¿Cuál es la historia del sacramento de confirmación?

Por Joy Hill y Jeannine Leichner


La confirmación no existía como sacramento separado en las primeras comunidades cristianas. Los adultos se iniciaban en la comunidad durante un solo evento litúrgico.

El rito de iniciación, que usualmente ocurría durante la Vigilia del Domingo de Pascua, comenzaba con el bautizo por agua, seguido por el imponer las manos, o por ambas acciones, y terminaba con el recibir de la Eucaristía. La unción y/o el imponer las manos significaba el conferir del Espíritu Santo.

El surgimiento de la confirmación como un sacramento separado en la Iglesia Romana giraba alrededor de la función del obispo. La costumbre del bautizo de infantes después del tiempo de Constantino, la separación del bautismo del rito de la Vigilia del Domingo de Pascua, y el aumento del tamaño de cada diócesis, hacía difícil que los obispos estuviesen presentes para cada iniciación.

Dado que la unción después del bautismo, o “sello del Espíritu Santo” se reservaba para la administración del obispo, los nuevos bautizados se llevaban al obispo lo más pronto posible para ser confirmados.

Durante la Edad Media, el periodo entre el bautismo y la unción se había prolongado de un año o menos, a siete años. En 1280 el Sínodo de Colonia declaró la edad de siete años la norma para el “sello del Espíritu Santo,” que entonces se le dio el nombre de “confirmación.”

En el siglo 16 el Concilio de Trento decretó que la confirmación no se debía administrar a los niños menores de siete años. Y en 1910 la secuencia original de los sacramentos de iniciación se perdió cuando el Papa Pío X fijo la edad de la primera Comunión a la edad de razón (comúnmente entendida como la edad de siete años).

La historia de la confirmación tomo un rumbo diferente en los países colonizados por España. Los obispos hacían una “Misa de confirmación” de niños en ciertas ocasiones en las catedrales y allí guardando la secuencia de los sacramentos de iniciación. Esto aún ocurre en algunas partes de Latinoamérica y las Filipinas.

Tras los años se desarrollaron varias teologías que intentaban clarificar el significado del sacramento de confirmación. Durante la Edad Media, la confirmación se entendía como el otorgar un don del Espíritu Santo, separado del bautismo, fortaleciendo al candidato espiritualmente y estimulando una vida de servicio para otros.

Durante los años de los 1960 el Vaticano II pidió la revisión del sacramento de confirmación y estableció el catecumenado como modelo para toda iniciación cristiana. Hoy día la confirmación se considera como parte integral del proceso de la iniciación cristiana comenzada en el bautismo. Todos los niños bautizados antes de los siete años son marcados como cristianos y son miembros plenos de la Iglesia Católica.