Judaísmo
y Cristianismo del siglo I a través de los Rollos del Mar Muerto
Joseph
Sievers
Pontificio Instituto Bíblico, Roma
(Conferencia
dictada el 28 de junio de 2001 en ISEDET)
Es para mi un honor y
un placer el haber sido invitado a disertar aquí en ISEDET. Me han
pedido que hable sobre los Rollos del Mar Muerto y la luz que estos
arrojan sobre el judaísmo y el naciente cristianismo del siglo primero.
Trataré ,lo mejor posible, de satisfacer sus expectativas. Pero, por un
lado, tengo que advertirles lo que probablemente algunos de ustedes ya
sepan, que la situación no es tan clara y simple como uno podría
esperar. Por otro, no estoy seguro lo que ustedes ya conocen de este
tema. En consecuencia, les pido paciencia si menciono algunos hechos
sobre los rollos que son bien conocidos y dejo algunas otras eventuales
preguntas sin responder. Después de mi presentación habrá tiempo para
más preguntas y espero poder contestarlas en mi incipiente español.
Los rollos del Mar
Muerto: categorías y contenidos básicos
Al comienzo de 1947
misteriosos manuscritos antiguos comenzaron a aparecer por Jerusalén.
Algunos incluían trechos de la Biblia Hebrea, otros textos eran
completamente desconocidos hasta ese momento. Enseguida quedó claro que
estos textos habían sido encontrados por beduinos en cuevas cercanas al
borde noroccidental del Mar Muerto, a tan sólo algunos kilómetros de
Jericó. En1956, beduinos y arqueólogos habían encontrado once cuevas
que contenían variada cantidad de manuscritos. Las excavaciones de los
arqueólogos no sólo descubrieron cuevas sino también un asentamiento
peculiar cercano a ellas conocido como Khirbet Qumran. Los hallazgos más
ricos provenían de las cuevas 1, 4 y 11. En cierto sentido los más
controversiales provenían de la cueva 7, donde todos los textos estaban
en griego. En la cueva 1 fueron encontrados siete manuscritos casi
completos además de otros textos fragmentados. Una gran parte del
contenido de la cueva 4 fue extraída algunos días (o noches) antes de
que los arqueólogos dieran con ellos. Esta cueva albergaba unos 15.000
fragmentos de textos, muchos de ellos muy pequeños. En la Cueva 11 había
muchos manuscritos importantes. Algunos de ellos son: 1. El Rollo del
Templo (11Q19), el más largo de todos los rollos que no sólo describe
un nuevo y utópico templo y varias fiestas que debían celebrarse, sino
que también provee una curiosa interpretación y adaptación de la ley
bíblica. A veces se lo llama la nueva Torá. 2. El rollo de Salmos
(11Q5), que contiene trechos de cuarenta salmos canónicos y no canónicos,
hizo que se abriera a nuevos sentidos la cuestión del desarrollo y la
forma del Canon bíblico. 3. Además, en la cueva 11 se encontró un Targum
[Traducción Aramea] del libro de Job (11Q10) y un texto sobre la
misteriosa figura de Melquisedec. (11Q13).
En total, se han
contado aproximadamente 820 manuscritos y cerca de 20.000 fragmentos. De
aquellos, cerca de 220 manuscritos contienen textos que son ahora parte
de la Biblia Hebrea; el más famoso es el libro completo de Isaías.
Otra categoría de textos estaba previamente disponible sólo en griego
u otras traducciones. Tal es el caso del libro de Tobías, previamente
conocido en tres versiones griegas. Una copia en hebreo y cuatro en
arameo (4Q196-200) fueron encontradas en la Cueva 4, que contenían
fragmentos de cada uno de los catorce capítulos del libro.
También fueron encontrados varios fragmentos del libro de Ben Sira
(Eclesiástico). Entre los pseudoepígrafes, se identificaron numerosos
fragmentos del libro de los Jubileos y del libro de Henoc que, hasta el
momento, eran conocidos sobre todo en su traducción etíope.
El mayor número de
manuscritos, sin embargo, representa textos que se desconocían
previamente. Estos incluyen comentarios bíblicos y paráfrasis o
expansiones del texto bíblico, oraciones y otros textos litúrgicos. Un
tipo de textos más pertinentes para nuestro tema en esta oportunidad
son los textos llamados libros de disciplinas y otros textos halájicos.
Además, hay una variedad de textos astronómicos y calendarios. Muy
recientemente han sido publicados varios textos sapienciales. Algunos de
estos textos representan claramente la visión de un grupo en particular
o secta, pero no todos los documentos pueden ser clasificados como
“sectarios”. Del mismo modo no se puede asumir a priori que
un texto en particular encontrado en las cuevas cerca del Mar Muerto
exprese la visión particular de una/la comunidad de Qumran.
Hasta 1991, el acceso a
los trechos no publicados de estos textos estaba restringido a los
editores designados previamente. A partir de ese año, fotografías de
todos los manuscritos están disponibles para los investigadores.
La primera traducción de todos los textos descifrables apareció en
español en 1992.
Mientras tanto hubo un tremendo progreso en la publicación de ediciones
críticas de todos los textos. Entre 1955 y 1990 fueron publicados ocho
volúmenes por la Oxford University Press en la serie Discoveries in
the Judean Desert. Ya se ha llegado al volumen 38, aunque faltan
algunos intermedios. Una “relativa” edición de estudio económica
contiene la mayoría de los textos no bíblicos hebreos y arameos con su
traducción.
Para una bibliografía actualizada y otras informaciones importantes se
puede consultar el sitio en la web del Orion Center para el estudio de
los rollos del Mar Muerto de la Universidad Hebrea de Jerusalén (http://orion.mscc.huji.ac.il).
Varias controversias
respecto a la fecha y el origen de todos estos manuscritos tuvieron
lugar hasta hace poco tiempo. Algunos investigadores habían
inicialmente sugerido que eran medievales, otros habían tratado de
vincularlos con los grupos cristianos y así fecharlos en el siglo
primero d.C. Hoy, los investigadores concuerdan en fechar los rollos
entre el fin del siglo tercero d.C. y el año 68 a.C., cuando Jericó
fue conquistada por los romanos y destruido el asentamiento de Qumran.
Podríamos decir que la mayoría de los rollos fueron escritos entre el
siglo primero a.C.. y la primera mitad del siglo primero d.C. Estas
fechas se confirmaron claramente al aplicar las pruebas de carbono 14
sobre varios rollos.
¿Cristianismo en
los rollos?
Tales fechas excluyen
un origen cristiano de la mayoría de los rollos.
Sin embargo, todavía se pueden ver titulares tales como “¿Está
presente Jesús en los rollos del Mar Muerto?”
aun cuando la situación se ha calmado considerablemente. [Entre los
documentos de Qumran no se encontró ninguna licencia de matrimonio, ni
carta de divorcio, ni certificado de muerte de Jesús.]
Una cuestión muy
debatida, especialmente en publicaciones españolas, italianas y
alemanas, aunque mucho menos en inglés, fue la identificación de uno o
más pequeños fragmentos de la cueva 7. En un artículo publicado en
1972 en Biblica, una revista editada por mi Instituto, un colega
mío, el prof. José O´Callaghan sugirió que el fragmento del tamaño
de un sello postal 7Q5 podría ser parte de una copia del evangelio de
Marcos, fechado no más allá del año 50.
La única palabra completa en el manuscrito griego es kai (y).
Pero la relativa rara combinación de letras ...mnês... condujo
a O´Callaghan a ver una referencia al lago de Genesaret en Mc 6,53. Al
comienzo tentativamente, y luego con más fuerza, presentó sus
argumentos asegurando que 7Q5 era verdaderamente parte del Evangelio de
Marcos.
Pero existen varios problemas sustanciales: primeramente el tamaño
pequeño y las dificultades para leer este fragmento. De veinte letras
reconocibles desparramadas en cinco líneas, sólo nueve se pueden
identificar con seguridad. En segundo lugar la lectura de O´Callaghan
requiere que una tau del texto reemplace por error a una delta
(tiapersantes en lugar de diapersantes) y la
omisión de la frase “sobre la tierra” (epi ten gen)
no atestada en otros manuscritos. Aunque los errores son comunes en
manuscritos antiguos, tantos errores en sólo veinte letras son
demasiados. O´Callaghan trató de defender estas anomalías, pero la
mayoría de los expertos en Qumran y en Nuevo Testamento rechazó esta
identificación. Emile Puech, uno de los más importantes especialistas
en los rollos, demostró que algunas de las otras lecturas requeridas
para la identificación de O´Callaghan son imposibles o altamente
problemáticas.
Muchos investigadores sugirieron otras identificaciones para este pequeño
fragmento.
Ha sido desafortunado
que se haya gastado tanta energía y dado tanta publicidad a uno de los
20.000 fragmentos. El significado de Qumran para el origen del
cristianismo no reside en este o aquel texto, sino en el hecho de que
los rollos del Mar Muerto, en su totalidad, han alterado radicalmente
nuestra visión del judaísmo de los dos siglos previos a la destrucción
del templo. Consecuentemente, sobre la base de estos textos, tenemos que
rever nuestra percepción de lo que es nuevo y único en el cristianismo
primitivo, y lo que es continuación de, al menos, algunas de las líneas
del judaísmo. Esta idea fue ya expresada en 1948 por W. F. Albright
quien escribió:
Es fácil conjeturar
que los nuevos descubrimientos revolucionarán los estudios
intertestamentales, y que pronto serán anticuados todos los actuales
manuales sobre el contexto del Nuevo Testamento y sobre crítica textual
e interpretación del Antiguo Testamento.
Así que nuestra próxima
pregunta es:
¿Qué tipo(s) de
judaísmo encontramos en Qumran?
En 1896, en El Cairo,
Egipto, fue descubierto un depósito en una vieja sinagoga (la famosa G(u)eniza),
que contenía alrededor de 200.000 fragmentos manuscritos, la mayoría
medievales, diez veces más material que en Qumran. Desde hace más de
un siglo todavía están en proceso de ser publicados. A un enigmático
texto preservado en dos manuscritos medievales fragmentados y publicado
por Solomon Schechter en 1910 se lo conoce con el nombre de Documento de
Damasco.
Louis Ginzberg , en su An Unknown Jewish Sect (Una desconocida
secta judía)
hace referencia a este documento, décadas antes de que fueran
encontrados en Qumran varios fragmentos de este mismo documento.
En ese estudio que aún es muy útil, Ginzberg argumenta a favor de la
existencia de una secta radical desconocida que surgió de los fariseos
durante el reinado de Alejandro Janeo (103-76 a.C. Su intuición, aunque
inaceptable tal como la presentó, no estaba lejos de dar en el blanco.
La hipótesis esenia
Poco después del
descubrimiento de los primeros rollos de Qumran, fue sugerido por
Eleazar Sukenir y otros, que los rollos de las cuevas habían
pertenecido a los esenios, un grupo mencionado por Filón y por Flavio
Josefo. El enciclopédico escritor romano Plinio el Viejo quien falleció
en el 79 d.C. ubicó a este grupo cerca del Mar Muerto.
El estudio del contenido de varios de ellos confirmó la idea de que los
esenios y los rollos tenían alguna conexión. Especialmente en la
llamada Regla de la Comunidad, los investigadores observaron
varios paralelos con la descripción de los esenios en Josefo (Guerra
2. 119-161).
Sin embargo, el hecho de identificar al grupo responsable de los rollos
encontrados en las cuevas y los asentamientos cercanos como
pertenecientes a los esenios no está exento de problemas. En primer
lugar, Filón y Josefo dicen que los esenios habitaban en varias aldeas
y pueblos.
Parece exagerado que, basándose en estas afirmaciones, se sostenga que
Jesús estaba relacionado con un grupo esenio en Nazaret.
Pero la presencia de un maestro esenio en el templo (Guerra...
1.78-80 // Antigüedades 13.311-313), la existencia de una Puerta
de los Esenios en Jerusalén (Guerra... 5. 145), y la participación
de un tal Juan el esenio como general en la guerra contra Roma (Guerras...
2.567; 3.11) son signos de que no podemos afirmar que los esenios fueran
un grupo retirado sólo en Qumran, que permanecía allí por sus propios
medios.
Por otro lado, algunos
investigadores sostienen que no hay ninguna conexión entre los esenios
y Qumran. Aparte de las propuestas imposibles y desacreditas de que los
rollos fueron producidos por cristianos o por zelotes, algunos
investigadores han tratado de separar completamente los rollos
encontrados en las cuevas del asentamiento cercano (Khirbet) Qumran.
Norman Golb afirma que las cuevas se utilizaban como escondites de la
biblioteca del Templo o las bibliotecas de Jerusalén, que contenían
una mezcla de documentos judíos sin relación especial con un grupo en
particular, y que el asentamiento cercano era más bien un campo
militar.
Otros interpretan el asentamiento como una villa lujosa con
instalaciones para producir bálsamos y otros productos locales.
Estos puntos de vista se basan en la proximidad de las
cuevas que se usaban al mismo tiempo que el asentamiento, y en varios
otros elementos que los conectan, por ejemplo, el énfasis que se les da
a los ritos de purificación en los textos y los baños rituales (miqva`ot)
encontrados en el asentamiento.
Se reconoce así mejor
la estrecha relación entre el asentamiento y los rollos, y de ambos con
el grupo de los esenios. Qumran, sin embargo, no representa “el
movimiento esenio”, pero fue quizás una extensión separada de este
grupo radical. Si la evidencia arqueológica muestra que el lugar fue
ocupado por la misma clase de personas desde el final del segundo siglo
a.C. hasta el año 68 d.C., esto no debería dejarnos olvidar que sobre
un período de más de un siglo y medio, cualquier grupo puede sufrir
profundo cambios. Qumran ciertamente no fue la excepción.
Si los rollos del Mar
Muerto pertenecieron a un grupo en particular, esto no significa que
todos ellos expresen sus puntos de vista o que fuesen creados por ellos.
Parece probable que al menos algunos de ellos fueron verdaderamente
copiados o compuestos en Qumran. Sin duda una de las habitaciones puede
ser llamada con certeza “scriptorium”, ya que los varios
tinteros encontrados en ella señalan la actividad de los escribas.
Antes de afirmar que un texto es “típicamente qumranico”
necesitamos preguntarnos si realmente expresa el punto de vista específico
de esta comunidad en particular. Los textos bíblicos ciertamente no
representan la visión de esta sola comunidad. Por otro lado, el hecho
de que doce copias de la Regla de la Comunidad y múltiples
copias de documentos sectarios hayan sido preservados, sugiere que
tenemos la biblioteca de una comunidad en particular, con fuertes
afinidades con los esenios, y menos afinidades con otros grupos como los
saduceos de la literatura rabínica y el cristianismo primitivo. Aun así,
hay otras opiniones además de las que hemos presentado.
Tomemos un ejemplo.
Para el autor de Daniel el templo es sagrado y central, y su profanación
por el rey Antíoco IV Epifanes representa una enorme tragedia (Dn
11,31). En cambio, para el autor del “apocalipsis animal” en 1Henoc,
el segundo templo ya está profanado desde un comienzo y en consecuencia
no es apto para la adoración (1Henoc 89,73). El tema del templo
fue ciertamente de importancia para el judaísmo, así como lo demuestra
el Rollo del Templo de Qumran. Sin embargo, muchas copias tanto de 1Henoc
como de Daniel fueron encontradas en varias cuevas de Qumran. Podemos
agregar que el cambio del hebreo al arameo (Dn 2,4) y la vuelta al
hebreo (8,1) está documentado en estas copias. [No podemos detenernos
ahora en el tema del lenguaje de los rollos y cuánto nos enseñan sobre
el uso del hebreo, arameo y griego en Judea. Eso requeriría al menos
otra conferencia].
Una ventana hacia un
mundo judío más amplio
Qumran representa para
nosotros el microcosmos de una comunidad muy peculiar. Sus miembros
fueron en parte de origen sacerdotal y en parte laicos que decidieron
vivir en este asentamiento en el desierto por razones que no podemos
reconstruir con exactitud. Pero podemos quizás vislumbrar algo de su
espíritu en la Regla de la Comunidad VIII.12-16:
Y cuando estos existan
como comunidad en Israel según estas disposiciones se separarán de en
medio de la residencia de los hombres de iniquidad para marchar al
desierto para abrir allí el camino de Aquél. Como está escrito: “En
el desierto, preparad el camino de [del Señor], enderezad en la estepa
una calzada para nuestro Dios.” Éste es el estudio de la ley, que
ordenó por mano de Moisés, para obrar de acuerdo con todo lo revelado
de edad en edad, y que revelaron los profetas por su santo espíritu.
Qumram fue ciertamente
una comunidad peculiar, distante de la línea principal de las demás
formas del judaísmo. Sin embargo, nos abre una ventana que nos permite
ver varios aspectos del judaísmo durante el período que va de la
Biblia Hebrea hasta la Mishna. Schiffman ha argumentado
firmemente que debemos reconocer los rollos del Mar Muerto como
documentos que pueden enseñarnos mucho sobre los antecedentes del judaísmo
rabínico.
Por ejemplo, los numerosos manuscritos de Qumran arrojan una sorpresiva
luz no sólo sobre los textos de libros que ya teníamos disponibles
sino sobre la formación del canon de la Biblia Hebrea. Con la excepción
del libro de Ester, todos los libros del canon hebreo están
representados en Qumran. Aun así ellos no están representados en forma
pareja. Tenemos fragmentos de alrededor de cuarenta manuscritos de los
Salmos. Entre otros libros, Génesis, Éxodo, Deuteronomio e Isaías son
los más representados. Además, otros libros probablemente también
fueron considerados sagrados. Tal es el caso del libro llamado 1Henoc,
del cual sustanciales partes han sido preservadas en múltiples copias
en Qumran. Debemos recordar, respecto a este libro, que también en el
Nuevo Testamento, en la carta de Judas, se incluye una breve cita de 1Henoc
1,9 en la forma normalmente reservada para citar las Escrituras:
A ellos se refería
Henoc, el séptimo patriarca después de Adán, cuando profetizó: “Ya
viene el Señor con sus millares de ángeles, para juzgar a todos y
condenar a los impíos por las maldades que cometieron, y a los
pecadores por las palabras insolentes que profirieron contra él”
(Judas 14-15).
También el llamado
Rollo del Templo fue generalmente considerado un texto sagrado. En él
Dios regularmente habla en primera persona (“y yo dije”), donde el
texto paralelo en Deuteronomio lo menciona en tercera persona (“y el
Señor dijo”). Por ejemplo en el Rollo del Templo leemos:
Así yo cambiaré
el furor de mi cólera y tendré compasión de ti, me apiadaré de ti y
te multiplicaré como dije a tus padres, si escuchas mi voz para
guardar todos los preceptos que yo te mando hoy, para hacer lo recto y
lo bueno ante mí, YHWH, tu Dios.
En cambio Deuteronomio
(13,18-19) dice:
[Y no retengas nada de
lo que debe ser consagrado al exterminio]. Así el SEÑOR aplacará
el ardor de su ira, se apiadará y tendrá misericordia de ti y te
multiplicará, como él lo juró a tus padres, con tal que tú
escuches la voz del SEÑOR, tu Dios, observando tus mandamientos
que hoy te prescribo y haciendo lo que es recto a los ojos del SEÑOR,
tu Dios.
De modo que el autor
del rollo implícitamente reclama autoridad para enseñar en el nombre
de Dios, y consistentemente altera el texto bíblico en ese sentido. Así,
aunque el Pentateuco indudablemente era considerado un texto sagrado,
las cuestiones sobre la autoridad y fidelidad eran vistas de un modo muy
diferente de lo que las veríamos hoy, pero quizás más de acuerdo con
las actitudes que Jesús y el cristianismo primitivo tuvieron hacia la
Escritura.
Un considerable número
de textos de Qumran incluye reglas para la vida presente y futura. La
Regla de la Comunidad parece describir una comunidad masculina célibe,
aunque esto no está explícitamente dicho. En cambio el Documento de
Damasco supone grupos de personas que contraen matrimonio, tienen
esclavos, y mantienen contactos comerciales con personas no miembros del
grupo. A veces, basados en estas diferencias, se ha argumentado que la Regla
de la Comunidad fue redactada por la comunidad célibe de Qumran,
mientras que el Documento de Damasco sirvió para los esenios,
incluyendo los casados que vivían en cualquier otro lugar. Esta
explicación todavía parece posible, pero debemos tener siempre en
cuenta que, entre las reglas y su aplicación, puede haber grandes
distancias, especialmente si estas reglas fueron escritas y copiadas
durante un largo período de tiempo.
Otro texto que tiene
que ver con reglas específicas es el conocido como 4QMMT, la
abreviatura de Miqsat Ma‘ase ha-Torah (“algunos de los
preceptos de la Torah” [o quizás mas incisivamente: “algunas
de las obras de la Ley”]).
Es también llamado “la Carta Halájica”. Este texto ha alimentado
muchas controversias y el copyright de su reconstrucción ha sido
debatido ante la Suprema Corte de Israel. Es un texto muy fragmentado,
consistente en seis copias (4Q394-399). El texto trata varios temas
relativos a las varias expresiones del judaísmo en el siglo primero,
aunque —a veces, debido a su naturaleza fragmentada— las respuestas
no son muy claras. En algunos temas legales específicos, o halajá
en la terminología rabínica, este texto propone puntos de vista que
son atribuidos a los saduceos en la Mishná.
Esto le dio pie a Schiffman para extraer su conclusión controversial de
que la comunidad de Qumran no estaba constituida por esenios sino por
saduceos, aunque de una rama disidente de ellos. Él sostiene “que la
secta de Qumran tuvo un sustrato de visiones halájicas saduceas” y
que “los primeros miembros de la secta deben haber sido saduceos no
deseosos de aceptar el status quo establecido luego de la
revuelta de los Macabeos”.
Pocos investigadores han aceptado la propuesta de Schiffman. De hecho,
aunque los paralelos son interesantes, no son suficientes para
identificar a Qumran y los esenios. Podemos encontrar muchos más
paralelos importantes entre enseñanzas luteranas y católicas, lo que
no significa que ambas sean idénticas.
Es claro, sin embargo,
que muchos documentos de Qumran desconocidos previamente nos ofrecen
conocimientos no sólo de la visión de una comunidad en particular sino
también del más amplio contexto del debate entre varios grupos judíos
de aquel tiempo. La forma de los argumentos presentados en 4QMMT es de
gran significación. A menudo encontramos la formula “Pero
decimos...” o “ pero pensamos...” Jesús dice “Ustedes han oído...
pero yo les digo...” Así lo que a veces ha sido tomado como una
fuerte afirmación de la autoridad de Jesús contra los maestros judíos
de su tiempo, puede ser vista como una fórmula argumentativa también
utilizada por otros intérpretes judíos. En un sentido más general,
podemos aprender de los rollos cuáles eran muchos de los temas de
discusión entre los diversos grupos judíos y cuán vehementes eran sus
debates. Así cuando, en el Nuevo Testamento, encontramos afirmaciones
polémicas, por ejemplo en los evangelios de Mateo o Juan, debemos
verlos también en el contexto de estos debates internos dentro del judaísmo.
Una frase fragmentaria
en el MMT que ha causado mucha controversia es la siguiente: “[Y
vosotros sabéis que] nos hemos separado de la mayoría del pue[blo y
nos abstenemos] de mezclarnos en estos asuntos”.
Aquí el término usado para “hemos separado” (parashnu)
pertenece a la misma raíz de la palabra fariseo (en hebreo parush).
Obviamente no debemos concluir que tenemos saduceos en un asentamiento
esenio que actúan como fariseos, mezclando entonces los tres
principales grupos judíos descriptos por Flavio Josefo (Guerras judías...
2.119-166 y otros). Esta oración puede hacer referencia a la separación
de la comunidad de Qumran respecto a la corriente mayoritaria del judaísmo.
Pero esta no es necesariamente la interpretación correcta. Quizá esta
línea tenga que ver con el conflicto con uno de los grupos, porque en
lugar de ha‘a[m] (“el pueblo”) el texto podría ser
leído ha‘e[dah] (“la comunidad”): “hemos separado
de la mayoría de la comunidad.” Este ejemplo muestra lo peligroso que
puede ser llegar a ciertas conclusiones basándose en evidencia
fragmentaria.
Qumran y el Nuevo
Testamento
Los rollos del Mar
Muerto son documentos judíos que nos enseñan, sobre todo, algo sobre
un particular grupo de judíos que eligieron vivir en Qumran. Sin
embargo, tal como hemos visto, los rollos también nos informan sobre
otras áreas, como el desarrollo de la lengua hebrea y aramea y el uso
del griego en Judea. Si descartamos las afirmaciones sensacionalistas
sobre las conexiones entre Jesús y Qumran, encontramos que hay mucho
que aprender sobre el mundo en que Jesús vivió y enseñó, y en el
cual el cristianismo primitivo se desenvolvió. Desgraciadamente, estas
nuevas fuentes de conocimiento han sido poco integradas en el estudio
del Nuevo Testamento. El único comentario sistemático del Nuevo
Testamento que tiene en cuenta a Qumran fue escrito al comienzo de los años
60, cuando sólo una pequeña porción de los rollos había sido
publicada, si bien todavía resulta útil, ya está superado en varios
aspectos.
Durante los últimos veinte años, se ha llevado a cabo un proyecto
llamado “Qumran y el Nuevo Testamento” por la Evangelisch-Theologische
Fakultät en Munich bajo la dirección del Prof. Heinz-Wolfgang Kuhn. Se
trata de documentar todo paralelo significativo entre textos de Qumran y
los pasajes del Nuevo Testamento teniendo en cuenta las cuestiones filológicas,
histórico-religiosas y teológicas. Hasta aquí el proyecto está
limitado al corpus paulino y sólo han aparecido algunos breves
artículos.
Obviamente, hoy sólo
podemos discutir unos pocos ejemplos.
Abba
El estudio de la
designación de Dios como “padre” en la literatura judía temprana
ha sido generalmente utilizada como un prolegómeno y (en general,
negativamente) para frustrar la comprensión de la novedad y la unicidad
del uso que Jesús hace del término arameo Abba.
A menudo se ha afirmado que oraciones individuales dirigidas a Dios como
“Padre” o “mi padre” eran completamente desconocidas en el judaísmo
pre-cristiano. Esta perspectiva, que ganó amplia difusión
especialmente a través de los trabajos de Joachim Jeremias, continúa
influenciando no sólo el campo de la exégesis del Nuevo Testamento,
sino también la teología sistemática y la homilética.
Notas de advertencia sobre esto no alcanzaron la misma popularidad.
Ahora, sin embargo, tenemos al menos dos textos de oraciones de Qumran
en los cuales Dios es llamado “mi padre”. El primero es puesto en la
boca del José bíblico, quizás visto como representante de una
comunidad. Su oración comienza: “Mi padre y mi Dios, no me abandones
en las manos de los gentiles.”
Similarmente un texto más fragmentado que contiene a la vez narrativa y
oración incluye lo siguiente: “tú no has abandonado a tu siervo
[...] mi padre y mi Señor”.
Así queda claro que al menos algunos judíos se dirigían a Dios en el
lenguaje de las oraciones tal como las conocemos en el Nuevo Testamento.
Este nuevo conocimiento no cuestiona la unicidad de Jesús y de algunas
de sus enseñanzas. Ciertamente dirigirse a Dios como Abba
produjo una fuerte impresión en los discípulos de Jesús y puede ser
considerada característica de algunas de las primeras oraciones
cristianas. Pero esta investigación afirma que la fórmula ya había
sido usada antes. Puede ser tomada como otra indicación de cuán
profundamente enraizado estaba Jesús en el contexto del judaísmo de su
tiempo.
4Q285, 4Q246, 4Q521, y
los evangelios sinópticos
Podemos darle el título
de “mesianismo(s) a un área de los estudios de Qumran que ha recibido
tremenda atención en los años recientes. El interés en este tópico
ha sido reavivado por varios textos nuevos publicados en la década
pasada. Como suele suceder, primero aparecen los anuncios
sensacionalistas. Por ejemplo, Eisenman creó agitación en los medios
cuando publicó un texto que supuestamente hablaba de un “mesías
degollado” (4Q285). El texto en cuestión, sin embargo, el cual puede
haber formado parte de la famosa Regla de la Guerra, incluye sólo
una forma ambigua de un verbo que puede ser leída como “ellos matarán”
(we-h?mitu) o “él lo matará” (we-hemitô). En este
fragmento hay una referencia específica a Isaías 11, que habla de un
rey mesiánico quien “herirá al violento con la vara de su boca y con
el soplo de sus labios hará morir al malvado” (Is 11,4). Pero hoy los
investigadores están de acuerdo en que este texto no se refiere a un
mesías que muere, sino a una figura mesiánica, aquí llamada “Príncipe
de la congregación”, quien juzga al malvado.
Otro manuscrito
controversial es el llamado el texto 4QHijo de Dios (4Q246). La línea
más debatida dice en un muy claramente legible arameo: “Será
denominado hijo de Dios, y le llamarán hijo del Altísimo.” Aun
cuando el texto es claro, se debate acaloradamente a quién se alude con
esos títulos. Algunos piensan en un rey helénico que usurpó el
derecho de proclamarse hijo de Dios. Flusser hasta propone el
Anticristo. Otros, la mayoría de los investigadores, lo consideran como
una figura angélica o mesiánica.
Desgraciadamente, el contexto es demasiado fragmentario para permitir
identificaciones seguras. Uno de los varios argumentos a favor de una
interpretación mesiánica es el uso de una terminología similar en
Lucas 1,32 y 1,35, donde se aplica a Jesús:
(32) “Él será
grande y se lo llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará
el trono de David, su padre. (35) El Ángel le respondió: ‘El Espíritu
Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra. Por eso el niño será Santo y se lo llamará Hijo de Dios’.”
Aunque Lucas
probablemente no conoció directamente el texto de Qumran, no
necesitamos buscar el origen del concepto de Hijo de Dios en el
paganismo helénico como a menudo lo han hecho anteriores generaciones
de exégetas. Aparentemente la idea parece haberse desarrollado en círculos
judíos. En Qumran no tenemos sólo este texto sino también el llamado Florilegio
(4Q174) que interpreta mesiánicamente varios textos bíblicos. En
algunas partes leemos lo siguiente:
“Seré un padre para
él, y él será para mí un hijo” (2Sam 7,14). Eso (se refiere al)
retoño de David que se alzará con el intérprete de la Torá que
[surgirá] en Si[ón en] los últimos días… (4Q174 1-3 I, 11-12).
Otro manuscrito curioso
es conocido con el nombre de “Apocalipsis mesiánico” o más
prosaicamente 4Q521. Se ha encontrado sólo una copia fragmentaria y no
sabemos si fue compuesto en Qumran. Ha sido datado paleográficamente
por su editor Émile Puech como del primer siglo a.C.
Este texto refiere a los ungidos (al menos una vez en el fragmento 8 línea
9) o a un ungido (2 II, 1 y 9,3. El plural es posible aún en estos dos
últimos casos). El principal fragmento comienza:
[pues los cie]los y la
tierra escucharán a su/sus mesías (4Q521 2 II, 1)
Aquí la ortografía
hebrea permite leer tanto el singular como el plural, y dado que el
plural “los ungidos” ya aparece al menos una vez, algunas
investigadores preferirían leer aquí también un plural. Este caso es
emblemático para el problema de definir el mesianismo en Qumran. En
algunos rollos se utiliza el término mashiaj en referencia a
profetas del pasado. En varias partes tenemos claramente la expectativa
de “que venga el profeta y los mesías de Aarón e Israel”
(1Q9,11). En el Documento de Damasco, encontramos “el ungido (mashiaj
singular) de Aarón e Israel, probablemente refiriéndose a dos personas
a pesar del singular.
En nuestro texto, su/sus mesías que debe ser oído(s) puede ser
considerado una figura profética del tipo de Elías o un grupo de
profetas, aunque no podemos afirmar que se esté aludiendo a una sola
figura mesiánica real. Aquí también el debate acerca de la identidad
mesiánica probablemente continúe por un tiempo.
Hay, sin embargo, otros
aspectos muy significativos de este texto que no debemos perder de
vista. Lo primero es el uso combinado de textos de la Biblia Hebrea.
Encontramos en unas pocas líneas de este texto inequívocos ecos del
Sal 146, Is 61 e Is 35:
Pues honrará a los piadosos sobre el
trono de la realeza eterna
librando a los prisioneros, dando la vista a los ciegos, enderezando
a los torcidos (Sal 146:7-8; cf. Is 35:5-6; )
Por siempre me adheriré a los que esperan. En su misericordia él
juz[gará]
y a nadie le será retrasado el fruto […]
y el Señor obrará acciones gloriosas como no han existido, como él lo
ha di[cho]
pues curará a los malheridos, y a los muertos hará vivir, anunciará
buenas noticias a los humildes (Is 61:1),
… y a los hambrientos los enriquecerá.
Sin tratar de dar una
lista completa de los paralelos del Antiguo Testamento, igual nos damos
cuenta de que varios textos bíblicos han sido tejidos juntos para
describir un tiempo de bendiciones inesperadas y sin par. Pero aún no
hemos mencionado el paralelo más cercano a este texto: la respuesta de
Jesús a la pregunta del Juan el Bautista:
¿Eres tú el que ha de
venir o debemos esperar a otro? (Mt 11,3; Lc 7,20
Jesús les responde:
“Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven y los
paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen;
los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y
feliz aquel para quien yo no seré ocasión de escándalo!” (Mt 11,4-6
// Lc 7,22-23).
Las palabras de Jesús
claramente aluden a los mismos pasajes en Is 35 y 61, pero agregándoles
la mención de que los muertos son resucitados, justo como en el texto
de Qumran. Lucas introduce la respuesta de Jesús diciendo que ha curado
muchos enfermos (Lc 7,21). Esto también es un claro eco de “él curará
al enfermo” en 4Q521.
Estos paralelos se
tornan más sorprendentes si tomamos en consideración que Juan el
Bautista, en su predicación y práctica, muestra gran afinidad con
Qumran. Hay muchos argumentos a favor para pensar que él tenía
estrechas relaciones con Qumran, aunque en la época de su predicación
y bautismo ciertamente no era miembro de esa comunidad.
Quizás entonces no sería mera coincidencia que, de acuerdo a Mateo o
Lucas (o, si prefieren, de acuerdo a Q), Jesús eligiera esta fórmula
para su respuesta. Juan, quien estaba probablemente encarcelado en
Macareos (Josefo, Antigüedades 18.119), del otro lado del Mar
Muerto frente a Qumran, puede haber estado familiarizado con esta forma
de lenguaje desde hacía más tiempo.
Justificación por
la gracia
Entre muchos otros
paralelos —a menudo complicados— entre Qumran y el Nuevo Testamento,
quisiera hablar sobre otro que puede ser de algún interés,
especialmente en esta institución. Ya mencioné 4QMMT, el que, en su título,
parece llevar el equivalente hebreo de la expresión paulina “obras de
la ley” (Gal 2,16 y passim), una frase que no está presente en el
Nuevo Testamento fuera de Romanos y Gálatas. Tampoco aparece en el
Antiguo Testamento ni en la literatura rabínica. García Martínez, de
acuerdo con los primeros editores del texto, traduce el pasaje completo:
Recuerda a los reyes de
Israel y considera sus obras, cómo quien de ellos respetó [la
To]rah fue librado de sus angustias; a quienes buscaron la Torah [les
fueron perdonados] sus pecados. Recuerda a David, uno de los
“piadosos”, y también él fue librado de sus muchas angustias y fue
perdonado. Y también nosotros te hemos escrito algunos de los
preceptos de la Torah que pensamos buenos para ti y para tu pueblo,
pues [vimos] en ti inteligencia y conocimiento de la Torah.
Desde entonces ha
cambiado de opinión y en su reciente Study Edition traduce
“algunas de las obras de la Torah”. En 4QMMT encontramos un fuerte
énfasis en la observancia de la Torá –entendida por los autores como
la observancia de preceptos bien específicos- como un camino para
obtener el perdón de Dios. Así es probable que cuando Pablo atacaba la
justificación por las obras, estaba adoptando un lenguaje utilizado en
círculos judíos conectados con Qumran. Podemos con cautela concluir
con Dunn que “MMT preserva un vocabulario y una manera de teologizar
que dejó su huella en un amplio espectro del pensamiento y prácticas
judías, y que fue justo este modo de teologizar y sus prácticas lo que
provocó que Pablo se confrontase en Antioquía y escribiera a los Gálatas.
Aun así no deberíamos
ver a Qumran meramente como un bastión de la justificación por las
obras o de autojustificación. El himno final de la Regla de la
Comunidad dice lo siguiente:
Pero yo pertenezco a la
humanidad impía,
a la asamblea de la
carne inicua;
mis faltas, mis
transgresiones, mis pecados, […]
con las perversiones de
mi corazón,
pertenecen a la
asamblea de los gusanos
y de quienes marchan en
tinieblas.
Pues al hombre (no le
pertenece) su camino,
ni al ser humano el
afirmar su paso;
puesto que el juicio
(le pertenece) a Dios,
y de su mano viene la
perfección del camino,
…
En cuanto a mí, si yo
tropiezo,
las misericordias
de Dios serán mi salvación por siempre;
si yo caigo en pecado
de carne,
en la justicia de Dios,
que permanece eternamente, estará mi juicio.
La línea jasdé el
yeshuati la‘ad podría traducirse más significativamente como
“las gracias (en lugar de las misericordias) de
Dios serán mi salvación por siempre.” Así este texto muestra una
profunda convicción, que la salvación viene a través de la gracia de
Dios. La expresión “justicia de Dios” (zidqat el) no aparece
literalmente en la Biblia Hebrea.
Aquí también tenemos una expresión típicamente paulina (Rom 1,17 y
passim), por primera vez en su equivalente hebreo.
Similares afirmaciones
se encuentran en un número de otros importantes documentos. Uno es la
colección de himnos extra-bíblicos conocidos como Hodayot, de
los cuales quiero citar algunas pocas líneas:
Pero yo sé que no
pertenece la justicia al hombre,
ni el camino perfecto
al hijo de hombre.
Al Dios Altísimo
pertenecen todas las obras de justicia (kol ma‘ase zedaqah)
y el camino del hombre
no es estable
si no es por el espíritu
que para él Dios crea
…
Pues me he apoyado en
tus ternuras (bejasdejah)
y en la abundancia de
tus misericordias.
Porque tú expías el
pecado
y purifi[cas al hombre]
de su culpa por tu justicia.
Similarmente, Pablo nos
recuerda que “todos pecaron y están privados de la gloria de Dios”
(Rom 3,23). Quizás podamos hablar en Qumran de “justificación por la
gracia”.
Pablo claramente va un paso más allá insistiendo en la justificación
(por la gracia) a través de la fe en Jesucristo (Gal 2,16). Cuando
estudiamos uno o ambos cuerpos de textos no deberíamos caer en lo que
ha sido llamado “paralelomanía”.
Paralelos por sí mismos no demuestran dependencia y tienen que ser
cuidadosamente estudiados para entender su significado. Mientras
buscamos paralelos o diferencias tenemos que reconocer y tratar de
entender lo especial y único de cada uno de los documentos. Con todo,
Qumran puede arrojar mucha luz sobre Pablo y su enraizamiento en la
tradición judía. Viceversa, creo que, como en el caso del evangelio de
Lucas y el llamado “texto del Hijo de Dios”, el Nuevo Testamento
también puede iluminarnos considerablemente acerca de los tipos de judaísmo
presentes en el siglo primero.
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