BUDDHISMO:

Escrituras Sagradas "Tratado de Filosofía Buddhista" 

 

 

SEGUNDA PARTE


Capítulo XV: Felicidad


197. Verdaderamente felices vivimos sin odio entre los que odian. 
Entre seres que odian, vivamos sin odio. 

198. Felices vivimos con buena salud entre los que están enfermos. 
Entre los que están enfermos, vivamos con buena salud. 

199. Vivimos felices sin ansia entre aquellos que ansían. Entre 
aquellos que ansían, vivamos sin ansiar. 

200. Felices vivimos porque no tenemos impedimentos. Llenémonos 
de gozo como dioses en la Esfera Radiante. 

201. La victoria engendra enemistad. Los vencidos viven en la 
infelicidad. Renunciando tanto a la victoria como a la derrota, los 
pacíficos viven felices. 

202. No hay fuego como el deseo; no hay mal como el odio; no hay 
nada más enfermo que el cuerpo; no hay mayor felicidad que la paz del 
Nibbana . 

203. El hambre es la mayor aflicción; los agregados (cuerpo-mente) 
representan la mayor enfermedad. Percibiendo esta realidad, se 
alcanza el Nibbana, la dicha suprema. 

204. La salud es la más alta posesión. El contento es el mayor 
tesoro. Un amigo de confianza es el mejor pariente. Nibbana es la más 
alta bendición. 

205. Habiendo experimentado el saber de la soledad y de la quietud, 
libre de angustia y de atadura, se absorbe en el saber del gozo de la 
Doctrina. 

206. Saludable es la visión de los Nobles; su compañía siempre 
resulta dichosa. No viendo a necios, uno permanecería siempre feliz. 

207. Verdaderamente, quien permanece en compañía de necios se 
atribula durante mucho tiempo. La asociación con necios es incluso tan 
penosa como con un enemigo. Feliz es la compañía con un sabio, 
incluso tanto como el encuentro con un pariente. 

208. Si hallas un hombre inteligente, sabio, con conocimiento, 
consistente, responsable y noble, con un hombre tal, virtuoso e 
inteligente, debe uno asociarse, como sigue la luna el sendero de las 
estrellas. 


* * * * *

Capítulo XVI: Apego


209. Aquel que se aplica a lo que debe ser evitado y no se aplica a 
lo que debe ser obtenido y abandona su búsqueda, abocándose a los 
placeres, envidiará al que ha procedido de modo contrario. 

210. No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo 
que es desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que es 
displacentero, porque en ambos lados hay dolor. 

211. Evita la identificación con lo querido, porque la separación de 
ello representa dolor; las ataduras no existen para aquel que no hace 
diferencias entre querido y no querido. 

212. Del placer nace el sufrimiento; del placer nace el miedo. Para 
aquel totalmente libre de placer no hay dolor, y mucho menos miedo. 

213. Del deseo surge el dolor; del deseo surge el miedo. Para aquel 
que está libre de deseo ni hay dolor ni mucho menos miedo. 

214. Del apego surge el sufrimiento; del apego surge el miedo. Para 
aquel que está libre de apego ni hay dolor ni mucho menos miedo. 

215. De la avidez surge el sufrimiento; de la avidez surge el miedo. 
Para aquel que está libre de avidez ni hay dolor ni mucho menos 
miedo. 

216. Del aferramiento surge el sufrimiento; del aferramiento surge el 
miedo. Para aquel que esta libre de aferramiento ni hay dolor ni mucho 
menos miedo. 

217. El que es perfecto en virtud y Visión Cabal está establecido en 
la Doctrina, dice la verdad y cumple su deber y es venerado por la 
gente. 

218. El que ha desarrollado el anhelo por lo Incondicionado tiene la 
mente motivada y no condicionada por los placeres materiales, es 
denominado uno que No-retorna. 

219. Un hombre ausente por largo tiempo y que vuelve estando a 
salve, recibe la mejor bienvenida de sus parientes y amigos. 

220. Del mismo modo, los buenos actos que se efectúan en esta 
existencia recibirán la mejor bienvenida en la próxima, como el vecino 
recibe al ser querido que vuelve. 


* * * * *


Capítulo XVII: Ira


221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. 
Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al 
que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones. 

222. A aquel que refrena el enfado que surge, de la misma manera 
que el que controla una cuadriga tambaleante, a ése llamo yo 
conductor. Los demás aguantan meramente las riendas. 

223. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al 
hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro 
mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad. 

224. Uno debe decir la verdad y no ceder a la ira; si nos piden, hay 
que dar, aunque se posea poco; por medio de estas tres cosas, uno se 
hace merecedor de ir a la presencia de los dieses. 

225. Aquellos sabios que son inofensivos y siempre se controlan 
corporalmente van a un estado sin muerte, donde residen sin ningún 
sufrimiento. 

226. Se destruyen todas las contaminaciones de aquellos que 
siempre están vigilantes, que se autodisciplinan día y noche y que se 
esfuerzan totalmente en alcanzar el Nibbana. 

227. El que sigue es un hecho de siempre, Atula: culpan al que 
permanece en silencio, culpan al que habla mucho y culpan al que 
habla moderadamente. No dejan a nadie en el mundo sin culpar. 

228. No hubo nunca, ni habrá, ni hay ahora nadie, que pueda 
encontrarse en este mundo que deje de culpar o elogiar a otros. 

229. La sabiduría brota en aquel que se examina día a día, cuya vida 
es intachable, inteligente, arropado con el conocimiento y la virtud. 

230. ¿Quién podría culpar al que es como una pieza de refinado 
oro? Incluso los dioses lo elogian; aun Brahma lo elogia. 

231. Uno debe refrenar la mala conducta del cuerpo y controlarlo. 
Abandonando la mala conducta del cuerpo, uno debe adiestrarse en 
su buena conducta. 

232. Uno debe refrenar la mala conducta del habla y controlarla. 
Abandonando la mala conducta del habla, uno debe adiestrarse en su 
buena conducta. 

233. Uno debe refrenar la mala conducta de la mente y controlarla. 
Abandonando la mala conducta de la mente, uno debe adiestrarse en 
su buena conducta. 

234. Los sabios se controlan en actos, en palabras y en 
pensamientos. Verdaderamente se controlan bien. 


* * * * *

Capítulo XVIII: Impurezas


235. Como una amarillenta hoja eres tú ahora. Los mensajeros de la 
muerte te esperan. Te hallas en el umbral de la decadencia. ¿Dispones 
de provisiones? 

236. Haz una isla de ti mismo. Esfuérzate enseguida; conviértete en 
sabio. Purificado de contaminaciones y sin pasiones, penetrarás en el 
celestial estado de los Nobles. 

237. Tu vida puede acabarse ahora. La presencia de la muerte está 
aquí. No hay lugar para detenerse en el camino. ¿Dispones de 
provisiones? 

238. Haz una isla de ti mismo. Esfuérzate sin demora; conviértete en 
sabio. Purificado de impurezas y sin pasión, te liberarás del próximo 
nacimiento de la ancianidad. 

239. Gradualmente, poco a poco, de uno a otro instante, el sabio 
elimina sus propias impurezas como un fundidor elimina la escoria de la 
plata. 

240. Al igual que el óxido surgido del hierro acaba comiéndose a sí 
mismo, así los actos conducen al malhechor a un estado lamentable. 

241. La no-recitación es el óxido de los encantamientos; la falta de 
reparación es el óxido en las casas, como la falta de cuidado lo es de 
la belleza y la negligencia de la vigilancia. 

242. T · conducta inadecuada es la falta de la mujer. La ruindad es la 
falta en el donante. Las acciones incorrectas son la falta tanto en este 
mundo como en el próximo. 

243. Mas la peor de las faltas es la ignorancia; es la más grande. 
Abandonando las faltas, permanece sin mancilla, oh monje. 

244. Fácil es la vida de un sinvergüenza que, con la osadía de un 
cuervo, es calumniador, impertinente, arrogante e impuro. 

245. Difícil es la vida de un hombre modesto que siempre busca la 
pureza, que es desapegado, humilde, cuya manera de vivir es limpia y 
reflexiva. 

246-247. Cualquiera que destruya la vida, diga mentiras, hurte, vaya 
en búsqueda de las mujeres de los otros, y sea adicto a los licores y 
tóxicos, en esta misma vida arrancará su propia raíz (felicidad). 

248. Sepa entonces, ¡oh, buen hombre!, «no de fácil control son las 
cosas perniciosas». No dejes que el deseo y el odio te arrastren por el 
camino del sufrimiento durante largo tiempo. 

249. La gente da de acuerdo con su bondad y como le place. Si uno 
está envidioso de comida o de bebida de los otros, no podrá hallar la 
paz ni de noche ni de día. 

250. Pero el que supera este sentimiento por complete, lo somete y 
lo destruye, obtiene paz de día y de noche. 

251. No hay fuego como el deseo; no hay atadura como el odio; no 
hay red como la ilusión; no hay río como la avidez. 

252. Fácil es ver los fallos de los demás, pero los propios fallos son 
difíciles de ver. Uno aventa, como la paja, los fallos de los demás, pero 
esconde los propios como el cazador se esconde a sí mismo. 

253. Fácilmente, las personas ven las faltas en los otros, pero 
difícilmente en sí mismas. Como paja diseminada al viento, difunde uno 
las faltas de los otros, mientras esconde las propias como camufla sus 
dados el hábil jugador. 

254. El que ve las faltas de los otros y se irrita, en ese crecen las 
mancillas. Está lejos de poder destruir esas mancillas. 

255. No hay senda en el cielo. Debe el Santo hallar la suya. La 
Humanidad se recrea en los impedimentos (obstáculos)* Los Budas 
están libres de impedimentos. 


* * * * *

Capítulo XIX: El justo


256. Aquel que decide un caso con parcialidad no es justo. El sabio 
debe investigar imparcialmente tanto lo correcto como lo incorrecto. 

257. Está establecido verdaderamente en la buena ley aquel sabio 
que, guiado por ella, decide lo justo y lo injusto con imparcialidad. 

258. No se vuelve uno sabio tan sólo con hablar mucho. Aquel que 
es apacible, libre de odio y miedo (y no causa miedo), es llamado un 
hombre sabio. 

259. No está uno versado en la Doctrina por hablar mucho. Aquel 
que habiendo escuchado la Doctrina no la ignora y la observa, ese tal 
es uno versado en la Doctrina. 

260. No se es un Thera (venerable) únicamente porque se tenga el 
cabello canoso. Ese tal puede ser sólo maduro en edad, y de él se dirá 
que «es un hombre que ha envejecido en balde». 

261. En aquel que hay verdad, perfecto comportamiento, no 
violencia, abstinencia y autocontrol, ese sabio que ha descartado las 
impurezas, sí es llamado un venerable. 

262. Si un hombre es celoso, avaro y mentiroso, no es a través de 
las meras palabras, el aspecto y la belleza como se volverá un hombre 
de buena voluntad. 

263. Pero el que ha superado y eliminado esas contaminaciones y se 
ha convertido en un hombre sabio, liberado de odio, ése, por supuesto, 
es un hombre de buena voluntad. 

264. No por afeitarse la cabeza, un hombre indisciplinado y 
mentiroso se vuelve un asceta. ¿Cómo podría ser un asceta si está 
lleno de anhelo y deseo? 

265. El que logra sojuzgar todo mal, pequeño o grande, ése es un 
monje, porque ha superado todo mal. 

266. No es meramente un monje el que vive de la caridad de los 
otros, sino aquel que observa el código de conducta y por ello se hace 
merecedor de tal condición. 

267. El que ha trascendido tanto el mérito como el demérito, que 
sigue la noble vida pura y vive con comprensión en este mundo, a ése 
verdaderamente se le denomina monje. 

268. Observando (voto de) silencio, el hombre no educado y necio 
no se vuelve un sabio. Pero el hombre sabio que, como si sostuviera 
una báscula, escoge lo que es bueno y descarta lo malo, es un 
verdadero sabio. 

269. Por esta misma razón es un sabio. El que comprende el mundo 
(su naturaleza) por dentro y por fuera, es llamado un sabio. 

270. No es un hombre noble, un santo, si daña seres sintientes. El 
que cultiva el amor benevolente hacia todos los seres es llamado 
noble. 

271-272. No es sólo por la mera moralidad y la austeridad, ni por la 
erudición, ni por el desarrollo mental de la concentración, ni viviendo 
en retire, ni pensando «gozo de la bendición de la renuncia negada a 
las personas mundanas», como uno debe sentirse satisfecho, sino que 
el monje debe conseguir la extinción de todas las contaminaciones.



* * * * *

Capítulo XX: La Senda


273. De los Senderos, el Octuple Sendero es el mejor. De las 
Verdades, las Cuatro Nobles Verdades. El Desapego es el mejor de los 
estados mentales, Y de los hombres, el hombre de visión clara. 

274. Únicamente, éste es el Sendero. No hay otro para la 
purificación de la visión. Seguid este Sendero y confundiréis a Mara. 

275. Siguiendo este Sendero, pondréis fin al sufrimiento. Habiendo 
yo aprendido el proceso de arrancar la flecha del deseo, proclamo este 
Sendero. 

276. Vosotros mismos tenéis que esforzaros. Budas sólo son los que 
indican el camino. Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la 
meditación se liberan de las garras de Mara. 

277. "Todos los fenómenos condicionados son impermanentes." 
Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de 
tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación. 

278. «Todos los fenómenos condicionados están sujetos al 
sufrimiento.» Cuando uno comprende esto con sabiduría, se hastía de 
tal insatisfactoriedad. Este es el Sendero de la purificación. 

279. "Todos los fenómenos condicionados son impersonales." 
Cuando uno comprende esto con sabiduría, entonces uno se hastía de 
tal insatisfactoriedad. Éste es el Sendero de la purificación. 

280. El que no se esfuerza cuando es el memento de esforzarse; el 
que, aún joven y fuerte, es indolente; el que es bajo en mente y 
pensamiento, y perezoso, ese vago jamás encuentra el Sendero hacia 
la sabiduría. 

281. Vigilante del habla y bien controlado en mente, que no haga mal 
con el cuerpo; que purifique esas tres vías de acción y alcance el 
sendero mostrado por los Sabios. 

282. Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin 
meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la 
ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que 
pueda aumentar la sabiduría. 

283. Devasta el bosque de las pasiones. Desde el bosque de las 
pasiones emerge el miedo. Devastando el bosque y la maleza de las 
pasiones, permaneced, oh monjes, libres de éstas. 

284. Aun el mínimo deseo del hombre hacia la mujer, si no es 
aniquilado, atará mucho tiempo su mente, como el becerro a su madre 
la vaca. 

285. Elimina tu arrogancia como se arranca la lila en otoño. Cultiva el 
Sendero de la paz. El Nibbana ha sido mostrado por el Iluminado. 

286. Aquí viviré en la estación de las lluvias; aquí viviré en el otoño y 
en el invierno: así proyecta el necio. No se da cuenta del peligro de 
muerte. 

287. La muerte alcanza y se lleva a aquel cuya mente está anclada 
en sus hijos y rebaños, como un gran río anega a un pueblo mientras 
duerme. 

288. Los hijos no ofrecen ninguna protección, ni el padre, ni los 
parientes. Para aquel que está agarrado por la muerte, no puede 
haber refugio en ningún pariente. 

289. Comprendiendo este hecho, que el hombre sabio, refrenado 
por la moralidad, aclare rápidamente el Sendero que conduce al 
Nibbana. 


* * * * *

Capítulo XXI: Miscelánea


290. Si al renunciar a una pequeña felicidad se vislumbra una 
felicidad mayor, entonces que el hombre sabio renuncie a la felicidad 
más pequeña en vista de la felicidad mayor. 

291. Aquel que desea su propia felicidad causando sufrimiento a los 
otros, no está liberado del odio, puesto que él mismo está apresado en 
las redes del odio. 

292. Lo que debería hacerse, no se hace. Lo que no debería 
hacerse, se hace: las impurezas, los impulses contaminantes de tales 
personas, arrogantes y negligentes, crecen. 

293. Aquellos que siempre persisten en la práctica de «la atención 
sobre el cuerpo», y no hacen lo que no debe hacerse, y 
constantemente hacen lo que debe hacerse, esos atentos y reflexivos 
ponen términos a las corrupciones. 

294. Habiendo eliminado a la madre (avidez)y al padre (orgullo)y a 
los dos reyes (infinitismo y nihilismo), y habiendo destruido a un reino y 
sus habitantes (apego), uno se convierte en un iluminado. 

295. Habiendo eliminado a la madre y al padre y a los dos reyes, y 
habiendo destruido el peligroso sendero (de los deseos sensoriales), 
se marcha sin dolor hacia el estado de iluminado. 

296. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de 
día como de noche siempre recuerdan al Buda. 

297. Bien alertas se mantienen los discípulos del Buda, y tanto de 
día como de noche siempre recuerdan la Doctrina. 

298. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y 
tanto de día como de noche siempre recuerdan la Orden. 

299. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y 
tanto de día como de noche siempre están vigilantes a las sensaciones 
del cuerpo. 

300. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y 
tanto de día como de noche se deleitan en no hacer daño. 

301. Bien alertas y atentos se mantienen los discípulos del Buda, y 
tanto de día como de noche se deleitan en la meditación. 

302. Difícil es renunciar; difícil es gozar. Difícil y penosa es la vida 
familiar. Penosa es la asociación con los que nos son incompatibles. 
Penosa es la larga ruta del samsara. Para evitarla, no persigas el mal. 


303. El que está lleno de confianza y virtud, posee gloria y riqueza y 
es honrado dondequiera que esté o dondequiera que vaya. 

304. Incluso desde un lugar tan lejano como las montañas del 
Himalaya, los buenos relucen. Pero los malevolentes, aunque 
cercanos, son invisibles, como las flechas lanzadas en la noche. 

305. Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se 
autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque. 


* * * * *

Capítulo XXII: La Desgracia


306. El que no dice la verdad, va a un estado totalmente 
desgraciado, y también el que habiendo hecho algo dice que no lo 
hizo. Ambos, por igual, después de la muerte pagarán sus acciones en 
otro mundo. 

307. Muchos que visten la túnica amarilla son de mala disposición y 
descontrolados. Debido a la suma de sus perversas acciones, nacerán 
en un estado desgraciado. 

308. Más valdría que el perverso se tragase una bola de acero 
candente como una llama de fuego, que ser inmoral y descontrolada 
persona tomando las limosnas que le ofrecen las gentes. 

309. Cuatro calamidades se precipitan sobre el hombre negligente 
que se asocia con mujeres de otros: la adquisición de deméritos, 
pérdida de sueño, sentimiento de culpa y un estado de lamentación. 

310. Hay adquisición de deméritos lo mismo que hay un buen y un 
mal destino. Breve es la alegría del hombre y la mujer asustados. El 
Rey impone un grave castigo. Ningún hombre debe frecuentar a la 
mujer de otro. 

311. De la misma manera que una brizna de hierba kusa mal cogida 
con la mano la corta, así la vida de un asceta mal enfocada le conduce 
a un estado de desgracia. 

312. Cuando lo que debe ser hecho no es hecho, hay práctica 
corrupta y la vida santa es dudosa, no sobreviene ningún fruto. 

313. Si algo debe ser hecho, uno debe hacerlo. Uno debe ir 
ascendiendo con firmeza, liberándose de los extremes. 

314. Es mejor evitar hacer la mala acción, porque ésta es seguida 
por el remordimiento; mejor hacer la buena acción, tras la cual no se 
produce ningún estado de lamentación. 

315. Como una ciudad fronteriza, bien custodiada por dentro y por 
fuera, guárdese uno a sí mismo. Que no descuide la oportunidad; para 
aquellos que descuidan la oportunidad, habrá nacimiento en un 
doloroso estado. 

316. Aquellos que se avergüenzan cuando no deberían 
avergonzarse y que no se avergüenzan cuando deberían hacerlo, 
están condicionados por equivocados puntos de vista y se conducen 
hacia un estado de dolor. 

317. Aquellos que temen lo que no debe ser temido y no temen lo 
que debe ser temido, están condicionados por equivocados puntos de 
vista y se conducen hacia un estado de dolor. 

318. Imaginan como equivocado lo que no es equivocado y como no 
equivocado lo que sí lo es: seres que mantienen tales falsos puntos de 
vista se desploman en un estado de dolor. 

319. Conociendo lo equivocado como equivocado y lo acertado 
como acertado: esos seres, adoptando la visión correcta, alcanzan un 
estado de felicidad. 


* * * * *

Capítulo XXIII: El Elefante


320. De la misma manera que un elefante en el campo de batalla 
soporta la flecha que se le lanza desde un arco, así uno debe soportar 
las abusivas palabras que se le dirijan. Verdaderamente, la mayoría de 
los hombres poseen una naturaleza enferma. 

321. Llevan a una asamblea elefantes entrenados. El rey monta el 
animal entrenado. Los mejores entrenados entre los hombres son los 
que resisten el abuse. 

322. Excelentes son las mulas entrenadas, así como los briosos 
corceles del Sind y los nobles y sólidos elefantes; pero mucho mejor es 
el que se ha ejercitado a sí mismo. 

323. Seguramente, jamás con tales vehículos se alcanzará el 
Nibbana, sino controlándose a través del sometimiento y el 
autoentrenamiento. 

324. El incontrolable elefante Dhanapalaka, cuando está en 
cautiverio, no come, porque recuerda al elefante del bosque. 

325. El estúpido, cuando es torpe, glotón, perezoso y se enfanga 
como un cerdo en la pocilga, renacerá una y otra vez. 

326. Previamente, esta mente vagaba donde le placía, como a ella 
se le antojaba. Hoy, con sabiduría, yo la controlaré como el conductor 
controla el elefante en ruta. 

327. Gozar de la atención pura, vigilad vuestras mentes, salid del 
fango de las pasiones como lo conseguiría un elefante hundido en el 
fango. 

328. Si encontráis un amigo inteligente (quien es apropiado) para 
acompañaros, de buena conducta y prudente, en tal caso vivid con él 
felizmente y vigilantes, venciendo todos los obstáculos. 

329. Si no encontráis un amigo inteligente para acompañaros, de 
buena conducta y sagaz, entonces vivid solos como el rey que ha 
renunciado al país conquistado, o como un elefante que se pasea a 
voluntad por el bosque. 

330. Es mejor vivir solo; no hay amistad con un necio. Que uno viva 
solo, evitando todo mal, estando libre de preocupaciones, como un 
elefante paseándose solo por el bosque. 

331. Es deseable tener amigos cuando surge una necesidad; feliz 
aquel que está contento con cualquier cosa que haya; el mérito 
obtenido es agradable (consolador) cuando el fin de la vida se avecina; 
feliz es el abandono de todos los sufrimientos. 

332. En este mundo proporciona felicidad atender a la madre; 
felicidad atender al padre; felicidad atender a los ascetas, y felicidad, 
también, atender a los Nobles, 

333. Feliz es la virtud milenaria; feliz es la confianza bien establecida; 
feliz es la adquisición de la sabiduría; feliz es la abstención del mal. 


* * * * *

Capítulo XXIV: Avidez


334. Los deseos de un hombre negligente crecen como la 
enredadera maluva. El corre de aquí para allá (de una a otra vida) 
como un mono en el bosque buscando la fruta. 

335. Quienquiera que en este mundo es vencido por el vasto deseo, 
el apego, sus penas crecerán como la hierba birana después de haber 
llovido. 

336. Pero quienquiera que en este mundo vence el vasto deseo, tan 
difícil de doblegar, sus penas le abandonarán como el agua se desliza 
por la hoja del loto. 

337. Yo declaro esto: ¡Afortunados los que os habéis reunido aquí! 
Cortad las raíces de la avidez como el que corta la dulce raíz de la 
birana. No seáis como el junco, al que Mara arrasa una y otra vez. 

338. De la misma forma que un árbol cortado crece de nuevo si sus 
raíces están firmes e intactas, de igual modo, cuando permanecen las 
raíces del deseo sin haber sido destruidas, el sufrimiento surge una y 
otra vez. 

339. Las treinta y seis corrientes del deseo que arrastran hacia el 
placer vigorosamente, encadenan a la persona de mente ofuscada, 
llevándola tras el torrencial apego. 

340. Las corrientes (del deseo) fluyen por todas partes. Sus raíces 
retoñan y se desarrollan. Contemplando cómo retoñan, hay que cortar 
esas raíces con la sabiduría. 

341. En los seres surgen los placeres y son saturados por la avidez. 
Inclinados hacia la felicidad, buscan la felicidad. Verdaderamente, tales 
hombres nacerán y decaerán. 

342. Acorralados por la avidez, están aterrados como liebres 
cautivas. Encadenados por grilletes, hallarán sufrimiento una y otra vez 
por mucho tiempo. 

343. Los seres humanos atrapados en el deseo sienten el mismo 
terror que una liebre atrapada en el cepo. Por ello, que abandone el 
deseo aquel monje que desea el desapego. 
344. Quienquiera que, liberado del deseo, encuentra disfrute en el 
bosque, pero más adelante es tentado por el deseo y vuelve a casa, tal 
hombre, ¡cotempladlo!, era libre y ha vuelto a la esclavitud. 

345, Aquello que es fuerte no es la atadura hecha de hierro, madera 
o cuerda, sino el apego a piedras preciosas y adornos, el anhelo de 
mujer e hijos, tal es la gran atadura. 

346. La atadura es fuerte, dicen los sabios. Pero incluso esta 
atadura que amarra a los seres [que se afloja, pero tan difícil es de 
cortar totalmente], los sabios acaban cortándola definitivamente y, 
abandonando los placeres de los sentidos, libres de anhelos, 
renuncian. 
347. Aquellos que están infatuados con la codicia penetran en una 
corriente que les atrapa como la tela que la araña ha tejido de sí 
misma. Por esta razón, el sabio corta con todo ello y se aleja 
abandonando toda tribulación. 

348. Abandonad el apego al pasado; abandonad el apego al futuro; 
abandonad el apego al presente. Cruzando a la otra orilla del devenir, 
la mente, liberada por todas partes, no retornaréis al nacimiento y el 
envejecimiento. 

349. El que se perturba con perversos pensamientos, que es 
excesivamente ávido, que se recrea en pensamientos de apego y 
aumenta más y más la avidez, hace cada vez más sólidos los grilletes 
de Mara. 

350. El que se recrea en someter los males pensamientos, medita en 
las impurezas del cuerpo, permanece muy atento y se esfuerza por 
superar la avidez, él se libera de los grilletes de Mara. 

351. El que ha alcanzado la meta, sin miedo, permanece sin avidez, 
desapasionado, ha eliminado las espinas de la vida. Este es su último 
renacimiento. 

352. El que permanece sin avidez ni aferramiento, y es sagaz en la 
etimología y los términos, y conoce los grupos de letras y sus 
secuencias, está llamado a vivir su último renacimiento, siendo un gran 
hombre de profunda sabiduría. 

353. Yo todo lo he dominado, todo lo conozco. De todo me he 
desapegado. A todo he renunciado. He destruido totalmente toda 
avidez. Habiendo comprendido todo por mí mismo, ¿a quién llamaré mi 
maestro? 

354. El regale de la Verdad es más excelso que cualquier otro 
regale. El saber de la Verdad es más excelso que cualquier otro saber. 
El placer de la Verdad es más excelso que cualquier otro placer. El que 
ha destruido la avidez, ha superado todo sufrimiento. 

355. La riqueza arruina al necio, que no busca el Nibbana. Por culpa 
del aferramiento a las riquezas, los hombres ignorantes se arruinan a 
sí mismos y a los otros. 

356. La cizaña daña los campos como la avidez a la humanidad. Por 
lo tanto, cuando se produce sin avidez, los frutos son abundantes. 

357. La cizaña daña los campos como el odio daña a la humanidad. 
El que se desembaraza del odio, produce abundantes frutos. 

358. La cizaña daña los campos como la ignorancia a la humanidad. 
Por lo tanto, el que se desembaraza de la ignorancia, produce 
abundantes frutos. 

359. La cizaña daña los campos como la codicia daña a la 
humanidad. Por lo tanto, el que se desembaraza de la codicia, produce 
abundantes frutos. 


* * * * *

Capítulo XXV: El Monje


360. Refrenar el ojo es bueno. Refrenar el oído es bueno. Refrenar 
la nariz es bueno. Refrenar la lengua es bueno. 

361. Refrenar el cuerpo es bueno. Refrenar la palabra es bueno. 
Refrenar la mente es bueno. El control general es bueno. El monje que 
se controla completamente es liberado de todo dolor. 

362. Aquel que se controla en mano, en pie y en habla, poseyendo 
el más alto control, gozando interiormente, dominado, solo, contento, 
ése es llamado monje. 

363. Dulces son las palabras del monje que ha amaestrado su 
lengua, que se expresa con sabiduría, que no es petulante y que 
expone el significado del texto. 

364. Que el monje more en la Doctrina, que se deleite en la Doctrina, 
que medite en la Doctrina, que recuerde bien la Doctrina, que no se 
extravíe de la sublime Doctrina. 

365. Uno no debe despreciar lo que uno ha recibido, no debe 
envidiar lo de los otros. El monje que envidia a los otros no alcanza la 
calma mental. 

366. Aunque reciba muy poco, el monje no lo desprecia, e incluso los 
dieses veneran a ese de vida pura y esforzada. 

367. El que no piensa «yo» y «mío» con respecto a su mente y a su 
cuerpo, y que no se tribula por lo que es o no es, ése, por supuesto, es 
denominado un monje. 

368. El monje que permanece en el amor benevolente, que goza en 
la Doctrina, alcanza el Nibbana, que es la superación de todos los 
fenómenos condicionados. 

369. Vacía, oh monje, esta barca (de la vida). Vaciada por ti, se 
moverá con celeridad. Eliminando la avidez y las pasiones, viajarás 
hacia el Nibbana. 

370. Libérate de cinco cosas, rechaza cinco cosas, cultiva cinco 
cosas. El monje que va más allá de las cinco ataduras es denominado 
"El que cruza de la corriente". 

371. Medita, oh monje. No seas inatento. No dejes que tu mente se 
disperse con placeres sensuales. No permanezcas inatento y te dejes 
consumir como una bola de acero. Abrasándote, no tendrás que gritar: 
"Esto es sufrimiento." 

372. No hay concentración para el que no tiene sabiduría; no hay 
sabiduría para el que no se concentra. En aquel que hay 
concentración y sabiduría, ése verdaderamente está próximo al 
Nibbana . 

373. Aquel monje que ha entrado en un lugar vacío, la mente 
calmada y capaz de ver con Visión Cabal la Doctrina, consigue la dicha 
suprema que trasciende la de los hombres. 

374. Al contemplar el surgir y desvanecerse de los Agregados" 
(mente-cuerpo), experimenta dicha y felicidad. El que tal percibe, llega 
al Nibbana. 

375. Esto es lo que llega a ser lo principal para un monje: control 
sensorial, contento, observancia estricta del Código de Conducta, 
asociación con benévolos y energéticos amigos que viven con total 
pureza. 

376. Sea cordial en sus maneras y refinado en su conducta; 
saturado de gran júbilo, logrará poner fin a todo sufrimiento. 

377. Como palidecen y caen las flores del jazmín, arrojad fuera y 
totalmente la avidez y la malevolencia. 

378. El monje que es calmo en cuerpo, calmo en la palabra, calmo 
en la mente, bien dispuesto y que se ha despojado de las cosas 
mundanas, es verdaderamente denominado "uno en plena paz". 

379. ¡Oh, monje!, mírate a ti mismo con ojos críticos; examínate a ti 
mismo. Cuidando de ti mismo y vigilante, ¡oh, monje!, vivirás felizmente. 


380. Uno mismo es su propio protector; uno mismo es su propio 
refugio. Por lo tanto, que uno mismo se cuide de la misma forma que el 
vendedor de caballos cuidará al buen caballo. 

381. Lleno de alegría, lleno de confianza en la Enseñanza del Buda, 
el monje obtendrá el Estado de Paz, no afectado ante los fenómenos 
condicionados, jubiloso. 

382. El monje que mientras es joven se aplica a la Enseñanza del 
Buda, ilumina este mundo como la luna libre de nubes. 


* * * * *

Capítulo XXVI: El Noble


383. Esforzado y resistente, cruza la corriente. Descarta, oh noble, 
los deseos sensoriales. Conociendo la aniquilación de los fenómenos 
condicionados, sé, oh noble, un conocedor del Nibbana. 

384. Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la 
más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se 
extingue. 

385. Aquel para el que no existe ni esto ni aquello, ni «yo» ni «mío», 
está alerta y liberado de las pasiones, a ése llamo yo un noble. 

386. Al que es meditativo, puro y tranquilo, que ha llevado a cabo su 
deber y está libre de corrupciones, habiendo alcanzado la más Alta 
Meta, a ése llamo yo noble. 

387. El sol brilla de día; la luna brilla de noche; en su armadura brilla 
el rey guerrero; en la meditación brilla el noble. Pero todo el día y toda 
la noche brilla el Buda en su esplendor. 
388. Porque ha descartado el mal, es llamado noble; porque vive en 
paz, es llamado monje; porque ha abandonado las impurezas, es 
llamado recluso. 

389. Nunca debe dañarse a un noble, ni deberá el noble devolver el 
daño al que se lo ha provocado. Se avergüence aquel que lastime a un 
noble. Más se avergüence el noble que quiera vengarse. 

390. No es pequeña la recompensa del noble que no toma 
represalias. Cuando la mente es apartada del placer y cesa el intento 
de dañar, el sufrimiento amaina. 

391. El que no comete ningún mal con el cuerpo, la palabra y la 
mente, el que se autocontrola en estos tres aspectos, a ése llamo yo 
noble. 

392. Reverénciese devotamente a cualquiera que haya comprendido 
la Doctrina predicada por el Iluminado, como un brahmán reverencia el 
sacrificio del fuego. 

393. No por dejarse el pelo trenzado, ni por el linaje, ni por el 
nacimiento se vuelve uno un noble, sino aquel que es verdadero y 
recto, puro, ése es un noble. 

394. ¿De qué sirve el pelo trenzado, oh necio? ¿De qué sirve tu ropa 
de antílope? Interiormente estás lleno de pasiones, pero permaneces 
limpio por fuera. 

395. Al hombre que lleva túnica hecha de apaños, que es delgado, 
de vigorosas venas, que medita solo en el bosque, a ése llamo yo 
noble. 

396. Yo no llamo merecidamente noble a uno porque ha nacido en 
tal linaje o de madre brahmín. No puede serlo merecidamente quien no 
se ha liberado de los impedimentos. El que está libre de impedimentos 
(mentales), libre de ataduras, a ése llamo noble. 

397. El que ha cortado todas las ataduras y no tiembla, el que ha ido 
más allá de toda atadura y es libre, a ése llamo yo noble. 

398. El que ha cortado la correa (de la malevolencia), las riendas (de 
la codicia) y la cuerda (de las herejías), junto con la erradicación de las 
tendencias latentes, y ha diluido la ignorancia y es un iluminado, a ése 
llamo yo noble. 

399. El que sin odio padece reproches, golpes y castigos, para quien 
la paciencia es su arma y poder, a ése llamo yo noble. 

400. Quien carece de cólera, pero es firme, virtuoso, libre de avidez, 
autocontrolado y que éste será su último renacimiento, a ése llamo yo 
noble. 

401. Aquel que como el agua en la hoja del loto, o como el grano de 
mostaza en la punta de una aguja, no se agarra a los placeres, a ése 
llamo yo noble. 

402. Al que en esta vida ha efectuado la aniquilación del sufrimiento, 
que es libre de sus Agregados (cuerpo-mente) y se ha emancipado de 
las trabas mentales, a ése llamo yo noble. 

403. Aquel cuya sabiduría es profunda, que posee la Visión Cabal, 
adiestrado en conocer cuál es el sendero correcto y cuál el 
equivocado, que ha alcanzado el final más elevado, a ése llamo yo 
noble. 

404. Quien no intima con los que tienen hogar ni con los que no lo 
tienen, que libre vagabundea, sin deseos, a ése llamo yo un noble. 

405. Aquel que ha dejado de lado el palo de la violencia hacia los 
seres, débiles o fuertes, que no mata ni causa muerte, a ése llamo yo 
noble. 

406. Aquel que es amigo entre los hostiles, controlado entre los 
armados, desapegado entre los apegados, a ése llamo yo noble. 

407. Aquel cuyo deseo y odio, orgullo e ignorancia han caído como 
la semilla de mostaza desde la punta de la aguja, a ése llamo yo noble. 


408. Aquel que sólo profiere palabras gentiles, instructivas y 
veraces, que habla sin ofender a nadie, a ése llamo yo noble. 

409. Aquel que en este mundo no coge nada que no le den, sea 
valioso o sin valor, pequeño o grande, agradable o desagradable, a 
ése llamo yo noble. 

410. Aquel que no tiene anhelos en este mundo ni en el próximo, 
libre de deseos y emancipado, a ése llamo yo noble. 

411. Aquel que a través del conocimiento, está libre de dudas, y se 
ha establecido firmemente en el Nibbana, a ése llamo yo noble. 

412. Quien ha trascendido las ataduras tanto del mal como del bien, 
libre de pena, libre de contaminaciones y puro, a ése llamo yo noble. 

413. Aquel que está libre de mancha, inmaculado como la luna, puro, 
absolutamente sereno y claro, que ha destruido la sed del devenir, a 
ése llamo yo noble. 

414. Quien ha superado la avidez, este dificultoso sendero, el 
océano de vida, la ignorancia, el que ha cruzado y llegado más allá, 
que es meditativo, libre de aferramiento y dudas, que a nada se 
encadena y ha alcanzado el Nibbana, a ése llamo yo noble. 

415. El que ha abandonado los deseos sensoriales, ha renunciado a 
la vida mundana y no tiene hogar, ha destruido todos los deseos 
sensoriales y devenido libre, a ése llamo yo noble. 

416. Aquel que en este mundo ha superado la avidez, renunciando a 
la vida mundana y viviendo sin hogar, el que ha destruido la avidez y 
devenido libre, a ése llamo yo noble. 

417. Aquel que ha descartado las ataduras mundanas y celestes, y 
está completamente liberado de ellas, a ése llamo yo noble. 

418. El que está más allá del placer y el displacer serene, sin 
manchas, y que ha conquistado sus Agregados (mente-cuerpo), y es 
tenaz, a ése llamo yo noble. 

419. Aquel que conoce el camino de los seres que mueren y 
renacen, que no se apega, que camina hacia el Nibbana y se ilumina, a 
ése llamo yo noble. 

420. Aquel cuyo destine ni los dieses ni los semidioses, ni tampoco 
los hombres conocen, que ha destruido todas las impurezas y que ha 
conseguido la meta, a ése llamo yo noble. 

421. Aquel que no se agarra a los Agregados, que son pasado, 
futuro o presente, que permanece sin encadenarse y sin aferramiento, 
a ése llamo yo noble. 

422. Aquel sin miedo, el noble, el héroe, el gran sabio, el 
conquistador, sin deseos, el limpio, el iluminado, a ése llamo yo noble. 


423. Aquel sabio que conoce sus vidas previas, que percibe el cielo 
y el infierno, que ha llegado al final de los nacimientos y que ha 
alcanzado el Conocimiento Supremo y ha completado su labor viviendo 
la vida santa, a ése llamo yo noble.-