearse el pecho es reconocer la propia culpa y manifestar que se quiere cambiar, convertirse.

B) Otro gesto que indica humildad, respeto y reconocimiento hacia otro, o en el momento en que pronunciamos una oración con humildad a Dios, es la inclinación de cabeza. En la celebración la usamos ante una imagen, ante el obispo o al nombrar la Santísima Trinidad, en el Gloria al Padre. La inclinación más profunda es la que el sacerdote hace al altar, al principio y fin de la celebración; antes de la proclamación del Evangelio, mientras dice en secreto la oración preparatoria; también en la oración que recita en secreto, antes del lavabo; los concelebrantes, después de la elevación del Pan y el Vino.


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XVIII) OTROS GESTOS DE MENOR TRASCENDENCIA(II)

GESTOS/GENUFLEXION GESTOS/POSTRACION GENUFLEXION/GESTOS POSTRACION/GESTOS

C) Para subrayar esa misma actitud de respeto, humildad y adoración, se utiliza el gesto de la genuflexión. A partir del s. XII y XIII es el gesto más popular de nuestra adoración, sobre todo a la Eucaristía. Con él se trata de expresar la fe y el reconocimiento de su presencia real; de adoración y reconocimiento de la grandeza de Cristo.

Tres genuflexiones hace el sacerdote en la celebración de la Eucaristía: a) después de la Consagración del pan, b) después de la del vino y c) antes de comulgar. (Si hay sagrario la hace trambién antes de empezar y al final).

Se ha conservado también este gesto en dos momentos: cuando se recita en el Credo "Y por obra del Espíritu Santo... y se hizo hombre", el día de la Encarnación y en Navidad, y en la adoración de la cruz, el Viernes Santo.

D) Quizás el gesto de máxima expresión de reverencia, de humildad o penitencia, sea la postración.

En nuestras celebraciones dos son los momentos en que se indica hacer este gesto: 1) El Viernes Santo, al iniciar la Celebración Litúrgica de la Pasión del Señor, el sacerdote "puede" comenzarla con este expresivo gesto de la postración total. 2) En las ordenaciones, los candidatos se postran en tierra, mientras la comunidad recita las letanías de los Santos, implorando su protección.


ALGUNOS GESTOS EN LA CELEBRACIÓN (XIX) CONCLUSIÓN

Nos hemos fijado semanas anteriores en los gestos más importantes y notorios que se llevan a cabo, especialmente en la celebración eucarística, aunque tangencialmente también en otras celebraciones. Recordar sus motivaciones, de vez en cuando, puede llegar a que sean algo más que gestos o movimientos rituales sin sentido.

Gestos bien hechos, como se ha repetido, reposados, siempre en consonancia con la riqueza de fe. Gestos no vacíos o hacerlos porque están mandados, sino llenos y auténticos.

Hace falta atender a la pedagogía de las acciones y gestos en nuestras celebraciones, pues si no, se descuidaría un valor propio de la liturgia: expresividad, dignidad y claridad. Unos gestos bien realizados ahorran muchas palabras: ayudan a los ministros y fieles a vivir el Misterio que se celebra.

Para quien se tome en serio cuanto queda dicho, y más que se pudiera, valen aquellas palabras que encontramos en el Evangelio, y que Jesús pronunciara al final del Lavatorio de los pies, en la última Cena : '"ahora ya sabéis estas cosas, seréis dichosos si las practicáis "Jn 13,17).


Sugerencias litúrgicas

Participación gradual en los cantos

Al hacer la selección de lo que se ha de cantar, se dará preferencia a las partes que tienen mayor importancia, sobre todo a aquellas que deben cantar el sacerdote y sus ministros con respuesta del pueblo, o el sacerdote y el pueblo al mismo tiempo. Se añadirán después los que son propios sólo del pueblo o sólo del grupo de cantores. El primer paso para cantar bien es cantar. Pero hay que dar también el segundo paso, el llegar a un nivel aceptable de canto, que dignifica la celebración, y, por tanto, favorece la vivencia de la fe.

Criterios para elegir los cantos

Recordar los criterios de que ya se ha hablado: procurar que sean dignos de la celebración litúrgica, tanto por el contenido de los textos como por su valor musical. Y siempre por su adecuación a los distintos momentos rituales, según su función, los tiempos litúrgicos y las características de la asamblea y celebración concreta. Es importante saber elegir, dosificar y situar bien los cantos, sin seleccionarlos solamente porque sean "bonitos" o porque hay que estrenar el último canto aprendido.

El repertorio de cantos

Es importante encontrar equilibrio entre cantos nuevos y cantos ya conocidos. Hay que ampliar el repertorio, para no cantar siempre lo mismo. Pero es necesario que la asamblea se sienta segura con los cantos que interpreta sin enfrentarse a continuas novedades. No olvidar que es mejor cantos buenos que cantos nuevos. Una buena composición lo es siempre. Y una cancioncilla anodina, mejor no cantarla nunca.


Sugerencias litúrgicas

El canto y la música han de tener las "debidas cualidades" (SC I 12): santidad y perfección de formas (MS 4).

a) Santidad: siempre ha procurado la Iglesia proteger a la liturgia de lo que desdice del culto o estorba el espíritu de oración de los fieles. Dice el Concilio: "La música sacra será tanto más santa cuanto más íntimamente esté unida a la acción litúrgica, ya sea expresando con mayor delicadeza la oración o fomentando la unanimidad, ya sea enriqueciendo de mayor solemnidad los ritos sagrados" (SC 112).

La música no es por sí misma sagrada o profana. Los cristianos no tienen una música aparte. Pero pueden usar o crear la que sea apta para cantar su fe, para alabar y dar gracias a Dios, para pedir perdón, para expresar la confianza y la plegaria. Siempre será necesario un discernimiento.

b) Arte verdadero. De la misma liturgia brota una exigencia de verdad y belleza. Canto y música deben estar, pues, dotados de verdad expresiva y de belleza formal, siempre dentro de los mundos culturales de los creyentes. Es necesaria la calidad y perfección de formas para que pueda cumplir su misión: de ahí nace la estética propia del canto litúrgico.


Sugerencias litúrgicas

QUÉ CANTAR EN LA LITURGIA (II)

- Polifonía clásica y actual. El coro, que interpreta lo mejor del repertorio clásico o actual de la polifonía tiene también cabida en la celebración litúrgica. Sin suplantar nunca la participación del pueblo, sino ayudándole y apoyándole en el canto, el coro tiene un papel insustituible. Hay diversos momentos en que el coro puede actuar en solitario. No hay que olvidar que la escucha atenta es también una forma importante de participación en la celebración (por ejemplo, en la proclamación de la Palabra). El canto coral contribuye al carácter festivo y solemne de la celebración.

- El canto popular. Durante mucho tiempo el canto popular no tenía demasiada cabida en la liturgia. Con la entrada en vigor de las lenguas vivas, la música popular puede y debe ser un vehículo apto para lograr que el canto de la asamblea sea una realidad. El canto popular debe facilitar la participación del pueblo, sin renunciar a expresar la belleza del misterio litúrgico. El pueblo debe poder cantar con el corazón. Pero no basta cantar. Es preciso cantar mejor elevar el nivel de calidad a la hora de crear y elegir repertorio. Nunca olvidar que hay una diferencia entre el nivel catequético, que admite un repertorio mucho más amplio, y el nivel litúrgico, que requiere unas condiciones precisas.


CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO EN LA SELECCIÓN DE LA MUSICA (Il)

2. Criterio litúrgico

Las melodías y los cantos han de ajustarse a la nueva ordenación de los ritos, los ministerios y la celebración tal como la Iglesia la vive hoy. La liturgia misma pide qué partes deben preferirse para cantar y quién debe cantarlas. Los textos, además, han de ser compuestos, elegidos e interpretados con sumo respeto y esmero para que sean expresivos de la rica variedad de proclamaciones, aclamaciones, salmos, etc. Sin olvidar nunca que deben "estar de acuerdo con la doctrina católica, más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas" (SC 121).

3. Criterio Pastoral

Las melodías y los cantos han de tener en cuenta la participación activa, plena y consciente del pueblo. Este juicio pastoral lo aplica el equipo de animación litúrgica, buscando siempre que el canto ayude a expresar y aprender la fe en una comunidad concreta.


Sugerencias litúrgicas

CANTOS DE LA MISA (V)

El salmo responsorial

* "Normalmente, debe ser cantado "(OLM 20). Puede cantarse sólo e] versículo del pueblo, mientras el salmista proclama las estrofas, en caso de no ser fácil el cantar todo.

* Por ser palabra de Dios, debe ser normalmente proclamado desde el ambón. El salmista debería ser distinto del lector de la primera lectura.

Aclamación al Evangelio: aleluya u otro canto

* El aleluya, con su versículo antes del Evangelio, tiene valor de rito con que la asamblea recibe al Señor que va a hablarle. Es canto que pertenece a la asamblea, aunque lo inicie el coro o un canto y lo canta estando en pie.

* En tiempo de Cuaresma, el Aleluya es sustituido por otra aclamación apropiada.

* Sin el canto, el aleluya pierde gran parte de su fuerza y su sentido. Por ello, la OGMR (39) advierte expresamente que, "si no se canta, puede suprimirse". Pero, al menos en Pascua, habría que hacer el "esfuerzo" de cantarlo.


Sugerencias litúrgicas

CANTOS DE LA MISA (VIÎ)

Oración universal de los fieles

* "Conviene que sea un diácono, un cantor u otro, el que lea las intenciones" (OGMR, 47).

* Hay que señalar que se llama "oración de los fieles", porque son ellos los que oran ("El pueblo, ejercitando su oficio sacerdotal, ruega por todos los hombres" OGMR, 45). Es decir, su respuesta es el verdadero contenido de la oración. El diácono o cantor se limita a enunciar la "intención" por la que se ora.

* Por ello, conviene que la respuesta del pueblo sea cantada en las misas festivas. El diácono o cantor puede cantar ya la invitación "Roguemos al Señor", facilitando la entrada del canto del pueblo, que puede responder con alguna fórmula en castellano o también con la venerable súplica "Kyrie eleison"


Sugerencias litúrgicas

LOS CANTOS DE LA MISA (VIII)

PROCESIONAL DE LAS OFRENDAS

* La preparación de la mesa del altar y la presentación de los dones  no es un momento especialmente intenso de la celebración. Más bien  es un momento relajado, situado entre la liturgia de la Palabra y la  eucaristía. El misal señala que el sacerdote dice "en secreto" la  fórmula de presentación de of rendas. Después señala que, si lo  desea, lo puede decir en voz alta, y es entonces cuando la asamblea  contesta "Bendito...". Si hay canto o música, siempre dirá el sacerdote  en secreto la fórmula de la presentación de ofrendas.

* Puede haber un canto que acompañe la procesión y la  presentación de ofrendas (que siempre ha de ser sobria), con tal que  su temática no sea una anticipación de los aspectos sacrificiales de la  Plegaria Eucarística.

* Pero quizá es momento más adecuado para que el órgano  interprete alguna pieza de música sólo instrumental, o el coro, si lo  hay, pueda cantar una obra polifónica. De esta manera, la asamblea  encuentra un momento contemplativo, que puede prepararla mejor al  momento intenso de la Plegaria Eucarística.


SUGERENCIAS LITÚRGICAS

LOS CANTOS DE LA MISA (X) EL CANTO DEL MEMORIAL Y SU ACLAMACIÓN

* En el momento cumbre de la misa, el canto puede ayudar, si está bien interpretado, a subrayar las palabras de la consagración. Especialmente recomendable en las grandes solemnidades y el Jueves Santo y Corpus Christi.

* Conviene tener en cuenta las distintas aclamaciones que hay en el Misa, y que pueden muy bien servir para distinguir los distintos tiempos litúrgicos.

LA DOXOLOGÍA FINAL

* Este último diálogo sacerdote-asamblea de la plegaria eucarística es el colofón sonoro de la oración presidencial. Dice san Agustín: "Vuestro amén es vuestra firma, es vuestro consentimiento y vuestro compromiso "(Contra Pelag. 3). Y san Cirilo de Jerusalén: "Con este amén pones sello a todo cuanto se contiene en la divina oración " (Catequesis 23).

* Este Amén en particular debe resaltarse con el canto, dado que es el más importante de la Misa. Y si es con una música vibrante, lírica y enriquecida con polifonía, mejor.


SUGERENCIAS LITÚRGICAS

LOS CANTOS DE LA MISA (XI)

EL PADRENUESTRO, CON SU INVITACIÓN Y EMBOLISMO

* Cuando se canta, basta una melodía sencilla que subraye más la importancia de las peticiones que el ropaje musical.

* Hay que evitar a toda costa el cambio del texto y las repeticiones que alargan indebidamente esta sencilla oración que es, al mismo tiempo, transición de la plegaria y preparación para comulgar.

* Conviene que los fieles sepan cantar, todos a una en latín, la oración dominical en sus melidías más fáciles "(OGMR 19).

* El embolismo es desarrollo de las últimas palabras del Padrenuestro, y es cantado por el sacerdote solo. El pueblo contesta con una aclamación que desde muy antiguo está ligada al Padrenuestro: "Tuyo es el reino...".

LA PAZ DEL SEÑOR

* El canto más importante del rito de la paz es, una vez más, el diálogo del sacerdote con la asamblea: "La paz del Señor esté siempre..." Durante el breve gesto de dar la paz al vecino puede cantarse algún canto alusivo, pero sin que desplace ni eclipse el can to más importante del "Cordero de Dios "


SUGERENCIAS LITÚRGICAS

LOS CANTOS EN LA MISA (XII) CORDERO DE DIOS

* El gesto de la fracción del Pan dio nombre, en los comienzos, a la celebración eucarística. Es, pues, un gesto importante que no debe pasar desapercibido, perdido entre el barullo de un gesto de paz desproporcionado. Por ello, el canto titánico del Cordero de Dios subrayaría convenientemente el gesto que además debe hacerse de forma suficientemente expresiva. El Cordero de Dios se canta en la liturgia romana desde el s. VII.

CANTO PROCESIONAL DE LA COMUNIÓN

*Este canto procesional debe expresar, por la unión de voces, la unión espiritual de quienes comulgan, mostrar la alegría del el corazón y hacer más fraternal la procesión de quienes avanzan para recibir el cuerpo de Cristo. De todas formas, no es un canto que necesariamente corresponda a la asamblea. Puede cantarlo el coro o puede tocar el órgano.

* Al terminar la comunión, si se juzga oportuno, puede haber un canto de alabanza en lugar del silencio recogido.

obispado de madrid