En
Pesaj celebramos la liberación del pueblo judío de la esclavitud
egipcia. y conjuntamente la liberación y negación del sistema de
vida del Egipto de antaño, las "abominaciones de Egipto".
Así, celebramos nuestra liberación física junto a nuestra libertad
espiritual. De hecho, no puede existir una sin la otra; no puede haber
legítima libertad sin aceptar los preceptos de nuestra Torá como guía
de nuestra vida cotidiana; la vida pura y sagrada, eventualmente,
conduce a la real libertad.
Fue dicho: "En cada generación, cada judío debe verse a sí
mismo como si él, personalmente, ha sido liberado de Egipto" Es
decir que la lección de Pesaj contiene un siempre contemporáneo
mensaje para cada judío. La historia de Pesaj es la historia de lo
Providencia Divina especial, único determinante del destino del
pueblo judío. Lo que acontece en el mundo exterior no debe
afectarnos; podemos ser signados para el sufrimiento -Di-s libre- en
medio de la prosperidad general, así como para la seguridad en medio
de una plaga o catástrofe. La historia de nuestra esclavitud y
liberación que nos narra Pesaj, brinda una amplia ilustración al
respecto. Pues el destino de nuestro pueblo se determina de acuerdo a
su adherencia a Di-s y Sus profetas.
Esta lección es enfatizada por los tres principales símbolos del
Seder, sobre los que nuestros Sabios han expresado que quien no ha
explicado su significado, no ha observado el Seder adecuadamente: (el
sacrificio de) Pesaj, Matzá (pan ázimo) y Maror (hierbas amargos).
Haciendo uso de estos tres símbolos en su orden cronológico y de
acuerdo a la explicación que la Hagadá nos da respecto de ellos,
podemos decir: El Judío puede evitar el Maror (la amargura de la
vida) sólo mediante Pesaj (el cuidado Divino especial. el 'saltear'
-traducción literal de "Pesaj"- y salvar los hogares judíos
aún en medio de la más terrible plaga). y Matzá -entonces la mismísima
catástrofe y los enemigos de los judíos obrarán en beneficio de
estos últimos, expulsándolos apresuradamente de "Mitzraim"
(literalmente acepta dos acepciones: "Egipto" y "opresión"),
lugar de la perversión y oscuridad, colocándolos bajo el rayo de luz
y la santidad.
Debemos recordar otra cosa más importante: la celebración del
Festival de la Libertad debe estar relacionada con el precepto de
'narrarás o tu hijo". La formación y existencia del hogar judío,
así como del pueblo judío como un todo, depende de la educación de
la generación joven, tanto niños como niñas: el sabio y el (temporariamente)
malvado, el simple y el que no sabe preguntar. Así como no podemos
desligarnos de nuestra responsabilidad hacia nuestro hijo con la
excuso de que "él es un niño sabio; él encontrará su propio
camino en lo vida; de ahí que no sea necesario brindarle educación
alguna". del mismo modo no debemos caer en la desesperación
pensando que "el niño es malvado; no habrá educación que le
ayude". Puesto que todos los niños judíos son "hijos de
Di-s" y es nuestra sagrada responsabilidad ver que todos ellos
lleguen a vivir de acuerdo a este titulo.
Ello es posible de lograr sólo mediante una educación judía
apropiada, basada en la adherencia total a la Torá de Di-s. Entonces
seremos privilegiados en el cumplimiento de nuestro anhelo más
ardiente: "Que en el año venidero seamos libres; el próximo año,
en Jerusalem!"
De una carta del Rebe. (En la imagen, el Rebe sostiene una bolsa que
contiene el "jametz")