EL MILAGRO DE TEOFILO

Oraciones litúrgicas o privadas, actos de devoción, leyendas, conversaciones con María, apariciones o palabras de esta Madre que es amada con un corazón de niño, componen la atmósfera mariana en los últimos siglos de la Edad Media. Por todo esto, los textos abundan, unos más bellos y conmovedores que otros. Aquí nos limitaremos, en cuanto a los milagros, al mds célebre, el que el arte ha representado sobre los tímpanos de las catedrales.

La leyenda se remonta, según parece, al siglo VI, que es también el tiempo del hecho que expone. El tesorero de una iglesia de Cilicia, Teófilo, no habiendo sido llamado al episcopado, como él esperaba, vendió su alma al diablo por despecho y ambición, e hizo un contrato escrito que el demonio se llevó. Atormentado por los remordimientos, recurrió a María. Su oración fue atendida. La Madre compasiva arrancó al demonio el pergamino y lo depositó sobre el pecho del penitente durante su sueño. La Edad Media hermosed este relato con mil rasgos . Gonzalo de Berceo recogió en sus versos esta leyenda.