Indulgencias Apostólicas
EnciCato


Las indulgencias conocidas como Apostólicas o apostolares, son esas que el Romano pontífice, el sucesor del Príncipe de los apóstoles, impone a las cruces, crucifijos, guirnaldas, rosarios, imágenes y medallas a las que bendice, también con su propia mano, o con esos de quienes fue delegada esta facultad. Los principios puestos en el artículo general de indulgencias aplica aquí también. Pero desde estas indulgencias apostólicas están entre las más frecuentes y abundantes de esos ahora en uso a través de la Iglesia, ellas parecen requerir un separado y más detallado tratamiento. Como el nombre implica, ellas son indulgencias garantizadas por el Papa mismo. Algunas de ellas son plenarias, otras indulgencias parciales. Podría ser observado que la posesión de la cruz o medalla u otro objeto de indulgencia no es solo o condición inmediata para ganar indulgencias ligadas a ello por la bendición del Santo Padre o su delegado. Pero la posesión habilita al receptor a ganar las varias indulgencias en la ejecución de ciertos trabajos buenos prescritos o actos de piedad. En este respecto, la posesión del objeto podría mirar como análogo a lo local o limitación personal u otras indulgencias. Para la bendición de objetos presentados a el, el Santo Padre, de ahí garantiza indulgencias, no a toda creencia indiscriminadamente, pero a ciertas personas, ingeniosas la actual o posesor prospectivo de estas cruces, medallas etc. Que podrían ser vistas como marcas o toques distinguiendo a esas personas de las que el privilegio especial ha sido dado. En el mismo tiempo desde que fue abierto a toda la fe, para obtener como objetos benditos, especialmente ahora cuando la facultad para dar esta bendición es prontamente garantizada al clero a través de la palabra, las indulgencias apostólicas pueden fuertemente ser reconocidas con esos que son meramente personal o local.

A través de los Papas ha sido en el habito de garantizar indulgencias de muy temprana fecha, algunas a los que teniendo una limitación análoga o conexión con el llevar o traer un objeto bendito, las indulgencias apostólicas, como nosotros conocemos, datan solo del año 1587, hasta nuestros tiempos, después de la publicación de Lutero famosas estas indulgencias en contra. Y un curioso interés las liga al primer origen a esta practica familiar. Antes esa fecha los Papas tenían simplemente medallas benditas u otros objetos presentados a ellos para este propósito. Pero como el Papa Sixto V, fijo en adelante en esta Bula “Laudemus viros gloriosos” (2 de diciembre 1587) los hombres trabajadores involucrados en su restauración y adorno de la Basílica Laterna, derribando algunas muy viejas paredes, trajo accidentalmente a brillar un numero de viejos rincones conduciendo a un lado de la cruz y en el otro como de uno a otro de los tempranos emperadores cristianos. Este remarcable descubrimiento permitió al pontífice en acuerdo con las palabras abiertas de esta Bula, cantar los rezos de esas viejas reglas de la Cristiandad, como Constantino, Teodosio y Marciano. Y por un feliz pensamiento que hace sus viejos rincones nuevamente paso corriente, como conduciendo, como fijando su nueva vida, no una mundana, pero fuertemente valores espirituales. En otras palabras, garantiza un numero de indulgencias en la ejecución de ciertas palabras pías, a todos los que se vuelven poseedores de los viejos rincones enriqueciendo con su nueva bendición. La lista de indulgencias especiales fijo en adelante en esta Bula como ligada a los rincones de emperadores cristianos en la primera instancia de las indulgencias apostólicas que los Papas ahora ligan a las medallas, etc., presentadas por su bendición. No puede ser supuesto sin embargo, que las indulgencias apostólicas, ahora son generalmente dadas en manera familiar, son en todo respecto a las mismas como esas garantizadas en esta especial ocasión por el Papa Sixto V. En comparación con la anticipada dicha Bula, “Laudemus viros gloriosos” con la lista en la instrucción anexa a la facultad costumbrista para bendecir rosarios etc. Ligando indulgencias de ahí, mostrara muchos puntos de diferencia, ambos en la extensión de las indulgencias y en los buenos trabajos prescritos como condiciones para ganarlas. Y será encontrado, como posibilidad anticipada, que en algunos casos las indulgencias dadas en la Bula Sixtina son mas abundantes que las otras. En al menos un punto importante amas listas están de acuerdo. Estos serán vistas, que en ambos casos la indulgencia plenaria puede ser ganada con esos que devotamente invocan el Sagrado Nombre de Jesús en la hora de la muerte (Articulo mortis) Pero del otro lado, la indulgencia plenaria por confesión y comunión que los poseedores de los rincones lateranos pueden aparentemente ganas en un día con solo ser ganada por los poseedores de indulgencia ordinaria, objetos, en ciertos grandes festivales y que en la condición fija de rezar algunos rezos.

W H. KENT
Transcrito por Charles Sweeney. S. J.
Traducido por Patricia Reyes.