LA IGLESIA QUE ESTABLECIÓ EL NT


Daniel Gagnon


A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas están 
tomadas de la Santa Biblia, Antiguo y Nuevo Testamentos. Antigua Versión 
de Casiodoro de Reina (1569), Revisada por Cipriano de Valera (1602) 
[Reina-Valera]. Revisión de 1960, Con referencias. Texto © Sociedades 
Bíblicas Unidas 1960.

Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su 
boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los 
ejércitos (Mal 2, 7).
  
Cuando Pablo escribió a Timoteo: desde la niñez has sabido las 
Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la 
salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Ti 3, 15), él estaba 
hablando de la Sagradas Escrituras que hoy conocemos como el AT. 
En ese tiempo todavía no se habían escrito todo los libros del NT. 

Jesús no escribió ningún libro. Si hubiera querido que la Fe viniera 
por la lectura solamente, Él nos lo hubiera dicho. Si poder leer hubiera 
sido el requisito para la salvación, habrían sido muchos los perdidos en 
la historia de la cristiandad, porque hasta este siglo la lectura había 
sido privilegio de unos pocos. Jesús no mandó a sus discípulos a 
escribir algo, sino que les mandó a predicar la Buena Nueva (Mt 
28,20). 

Algunos de los Apóstoles (Pedro, Pablo, Santiago, Juan, Mateo, y 
Judas) escribieron parte de las enseñanzas de Jesucristo; ninguno de 
los otros escribió cosa alguna, por lo menos no lo sabemos por los 
datos que existen. Si la interpretación particular de la Biblia fuera una 
regla divina, como enseñó Lutero, parece que fueron muy remisos los 
Apóstoles en su obligación, porque varios de ellos se contentaron con 
predicar, y no hubo ni uno que escribiera todas las cosas que enseñó y 
mandó Cristo (Mt 28, 20). ¿Cómo cumplieron el mandato de Cristo 
entonces? 

Los primeros cristianos siguieron el mandato de id y haced 
discípulos, luego comenzaron a poner por escrito "la tradición" que 
recibieron, es decir, lo que se iba predicando: la variedad de las 
comunidades, la necesidad de la comunicación y de un texto o textos 
comunes, etc, lo iban exigiendo. Además, iban desapareciendo los 
testigos oculares y convenía redactar recuerdos y esquemas de 
predicación. El Espíritu Santo inspiró a Pablo y a los demás autores del 
NT a escribir para el bien de la Iglesia. 

Primero coleccionaron las cartas de Pablo en diferentes ciudades. 
Algunas cartas se perdieron como la carta a Laodicea mencionada en 
Col 4,16. 

Marción, un gnóstico, escribió en el año 110 d.C. que deberían los 
cristianos rechazar el AT y todo lo que era "judío" en los demás 
escritos cristianos, los obispos lo condenaron y reconocieron que las 
Escrituras Hebreas continuaban siendo revelación. Luego, un hombre 
llamado Tacio trató de unir los distintos evangelios en uno sólo, 
quitando lo repetido en ellos, pero no fue una idea aceptada por 
muchos. 

En los primeros siglos de la Iglesia aún no se había determinado 
cuáles libros formarían el "canon" de la Biblia, que es la lista de los 
libros inspirados. Había mucha variedad en lo que se creía era 
inspirado. En algunas ciudades del Medio Oriente rechazaban la carta 
a los Hebreos. Además, en este tiempo, había muchos escritos falsos. 
En Antioquía, en el año 200, se utilizaba el llamado "Evangelio de 
Pedro" (considerado actualmente uno de los evangelios apócrifos). 
Enemigos de la Iglesia trataron de sembrar confusión y promover 
herejías a través de evangelios y epístolas falsas como por ejemplo el 
"Evangelio de Tomás" (promovido por los gnósticos), el "Evangelio de 
Maria Magdalena", cartas de San Pablo no escritas verdaderamente 
por él. 

La primera lista de libros compilados, un primer intento de decidir el 
canon, conocida como "la Lista Muratoriana" (170-180 d. C.) contenía 
los cuatro Evangelios, el Apocalipsis de Juan, trece cartas de Pablo y 
Sabiduría, pero omitía la Epístola a los Hebreos y las Epístolas de 
Pedro, etcétera. 

Durante el período de 140 a 220 d. C., había dudas sobre Hebreos, 
Santiago, 2 Pedro, 2-3 de Juan y el Libro del Apocalipsis. Muchos 
creían en la inspiración de la "Didajé" y de "El Pastor" de Hermas. 
Clemente de Alejandría en Stromata 3 aceptó como escritura inspirada 
la "Carta a Bernabé" y "El Pastor" de Hermas. Incluso citó "El 
Apocalipsis de Pedro" como si fuera Escritura. 

Según Orígenes, se discutía Hebreos, Santiago, Segunda de Pedro, 
2 y 3 de Juan, Judas en el período de 220 a 400(1). Serapión (obispo 
de Antioquía, 190 d. C.) Prohibió a su diocesis leer el Evangelio de 
Pedro, sin embargo la gente seguía apreciando este libro. 

Hacia fines del tercer siglo, salieron otras listas diferentes por 
ejemplo de Mileto, Obispo de Sardis. Ireneo, Obispo de Lyon en Adv. 
Haeres II, no reconoció la carta a Filemón; Tampoco Eusebio, Obispo 
de Cesarea . En el Oriente, Juan Crisóstomo no dudaba de Segunda 
de Pedro, Tercera de Juan, Judas y Apocalipsis. Sin embargo, poco a 
poco, el Espíritu Santo guió a la Iglesia para discernir cuáles libros 
debían ser aceptados. En el Concilio Romano, bajo la autoridad del 
Papa Dámaso (366 - 384 d.C.), aparece la primera lista de la Iglesia 
Universal (católica). 

El Concilio de Hipona (393 d.C.), convocado por el Papa Dámaso 
durante el sínodo de Roma en 382 d.C., representa la primera 
confirmación oficial del canon. En adelante, en las actas de los 
sínodos, lo mismo de los orientales que de los occidentales, y en los 
decretos de los Papas (ejemplo Inocencio I) aparecen los libros del NT. 
En el Concilio de Cártago (397) se ratificaron las decisiones de los 
concilios anteriores. Aún se necesitó otro concilio (Cártago II en 419) 
para reafirmar el canon porque todavía había dudas sobre las cartas 
de Santiago, Judas y Hebreos. Encontramos la lista de los 46 libros del 
AT (Biblia católica) en el Decreto Número 36 de este concilio. Todo 
esto ocurrió más de tres siglos después de la muerte de Jesús. 

¿Por qué se tardó tanto la iglesia en decidir el canon de la Biblia? 
Había persecuciones violentas en contra de la Iglesia, y éstas impedían 
que los obispos, presbíteros, diáconos, y laicos pudieran decidir y 
autenticar los libros y juntarlos en una sola obra. (En un clima de 
persecución reunirse todos hubiera sido demasiado riesgoso.) Pero 
cuando el Emperador Constantino dió paz al mundo cristiano se 
emprendió la obra de juntar las varias partes de las Escrituras, todo 
con el empuje del Papa. 

El argumento de que la Iglesia manifestaba odio en contra de la 
Biblia no es cierto. La verdad es que la Iglesia quiso proteger a los 
fieles de traducciones alteradas y corrompidas de la Biblia; de aquí la 
oposición que se hizo contra los Valdenses, Albigenses y los 
partidarios de Wycliff y Tyndale. 

Las autoridades de la Iglesia en el Sínodo de Oxford (1408) 
prohibieron a los laicos leer traducciones de la Bilbia no autorizadas. 
Es decir, la Iglesia prohibió aceptar como las Escrituras LO QUE DE 
VERAS NO ERA LA PALABRA DE DIOS. Por ejemplo, los albigenses 
del siglo XIII hicieron una traducción de la Biblia que correspondía con 
sus enseñanzas (ver Carta a mis amigos no católicos, p. 24). Y Tomás 
Moro dijo que "Wycliff tradujo la Biblia por sí mismo. Y que en esta 
traducción, él, a propósito, corrompió el texto sagrado agregando 
palabras para aportar las enseñanzas erróneas que sembraba". Los 
1olardos cambiaron aún más el texto e hicieron que la Biblia apoyara la 
anarquía que luego predicaron en Inglaterra. 

El NT de Tyndale fue publicado bajo el amparo del Rey Enrique VIII; 
la "Biblia del Obispo", en 1568; la "Biblia del rey Jacobo" o "la Versión 
Revisada", en 1881. Cada una de éstas se publicó porque la anterior 
estaba llena de errores. En el De Sacramentis, Zwinglio condenó 
fuertemente a Lutero por la corrupción de su traducción de la Biblia al 
alemán. Le dijo: "Usted ha corrompido la palabra de Dios". Un ejemplo: 
Lutero añadió la palabra "solamente" (sólo) en Romanos 3, 28. 

Admitimos que hubo algunos sacerdotes que sobrepasaron el límite 
de la prudencia al prohibir la lectura de la Biblia, no con intención de 
disminuir su importancia, sino para protegerla. Martín Lutero tuvo que 
admitir que sin la Iglesia católica él no hubiera tenido la Biblia (ver su 
Comentario sobre San Juan, 16). 

Por siglos, el idioma universal de la Iglesia y del mundo occidental 
fue el latín. En todas las misas el sacerdote leía la Biblia en este 
idioma. Cuando el latín dejó de ser el idioma universal en el occidente, 
por tradición, las lecturas de la Biblia quedaron en latín pero los 
feligreses tenían los misales con la traducción en su propio idioma. 

Los que piensan que antes de Martín Lutero no existían traducciones 
de la Biblia están equivocados. Antes de que él tradujera la Biblia al 
alemán, la Iglesia tenía ediciones completas o trozos de ella en 26 
diferentes lenguas europeas, y en ruso. Por ejemplo, existía la Biblia 
Héxapla del año 240, la de Jerónimo, La Vulgata, del 390. Había 
además 30 ediciones de la Biblia completa en alemán antes de la 
versión de Lutero en 1534(2), nueve antes de que él naciera. Había 62 
ediciones de la Biblia, autorizadas por la Iglesia en Hebreo, 22 en 
griego, 20 en italiano, 26 en francés, 19 en flamenco, dos en español: 
la Biblia ALFONSINA (de "Alfonso el Sabio", año 1280) y la Biblia De la 
Casa de Alba (año 1430, AT)(3), seis en bohemio y una en eslavo, 
catalán y checo.(4) 

La primera Biblia impresa, fue producida bajo los auspicios de la 
Iglesia católica- impresa por el inventor católico de la imprenta: 
Johannes (Juan) Gutenberg. La primera Biblia con capítulos y 
versículos numerados fué producida por la Iglesia católica, gracias al 
trabajo de Esteban Langton, Arzobispo de Canterbury, Inglaterra. A 
pesar de esto acusan a la Iglesia de haber intentando la destrucción de 
la Biblia; si hubiera deseado hacer esto, tuvo 1500 años para hacerlo. 


En todo el proceso de completar el canon la lista de libros del NT 
entendemos mejor que fue la Biblia la que salió de la Iglesia y no la 
Iglesia de la Biblia. Por eso, verdaderamente no hay separación entre 
"Biblia" y "Tradición". La Biblia forma parte de la Tradición de la Iglesia 
católica. 
Del libro No todo el que dice Señor, Señor
Paulinas, 2a ed., México
·Gagnon-Daniel
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1. ¿Por qué no había acuerdo sobre la Carta a los Hebreos? Por sus orígenes 
desconocidos. Se cuestionaba el origen de la Carta a Santiago, de la Segunda y 
Tercera de Juan y Segunda de Pedro (porque además esta es semejante a Judas 
capítulo dos). "El Pastor" de Hermas fue considerado como inspirado por su 
contenido edificante, y "Didajé" por sus orígenes apostólicos. 
2. Expertos bíblicos más tarde encontraron más de 3,000 errores en su 
traducción. 
3. Del libro evangélico: La Biblia. Cómo se convirtió en libro, por Terry Hall 
(Ediciones Las Américas, 1991, p.178). "El venerable Beda, historiador inglés del 
siglo octavo, comenzó a traducir la Vulgata al inglés" (p. 116). Ver también el fanal 
(revista presbiteriana) jul-ag, 1991, p. 148. 
El problema con el libro de los Sres. Hall y Lloyd es que por ser 
anticatólicos en su posición tienen que manipular los hechos históricos en tal 
forma que llegan a contradecirse. Por un lado dicen que la Iglesia católica 
reconoció por primera vez (y por supuesto añadió) los siete libros en el Concilio de 
Trento en 1546 (p. 77). Pero luego dicen que fueron aceptados en los concilios de 
Hipona, 393, d.C. y Cártago, 397 d.C. (p. 159). Es que Hipona y Cártago sí 
aceptaron no solamente los 66 sino los 73 libros. También estos autores 
rechazan los siete libros porque no dicen: "Así dice Jehová, Habló Jehová" (p. 152) 
pero anteriormente admitieron que el libro de Ester ni siquiera menciona la 
palabra" Dios" (p. 75). Se podría mencionar también un malentendido (¿mentira?) 
sobre la doctrina católica en la página 152 (que la Iglesia tiene dos grados de 
canonicidad). 
4. Ibid., p. 131. Checo desde el Siglo XV.