Oblati 
EnciCato
Oblatos (Oblatas) palabra usada para designar a algunas personas, no monjes 
profesos o frailes, que habían sido ofrecidos a Dios o, se habían consagrado 
ellos mismos a su servicio, en santa religión. Ha tenido diferentes usos en 
diferentes períodos de la historia de la Iglesia. Los hijos prometidos y dados 
por sus padres a la vida monástica, en casas bajo la Regla de San Benito, fueron 
comúnmente conocidos por el nombre durante siglo y medio cuando la costumbre 
estaba en boga, y los concilios y la Iglesia los trataban como monjes, esto 
hasta que el Concilio de Toledo (656) prohibió aceptarlos antes de la edad de 10 
años y les garantizó el permiso para abandonar el monasterio, si deseaban, 
cuando llegasen a la edad de la pubertad. La palabra "oblato" después fue 
utilizada para designar a aquellos laicos hombres o mujeres pensionados por la 
realeza u otros patronos en monasterios o beneficiados, en donde vivían como en 
una casa de acogida o hospital. En el S.XI, se testimonia que el Abad William de 
Hirschau o Hirsau, en la antigua diócesis de Spires, introdujo hermanos laicos 
en el monasterio. Ellos eran de dos clases: los fratres barbati o conversi, 
quienes emitían votos pero no eran claustrales o monjes cerrados, y los oblati, 
trabajadores o sirvientes, que voluntariamente se sometían, aunque en el 
servicio del monasterio a la obediencia religiosa y a la observancia. Después el 
diferente status de los hermanos laicos en varias órdenes y las continuas 
regulaciones concernientes introducidas por las diferentes reformas, destrozaron 
la distinción entre el conversus y los oblatus. Los Benedictinos de Monte 
Casino, por ejemplo diferenciaban cuidadosamente desde un principio entre 
conversi commissi y oblati; la naturaleza de los votos y las formas de los 
hábitos en cada caso específicamente distintos. El conversus el hermano lego 
propiamente así llamado, emitía votos solemnes como los monjes de coro y vestía 
escapulario; el commisus emitía votos simples y vestís como un monje, pero sin 
escapulario; el oblatus emitía votos de obediencia al abad, se daba a sí mismo y 
sus bienes al monasterio, y vestía o sobrio traje seglar. Pero en 1625 
encontramos al conversus reducido al status de commissus, ya que como él le 
estaba permitido solamente emitir votos simples y eso una vez al año, de hecho 
no se distinguía, sino por el vestido, del oblato del primer siglo. Después en 
la tardía Edad Media, oblatus, confrater y donatus llegaron a ser títulos 
intercambiables, otorgando uno u otro, por su generosidad o especial servicio al 
monasterio, recibían el privilegio de la hermandad, con la participación en las 
plegarias y las obras buenas de los hermanos.
Canónicamente sólo dos distinciones de alguna importancia se daban; 
primeramente, que entre aquellos que entraban en religión "per modum 
professionis" y "per modum simplicis conversionis", los primeros eran monje, los 
segundo lego; secundariamente, que entre el oblatus estaba mortuus mundo ( esto 
es, se entregaba a sí mismo y sus bienes sin reserva) y el oblato mantenía algún 
control sobre su persona y posesiones—el primero solamente (plene oblatus) era 
considerado persona eclesiástica, con disfrute de privilegios eclesiásticos e 
inmunidad ( Benedicto XIV, " De Sínodo Dioce.", VI)
Congregaciones de oblatos ( mujeres)
La primera sociedad o congregación de oblatas fue fundada en el S.XV por San 
Francisco de Roma a la cual le fue dado el nombre de Collatines, aparentemente 
por error, Santa Francisca esposa de Lorenzo Ponzani, reunió en torno a sí (en 
1423 según Baillet) un número de viudas y muchachas, quienes formaron una 
sociedad o confraternidad. En 1433, según sus memorias, las alojó en una casa 
llamada Tor de Specchi, al pie del Capitolio, dándoles la Regla de San Bendito y 
algunas constituciones redactadas bajo su propia dirección y colocadas bajo la 
guía de los monjes Olivetanos de Santa María Nuova. En el mismo año pidió la 
confirmación de su sociedad por Eugenio IV, quien comisionó a Gaspar, Obispo de 
Cosenza para el estudio del asunto y algunos más tarde concedió lo requerido, 
con la autorización se inició la observancia en la casa cerca de Santa María la 
Nueva, mientras se buscaba una habitación más cómoda cerca de San Andrés en 
Vince. Nunca abandonaron su primer residencia, sino que la agrandaron y la 
embellecieron. El fin de la fundación no era distinto a la de las Benedictinas 
Canónicas en Francia: ofrecer un lugar de recogimiento a señoras piadosas de 
noble nacimiento, en donde no se mezclarían socialmente con otra clase que no 
fuera la propia, retendrían y heredarían las propiedades, abandonarían cuando 
las convendría y podían casarse si lo deseaban, al mismo tiempo podrían tener la 
protección de un convento de clausura, la protección de un hábito de monja y las 
ventajas espirituales de una vida de religiosa observancia. De aquí el nombre de 
oblates. La observancia había sido siempre suficientemente estricta y 
edificante, aunque se le permitía a cada hermana tener una criada en el convento 
y un lacayo para sus asuntos de fuera. Tenían un año de prueba y cumplidas sus 
obligaciones, entre las cuales ellas prometían obediencia a la madre presidenta, 
sobra la tumba de San Francisco en Roma. Había dos grados entre ellas: Las más 
excelentes que debían ser princesas por su nacimiento y "Las más Ilustres" 
aquellas de inferior nobleza. Su primera presidenta fue Inés de Lelis, quien 
dimitió a favor de Santa Francisca cuando más tarde enviudó. Después de su 
muerte, el general Olivetano, Beato Jerónimo de Mirabello, rompió la relación 
entre las oblatas y los olivetanos. El convento y los tesoros de la sacristía se 
libraron de la apropiación por parte del gobierno italiano, porque sus moradores 
no eran, en sentido estricto, monjas.
(2) Diferencias pequeñas entre las oblatas de Santa Francisca en su estado 
eclesiástico, pero distinto en otros aspectos son las Donne Convertite della 
Maddalena, bajo la regla de San Agustín, una congregación para mujeres caídas. 
Tienen una casa en Roma. Sin ningún noviciado previo, prometen obediencia y 
hacen entrega de sí mismas en el monasterio de Santa María Magdalena y San 
Lucas. En Orvieto hay casas similares de oblatas penitentes bajo la regla de 
Monte Carmelo.
(3) La Congregación de Filipinas, así llamadas por San Felipe de Neri, su 
protector) fundada por Rutilio Brandi, tenía el cuidado de 100 muchachas pobres, 
a quienes recogían hasta su matrimonio o profesión religiosa. Estas oblatas 
empezaron su religiosa observancia en Santa Lucía de la Chiaviaca, fueron 
trasladadas al Monte Citorio, y, cuando el convento fue derribado por Inocencio 
XII en 1693, retornaron a Santa Lucía. Adoptaron la regla Agustiniana.
(4) Las Hermanas de los Siete Dolores de la Beatísima Virgen, una evolución de 
algunas fraternidades del mismo nombre, fundadas por San Felipe Benizini, fundó 
una casa en Roma en 1652. Su fin era tomar a mujeres enfermas que no eran 
admitidas en otras congregaciones. Seguían la Regla de San Agustín y prometían 
estabilidad, conversio morum y obediencia según las constituciones.
Congregación de Oblatos (varones)
(1)La más antigua de las sociedades o congregaciones de sacerdotes conocida como 
oblatos es la de San Carlos Borromeo. Es un instituto regular de clérigos, 
fundado por el Santo en 1578 para mejorar administrar sus diócesis y desarrollar 
la más espiritual disposición de sus clérigos llevando una vida alejado del 
mundo
(2) Cuando era posible en común. Hacían voto simple de obediencia a su obispo y 
obrando así se comprometían a un excepcional servicio y declaraban su buena 
voluntad para emprender trabajos para la salvación de las almas que no son 
usualmente clasificados entre los deberes del párroco. Desde sus constituciones 
resulta claro que su utilidad y desarrollo y aún su existencia depende de obispo 
y el interés que toma en ellos. En la actualidad, no son un cuerpo importante y 
grande y quizá no encuentren el estímulo que merecen.
(2) Las más grande y mejor conocida congregación de sacerdotes oblatos, es la de 
María Inmaculada (O.M.I), recordada en un artículo especial, relacionada con la 
instituto y bajo su dirección están las Hermanas Oblatas de la Sagrada Familia.
(3) Los oblatos de María, no deben ser confundidos con los de María Inmaculada, 
Marianistas, una sociedad de sacerdotes Piedmontese fundada en 1845. Tienen casa 
en Turín, Navora y Pinerolo y enviados como misioneros a Burna, Ava, y Pegu en 
las Indias Orientales.
(4) Por un decreto del Papa León XIII, dado el 178 de Junio, 1898, los Oblati 
Seculares O.S.B.-esto es aquellos que han recibido el privilegio del escapulario 
por su amistad y buenos oficios, han sido admitidos como cofrades de algún 
monasterio benedictino o congregación- son concedidos todas las indulgencias, 
gracias y privilegios a aquellos de cualquier congregación, más particularmente 
a los Casinos. El Papa además declara que desde los oblatos benedictinos, no se 
puede al mismo tiempo ser terciario franciscano o de cualquier otra orden, es 
congruus que ellos tuvieran peculiares privilegios. Él, sin embargo, les concede 
la indulgencia plenaria en el día de la toma del hábito y en las principales 
fiestas de los Oblatos, etc.,dos veces al año la bendición en la carta encíclica 
del Papa Benedicto XIV; la absolución general que los terciarios son capaces de 
recibir en ciertos días durante la confesión, con la indulgencia plenaria 
añadida (adhibita formula pro Tertiariis praescripta); la indulgencia plenaria 
especial en la hora de la muerte (observetur ritus et formula a constitutione 
P.P.Bened.XIV "Pia Mater"); una indulgencia de siete años y de siete cuarentenas 
cada que oigan Misa corde saltem contriti-en una palabra, todos y cada uno de 
los privilegios y favores concedidos a los terciarios de San Francisco y otras 
órdenes.
Hélyot, t. des ordres mon.: Migne. Dict, des ord, rel,; Goschler, Dict, encycl, 
de la thélo, cath., s.v. Oblats, Calmet, Comment,in Reg. S.P. Benedicti, 
Heimbucher, Die Orden u. Kongreg.der kath., Kirche (Paderborn,1907-8)
J.C. ALMOND
Traducido por Fidel García Martínez