Obispo brasileño resalta testimonio de homosexual que lucha por ser casto

RIO DE JANEIRO, 20 Ago. 03 (ACI).-A raíz de su artículo “Alto ahí, señores homosexuales”, Mons. Amaury Castanho, Obispo de Jundiai, recibió la respuesta de un homosexual que elogió sus palabras y dio testimonio del sufrimiento que experimenta por su condición, así como la intensa batalla interior que libra por mantenerse casto.

Mons. Castanho explicó que luego de publicar el artículo recibí “varias referencias elogiosas. Algunos me saludaron agradeciendo el coraje por la posición tomada, creyéndola oportuna cuando la Iglesia viene siendo atacada, especialmente después del reciente documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, reiterando solamente merecer el nombre de matrimonio la legítima unión de un hombre y de una mujer”.

Luego, el Prelado señaló que con lo dicho en el texto “he cumplido mi deber de 'perro que ladra' hasta porque, si no ladra, de nada sirve. Más bien, el referido documento recuerda a los Obispos de la Iglesia el deber de proseguir proclamando el Evangelio del amor, la bienaventuranza de la pureza de corazón, la dignidad y el respeto a la naturaleza”.

Entre las respuesta que recibió, el Obispo resaltó una carta, bajo el título “La Iglesia y yo homosexual”, ante la que expresó: “confieso que me ha conmovido poniéndome en oración por el autor y por los homosexuale! s en general, algunos de los cuales, además, ya se aconsejaron conmigo como ministro de Dios”.

La carta

“El homosexualismo no tiene aun explicación científica. Está presente en la historia humana desde los tiempos del hombre de las cavernas, llevando en cuenta algunas pinturas encontradas. No se puede juzgar las actitudes de quien tiene tal comportamiento. Nadie es homosexual por opción, porque eso trae a la vida de la persona incontables sufrimientos morales, espirituales y sociales.

Tengo 40 años y sufro mucho en mi condición de homosexual. Entablo intensa batalla interior para mantenerme casto. Todos los domingos estoy en la comunidad, pase lo que pase. Amo la Iglesia Católica y pido a Dios, Padre de los hetero y de los homosexuales, que todos sepan ! amarse sin causar daño a nadie. Debemos hacer de este mundo una entrad a para el Reino prometido por Cristo.

Que Nuestra Señora bendiga a todos nosotros, pues el amor de madre no tiene límites. Disculpe los errores de tipeo. Estoy escribiendo apurado, en mi trabajo, para que nadie lo vea. Queriendo puede publicar en el periódico”.

Al comentar la carta, el Prelado agradeció “su testimonio de vida y fidelidad a la Iglesia, de persistente lucha contra su inclinación homosexual. Comparo el sereno y respetuoso texto de la carta con las impensadas actitudes de los que partieron para el ataque despechado y público a la Iglesia, entre ellos, Vargas Llosa, el Grupo Gay de Bahía y otros”.

“Cada día que pasa estoy más y más convencido de la misión profética y maternal de la Iglesia. Profética, ella y su Pastores jamás deberán rendirse. Maternal, proseguirá respetando, acogiendo y perdonando a todos, amados por Dios, así sean no-creyentes, anti! clericales y pecadores, sean o no hijos suyos”, concluyó.