SALVE MATER MISERICORDIAE

 

Salve, María, Madre de misericordia, Madre de Dios y Madre del perdón, Madre de la esperanza y Madre de la gracia, Madre llena de santa alegría.

 

Es un estribillo que se contesta después de cada una de las estrofas siguientes:

Salve, María, honor del género humano; salve, Virgen más digna que ninguna, que sobrepasáis a todas y estáis en lo más alto de los cielos.

Salve, María, dichosa Virgen Madre, pues se encerró en vuestro seno el que reside a la derecha del Padre y gobierna el cielo, la tierra y los aires.

María, el Padre no engendrado os ha creado, el Unigénito os ha preservado, el Espíritu Santo os ha fecundado, y todo de un modo plenamente divino.

María: Sed, Madre, nuestro consuelo; sed, Virgen, nuestra alegría, y conducidnos finalmente, después de este destierro, llenos de alegría, a la corte celestial.